Stuck In The Past


Capítulo 4


La miro y me parece extrañamente diferente. Siento como si nada de lo que vivimos antes hubiera pasado. Su rostro me mira con miedo, y reacciona alejándose de mí. Sus ojos llorosos me suplican que no le haga daño, y me pregunto porqué me puse tan rudo con ella. Lo único que quiero es tenerla a mi lado como antes y fue una decepción al comportarme como un jodido patán. Pero ¿Qué más puedo hacer? Conozco la necedad de ______ y si no fuera por mi carácter, ella haría lo que quisiera… bueno, he fallado. Aún con mi carácter, ella se alejó.
Se da la media vuelta y comienza a caminar por el oscuro cemento seco del lugar. Me quedo quieto, intentando buscar la forma en la que puedo hacerla regresar. Pero no me viene nada a la mente, en concreto. Cuando me doy cuenta, ya estoy caminando hacia ella y la tomo del brazo. Deslizando mi mano hacia su muñeca y apretándosela con fuerza. Esa siempre ha sido mi reacción. Por más que trato de no hacerlo, siempre termino lastimándola. Aflojo la mano y bajo de tono mi mirada, intentando tranquilizarla. La jalo con cautela un poco más cerca de mí, y le ruego… cosa nueva en mi personalidad. 


—No sé que hice que te alejó de mí. —Suspiro, dejando al descubierto mis pensamientos. —Pero te he extrañado cada maldito segundo de mi vida.
—No sé porqué mientes.
—Joder, nena… —Cubro mi rostro con las manos en señal de frustración. La tomo de la cintura y después de sus mejillas, haciendo que me mira directamente. — ¿Qué te he hecho? Me quieres culpar de algo que ni yo mismo sé que hice, me quieres culpar de algún mal entendido de mierda… yo…
— ¡¿Es que a caso no te enteras?! —________ alza la vos y me observa con sus profundos ojos llorosos. —Justin, fui a la estúpida fiesta de la amiga de Carter, ahí estaba… no sé que mierda me dieron que enloquecí. Me divertí y decidí ir al baño.
—Por un demonio… —Lo que hice está más que claro. Lo recuerdo poco, pero sé que lo hice… pensaba ocultarlo y ahora me doy cuenta del pedazo de imbécil que soy. —
—Ya lo has recordado ¿cierto? ¿Tienes idea de cómo me sentí? ¿Tienes idea de todo lo que tuve que hacer para no volverte a ver? Justin, he pasado por tantas cosas en estos meses que de verdad mi problema contigo es una pequeñez. Yo estoy con esta enfermedad de mierda que yo misma me provoqué, pero agradezco estarlo en vez de tener que soportar tus mentiras.
—No…


Intento decir algo, pero mi garganta está tan cerrada, que me detengo. Ella me observa sin entender porqué me ha dicho todo esto. Intento tomarle la mano otra vez, pero ella la quita bruscamente. Soy un bruto. Un imbécil. Corro detrás de ella y vuelvo a tomarla en mis brazos. No dejo que mi actitud molesta-dolida arruine el momento y solo lloro a su lado. Tomo su cara entre mis manos y toco su frente con la mía. Ella jadea en su llanto, intentando cesarlo, pero es obvio que está consumida. 


— ¿Qué es lo que tienes? —Pregunto sobre la supuesta enfermedad que tiene. —_______, sólo dime qué tienes.
— ¿Acaso te importa?
—No hay nada más importante en mi vida que tú, entiéndelo. —Insisto. Ella suspira y sus labios se curvean tristemente. —No, no… nena no llores.


Mis rodillas tiemblan y la abrazo. Escondo mi rostro en su cuello e inhalo su delicioso aroma. En eso no ha cambiado nada… acaricio su espalda con mis manos y mi corazón se vuelve loco al notar que ella también me abraza a mí. Mis labios besan la piel helada de su cuello, subiendo hasta su mejilla. Acaricio su barbilla y me vuelvo a perder en esos bonitos ojos suyos. Me siento como si no hubiera pasado el tiempo, la tengo finalmente en mis brazos y es lo único que me debe importar. Ella es mía. Va a ser mía hasta siempre y voy a luchar por ello.


—Te amo _______.


