Bueeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeenas tardeees!!!! Aquí os dejo el siguiente CAP espero que os guste y feliz año a todos! 



CAPÍTULO 33

- Da igual, vete –me aparté de él restregando las manos contra mis brazos. 

- No me entiendas mal –dijo acercándose a mi –pensaba que querías estar sola por eso me ha extrañado.

- Pues he cambiado de opinión… -restregué la mano contra mis ojos, estaba agotada.

- Duermete –dijo levantándose de la cama –tienes que descansar.

- No –me levanté con él –no quiero que te vayas –se le marcó el hueso de la mandíbula en un gesto de tensión.

Estaba siendo una egoísta, no podía llorar por Niall con Harry, no era justo pedirle eso pero quería que me abrazara y me consolara, quería distraerme y olvidar al irlandés y Harry era el único que podía conseguir eso. Fuese justo o no.

- Por favor –le supliqué –no quiero estar sola… no quiero pensar más.

- Vale, pero tú vas a dormir como que me llamo Harry –se sentó en la cama apoyando la espalda en el cabecero y colocó el cojín a su lado –venga túmbate –tiró de mi mano e hice lo que me dijo. Miré hacia arriba para poder verle, estaba con los brazos cruzados, parecía tenso.

- ¿Y tú qué? ¿Vas a dormir sentado? –levantó una ceja en un gesto involuntario y sacudió la cabeza con un suspiro –oye Harry, que si te quieres ir vete.

- Que no es eso –se echó hacia abajo para tumbarse a mi lado –estoy confuso eso es todo.

- ¿Por qué? –me giré para mirarle poniendo las manos debajo del cojín y él se quedó con la vista clavada en el techo.

- Estaba… molesto contigo –le puse mala cara sin entenderle –si, nos vamos dos semanas y no te dignas ni a llamarme o a mandarme un triste mensaje, se supone que somos amigos –me revolví incómoda por la conversación –y luego cuando me entero de que Niall te ha hablado así en vez de resbalarme, como tendría que haberme pasado, vengo a ver como estás –suspiró poniendo las manos por debajo de su cabeza y sin apartar la vista del techo –y yo estaba enfadado…

- Has dicho que estabas molesto –giró la cabeza parar mirarme serio  –vale eso da igual.

- Lo que pasa es que no entiendo por qué me preocupo por ti…

- Vaya gracias –le corté con un pequeño bufido.

- No, digo que no debería hacerlo, o al menos no de la forma en la que lo hago ¿me entiendes? –negué con la cabeza –ya, yo tampoco –eso me hizo reír y Harry se giró para mirarme también con una sonrisa –al menos ya no lloras, aunque te rías de mi.

- Gracias –susurré.

- Mira, no debería decirte esto –se quedó tumbado de lado para mirarme –pero seguro que lo de Niall es un malentendido… -desvié la vista notando como el nudo que tenía en la garganta se hacía más grande –él no es así, es más como tú, es uno de los mejores tíos que conozco y teneis que arreglarlo –negué con la cabeza –Rach, te conviene. Una vez me dijiste que él tenía todo lo que siempre habías querido, ¿vas a dejarlo escapar?

- No he sido yo Harry, es él quien no quiere estar conmigo y no le culpo, podría tener a cualquiera mucho más guapa, maja y de todo.

- ¡Jesús! –dijo sarcástico –no te infravalores, la gente no elige a quien quiere y a quien deja de querer y una persona no olvida a otra de un día para otro.

- Pero si nunca te ha querido, no hace falta que te olvide –se apoyó sobre su brazo y levantó una ceja, como si no se creyese nada –él me lo ha dicho… bien claro.

Me vino a la cabeza su cara inexpresiva, como si hablase con una pared, como si todo lo que me decía le diese exactamente igual y las lágrimas volvieron a acudir a mis ojos. Apreté los labios con fuerza y me encogí sobre mi misma.

- No llores –tiró de mi antebrazo y me atrajo hacia sí para abrazarme –todo pasa, hazme caso.

- ¿Por qué has dicho antes que “no deberías decírmelo”? –susurré intentando pensar en otra cosa.

- Da igual –levanté la cabeza que había apoyado sobre su hombro para mirarle, clavó sus ojos en mi un instante y después volvió la vista al techo.

Suspiré cansada de sus silencios.

- Eres como un puñetero jeroglífico –refunfuñé volviendo a mirar para abajo.

- ¿Por qué? –dijo acariciando mi pelo.

- Siempre dices cosas y luego no me las explicas.

- ¿No te gusta no saber? –volví a mirarle para encontrarme con una de sus medias sonrisas.

- No –contesté seca –dímelo –negó con la cabeza –venga Harry, distraeme… -le puse mis mejores ojitos de cachorrito abandonado.

Me miró serio y se mordió el labio inferior. Pasó la mano a mi mejilla y con el pulgar quitó una lágrima que se había deslizado por ésta, rebelde y sin mi permiso. Su palma abarcaba la totalidad de mi mejilla y con su pulgar acarició mi sien haciendo pequeños círculos. Cerré los ojos agradeciendo y disfrutando del gesto, era muy relajante, aunque como siempre, mi corazón empezó a acelerarse por la caricia.

