Stuck In The Past


Capítulo 23


Ella niega con la cabeza, pero sigue con esa sonrisa radiante que me dice toda la verdad. Ella me quiere. Se que lo hace. Sé que a pesar de ser un completo desastre, ella tiene la bondad de quererme. Y por eso debo sentirme el bastardo con más suerte en el mundo. 
Volteo su rostro tirando sin mucha fuerza de su barbilla, hasta que nuestros labios están juntos. No puedo evitar sonreír al sentir su beso. Ella se rinde y me abraza con fuerza, casi haciéndome colapsar sobre el acolchado. Recorro sus brazos con mis manos y siento su piel erizarse. Se separa de mi beso y me sonríe de una manera dulce. Se sonroja y me abraza de nuevo con fuerza. Refugia su rostro en mi cuello y siento su respiración relajarse. Acaricio su cabello, y beso su cien. No sé cuánto tiempo duramos en silencio, en esa misma posición, pero siento que este momento, pase lo que pase a continuación, puede traerme valor. No merezco siquiera su amistad. Pero es bondadosa. Ella es un ángel. 
Y no la voy a dejar irse. 














Capítulo 23
—Debemos ir lento. Muy lento. —Apenas logro distinguir sus palabras, que pronuncia entre dientes. No quiere decirlo, pero su voluntad es férrea. —Para.
—No puedo princesa. —Me encuentro confesando en su oído, luego de que muerdo su lóbulo. La siento estremecerse y pone su mano de nuevo en mi brazo. Tirando hacia atrás. Intentando alejarme. —Solo esta vez. —Repito. —Te lo estoy rogando. ¿Podrías tener compasión de este tonto?
—Qué cursi. —Se burla sin imponer más fuerza. —¿Y dónde está el chico que me quería matar con una navaja todo salvaje?
—Aquí mismo. Solo que no quiero hacerte daño. Nunca. ¿Me entiendes? Eres lo único bueno que tengo en la vida y no te quiero perder. Sé que no quieres lastimarme pero, vamos… soy un hijo de puta y estás harta de mí. No, no te rías. Sé que es cierto. Pero aquí me tienes luchando por ti como nunca había luchado por algo. Lo siento. Siento todo el daño que te he hecho. Yo soy el causante de que estés mal y por consecuencia, yo también lo estoy. Así que… linda, ¿podría tener una oportunidad contigo? ¿Solo esta vez?


Su compañera de habitación entra y sin mirarnos, coloca un par de cosas que no logro ver en el buró. Acto seguido, toma un bolso azul y sale. ________ está mirando hacia el techo, y solo pestañea. Yo no digo nada mas y tomo el extraño tubo de loción que la chica ha dejado. Vierto un poco en mis manos y comienzo a masajear los pies de _______. Un fuerte olor a alcohol llega a mí y ella suelta un quejido, dado a que sus heridas siguen frescas y el alcohol le lastima. Intento ir más lento, y ella ya no se queja tanto. 
En silencio, sin mirarla, sigo pensando qué puedo hacer en este momento para olvidar toda la tensión. Obviamente ella no quiere volver a eso, tiene miedo de todo lo que le he hecho. Pero no es mi culpa… bueno, en cierta forma lo es. Mi forma de reaccionar, de ser. Ella me aceptó con todo lo que sabía que tenía. Pero no puedo pedirle tanto a una persona tan buena. 
Al terminar de curarla, miro hacia ella y veo su cara empapada por lágrimas. Mira hacia abajo, jugando con sus dedos y respira con dificultad. Me acerco y tomo su mejilla, acariciando su piel húmeda. 


—Ya ha pasado. —Digo, relacionando las heridas y la loción. —Con esto te vas a curar. 
—Lo sé. —Suspira entrecortadamente. —Es solo que las heridas es lo que menos duele ¿sabes? Lo que me duele es saber que no podemos llevar todo en paz. 
—Es mi culpa.
—Yo me siento culpable también. No te he apoyado casi en nada y tu me has demostrado que darías todo por mi. A mi no me importa ya lo que has hecho, porque aunque me hubieras mentido, hiciste cosas por mi, que nunca nadie habría hecho en su sano juicio. Y te lo voy a agradecer de por vida. Está bien para mí si esta vez olvidamos todo. 
—Te amo.


