Stuck In The Past


Capítulo 9


Abrocha su cinturón de seguridad y se acomoda el cabello hacia un lado. Cuando han dado la primera vuelta, doblando la esquina, se siente más relajada. De verdad que se puso muy tensa con esa situación de Christian. Es un chico demasiado seguro de sí mismo, y eso le asusta. El simple hecho de que la primera vez que hayan hablado haya dado varias indirectas, la hace sentirse aterrada. Se vuelve hacia Justin y se tranquiliza un poco. Si es que Christian intentara ser un patán, sabe que no estaría sola. Su novio estará allí para ella en todo momento. 
Aclara su garganta y revuelve las cosas en su bolso, intentando buscar algo, lo que sea. Recordando que la primera vez que vio a Justin, éste le plantó un beso increíble. Odiaría a todos los chicos creídos y con demasiado ego, quienes piensan que son dueños de todo el mundo y van por la galaxia, pero aún así no estarían a su alcance. Ni ella para ellos, ni ellos para ella. Hay muchas diferencias. Los chicos así no consiguen nada especial ni siquiera intentando de volverse tranquilos y dejarla primero que nadie más en su bruta vida. Claro, que como en todos los casos, hay excepciones. Excepciones demasiado claras. No es nadie para poner límites y aunque esté abierta a nuevas experiencias, debe tener prioridades. Pero Justin sería su única e inigualable excepción. 


—¿Cómo te ha ido en tu primer día? —Pregunta rompiendo el silencio que se proyectaba desde que ella abordó el auto. —Deseo saber cada detalle.
—Bueno… —_______ deja su bolso entre sus piernas y suelta su cabello para volverlo a tomar en un moño alto. —Digamos que no fue muy dinámico. Solo nos explicaron lo básico y desde el primer día siento que estoy en problemas.
—Eso pasa siempre. —Estira la mano y le da unas ligeras palmaditas en la pierna. —Pero creo que estarás bien, el primer día es el más confuso.
—Bueno, dado el hecho de que debo trabajar contra el hijo de mi jefe para tener el puesto de fotógrafa general… digamos que cuenta como un grave problema.
—Esos imbéciles ni siquiera tuvieron que estudiar. —Justin aprieta más el volante, se pueden notar sus nudillos tensos. —
—Lo que me reconforta es que el público decidirá quien es el ganador. —Se encoje de hombros. —Espero que todo esto sea honesto, si no, no sé que voy a hacer.
—Sabes que podemos contar con el magnífico Joe Weed que hace trabajos sucios. —Guiña graciosamente y después se vuelve. —Es broma. 
—No es muy divertido… —Duda ______ pensando en los problemas en los que se ha metido gracias a tener que salir con alguien con amistades un tanto peligrosas. —Me alejo de todo eso, después de que casi muero en cada cita contigo, prefiero todo por separado.
—En mi defensa todo está más tranquilo. —Plantea Justin aparcando el auto cerca de la acera. Un restaurante con un nombre un tanto exótico, aparece a su lado. —Bueno, justo como prometí, hay una mesa lista para nosotros en este lugar. 
—Me parece bien. —Asiente la chica sonriendo hacia su novio. —¿No es demasiado elegante?
—Lo probaremos. Mírame. —Estira sus brazos y deja ver un poco su atuendo que consiste en jeans oscuros y una camisa azul oscuro, casi color negro. —Si me llegan a llamar la atención, no sería una buena idea. Como siempre, tú eres la refinada en esta relación.


________ ríe por lo bajo y observa su atuendo un poco más elegante que el de Justin. Verdaderamente si hay normas de vestimenta, si uno de los dos logra entrar, sería ella y no Justin.  Éste toma la barbilla de su chica y la guía hacia sus labios para regalarle un beso pequeño.
Baja del auto y rodea rápidamente para abrirle la puerta a ______. Ella observa detenidamente el atuendo ahora más visible de su novio. Sonríe. Justin es una de esas personas que se pueden ver elegantes si actúan como tal, aunque traigan el pijama puesto. Cada vez se siente más atraída. Ambos entran tomados de la mano justo después de verificar que el auto está en un sitio seguro. Se detienen frente a la recepcionista y les indica su mesa. Ambos toman asiento y toman las cartas. Llega el momento de ordenar y ambos piden un plato de espagueti con salsa de tomate. El camarero llega con dos vasos de agua, de cortesía para la espera. _______ juguetea con las flores del centro de mesa azul que está elegantemente adornado para la mejora de la vista en el lugar. 


