Buenas noches, al final he conseguido acabarlo, ya se que es super tarde y lo siento... el capítulo no es una gran cosa o eso creo yo pero no estoy muy inspirada ni tengo mucho tiempo ahora mismo...


CAPÍTULO 51

- ¡Historias de miedo! -dijo Liam animado, como sí se le acabase de ocurrir la mejor idea del mundo. 

- ¡Ni de coña! -contesté negando con la cabeza enérgicamente. 

- Alguien tiene miedo... -intentó picarme Louis, sin demasiado éxito. 

- Puedes decir lo que quieras pero me niego a tener pesadillas. 

- Yo estoy con Rach -dijo Eleanor levantando la mano. 

Ella estaba colocada entre las piernas de Louis y él le dijo algo al oído y la abrazó con fuerza haciéndola sonreír. Louis podía ser lo peor y fastidiar a todo el que se le pusiera por delante, siempre de cachondeo por supuesto, pero cuando se trataba de Eleanor se convertía en el novio más bueno de este mundo, se me encogía el corazón cada vez que les veía, ¡eran tan preciosos! ¡Y pegaban tanto juntos! 

- Yo pensaba -dijo Eve -que ibais a sacar la guitarrita y a cantarnos algo. 

- Una serenata -contesté a lo que ambas nos reímos. 

- Por ejemplo -respondió -o una saeta. 

- Esa es una escoba Eve -le dije riendo -de... Harry -señalé a Harry como sí fuese la mejor broma del mundo -¡Potter! -y empecé a reírme. 

Tanto Harry que estaba a mi lado y Evelin que estaba al otro me miraron serios sin reírse por la pedazo de broma que había hecho. 
Cuando había llegado Eve de la casa me había separado de Harry para que pudiésemos sentarnos todos juntos y así no forzar demasiado la situación con Niall. Aunque seguía compartiendo la manta con Harry. 

- Historias de miedo pues -dijo Celia animada también con una sonrisa de oreja a oreja. 

¿Se podía saber que interés le veían a las historias de miedo? ¿Qué necesidad había de pasar miedo y luego no poder dormir? ¡Por algo se llamaban historias de miedo, porque pasas miedo! Con lo bien que podríamos estar... bailando la danza del vientre o contando chistes o ¡haciendo magdalenas! Pues no, historias de miedo, ¡perfecto!
Suspiré rindiéndome ante ellos, aunque en realidad no contaba con convencerles. Me recoloqué en el sillón de mimbre al que nos habíamos movido para entrar los tres y subí las piernas al asiento rodeando las rodillas con los brazos. 

- ¿Estás bien? -dijo Harry reclinándose ligeramente a mi lado. 

- Podría estar mejor sí no tuviera que escuchar historias terroríficas que no me van a dejar dormir.

Sonrió, con esa sonrisa que ponía y con la cual me hacía sentir como la persona más especial del mundo. Era como sí me inculcará "autoestima" de alguna forma. 

- Voy a hacerte el mejor s'moore que hayas probado en tu vida -dijo incorporándose ligeramente hacia la fogata. 

- ¿Qué es eso?

Paró en seco a medio camino de coger unas galletas rectangulares, que no había probado. 

- ¿Cómo que qué es eso? -dijo frunciendo el ceño a lo que me encogí de hombros -¿me estás vacilando? -dijo medio sonriendo, a lo que negué con la cabeza ¿que narices era un s'moore? -dime que me estás vacilando...

- ¡Que no! -dije exasperada sonriéndole -¿tan terrible es?

- Ay... -se puso una mano sobre la frente teatrero -terrible no, ¡pecado mortal! -dijo sacudiéndome por los hombros de forma exagerada, porque estaba siendo un exagerado -tranquila, yo te sacaré de esa miseria en la que has estado viviendo sin s'moores. 

- ¿Cómo que miseria? -contesté indignada. 

- Sí Rae -posó una mano sobre mi rodilla y asintió lentamente -ahora verás a lo que me refiero...