Susurro en sus labios antes de irme despacio sobre ella, en un arrebato de felicidad. Escucho cómo suspira al envolver sus brazos a mi alrededor, y baja sus labios lentamente a mi cuello, besando lentamente mi piel. Aún siento sus lágrimas en su rostro, haciendo contacto con mi cuello. Pronto se queda quieta, solo sintiendo mis manos estúpidamente desesperadas y torpes tocándola de la cintura hacia arriba. Cuántas veces deseé esto desde que me separé de ella. Fue tan poco tiempo y me pareció una eternidad. Me siento mal de saber que ésta tal vez sea la última vez que podemos estar tranquilos de esta forma. 
Estoy completamente encima de ella, besándola rápido, pero cortésmente en los labios. Ella ha dejado de llorar y ahora sigue mi juego con su boca. Tomo una de sus piernas y la llevo a la altura de mi cintura, para acercarme más a ella. Le hago saber mis ganas de tenerla conmigo y en cuento me deja, quito su blusa, dejando su torso expuesto a mí. Solo a mí. Quité mi camisa y la volví a abrazar, sintiendo sus pechos rozando con mi piel, haciéndome estremecer. Ella toma la iniciativa y hace nuestro beso más apasionado tocando mi lengua con la suya. Respiro con dificultad cerca de ella y me separo de su beso. 


—¿No estarás considerándolo verdad? —Le pregunto antes de atrapar su labio inferior. —
—No. —Responde a secas. —
—¿No estarás pensando que soy alguien a quien le urge tener algo de sexo, verdad? Porque no es así. —Bajo sus bragas jugueteando con la tela y el elástico, beso su barbilla y hace una especie de “uhm” en un suspiro. Ella no lo sabe, pero lo hace todo el tiempo. Es cuando sé que está esperando por mí. —Solo quiero tenerte conmigo.
—Lo sé. —Dice divertidamente desesperada, mientras baja mi pantalón. La detengo y me levanto de la cama. —Justin…


Trato de evitar mi sonrisa y las ganas de verla así, desnuda y excitada en la cama. Camino con dificultar hasta la puerta y pongo el cerrojo, para evitar ser descubiertos. Hemos llegado hasta este punto, pero no sabemos qué puede pasar. Cuando me vuelvo, ella está mirando, curiosa, sentada sobre sus muslos, con su cabello alborotado y arrugando la frente mientras muerde su labio inferior rojo, por tantos besos. 


—¿Qué? —Bromeo con ella. —¿Quieres que nos encuentren jugando? 


Ella niega y busca entre las sábanas mi pantalón. Concentrada en ello. Ni siquiera le importa el hecho de que esté admirando todo su precioso cuerpo desnudo con detenimiento. Antes le apenaba, ahora ni siquiera presta atención. Y lo agradezco. Busca entre mis bolsillos y saca mi cartera, revisando, desesperada. Toma el paquete pequeño y metalizado, y mira la fecha de caducidad, como toda una experta. Alza la vista y me mira expectante. 


—Eres la cosa más linda que he visto. —Me burlo acostándome sobre ella nuevamente. —Y voy a hacer que esto valga cada jodido segundo. Solo necesito que hagas una cosa.
—Por el amor de Dios ¿qué? —Escupe con algo de ira. Para mí resulta divertido verla así. —
—Dime que me amas.
—Te amo. —Responde rápidamente. —
—No me lo creo. —Estoy jodidamente seguro que esto me duele más a mí que a ella. —Ni siquiera lo pensaste. Eso no me suena bien… —Sus manos bajan hasta mis caderas y me quita la única prenda que me quedaba. —¡Eh! Pequeña traviesa.
—Justin por favor. —Dice, pegándose más a mí. —
—Mi amor… —Sonrío, levantando su barbilla. —Solo juego un poco. 
—Deja de jugar. —Insiste. —Te amo. Te amo demasiado, me sorprende que aún no te des cuenta. 
—¿Aunque me persigan? 
—Podemos huir juntos. 
—¿Aunque sea un asesino?
—Yo también mataría por estar cerca de ti. 
—¿Entonces me amas?
—Te amo más que a nadie.


