SUEÑOS ADOLESCENTES

Capítulo anterior...
"Entonces el telón comenzó a levantarse, Blanca tomó aire con los ojos cerrados, y se preparó para vivir ese momento que tanto había estado esperando, y que había sido el responsable de los tantísimos cambios que se habían producido ese año en su vida.  "

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Capítulo cincuenta y ocho.

Todo el auditorio estaba de pie. Familiares, amigos, vecinos, profesores, curiosos que habían oído hablar de una obra de teatro que tenía pinta de estar muy bien, todos ellos aplaudían. Las horas, el esfuerzo y la pasión se notan cuando al arte se refiere. Y esos adolescentes aquella noche eran verdaderos artistas. Blanca, Niall, y el chico que hacía de Rey Arturo estaban cogidos de la mano, situados en el centro del escenario, y saludaron una vez más, doblándose por la cintura y con sonrisas exultantes en los labios.

El telón comenzó a bajarse, si bien la gente no había dejado de vitorear, y en el mismo instante en que la tela tocó el suelo, los alumnos del grupo de teatro dejaron brotar su felicidad, riendo, gritando, felicitándose los unos a los otros. 

Blanca dejó que los brazos de Niall la rodearan, recordando que en gran parte era gracias a él que había conseguido ese papel protagonista. Sus labios se encontraron en un beso con una enorme carga emocional. Algunos compañeros bromearon, diciéndole al protagonista de la obra que Lanzarote le había robado a su Ginebra, y todos rieron. Todos menos uno. 

Zayn contemplaba la escena algo apartado. La obra había estado bien, pero al acabar, había vuelto a ser consciente de que debía confesarle sus sentimientos a Blanca. Al menos así habría un motivo para que dejaran de ser amigos, para que Zayn dejara de sufrir con ese quiero-y-no-puedo.

Poco a poco, los jóvenes se fueron yendo a la parte trasera del escenario a cambiarse de ropa, recoger sus cosas, y encontrarse con esos momentáneos 'fans' que habían ido a verles. De la mano, Blanca y Niall entraron en una de las habitaciones que, con un espejo y dos sillas, hacía de camerino. 

-Ha estado bien, ¿no? -Blanca sacó toallitas desmaquilladoras de su macuto.
-¿Bromeas? -Niall se sacó la camisa, dejando su torso al descubierto- Ha estado fenomenal.
-En el ensayo general salió mejor -comentó ella, mirándose en el espejo y haciendo desaparecer el maquillaje.
-Para nada.

Niall se quitó también el pantalón, quedándose solamente en calzoncillos y calcetines. A Blanca le resultó una visión peculiar, que a pesar de todo, no le hacía menos atractivo. La muchacha se quitó su vestido de época y se puso un vestidito veraniego que había llevado para cambiarse. Niall estaba guardando sus cosas, aún en ropa interior. Blanca le miró, aprovechando que él tenía la atención en otra cosa, y se fijó en su espalda, bien formada, de piel clara y sin imperfecciones. Parecía una escultura romana. Era extraño, porque ahí estaba Niall en calzoncillos, y ella un momento antes había estado sólo con la lencería, sin sentir ninguna clase de vergüenza. Ya se habían visto así otras veces, aunque nunca habían llegado a hacer el amor. Blanca recordó entonces aquella noche en el concierto de Taylor Swift, cuando estuvieron a punto pero ella no fue capaz de continuar. Niall dijo que esperaría lo que fuera necesario, y allí seguía, cumpliendo con su palabra. Desde aquella vez, lo intentaron unas cuantas, pero Blanca se asustaba y no llegaban hasta el final. Tal vez esa noche, podrían probar otra vez...

-Blanca, sé que soy guapo, pero hay gente esperándonos fuera -bromeó el irlandés al darse cuenta de que su novia estaba embobada en él.
-Mira que eres tonto -Blanca negó con la cabeza, pero le hizo caso y se dio prisa por terminar-. Oye Niall...
-Dime -le dedicó una fugaz mirada.
-¿Y si esta noche...?

Toc, toc, toc.