- ¿Por qué me llamas Rae?

- ¡A ver! -dijo Liam alzando la voz y sin dejar a Harry contestar -los charlatanes ¿me dejáis empezar o qué? -se cruzó de brazos y Celia se acurrucó a su lado colocando el dedo índice sobre sus labios mandándonos callar. 

- Pues sí te soy sincer...

- ¡Cállate! -dijeron Louis y Liam a la vez cortándome. 

Me crucé de brazos y miré hacia otro lado encontrándome con Niall que intentaba contener la risa, sin demasiado éxito. Le miré con una ceja levantada y cerró la boca como sí echara una cremallera para luego tirar la llave, era como un niño de diez años. Sonreí y negué con la cabeza apartando la vista de él. 

- Aquí está -dijo Harry metiendo un marshmallow medio fundido entre dos galletas y colocando un trozo de chocolate encima de la nube, me lo alcanzó y se me hizo la boca agua -prueba -sonrió ampliamente. 

- No se yo...

- ¡Venga! -se llevó una mirada asesina por parte de Liam al elevar el tono de voz -pruébalo -susurró empujando mi codo para que moviese el brazo. 

Le di el primer bocado a aquella bomba calórica y me faltó gemir de placer al saborearlo. 

- Oh dios -dije todavía tragando -he tenido una vida miserable sin ninguna duda -Harry se rió y se acercó a darle un bocado -ni lo sueñes -dije apartándolo de él -es mío. 

- ¿Así me lo pagas? -contestó indignado y cruzándose de brazos. 

- En la comida no hay amigos -dije encogiéndome de hombros y sin darme cuenta de que eso sonaba muchísimo a algo que diría Niall. 

Se cubrió con la manta hasta la barbilla y puso ojitos de cachorro perdido. Se me partió el corazón. Suspiré pero al final le acerqué el s'moore a lo que sonrió contento dándole un bocado. 

*	*	*

Lo único bueno que había salido de las historias de miedo era que el brazo de Harry descansaba sobre mis hombros, intentando darme apoyo. Tanto Eve como yo estábamos con los oídos tapados y cubiertas hasta la barbilla con la manta. ¿Qué necesidad había de sufrir así?

- Por primera vez desde que les conozco -me dijo Eve que estaba echa un ovillo a mi lado -desearía no haberles conocido. 

- ¿Alguna vez te habrías imaginado a Liam contando una historia tan sumamente terrorífica? -Evelin negó con la cabeza enérgicamente. 

Yo tampoco. Y parecía tonto cuando lo compramos. El más bueno de todos decían, que no ha roto un plato en su vida decían... Muertas de miedo nos tenía. Hasta rimaba. El único ahí que estaba a su rollo como siempre, era Niall, acurrucado en una de las hamacas con su gorra roja de "NY" y arropado con una manta beige hasta la barbilla, absolutamente adorable y como no, estaba dormido, dormido... ¡Yo no iba a volver a dormirme en la vida!
Levanté la cabeza para mirar a Harry que estaba completamente concentrado en la historia, ni siquiera estaba apoyando la cabeza en el respaldo del asiento. Era tal la tensión en la que se debía de encontrar que se le marcaba el hueso de la mandíbula, ahí encontré mi distracción, en su mandíbula, ya no oía a Liam aterrorizándonos, solo su mandíbula.

- ¿Vas a quedarte mirándome toda la noche? -susurró sin apartar la vista de Liam.

- Probablemente.

- ¡AAAAAAH! -Evelin pegó un grito en mi oreja haciéndome gritar a mi también.

Me di la vuelta rápidamente con una mano en el pecho y el corazón a mil por hora y ahí estaba tirada en el sofá muerta de la risa.

- ¡Vas a morir! -le grité dándole manotazos por todo el cuerpo -¿¡tú sabes el susto que me has dado!? -el resto también estaba riéndose -¡creía que era el puto granjero canibal de Liam joder!