—¿Me ayudarías a buscar un lugar especial? —Pregunta al soltar la flor. —Es para el reportaje. No me han asignado muy bien a los editores, pero prefiero ir con ideas.
—Bueno, el lugar más especial sería mi cama. —Sonríe y hace sonrojar a la chica. —No me digas que miento, dulzura.
—No puedo comentar al respecto. —Musita _____ intentando cubrir sus mejillas sonrojadas con la servilleta de tela que se encontraba acomodada de forma triangular en la mesa. —
—¿Te he dicho que te ves adorable así? —Señala Justin antes de dar un trago a su agua helada. Suelta el vaso en el mismo lugar de donde lo tomó y se apoya en la mesa para acercarse más a _______. —Creo que te pondré incómoda más seguido. 
—Ya, en serio.
—Bien. —Coloca una mano en su cuello, masajeándolo e intentando pensar en algún lugar significativo. —Bueno… no tengo idea. Iniciamos bien ¿no?
—Puedo apostarlo. —______ cubre su rostro con sus manos y suspira pesadamente. —Dios, estoy perdida.
—Recuerda que es solo el primer día, ya saldrá algo. Te ayudaré.
—Gracias Justin. —En su bolsillo, su teléfono comienza a sonar. Se levanta y se disculpa por medio de señas. —Ya vuelvo.


Camina hacia los sanitarios, al momento de contestar su teléfono. El identificador de llamadas la hace maldecir por lo bajo. Su madre se ha enterado de que ha salido del centro sin su permiso. Seguramente sí. ¿Qué haría si no informarse de su hija quien ha estado internada por problemas alimentarios? Oh vaya, ni siquiera sabe sobre su trabajo nuevo. Decide tomar fuerzas y contestar a esa llamada amenazante. 


—Hola mamá. —Finge no estar algo alterada. —¿Cómo estás?
—¿Saliste del centro y no me avisaste? —Su voz más que molesta, parecía muy decepcionada. —Hija, sabes que era mi responsabilidad recogerte. Me han dicho que has conseguido el empleo y supongo que tendrás un apartamento.
—Lo tengo, de verdad. —Ignora el hecho de que vive con Justin para no alarmarla. Sabe que Lidia no pudo haberle contado ese pequeño detalle importante, por solidaridad. —Pronto te invitaré, lo prometo. Es muy bonito.
—Bueno, no podemos hablar de todo este desorden por teléfono. —Asegura ella. —Tengo que dejarte de momento, pero no te salvas. Voy a saber todos y cada uno de los detalles sin excepción. 
—Está bien mamá. —Sonríe al saber que existe ahora una comunicación normal con su madre. —Buena tarde. Te amo.
—Con cuidado linda. Te adoro. Y sigo molesta.


Al colgar, sonríe y aparta un mechón rebelde de su rostro. Al darse la vuelta, se topa de bruces con un sonriente Christian, quien abre los brazos, dispuesto a tomarla en ese abrazo improvisado. Se queda inerte unos segundos, contemplando su mirada burlona y a la vez encantadora.
Sus cejas oscuras se curvean de una manera extraña, que lo hace adoptar siempre un aire sarcástico, de un chico que no se toma nada en serio. 
Se aparta lentamente dando tumbos hacia atrás con una mueca fingida de desprecio. Intenta imitar su mirada, pero a la inversa. Que sepa que ella manda y que puede tener el control de lo que le de la gana. Consigue escasos resultados y Christian no cede.