No dejo que ella conteste algo que me pueda lastimar. Empujo sus labios hacia mí y ella ahoga un gemido de llanto contra mi boca. Enrollo mis brazos con más fuerza a su alrededor para no dejarla escapar lejos de mí. Separo nuestros labios y los vuelvo a unir, sintiendo como ella cede a cada segundo que pasa. Siento sus manos en mi cintura, yendo hacia atrás, acercándome a ella aún más. Siento en su pecho su corazón latiendo. Debe ser magia… ella está de nuevo conmigo y no voy a dejarla ir. 
Nuestros labios de nuevo comienzan a encontrarse y no se dejan ir. Ella abre su boca sensualmente en mis labios y atrapa con voracidad. Pronto su llanto cesa y se concentra más en hacerme sentir bien, tanto como yo lo hago para que ella entienda que no le estoy mintiendo. No más. No más mentiras de mi parte. De ahora en adelante le voy a entregar todo de mí a la que algún día fue mi chica, y que ahora, con mayor razón deseo recuperar. 
Cuando me separo de ella, espero con ansias ver su reacción. Sus ojos me escrutan atentamente esperando a que haga otro movimiento. Sonrío en su dirección y la noto sonrojarse. Esa es la chica que nunca debí tratar mal. Ésta es la chica de la que estoy enamorado. Ella está aquí conmigo y no quiero que se vaya.


—Dime qué sientes. —Le ruego, no sin antes besarla de nuevo. —No te dejes llevar por lo que hice tiempo atrás. Dime qué sientes ahora. Solo dime qué te hice sentir en este beso. Sé honesta y enséñame a decir la verdad. 
—Debo volver a casa… —Dijo ella, mirando hacia atrás. Cuando volvió a mirarme, sus ojos de nuevo estaban luchando por no llorar. —Justin, en verdad debo regresar. 
—Cásate conmigo. —Solté dejándome llevar por el momento. —En este mismo momento mi amor… casémonos y de verdad prometo serte fiel hasta el final de mis días. Solo quiero estar contigo. 


Ella tomó mi mano, sin apartar la vista de mi rostro. Su cara se iluminó y comenzó a llorar de nuevo. Forcé una media sonrisa, pues todo lo que quería hacer era llorar igualmente. Acaricié su mejilla y por tercera vez la apreté contra mi pecho. Esta vez fue ella quien me tomó de la mano y entrelazó nuestros dedos, besando mi cuello húmedamente por sus lágrimas. No puedo soportar el tiempo y vuelvo a besarla. Un solo beso casi eterno. El más sincero que le pude haber dado. Al apartarme de ella, seco sus lágrimas con mi pulgar y recojo su cabello detrás de  su oreja.


—Dime qué tienes… —Insisto, obviamente preocupado. — ¿Te puedo ayudar en algo?
—No quiero contártelo. —Espeta firmemente, pero su mirada está más relajada, y mucho menos temerosa. —No quiero preocuparte.
—Creo que me preocuparía más si no me lo dices. —Tomo su barbilla y hago que me mire. —Ahora… vamos. Puedes decírmelo.
—No lo creo.
— ¿Podré saberlo algún día?
—Debes ganártelo.
—Eso quiere decir que tengo que pasar mucho tiempo contigo para ganármelo. Eso es demasiado bueno de tu parte… —De un momento a otro me siento mejor, y afortunado por ser beneficiado por su hermosa personalidad. —No me equivoco ¿cierto?
—Me temo que no… —Duda mi chica… bueno, ya no es mi chica, pero aún siento como si lo fuera. —Comenzar desde cero sería esencial para ganártelo. Necesito tu confianza. Y tú necesitas la mía.
—Yo ya confío en ti. 
—Pero yo no…
—Es buena señal de que me conoces en serio. —Dibujo media sonrisa en mi rostro, jugando con ella. —Te he mentido tantas veces, que ya no lo recuerdo…
—Siempre logras salirte con la tuya cuando quieres ¿ah? —_______ se cruza de brazos y su mirada de tristeza, cambia a ser la misma de siempre. —Tenía entendido que me mentías, pero eres tan descarado que bueno… te creo.
— ¿Me crees?
—Creo que me has dicho que eres mentiroso. Eso es lo que creo.
— ¿Y si te estoy mintiendo ahora mismo?
—Ni tú mismo entiendes lo que dices Bieber. —Sonríe y me golpea en el hombro no tan fuerte como para lastimarme, pero aún así hago como si me hubiera dolido un montón. —Ahora basta. Debo irme a casa, tengo toque de queda.
—Te llevo.
—No, no puedes. —Agranda su mirada en modo de advertencia y me toma la mano para llevarme hacia el auto. Yo agradezco por dentro tener su toque. —Solo… conduce hasta donde yo te diga y ya. No te diré donde vivo porque no saldrías de allí 
—Vaya que me conoces.