Es lo que necesito escuchar. La envuelvo en mis brazos tan fuerte, que temo lastimarla. La beso duro, y dirijo sus manos hacia las mías, guiando sus brazos, para tomar el preservativo que ella ha sacado de mi cartera. Entrelazo nuestros dedos y beso su cuello. Ella cierra los ojos y se arquea hacia mí. Con mi mano derecha, acaricio su cuerpo y llego hasta ese punto especial listo para mí. La toco por algunos segundos y sigo besando su cuello. En la primera señal de su casi orgasmo, retiro mis dedos y me coloco el preservativo. Entro en ella y siento sus dedos en mi espalda, luchando por no arañar mi piel. Sus labios me buscan, y se unen de nuevo. Me comienzo a mover sobre ella, y pronto ella acompaña mis movimientos. Gemidos salen de su linda boca entreabierta y cierra sus ojos con fuerza. Una última embestida con fuerza y todo su cuerpo tiembla en mis brazos. Grita y se deja ir. Incapaz de controlarse. Después, comienzo de nuevo a moverme, tocándola con desesperación. Ella se revuelve en el colchón de nuevo, y gime en mi oído. 


—De… de nuevo… —No sé si fue una pregunta, o una indicación. — No puedo… 
—Sip.


Nos seguimos moviendo, hasta que ambos caemos, rendidos y llenos de placer. Escucho su respiración volver a la normalidad, y al salir de ella, me recuesto a su lado. Al cabo de un rato, me levanto, envuelto con las sábanas y abro la puerta del pasillo. Está completamente vacío todo. 


—Regresa. No quieres que nos descubran. —Dice la voz perezosa de mi chica. —Justin, regresa aquí. 
—Hace calor, bonita. —Me encojo de hombros. —¿Hay algún baño cerca?
—¿Ducha o necesidad?—Pregunta cubriendo su rostro con una almohada. —Acá dentro tenemos uno, sin ducha. 


Río, y cierro la puerta. Entro al baño, me quito el preservativo y lo tiro. Voy al lavabo y con agua fría, lavo mi rostro. Fresco de nuevo, salgo del cuarto de baño y me encuentro con ________ envuelta en las sábanas, respirando lentamente. Me acuesto a su lado, abrazándola de la cintura, acercándola a mí. Siento su mano tocando la mía y escucho su risa. Beso su mejilla, dejando un rastro fresco en ella. Se voltea para quedar frente a frente y me regala una de esas hermosas sonrisas que siempre agradezco. Acaricio su espalda, y la miro fijamente.


—Solo me quieres por mi físico.
—Idiota. —Ríe ella. —


No sabe cuán feliz estoy de tenerla conmigo ahora. Me ha hecho un doble adicto. A ella, y a su felicidad. Si ella no está bien, yo tampoco. Soy un jodido cursi, que no puedo dejar de comérmela a besos. A veces tenerla me resulta irreal. No merezco tanto, pero lo agradezco, y no me alcanzará la vida para terminar de hacerlo. 


—Deseaba tanto estar así contigo. —Confieso, quitando el cabello de su cara. —Mi madre quiere conocerte. Y no aceptará un no por respuesta. 
—Es arriesgado, supongo. —Responde más preocupada que emocionada. —Justin aún no estamos tan bien como para salir juntos y que nos encuentren… no me lo puedo imaginar.
—Vamos, una vez no daña a nadie, y quiero presentarle a mi chica mi maravillosa madre. ¿Por favor?
—Ah. ¿Quién dijo que era tu chica? —Responde a la defensiva. —Tienes que invitarme a cenar primero. 
—¿En casa de mi madre?
—No llegues tarde.
—Aceptaste.
—¿Tiene algo de malo acaso? 


Comienza a reírse, y no tengo de otra mas que seguirle el juego. Esta chica está completamente loca, pero es un punto más a nuestro favor, porque… siendo honestos. Yo estoy igual o más loco que ella. 



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No fue tanto, no es mucho,
pero lo tengo y es precioso. Amé todo de este capítulo 
yeah, kdsfkldsnk 


Pronto buenas nuevas y 
el big final (faltan algunos capítulos) 

Gracias Por Leer
Much Love


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Mafer.