Blanca resopló, fastidiada. Ya que se había armado de valor... En fin, más tarde se lo propondría. Antes de que la joven abriera, Niall se puso rápidamente unos vaqueros y una camiseta verde. Asintió con la cabeza y Blanca abrió la puerta. Inmediatamente notó unos brazos alrededor de su cuello.

-Me... asfixias... -logró decir.

Elena disminuyó la presión pero siguió abrazándola.

-¡Genial, genial, genial! ¡Dentro de nada te vemos en Hollywood! 

Blanca pensó que nunca había visto a su amiga tan emocionada y tan efusiva, pero le gustó. Desde que empezó a salir con Louis, había cambiado algunas cosas, pero sin dejar de ser ella,evidentemente. La más importante, quizás, era que se había vuelto más cariñosa.

-Gracias -Blanca sonrió con sinceridad.
-Por cierto -la expresión de Elena se puso algo más seria-. Hay alguien aquí que quiere hablar contigo. Niall, ¿vienes un momento conmigo...?

Antes de que pudiera terminar, el irlandés salió del improvisado camerino dándole a Blanca un fugaz beso en los labios antes de salir. La muchacha oyó que saludaba a alguien, una voz conocida, pero no lo reconoció hasta que él no entró al camerino y cerró la puerta tras de sí. Su sorpresa fue tal que no consiguió pronunciar una palabra.

-Hola -Iván esbozó una sonrisa.
-H... hola.

El que fuera su novio no pudo evitar reír levemente, casi aliviado de ver sorpresa en el rostro de Blanca, en lugar de algún otro sentimiento de rechazo.

-¿No esperabas verme? 

Ella negó con la cabeza.

-Te dije que vendría.
-De eso hace ya mucho tiempo. 
-¿Ya me habías olvidado? -Iván la miró con sus bonitos ojos verdes.

Blanca volvió a negar, y rebuscó en su macuto para encontrar algo. Por fin sacó su cartera, y del compartimento de las monedas cogió una cadena de la que colgaba una chapa metálica. Los dos recordaba bien todo lo que aquel colgante significó durante un tiempo.

-Nunca te olvidaré -sentenció Blanca. 

Era cierto. Por mucho que quisiera a Niall, Iván había estado ahí, la había hecho feliz, y ni podía ni quería olvidarle. Por eso llevaba su colgante siempre con ella. Iván sonrió con cierta nostalgia.

-Has estado estupenda -decidió cambiar de tema.
-Gracias.
-Y bueno, me alegra saber que sigues con Niall -no pudo evitar mencionarlo.
-Iván...

El chico le puso una mano en el hombro.

-Está bien, de verdad. Y es una muestra de que hicimos lo correcto.

Blanca asintió con la cabeza, recordando, y cuando los brazos de Iván la rodearon en un tierno abrazo, se refugió en su pecho, de nuevo arrepentida por lo que pasó y por haberle hecho daño a alguien tan maravilloso como Iván.

-Creo que hay gente esperándote -él se separó un poco.
-Un segundo.

Blanca recogió rápidamente todo lo que le faltaba, se echó el macuto al hombro y sonrió. Iván abrió la puerta y juntos, salieron de la habitación. A un par de metros de la puerta, Niall, Elena y Marina hablaban animadamente. Blanca no se preguntó por qué Marina estaba allí, únicamente se felicitaron la una a la otra por su actuación. No obstante, mientras las dos jóvenes comentaban emocionadas la actuación, Iván se acercó a ellas, y Marina cogió tímidamente su brazo, pegándose a él. Iván le dio un beso en la mejilla y a Blanca se le abrió, literalmente, la boca.

-¿Estáis...? -su voz se desvaneció por la sorpresa.
-Empezando -aclaró Marina.
-Sí.
-¡Madre mía! -Blanca sonrió ampliamente- ¿Por qué no me lo habías dicho? 

Su amiga se sonrojó.

-No sabía cómo te lo tomarías y...
-¡Es estupendo! 

Blanca estaba contenta de verdad. Por un lado, Marina había logrado olvidar a Liam, que nunca le correspondería porque quería a Mary. Por otro, Iván había rehecho su vida y eso la hizo sentir como si se hubiera quitado un peso que llevaba encima desde que el joven de ojos verdes y ella rompieron su relación. Además, estaba feliz porque Marina llevaba mucho tiempo queriendo una relación, sobre todo desde que Blanca estaba con Niall y Elena con Louis, y sabía que Iván la trataría de la mejor manera posible.