Eso les hizo reír incluso más, hasta Harry que intentaba no hacerlo acabó carcajeándose y Niall se despertó de su profundo sueño con los ojos medio cerrados más desconcertado que otra cosa.

- ¡Sois todos gilipollas! -le di otro manotazo a Evelin que me señaló con el dedo mientras se agarraba el estómago con la otra mano sin parar de reír.

Me levanté rápidamente, tirando la manta a la cara de Eve y me fui de allí tan rápido como pude. Sabían perfectamente lo mucho que me aterrorizaban las historias de miedo ¡que de ahí que las llamen así! Y encima me daban sustos, para matarlos a todos. Llegué a la casa, que encima estaba a oscuras, palpé la pared de la entrada intentando encontrar el interruptor, al final había sido peor el remedio que la enfermedad. Justo cuando lo encontré y me di la vuelta me choqué contra un cuerpo y pegué un grito que podría haber roto una copa de haber alguna por el medio.

- Eh, eh, eh, tranquila -levanté la vista encontrándome con Niall y me puse las manos en la cara intentando que mi respiración volviese a la normalidad y no acabara con todo el oxígeno del salón -¿estás bien? -dijo conteniendo una sonrisa.

- ¿¡Tú qué crees!? -le dije  frunciendo el ceño -solo a ti se te ocurre aparecer por la espalda, con la luz apagada, en una casa que no conozco y después de que nos hayan contado la historia mas terrorífica de la historia, historia de la historia ¡valga la redundancia! -levanté los brazos con incredulidad -pero si, estoy muy bien.

- Yo es que no la he escuchado -contestó encogiéndose de hombros sonriendo ligeramente.

- Ya te he visto ya... -dije intentando no sonreírle.

Se quedó mirándome sin apartar la pequeña sonrisa de antes poniéndome de los nervios.

- ¿Qué?

- ¿Dónde ibas?

- A dormir... -contesté en un susurro -aunque no creo que sea buena idea... moriría de miedo, probablemente.

- ¿Miedo de qué? -pregunto arrugando el ceño sin entender por qué estaba asustada.

- Si es que no te enteras de nada -dije riendo -¡de la historia! -se puso una mano sobre la frente asintiendo, ya lo había cogido -Liam tenía razón, no se puede confiar en una persona que se pierde en un centro comercial.

- ¿Me vas a volver a sacar el tema otra vez? -dijo frunciendo el ceño a lo que me eché a reir -¿cuántas veces tengo que decirte que me perdí porque yo quise?

- ¡Eso es peor! -dije todavía riendo.

- Adiós -contestó dándose la vuelta.

- No, no, no, no, no -dije agarrándole del brazo y apoyando la cabeza en él, miré hacia atrás para comprobar que no había nadie con una guadaña al acecho -no... me dejes sola -hablé rápidamente.

- ¿Perdona? No te he oído bien -dijo inclinando la cabeza para escucharlo mejor.

- Que no me dejes sola joe -una de sus sonoras carcajadas emergió de su garganta y se dio la vuelta todavía conmigo enganchada a su brazo.

- No hay nadie Rach -dijo medio sonriendo -¿qué quieres que te acompañe a la cama?

Levanté la cabeza seria como el mármol o el hielo, o cualquier superficie fría, para encontrarme con su cara de provocador que consistía en una sonrisa medio contenida y la ceja izquierda levantada.

- Ya te gustaría -contesté sin cambiar mi expresión y soltando su brazo.

- No lo sabes tú bien -dijo rompiendo su pose para volver a reír, me recordó muchísimo a Eugene Fitzherbert de la película "Enredados" -bueno pues vamos con el resto.

- No, no -dije otra vez bajando la voz -que siguen con las historias...

- ¿Y qué hacemos entonces? -preguntó con una sonrisa a lo que me encogí de hombros -¡Oh ya lo sé! -dijo dando una palmada entusiasmado, los ojos le hacían chiribitas.

