Stuck In The Reality

Capítulo 14

No está durmiendo esta noche. Solo vaga por las calles en su auto, buscando algún lugar tranquilo para fumar. Ha estado pensando mucho en lo que ha hecho con ______ y eso no es bueno. No llegó a hacer ni la mitad de lo que sabe hacer, y lo toma como algo irreal e increíble que podría presumir fácilmente con sus amigos. Como si fuera un niñato que acaba de tener su primer beso con lengua. Él pudo hacerle tantas cosas anoche, que si no fuera porque decidió detenerse, la verdad _______ habría dejado de ser virgen, y sobre todo, ya sería algo así como su esclava de cama. 
No va a ir. Claro que no. Como dijo antes, es solo ballet estúpido. La música clásica no le encanta, y para variar, la chica menos. Ya no piensa preocuparse. Que se pudra esa chica y su estúpido ballet, sus estúpidos modales y su estúpida vida.
Se talla la cara con desesperación y saca un cigarrillo de la cajetilla que lleva debajo del asiento. Lo enciende y la primera calada es como la gloria. Se siente como el peor de los adictos, y lo peor, es que sí lo es. La segunda calada es más relajante y suspira, aliviado. Recuerda que todo era más fácil cuando solo era adicto al pastel que hacía su madre. 
¿Cómo puede ser que Joe haya dado con su paradero? Puede tener muchos enemigos, pero nadie sería tan estúpido como para lidiar con Joe y con él al mismo tiempo. Debió de haber sido alguno de los chicos de su grupo. Se coloca sus lentes del sol, pues el amanecer casi ha llegado a su máximo esplendor. Se siente completamente cansado, pero no está dispuesto a dormir. Tiene que buscar a alguien de confianza que pueda conseguir un nuevo lugar para esconderse. No es ser cobarde, es tomar precauciones. Con todos esos hijos de perra a su alrededor, no puede confiar en nadie. Absolutamente en nadie… recuerda a alguien que no lo defraudaría. De hecho son dos personas. Absolutamente confiables. Tira el cigarrillo por la ventanilla abierta y se aleja a toda velocidad. 


***


La chica rubia camina hacia su buzón de correspondencia en pijama. Su cabello está desordenado y sus ojos desmaquillados, como toda chica normal después de despertar. Bosteza por enésima vez y abre el buzón, tomando la correspondencia y mensajería del día. Cuentas, invitaciones, y más cuentas. Nada que tenga que ver con su solicitud de la universidad. Suspira, desesperada y alza la mirada al escuchar un auto deteniéndose justo en frente de ella. Justin baja del auto y pone el cerrojo. Cruza la calle y la saluda. 


-¿Cómo va todo Carter?- pregunta el chico, mostrándole una sonrisa confiable.- ¿Alguna buena noticia?
-Nada nuevo.- niega Carter, algo decepcionada.- Se supone que esta semana darían las solicitudes aceptadas para la universidad. Y no.- suspira entrecortadamente.- Hasta ahora nadie me ha llamado para decirme sobre alguna carta de aceptación en el buzón. La correspondencia debió de haberse atrasado, o de verdad mis conocidos son ignorantes. 
-¿Ni siquiera pueden mandar la correspondencia bien?- se burla Justin.- Ya recibirás noticias. 
-Pasa, ¿quieres tomar el desayuno conmigo? Parece que hoy nadie está dispuesto a ser gentil conmigo.- Carter hace el ademán de entrar y Justin la sigue.- ¿Dónde estuviste anoche?
-En todos lados y en ninguno.- se encoge de hombros, haciendo una mueca.- La verdad no estuve en mis cinco sentidos. Solo recuerdo el vodka que ni siquiera tomé. Estuve con Darcy un rato y después me fui. No tengo a dónde ir.
-¿Por qué?- Carter pasa hacia la cocina y Justin la sigue después de cerrar la puerta a sus espaldas.- Vamos. Tú y yo sabemos que lo que te sobran son propiedades.
-Solo tres… cuatro.- recuerda Justin.- Una no cuenta porque allí vive mi madre, y en la otra, no tengo permitido regresar, por orden de Jace. Debí darle un contrato… y en la que vivo ahora, bueno… Joe ha dado con ella.
-¿Y la otra? Solo dijiste tres.- ríe la rubia, comenzando a calentar agua para café.- 
-¿Entiendes porqué estoy preocupado? Era un as en la matemática.- alza los brazos dramáticamente y se sienta en la barra de concreto.- Pero bueno… en donde viven los chicos tengo mi propia habitación, pero Joe sabe perfectamente que puedo estar allí.
-¿Y qué tengo que ver yo en esto?- pregunta Carter concentrada, cortando fruta.- Justin, trato con todas mis fuerzas de no molestar ni meterme con nadie. No quiero problemas. 
-No te los daré. Lo prometo.- ruega Justin.- Por favor prima… sabes que yo puedo agradecerte con lo que tú quieras. Hasta puedo hacer que quedes en la universidad.
-Tentador, pero tengo que conseguirlo por mis propios méritos.- sirve la fruta en dos platos y le ofrece uno a Justin.- Y además… no sé de algún lugar que Joe no conozca ya.
-Seguro que sí.- sonríe juguetonamente Justin antes de tomar el tenedor y llevarse un pedazo de manzana a la boca.- Tú si sabes, recuérdalo por favor.- habla con la boca llena.-  Carter Melía Bieber… tú sabes. Verano… hace dos años… ¿recuerdas?
-Sabes que ese sitio está solitario.- Carter se sienta a lado de Justin en la barra.- No ha sido habitado desde… mierda, Justin por favor, ni tú quieres estar allí.
-Claro que quiero. Quiero sentirme cerca de ella de nuevo.- acepta, dejando su plato a un lado, con su mirada hacia la nada.- Solo quiero estar en un lugar donde pueda pensar. Sé que ella sigue allí de una u otra manera. Me puede ayudar si enfrento eso. 
-Justin… ella no está allí.- niega la rubia.- Es demasiado fuerte estar allá de nuevo.
-¿Quieres que Joe me encuentre?
-No.
-Entonces por favor, dame las llaves.- suplica una vez más.- Prometo sobrellevarlo. 