***


Conduzco atento a los lugares de mí alrededor, memorizando cada calle para no perderme cuando vaya a buscarla cada día (ella me conoce demasiado bien) y daré con ella sin siquiera preguntarle. El trayecto es mejor que el intento de secuestro de mi parte. Ella habla sobre su nuevo trabajo, pero tampoco dice nada de dónde es ese dichoso set de la revista. Pero me alegra en lo más profundo que haya seguido mi consejo e hiciera lo que más le gusta en el mundo. 


—Tal vez sería buena idea que hicieras una sesión para mí. —Bromeo mirándola de reojo mientras conduzco. —Tengo habilidades de modelo… te podría seducir. 
—Tentador… pero de verdad necesito seriedad. Y tú eres un niño. —Dice ella golpeándome por segunda vez en el mismo hombro. De nuevo finjo dolor. —Te pones a pintar paredes de lugares cerrados y se supone que son reliquias. Eso es muy infantil.
—Tú lo has hecho. —Giro en la esquina rápidamente y ella se sorprende. —De seguro no se preocupan si llegas un poco más tarde ¿verdad?
— ¡Justin necesito regresar! —Grita ella, desesperada mirando por la ventanilla al darse cuenta de mi desvío. —Da la vuelta ahora.
—No puedo. Es un solo sentido. —Sonrío y acelero. —Me lo agradecerás. 


Tomo la carretera hacia la playa y en poco menos de veinte minutos estamos frente al gran castillo que hay en la colina. Bajo y corro alrededor del auto para llegar a su lado y ayudarla a bajar. Ella me lanza una mirada asesina, y yo solo sonrío y llevo mi brazo hacia por sobre sus hombros, caminando juntos hacia la entrada. Cuando entramos, la llevo rápidamente hacia donde tengo mi nuevo dibujo sin terminar. 
Las alas negras se despliegan por toda la pared, sobre otros dibujos viejos y casi despintados. No puedo evitarlo y me coloco detrás de ella, rodeando su cuerpo con mis brazos, respiro cerca de su oreja y ella suspira. Cree que no me di cuenta ¿eh? Pero sí. Aquí estoy tan cerca como para escuchar sus pensamientos, y obviamente son sobre nosotros. Sobre lo que va a pasar ahora que estamos tan juntos. Yo no apostaría en contra mía. No sé si pueda contenerme.


— ¿Notas cómo se despliegan a lo largo y ancho? —Indico con mi dedo índice hacia la vieja pared recién pintada. —Yo quería que fueran monumentales. Pero me terminé la pintura. Pronto volveré a terminarlas. Creo que es una hermosa obra de arte… sin deseos de alardear. 
—Vaya… —Por un momento se queda sin habla. — ¿Cuándo es que tú, Justin Bieber – Jason McCann alardeas? 
—He captado tu indirecta directa. 
— ¿Puedo ir al balcón? ¿Aún existe?
—Claro que existe, en vez de una silla hay un sofá. —Río y la tomo de la mano antes de echarme a correr como un loco. — ¡Cuidado con las escaleras!


Subimos corriendo las escaleras y me detengo en seco en la entrada de la habitación. ______ sigue de largo hacia el balcón y pone sus manos en los soportes de concreto. Mirando hacia abajo. Me acerco hacia una esquina del cuarto, donde hay un bulto grande, cubierto por una manta negra cubierta de polvo. La quito y debajo de ella hay un sofá casi nuevo, color marfil, muy elegante. Me siento en medio de ese gran sofá y la observo. Ella se vuelve y se ríe al confirmar que hay un sofá en el lugar. 
Me levanto y camino hasta quedar a su lado y rodeo su cintura con mi brazo. Ambos miramos el océano revuelto y sentimos el aire caliente de la noche. Cierro los ojos y le doy un beso en la cien. Ella suspira.


— ¿Medirás ahora lo que tienes? —Pregunto impaciente. —Por favor.
 —Solo debes hacer una cosa.
—Lo que quieras.
—Nunca vuelvas a lastimarme.