- Está bien –aceptó al final.

Volvió a acariciar mi pelo dejando tranquila a mi mejilla. Gracias a dios mi pulso volvió a su estado normal.

- Me voy a quedar dormida, habla de una vez –su pecho vibró al reírse ligeramente.

- Bueno –carraspeó aclarándose la voz –no debería habértelo dicho porque –volvió a carraspear y suspiré exasperada, mira que era lento –no hay que ponerles las cosas fáciles a los rivales –fruncí el ceño y levanté la vista para poder mirarle.

- ¿De qué hablas?

- No digo que haya que jugar sucio, pero tampoco hay que ponerle un camino de rosas a la competencia y con lo que te he dicho te estoy echando para que corras a los brazos de Niall.

- Y… ¿no deberías?

- Si debería, pero no quiero –contestó sin apartar sus ojos de los mios -¿lo entiendes?

- No soy tonta –respondí apartando la vista y volviendo a posar mi mejilla en su hombro –aunque preferiría no entenderlo.

- Mira, sé que no es el mejor momento para decirte esto… -contuve la respiración esperando a que hablara y temiéndome lo peor –pero pensé que en estas dos semanas se me pasaría ¿sabes? Que te olvidaría –no le miré mientras hablaba porque estaba demasiado avergonzada –pero no ha sido así y ya no se si es que eres más que un capricho o qué. Bueno –rectificó –se perfectamente que no eres un capricho… porque ha habido otras chicas que no han querido nada conmigo y aunque al principio me molestaba, rápidamente se me pasaba. Ya sabes, un clavo saca a otro clavo, pero contigo no funciona. En estas dos semanas estuve con otras, pero al final tú eras en la que acababa pensando… no sales de mi cabeza.

- Get out of my head –susurré recordando la letra de “One Thing”.

- And fall into my arms instead –continuo él. Levanté la cabeza para mirarle y sonrió ligeramente.

- Que desastre… -dije en un suspiro volviendo a apoyar la mejilla en su hombro.

- Gracias eh –contestó sarcástico.

- Es que me confundes tantísimo –respondí al final –pensaba que ya no me afectabas y aquí estás y luego encima eres así de… provocador y me entran ganas de estrangularte, pero ¡joder! Luego te preocupas por mi y en realidad la vena esa de castigador que tienes es lo que más me gusta… y me voy a callar porque no se ni lo que digo.

- Vena de castigador –dijo riendo -¿Enserio? –preguntó con cierto aire divertido.

- No es gracioso Harry… porque está Niall, bueno… estaba Niall.

- Ya, ya lo se –se incorporó –levanta –nos sentamos en la cama y él no soltó mis antebrazos. Clavó sus ojos en los mios –¿sabes que me muero por besarte desde la última vez? –abrí los ojos como platos y negué con la cabeza. ¿¡Pero qué estaba diciendo? No podía, claro que como siempre los latidos de mi corazón me inundaron los oidos –no me creo que tú no lo hayas pensado –volví a negar enérgicamente con la cabeza –tú lo quieres y yo lo quiero.

- No Harry…

- ¿Por qué?

<¿¡Eso, por qué!?> ¡Pues por Niall! <¿Niall qué? Niall te ha dejado tirada, te ha mentido>me dije a mi misma <Y Harry está ahí y lleva ahí desde el principio. ¡Esperando!> Pero Niall… si que me había mentido y tratado como una mierda pero… yo que se. Miré a Harry y para que engañarnos él siempre me había encantado y además estaba aquí apoyándome… ¡Que puto lio!

- ¿Raquel? –me llevé las manos a la cara frustrada y se rio -¿qué pasa?

- Que te odio. –le contesté. Se acercó y puso las piernas a ambos lados de mi cuerpo, estaba sentada como un indio –aléjate… -volvió a reírse –no Harry enserio… -agarró mis muñecas separándolas de mi cara.

- ¿Por qué? ¿No ves que es lo mejor para ambos? –subió la mano por mi brazo acariciándolo hasta que llegó a mi cuello –si hasta te estremeces cuando te toco.

- Porque… ¡tengo frio! –me miró con una ceja levantada conteniendo la risa –no te rías más de mi Harry o te echo a patadas.

- Los dos estamos solos y los dos lo necesitamos ¿por qué luchar? Si está claro que ambos lo estamos deseando… -le miré frunciendo el ceño con preocupación –voy a besarte y si no quieres, intenta apartarme -¿¡cómo que intentara apartarle!?

No pude pensar más porque sus labios encontraron rápidamente los mios. Me quejé sin conseguir nada y Harry agarró mi cara con ambas manos. Era lento pero con una intensidad que no era normal. Noté como me mareaba y cada vez me costaba más respirar. ¿cómo era posible que un beso hiciera que ardiese de esa forma? Me acercó a él agarrando mi espalda, parecía algo desesperado y eso me gustó aun más. Me incorporé y pasé los brazos por su cuello pegando mi pecho al suyo. Se echó hacia atrás tumbándose de espaldas conmigo encima. Profundizó el beso agarrándome por la nuca y un gemido emergió de mis labios nada más notar su lengua. Con la otra mano recorrió mi columna y me tensé al instante separándome de sus labios y quedándome sentada encima suya. ¿Qué estaba haciendo?