—Supongo que debo tomarlo como otro rechazo. —Se encoje de hombros y la mira fijamente, pretendiendo buscar sus ojos. —¿Qué te parece? Es un encuentro casual. No podría haberlo definido mejor.
—¿Cómo sé que no me has seguido? —Bromea ella un poco abrumada por la misteriosa presencia de Christian en el mismo lugar. —Como sea, no interesa, solo… debo volver con mi novio.
—¿Es ese chico de allá?
—Hay muchos chicos por allá… —Disimula no ver que él señala a Justin, quien está concentrado en su teléfono. —No podría decirte.
—Sí que eres cabeza dura. —Se burla Christian negando con la cabeza. —Como sea mujer, debo entrar al sanitario. No me estés deteniendo. ¡No me detengas he dicho!
—Yo no… —


Es el momento en el que se da cuenta de que todo el restaurante se ha dado cuenta de su discusión inventada y fantasiosa. Justin está arrugando el ceño, aún en la mesa. Hace el ademán de levantarse para correr en su ayuda, preguntando con la mirada si todo está bien. ________ asiente, nerviosa sin querer iniciar un problema mayor al atraer la atención de veinte personas con un solo grito inofensivo. Bueno, de hecho no lo es. Christian Kingston no es inofensivo y ahora se ha dado cuenta. ¿Qué otra explicación tiene? Los ha seguido.


—Tengo ases bajo la manga. —Escucha su voz sobre sus pensamientos y tarda en darse cuanta de que no lo recordó. Él se lo está repitiendo justo como antes. —No olvides ese detalle.


No le responde. Solo lo mira de mala gana y regresa a su mesa con Justin. Se sienta y acomoda su servilleta en sus piernas educadamente, aunque su mirada transmite todo menos calma. Justin la escruta, al momento de que llega su orden y ella ataca el plato con el tenedor como si su vida dependiera de aquello. Bueno, de hecho podría decirse que sí. 
Levanta su barbilla y Justin la mira serio, sin siquiera haber tocado su comida. Estira su mano, y por inercia ______ retrocede. Él toma su hombro y la acerca. Con la misma, suelta el hombro y usa el pulgar para limpiarle una mancha de salsa de la comisura del labio. Al hacerlo, se aleja y limpia su dedo en la servilleta. Le regala una media sonrisa.
Durante el resto de la comida, el hielo se rompe, pues Justin le cuanta sobre la carrera que tiene en algunos días. Intenta convencer a ______ haciendo caras dignas de un gran actor de drama, o de un niño que quiere que le compren algo en navidad. La chica ríe al ver sus intentos fallidos, pero aún así lo está considerando. 
La mandíbula de Justin se tensa, y ______ sabe porqué. Se vuelve y ve a Christian saliendo del pasillo, acomodándose en una mesa no muy alejada. Toma su vaso con agua y lo levanta, brindando hacia ellos con una sonrisa de sorna. A ella se le revuelve el estómago de nervios. 


—¿Quién es él? —Susurra Justin volviendo a escrutarla algo molesto. —
—Él… bueno, es… mi competencia. —Elige el escape fácil. La verdad. —Christian Kingston, hijo de mi jefe. Es un odioso. Se comporta como un niño. Es del tipo de los malos… tú sabes. Solo quiere atención.
—Lo noto. —Musita sin dejar de mirarlo. —
—Deja de mirarlo Justin, ya tengo suficiente con sus bromas de mal gusto. —Esconde su rostro entre sus manos y comienza a juguetear con su tenedor. —Si te parece, creo que es buena la opción de irnos…
—Tengo la impresión de que está muy interesado… —Murmura Justin sin dejar de atacar a Christian. —¿Qué espera para dejarte de ver?
—No me está mirando… no lo creo.
—Está bien, entonces pone tus ojos fijos en ti por nada y ni siquiera se da cuenta de que yo estoy contigo. —Asiente, sonriendo sarcásticamente. —Bien, me parece bien. Eso no es mirar, para nada ______.
—Solo vámonos Justin.
—Buena idea.