Sus palabras me llegaron profundamente. Me volví hacia ella, y no estaba con la expresión que creí que tendría. Estaba serena, mirando hacia abajo. Hacia el océano aún. Me recargo sobre la barda baja y toco su hombro para que me vea. Me obsequia una preciosa sonrisa y rompo mis reglas.
 Dije que ya no sería mi chica.
Me prometí a mi mismo aguantar.
Pero simplemente no podía.
Seis meses de espera se resumen en esto. 
Tomo su barbilla y la beso de nuevo. Ella no opone resistencia y me abraza. Con mis dos manos sostengo su rostro y la beso como nunca. Devoro sus labios en cada beso y con mi lengua toco los mismos. 
Ella gime y la aprieto más a mi cuerpo. Introduzco mi lengua en su boca y consigo que ella se arquee contra mí. Demonios… es la mejor sensación del mundo, tenerla conmigo nuevamente. Como si no fuera el imbécil que la lastimó. Bajo mis manos a sus caderas y acaricio lentamente su piel. Ella coloca sus brazos alrededor de mi cuello y juega con mi cabello haciéndome estremecer de gusto. 
Bajo mis manos a su trasero y hago que de un brinco, para dejarla a horcajadas alrededor de mi cintura. Bajo mis besos a su cuello y muerdo su piel, después la acaricio con mi lengua, hasta conseguir el efecto que quiero. Ella ríe escondida en mi cuello, intentando hacer lo mismo que yo. Succiono su piel hasta dejarla de un color rojizo. Camino con ella aún sobre mí hacia dentro de la habitación y la bajo con cuidado sobre el sofá. Me coloco sobre ella y meto mis manos sobre su blusa, mientras acaricio su piel desnuda. Beso lentamente su brazo a lo largo, del hombro hasta su codo. Su manía de jugar con mi cabello me encanta… suspiro en su piel y la noto erizarse. Saco su blusa y la arrojo al piso. Inmediatamente también quito su sostén y beso sus pechos. Bajo hasta su estómago y siento sus costillas marcadas en cada beso. Me gustaría preguntarle algo… pero no puedo detenerme. Quiero amarla. Jugueteo con mis dedos en su cadera y le hago cosquillas. Sonreímos y ella se decide a quitar mi camisa sin llevarse la gruesa cadena dorada que llevo colgada del cuello. Tira de ella suavemente para atraerme y me besa dulcemente. Mete sus manos bajo mis pantalones y mi ropa interior y los baja. Me sorprende la forma en la que me toca. Decido no quedarme atrás y bajo sus shorts y sus bragas. Beso su cuello infinidad de veces hasta darme cuenta de que ambos estamos con miedo. Ella es diferente. He estado con demasiadas chicas, lo admito, pero ella… es… oh Dios. No quiero lastimarla. Se lo prometeré. La voy a cuidar de ahora en adelante. Abre los ojos lentamente, esperando que yo haga algo. Sonrío y acaricio su mejilla reconfortándola antes de entrar en ella. Ella… demonios, ella necesita ser tratada con cuidado. Escondo mi rostro en su cuello y ella aprieta sus dedos en mi espalda. Gime en respuesta a mis lentos movimientos hasta que estoy en su punto. Ahora sé que será mía. Mi mujer. Sin haberme prometido nada, de antemano lo sé. Soy le primero, y juro que también el último. Un ´último movimiento y la hago gritar. Mi corazón se parte en dos, pero intento hacerlo con el mayor cuidado posible. Se siente tan bien, es tan hermosa… ella lucha por no lastimar mi espalda… nena, yo hago un esfuerzo mayor… poco a poco ella se relaja nuevamente y gime más seguido en mi oído. Poco a poco pierdo completamente la cordura y la hago mía sin pensar en nada más. Se arquea contra mí y aumento mi ritmo, al igual que ella. Gotas de sudor emanan de nuestra piel y me siento al límite. Ella grita, desplomándose sobre el sofá, moviéndose con firmeza y rapidez, terminando. Segundos después, yo estoy besándola sin control y me dejo caer sobre su pecho, exhausto. Ella acaricia mi espalda y besa mi frente. 
Escucho sus latidos y beso por última vez su piel. 


—A excepción de hoy, nunca más te lastimaría. —Le prometo. —


---------------------------

Uh, estoy enamorada y con hambre.
Qué decepción. Ahq. 
Podría dormir y comer mil años, ok ya. klasndflkds 
Justo como prometí, ellos están juntos, todo bonito ue, ah.

Que tengan un lindo inicio de semana. 

#MuchLove #AbrazosVirtuales #AbrazosDeLunes 


*PRIMERA TEMPORADA (Stuck In The Reality) AQUÍ: http://twitpic.com/dhdwej 
*Si cambias de username avísame por favor.
*Si no te avisé, o lo hice dos veces, regañame.
*Amo que comentes. ;)
*#NL si eres nueva y quieres que te avise. 

Mafer.