- ¿Qué? –dijo recuperando el aliento y apoyándose sobre los codos.

- Lo siento –me senté en la cama y se levantó –no puedo Harry –imágenes de Niall llenaban mi cabeza en esos momentos –dios, lo siento –dije llevándome las manos a la cara –soy una calienta…

- ¡Eh, eh, eh! –dijo cortándome y cogiendo mi mano –está bien, no pasa nada.

- Dios Harry –le miré frunciendo el ceño –no es normal como besas –una sonora carcajada emergió de su garganta –dios de mi vida… -dije negando con la cabeza.

- Tú no te quedas corta.

- No te lo digo para hacerte la pelota enserio… -resoplé todavía con el corazón a mil por hora.

- Joder gracias –dijo inflando el pecho cual gallito –esto sube la autoestima.

- Lo que te faltaba a ti que se te subiese más la “autoestima” –le dije haciéndole reír –dios Harry ¿qué hemos hecho?

- Besarnos –dijo sin más, sentado y apoyado sobre sus manos.

- Era retórico. –contesté mirándole mal.

- Mira, ya está, nos hemos besado y punto -¿cómo qué y punto? ¡Si casi me desmayo! –no le des importancia si no quieres.

- Pero, pero –tartamudeé y me miró expectante -¿cómo no le voy a dar importancia? –dije llevándome una mano, de manera inconsciente, a los labios. Sonrió de oreja a oreja y se tumbó en la cama -¿¡Por qué estás tan tranquilo!? –dije exasperada dándole un manotazo en el pecho.

- ¡Bruta! –agarró mi muñeca para que me estuviese quieta –mira, ya está, si tanto te preocupa haremos que no ha pasado ¿vale? –noté como la tristeza me inundaba por momentos.

- ¿Tú quieres eso?

- No. –dijo poniendo las manos por debajo de su cabeza –eres tú la que quieres olvidarlo.

- No… -contesté –es que son demasiadas cosas, no se, no se…

- Sh… -agarró mi muñeca y tiró hasta que me quedé apoyada en él –duérmete ¿vale? Has tenido un día complicado y necesitas despejarte.

- ¿Te vas a ir? –le pregunté acurrucándome a su lado.

- No, si no quieres.

- Bien –dije restregando ligeramente mi mejilla en su pecho –gracias por estar aquí.

- No las des –me dio un beso en la cabeza y me apretó suavemente con su brazo por los hombros.

Me desperté al sentir una caricia por el brazo. Estaba completamente abrazada a Harry, incluso tenía una pierna sobre él.

- Oh… lo siento –susurré intentando apartarme pero me sujetó por el hombro.

- No molestas –contestó.

Levanté la cabeza para mirarle y me sonrió. Me fijé en que en la otra mano tenía mi eBook, arrugué el ceño y se lo cogí.

- Está en español.

- Créeme, lo he notado –se rio –tradúceme.

- ¿Qué? –dije mirándole extrañada.

- Esto –cogió el aparato y señaló una parte que yo tenía subrayada –lo tienes marcado.

- Ya… -¿por qué tenía que haber elegido justamente ese fragmento? -¿seguro que no sabes español? –dije no muy convencida.

- Te lo juro –contestó serio -¿qué pone? –dijo curioso –no me digas que es de una novela porno –me reí y negué con la cabeza –pues léemelo.

- Bueno… -me senté en la cama y releí el fragmento, que mala suerte. Era una parte del primer libro de Memorias de Idhún, que ya había leído varias veces pero que me seguía encantando. Me aclaré la garganta antes de hablar –“En absoluto. No estoy celoso, si es eso lo que piensas. No veo por qué tienes que amar a una sola persona, si en tu corazón hay espacio para dos. No me perteneces. Los sentimientos son libres y no siguen normas de ninguna clase.”

- Que bien elijo –dijo sarcástico cuando terminé de leer.

- Lo has hecho a posta –contesté.

- Que no –se rio todavía tumbado boca arriba con los brazos por debajo de la cabeza -¿piensas eso también?

- No quiero hablar de esto –contesté mirando hacia otro lado.

Noté como el pequeño vacio que había sentido el día anterior seguía ahí. Cuando creía haberlo olvidado hacía acto de presencia recordándome que Niall ya no estaba en mi vida y lo peor, que en realidad nunca lo había estado.

- Lo siento –dijo Harry incorporándose –he metido la pata…

- Bueno va con tu personalidad –dije intentando relajar el ambiente y lo conseguí porque me miró mal arrugando el entrecejo.

- Eres… 

“When a Fire Starts To Burn” empezó a sonar, interrumpiéndole. Alargó la mano hacia la mesilla y cogió mi móvil. Miró la pantalla y frunció el ceño, era un gesto de disgusto mezclado con una ligera confusión, después volvió la vista a mi y sucesivamente al teléfono.

- ¿Qué? Pásamelo –le dije alargando la mano. Se mordió el labio inferior y al final me lo acercó.