Ambos se levantan al mismo tiempo. Justin saca su cartera, saca dos billetes y los arroja a la mesa con cierto enfado. Lanza una última mirada a Christian antes de tomar la mano de ______ y saliendo rápidamente del lugar. 
Sin decir alguna otra palabra, abre la puerta del auto para ella, espera  a que suba y la cierra. Al llegar a su lugar, enciende el auto, lo pone en marcha y acelera rudamente hacia la carretera. No le da tiempo a ______ para abrocharse el cinturón y ni siquiera prende la radio como algunas veces. Solo deja que fluya el drama y sobre todo, la tensión versión mundial del momento. 


—Justin, no veo el problema de que bajes un poco la velocidad.


No responde y no baja la velocidad. Para adoptar un aire más frío, se coloca sus gafas oscuras y enciende un cigarrillo lo sostiene con sus dientes, para luego soltar con una mano el volante y darle la primera calada para retirarlo de su boca. Acto seguido, suelta el humo y lo vuelve a colocar. 
Durante el trayecto no se habla de nada, así que _______ saca el pequeño cuaderno donde realizó sus apuntes y se pone a revisar las reglas una y otra vez. Cada que se vuelve hacia Justin, él sigue mirando hacia el frente (o por lo menos eso piensa, ya que tiene las gafas de por medio) prefiere no iniciar un drama y se queda callada hasta llegar a casa.
Capítulo 10
Al llegar es el mismo asunto. Ambos bajan del auto y suben en silencio las escaleras, hasta llegar al pórtico. Justin abre la puerta y la deja entrar primero. Cuando cierra la puerta, se escucha que lo hace aún molesto, dado al portazo. 
________ camina hacia su nueva habitación, pues supone que no es el momento de estar con Justin. Cierra la puerta y se desnuda, para luego envolverse con la toalla que encontró doblada en el baño. Abre la llave de la ducha y regula la temperatura del agua hasta que está fresca. Se quita la toalla y entra completamente. Cerrando sus ojos intentando relajarse. Toma el bote de shampoo con aroma frutal que Justin le había llevado apenas ayer. Al enjuagarse el cabello y el cuerpo, cierra la llave y se vuelve a envolver con la toalla. Al salir del baño, en su mesita de noche, junto a un frasco naranja, está una nota. La toma y lee con algo de miedo, dado a que cuando entró esa nota no estaba, y Justin ahora está muy molesto.

“Te he conseguido tabletas de hierro según el régimen. Tómalas siguiendo las instrucciones que te daban antes.” 

Mierda. Se siente culpable, triste y molesta a la vez. Sabe perfectamente que Justin no se merece ningún tipo de disgusto así, pero por otra parte, ella no estuvo coqueteando con Christian y mucho menos planeó ese desagradable encuentro. Así que ¿por qué tanto drama? Tal vez Justin se sintió amenazado. ¿Pero por qué? Si se siente amenazado de seguro es porque se está guiando por algo. Y ese algo es ese chico nuevo en su vida que ni siquiera conoce bien. 
Toma su cabello en una coleta floja de lado y se pone unos shorts de mezclilla  una camiseta grande y floja, digna para usarse solo de pijama. Se recuesta en la cama y dormita unos segundos. No puede. Se pone de pie, se coloca una blusa más presentable, calzado deportivo  y mete algunas cosas en su bolso, toma su teléfono y sale de la habitación, justo cuando Justin estaba por tocar la puerta. Ha dejado sus gafas oscuras. 


—¿A dónde vas? —Pregunta con su tono de voz más calmado. —
—No lo sé, tal vez al centro, quiero buscar sitios nuevos para el reportaje… y también puedo buscar un apartamento, no quiero incomodar. 


Se abre paso y evade los brazos de Justin. Es una maldita y siente que se va a ir al infierno con el simple hecho de comportarse así. Pero es algo que hace más que nada por dignidad. Dignidad de la buena. Justin se queda detrás de ella sin siquiera intentar seguirla. Sabe de antemano que el problema lo inició él por no saber confiar. 
Al escuchar la puerta principal cerrarse, suspira y se coloca las manos en su nuca, mirando hacia abajo. Camina hacia la habitación de su chica, y abre la  ventana un poco para ver directo a la calle. Ella camina derecho y da vuelta en la esquina, desapareciendo detrás de un muro. 
Maldice por lo bajo y corre a su habitación para tomar sus llaves y su teléfono. Sale, entra al auto y marca el número de Jace.