- ¿El qué...? -pregunté con desconfianza.

- ¡Un fuerte! -fruncí el ceño sin terminar de entenderlo -¿nunca has hecho un fuerte con sábanas? -negué con la cabeza, si cogía las sábanas bordadas de mi abuela para hacer un fuerte, me mataba y me cosía a ellas después -¡pues vamos!

Echó a correr escaleras arriba dejándome sola otra vez.

- ¡Espera Niall! -grité corriendo detrás de él.

Cogimos no sé si cinco juegos de sábanas. Niall estaba como yo en Navidad, nervioso perdido, iba de un lado para otro como una moto. Bajamos otra vez al salón y empezamos a colocar las sillas en una especie de círculo dejando los respaldos mirando hacia dentro, colocamos las sábanas por encima de ellas de modo que quedó una especie de carpa aunque el centro estaba ligeramente caído.

- Voy a por unas mantas y las ponemos en el suelo -echó a correr otra vez escaleras arriba.

Entré al "fuerte" de rodillas y no estaba mal, si te sentabas la sábana te daba en la cabeza pero bueno, ligeros problemas arquitectónicos.

- Entro -Niall se arrastró hasta dentro arrastrando las mantas por delante de él y se sentó a mi lado, tampoco había espacio para mucho más.

Al final conseguimos colocar las mantas en el suelo y cogimos un par de almohadas para tumbarnos.

- Voy a apagar la luz -dijo Niall desde fuera -no te asustes.
Rápidamente puse la linterna del iPhone que alumbraba más que un faro. Volvió a entrar y se tumbó a mi lado con las manos por detrás de la cabeza.

- Voy a serte sincero, los que hacía con mi hermano quedaban mejor -dijo sonriendo.

- Soy amateur ¿vale? Mejoraré con el tiempo...

- ¿Va haber una segunda vez entonces? -preguntó bajando el brazo izquierdo y girando la cabeza para mirarme.

Me encogí de hombros ligeramente intimidada, la verdad era que no sabía muy bien lo que estaba haciendo allí, con él.

- Apaga anda -dijo cerrando los ojos.

- Estás tú que si.

- ¡Confía en mi! -Ahí me acordé de todo lo que había pasado y efectivamente no confiaba demasiado en él -mira si viene alguien a matarnos va primero a por mi porque se me salen los pies del fuerte, ¿si?

- Vale, pero como te huelan los pies y le espantes, tenemos un problema -le dije señalándole con el dedo y apagando la luz del móvil.

- Muy buena -dijo riendo, era malísima -me gusta esto ¿sabes?

- ¿El qué?

- Volver a estar contigo -le miré con una ceja levantada -¡pasar tiempo contigo! -rectificó suspirando -que parece que tengo que ir como en un campo de minas.

Bufé y me di la vuelta dándole la espalda. Pues claro que tenía que ir como en un campo de minas. Estábamos "bien", pero ya. A veces se me olvidaba, eso era verdad, pero eso no significaba que cambiara las cosas.

- Lo hice por ti ¿sabes? -había un ligero tono de acusación o más que nada, frustración.

No le contesté y él suspiró. No es que estuviese enfadada ni nada es que no sabía que contestar, eso estaba más que hablado y como siguiese recordándomelo iba a acabar creyéndomelo y me parecería hasta bonito, y no.

- ¿Ponemos a Olly? -dije volviendo a girar sobre mi misma para relajar el ambiente.

- Como no -contestó riendo y sacó su móvil -¿Hand on Heart? -asentí, esa era una de mis favoritas.

Niall empezó a tararearla, a los dos nos encantaba Olly Murs y yo además le conocí gracias a él, por un video que salían ambos y Niall le acompañaba con la guitarra en "Heart Skips a Beat" cuando Olly fue telonero en el "Up All Night Tour".

El sonido del mar siempre había sido mi favorito para relajarme, si, era lo típico, pero no había nada mejor. Excepto Niall susurrando las canciones de Olly Murs.