-Entonces no has venido a verme a mí -comentó Blanca, señalando a Iván con el dedo.
-Te corrijo: no he venido a verte sólo a ti -miró a Marina y sonrió-. Lo habéis hecho muy bien.

Blanca iba a preguntarles cómo habían entablado contacto, si Iván estaba viviendo en otra ciudad, pero no tuvo tiempo porque Zayn apareció en escena e informó de que la profesora de música, Rocío Montes, y el profesor de teatro, Jorge Ibáñez, querían hablar un momento con todo el grupo de teatro. 

-Luego nos vemos -Iván se despidió de todos con la mano y de Marina con un beso en la frente, y junto con Elena se fueron hacia la salida del auditorio.
-Blanca, me gustaría hablar contigo -dijo Zayn poniéndose al paso de la muchacha mientras caminaban hasta el escenario.
-Claro, dime -ella lo miró y vio que su piel estaba más pálida de lo normal-. ¿Estás bien?

Zayn se encogió de hombros, en un gesto tan ambiguo como le fue posible. 

-Preferiría hablar... a solas -señaló con la cabeza a Niall y Marina, que iban justo delante de ellos.

Blanca ladeó la cabeza, intentando imaginar qué tendría que decirle Zayn que no pudieran escuchar sus amigos. 

-¿Podría ser ahora? -insistió él.
-Pero acabas de decir que los profesores...
-Ya, sí. Después de eso -sus ojos la miraban suplicante.
-Vale -Blanca terminó por acceder, con curiosidad sobre qué querría decirle.

Llegaron al escenario, que todavía tenía el telón bajado, y ya estaban todos allí, junto con los profesores.

Jorge Ibáñez se aclaró la garganta.

-Chicos, tanto la señorita Montes como yo queremos felicitaros no sólo por lo que habéis hecho esta noche sino también por el esfuerzo a lo largo del curso -el hombre sonrió, emocionado-. Muchas gracias.

Los jóvenes aplaudieron y mientras la profesora de música hacía también un comentario similar, Blanca se fijó en Laura, que, algo apartada, no parecía compartir en absoluto la alegría generalizada. Nunca se había conformado con su papel en la obra, no le valía cantar en grupo, ella quería su momento de gloria y no lo había conseguido. Blanca no sintió pena por ella, pues se había pasado el curso fastidiándola y metiéndose con ella, y además le había hecho daño a Harry, con quien ahora Blanca tenía una buena amistad. 

Tras un aplauso de profesores y alumnos, la gente empezó a dispersarse, deseando salir a ver a sus padres y a sus amigos. Zayn hizo un gesto con la mano a Blanca para que esperase para hablar con ella, y la joven asintió con la cabeza. No obstante, cuando ya se había ido casi todo el mundo del escenario -Niall había preguntado a Blanca si se iban, pero ella le había dicho que se adelantara él, el telón se abrió un poco y entraron por él varias personas. La sorpresa de Blanca fue mayúscula al distinguir entre esas personas a su hermano y a sus padres, básicamente porque los otros eran dos hombres trajeados con cara de extranjeros que venían hablando con Marcos (posiblemente porque era el único que sabía inglés de los tres). La muchacha no lo vio, pero si hubiera mirado a Zayn habría visto reconocimiento en sus ojos, aparte del fastidio por, una vez más, tener que posponer su conversación con Blanca. Aunque quizás esta vez mereciera la pena. De modo que, para asombro de la chica, lo primero que hicieron los dos hombres de traje fue acercarse a Blanca. 

Con una enorme sonrisa en los labios, Marcos miró a su hermana con una complicidad que ella no llegó a entender.

-Blanca, estos señores tienen algo que decirte.

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Bueno, sé que nadie lee ya pero me pidieron que subiera el siguiente capítulo y la verdad es que no quiero dejar esto sin terminar porque me llevó mucho esfuerzo escribir todo lo demás, así que... En fin, siento haber abandonado esta novela y sé que nadie está leyendo esto pero creo que de todos modos me lo debo a mí misma