—¿Estás ocupado hermano? 


***


—Las rosas son demasiado típicas. —Duda con una mueca, mirando el enorme corazón hecho por rosas que hay en un aparador cercano. —Mi chica no es para nada típica. Es mucho más que rosas.
—Eso dicen todos… —El dependiente pronto se arrepiente de su comentario al ver la mirada desaprobatoria de Justin. —El problema es que así es. Toda mujer es especial a su manera y debemos encontrar una flor específica que se adapte a toda su personalidad.
—Entonces… ¿qué te parecen unas violetas? —Pregunta Jace señalando un nuevo arreglo de color digno del nombre. —Me parecen unas flores completamente especiales, de hecho.
—Hombre ¿cómo ha durado tu relación con Addy teniendo gustos tan de la mierda? —Justin está desesperado. —Nunca he regalado flores a alguien que sigue vivo. Pienso que las flores son más para los muertos, pero por alguna razón a las chicas les gustan. Una cosa es llevarle un arreglo bonito para felicitarla por su recital, pero esta vez quiero en serio una reacción positiva.
—Tal vez sea más una chica de zapatos. —Opina el dependiente. —Aunque debo admitir que no hay señorita que se resista a un bonito arreglo floral.
—Exacto. Sé que ella se merece lo mejor. Las rosas no son lo mejor y las violetas definitivamente no serían su estilo.
—¿Cómo es ella? —Pregunta el dependiente, mirando fijamente a Justin, aunque se siente intimidado por la mera presencia y actitud del chico. —
—Ella es perfecta. —Musita Justin tomando un ramo de tulipanes amarillos, mirando la tarjeta, para luego dejarlos en su lugar. —
—Sé específico idiota. —Jace también busca algo para Addy, pero es más práctico. Ha elegido una rosa blanca con una tarjeta. — 
—Vale, vale. Ella es una chica reservada. Muy educada. —Sonríe instintivamente. —Muy dulce. Demasiado delicada. Es inteligente, humilde y algo vulnerable… sentimental.
—Hablamos de una chica práctica.
—Pero especial. —Continúa Justin. —Quiero que tenga claro que la amo.
—Entonces te recomiendo margaritas. Son flores típicas, pero delicadas y son conocidas y amadas por las chicas dulces. 
—Sí, si. Es cierto. —Opina Jace. —Margaritas para ______. Es perfecto.
—¡No!


***


Camina toda la tarde por el centro. Buscando lugares en los cuales podría conseguir buen material para su reportaje. También ha buscado por apartamentos, pero ninguno la convence lo suficiente. O es por el hecho de que no quiere separarse de Justin. Como sea, cuando estamos buscando algo que simplemente no necesitamos o no queremos necesitar, simplemente nada convence. Así que más vale regresar ya. Tal vez su dignidad ya deje de jugarle tan chueco. 
Toma el autobús de la misma ruta que tomó para alejarse, solo que ahora lo hace obviamente para regresar. Tiene algunos apuntes y algunas ideas, así que no pudo negar que no consiguió nada. Valió la pena salir a despejarse y sobre todo, encontró un buen lugar donde comer helado y mirar la naturaleza. Mas no se adentró tanto al lugar. Lo dejó para la vez que vuelve con más ganas de pasar un buen rato.
Al bajar del autobús, ya estaba anocheciendo. Dado el drama de la comida, no comió muy bien, aparte del helado. Su estómago está tal vez más rebelde que de costumbre. Esta vez pide a gritos comida, no importa que no esté en su menú. Ahora todo podría entrar con facilidad. 
Olvidó que no tiene llaves de la casa aún. Con la dignidad algo molesta por hacer drama y luego tener que ceder, toca el timbre y espera que Justin abra. En cuestión de segundos él abre y le obsequia media sonrisa. 


—¿Todo bien?
—Algo, muero de hambre. —Ataque de dignidad. —Debo ir a preparar todo para mañana y vuelvo para cenar. ¿Supongo que tú ya lo hiciste no? que tengas buena noche. 
—Igualmente. —Responde Justin dirigiéndose hacia el refrigerador, fingiendo solo tomar un poco de agua de una botella. —


________ se descuelga la bolsa de su hombro y entra a su habitación, la cual está completamente en penumbras. Enciende la luz y deja caer la bolsa en el piso, junto a sus pies, gracias a que la suelta para cubrir su boca con sus manos. Sorprendida. No puede creer lo que está frente a sus ojos toda la habitación está llena de arreglos florales, con todo tipo de flores. Justo en el centro de su cama hay un pequeño arreglo de rosas con una tarjeta abierta, en la cual se puede leer a simple vista “Lo Siento”. Camina hacia su buró, donde hay más flores con varias notas de colores con frases como “te amo”, “lo siento mucho”, “nunca te dejaré ir”. 
Retrocede, aturdida por semejante gesto que la tomó por sorpresa, choca con el pecho de Justin y él la acoge en un abrazo, masajeando sus hombros.


—Te mereces lo mejor. —Dice antes de besar su cuello. —Yo… yo no sabía qué flor era tu favorita, así que decidí tomar un poco de todo…
—Es demasiado… tú siempre con tus detalles monumentales…Y mi flor favorita es la margarita. —________ toma sus manos, cerrándolas en su cintura y recarga su cabeza en su hombro. —No debiste, no estaba molesta, yo solo… vale sí estaba molesta.
—Oh… margaritas. Ahora lo sé. —Asiente Justin recordando la predicción ahora acertada del dependiente. —En cuanto a lo otro… es un nuevo sentimiento o algo así. No quiero compartirte con nadie, nena. Eres mía, eres mi novia y no quiero perderte. Eso me hace ser muy posesivo, pero entiéndeme…
—Los celos son aceptables, yo los siento a menudo, solo que no te lo digo.
—Creo que nunca me di cuenta.
—Es momento de pedir perdón mutuamente. —Dice algo fuera de sí, pues Justin está tomándola de las caderas y besa su cuello muy lenta y sensualmente. —Para, para…
—Tu cuello es bellísimo. —Murmura marcando en la piel sus palabras con los labios. —Creo que luciría más con algo especial.
—No Justin. Marcas no.
—Juguetona, claro que no preciosa. —Ríe y retira sus manos de la cintura de la chica. En un momento siente el frío en su cuello. Una cadena de plata con un dije en forma de una pequeña y delgada llave. —De esto hablaba. Tienes la llave de mi corazón.


Deposita por completo el collar en su cuello y asegura el pequeño broche. Acomoda el dije y aprovecha la cercanía para besarle su hombro. La toma de ambos para darle la vuelta y la mira a los ojos. Quita el cabello de su rostro y la besa lentamente. Como si fuera la última vez que la tendrá cerca. Ahora ha comprobado que tiene que cuidar aún más a su chica. La ama, y lo tiene muy claro. Y no por alguna estupidez de su parte, va a perder todo en un segundo. 
La abraza con fuerza, hasta levantarla del piso. Al bajarla nuevamente. La toma de la mano y la lleva directo a la cocina para cenar algo. Durante el resto de la noche se la pasan mucho mejor que antes. Conversan, se divierten y hay una pequeña guerra de almohadazos. Terminan cansados y ______ queda dormida con su mano entrelazada con la de Justin. Juntos, en esa habitación llena de flores.



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¿El Christian Kingston de verdad les recuerda al
monumental Grey? Porque a mí sí, tiene como
el aura de rudo y acá, ah. 

Nota: Mafer bien lectora de auras, ¿uhm? 

Hoy les dejos dos capítulos a consecuencia
de mi ausencia por una semana *se maltrata mentalmente*
tareas, visitas a museos, salidas y cosas así. Me tienen
hasta los cuernos que no tengo. Ah.

Gracias por leer y por ser pacientes.

#MuchLove #FelizSemana 



*PRIMERA TEMPORADA (Stuck In The Reality) AQUÍ: http://twitpic.com/dhdwej 
*Si cambias de username avísame por favor.
*Si no te avisé, o lo hice dos veces, regañame.
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Mafer.