Carter da un trago a su café y suspira larga y sonoramente. Se levanta de su asiento y va hacia el armario del pasillo. Saca una caja de madera con compartimientos especiales para joyas, y en uno, se encuentran las llaves de ese lugar. El antiguo apartamento de Kate. Toma las llaves, guarda de nuevo la caja de madre y sale del armario para ir con Justin de nuevo.


-Espero que sepas lo que haces.- dice algo seria, depositando las llaves en su mano.- Por favor no tardes en arreglar esos asuntos de los que hablas.- pide.- Ese lugar no tiene porqué ser tu hogar de nuevo. Quiero las llaves de vuelta en un mes mínimo.
-Lo haré.- promete Justin.- Es tiempo suficiente para mí.- termina su plato de fruta y su café y se pone de pié.- Gracias por todo Carter. Eres la única en la familia que me puede ayudar con esto. Solo confío en ti desde ahora. 
-Vaya, qué privilegio.- Carter se aclara la garganta.- Sé cauteloso. Es lo único que te pido. ¿Vale?
-Lo prometo.


***


La profesora Donaire observa a varas chicas haciendo sus movimientos a lado de la barra de madera. Mira de arriba abajo a algunas que saben que están erradas en sus pasos. Es estresante, piensa. Tantas chicas que creen saber bailar, y casi ninguna con talento. 
_______ entra con cautela a la clase y saluda a la profesora. Por un momento Donaire parece sonreír. Hablando decías casi perfectas… ______, la única que hace lo que ella pide sin fallar. Le debe muchas, pero nunca se atrevería a cobrarlas. 


-Buen día profesora.- espeta nerviosamente la chica.- Disculpe, sé que hoy le toca la guardia en el corredor y quería pedirle permiso para ensayar unas horas extra en el auditorio.
-Sabes que eso no está permitido _______.- la verdad lo está. Pero quiere conseguir algo a cambio.- Veamos… usted, señorita, necesita ganar esa parte en el Concurso Internacional y claro… agradecer a sus profesores… ¿me explico?
-Vale, lo haré de verdad.- asiente ______ entusiasmada.- Solo digo… no quiero que se moleste o se asuste cuando escuche música esta noche en el auditorio. Es que de verdad tengo muchas cosas por hacer y no me da tempo de ensayar como yo quisiera.
-Me gusta su dedicación señorita Lombardi… cada día me sorprende más.- asiente Donaire.- ¿Le puedo pedir que se retire? Debo continuar con la clase.
-No hay problema.- sonríe al fin ______.- Gracias.


Corre, feliz por los pasillos, para tomar el ascensor hacia su habitación. Al llegar a ésta, toma un baño largo y relajante, se coloca casi la mitad del jabón corporal perfumado. Debe admitirlo. Quiere lucir bien para él. Para Justin. Pero… mira su silueta en el espejo y piensa que le hace falta algo. O le sobra. Sus pechos son demasiado grandes. Su cabello es demasiado oscuro. No se gusta. ¿Cómo podría Justin fijarse en ella? Está a puto de echarse a llorar. Pero la imagen de ella y Justin en el escritorio la hace tomar un rumbo diferente. Si no le gustara, él no la hubiera tocado así. No la hubiera besado así. No le hubiera convertido en una joven realmente. Al recordarlo, se sonroja, su corazón late con fuerza. Esa atracción le gusta y la asusta al mismo tiempo, es feliz con eso. ¡Justin va a verla bailar! Si hay algo en el mundo en lo que sea excepcional es en el ballet. Puede impresionarlo y dejar que su imagen sea de una chica decidida. No de una prisionera de un baile. 
Lo admite de nuevo. Está esperando con ansias ese momento. 


***


El lugar está tan solitario que la verdad, le parece perfecto para esconderse. La luna es la única que alumbra el lugar. Justo como la última noche que pasó allí. Baja del auto con su guitarra y su maleta, dirigiéndose a esa gran casa abandonada, solitaria, que él y Kate habían escogido con anhelo tiempo atrás. Para vivir juntos. Para iniciar juntos. Nueva vida. Nuevas cosas. Nuevo amor. Con tan solo dieciocho años habían armado un buen plan para estar juntos. Ahora, dos años después, el a punto de cumplir veinte años… y está de nuevo allí. Recordando lo prohibido. Lo que no se permitía recordar. Ha sido traicionado de tantas maneras… pero la última fue la que le bastó para volverse completamente de piedra. Nadie lo debe abandonar. Ella prometió estar siempre con él. Pero no lo hizo. Se fue sin más. Sin decir adiós. De una manera brutal. Su piel se eriza cuando aún en la puerta hay algunas bandas amarillas que ordenan mantenerse alejado. Las rompe, como si eso sirviera para volver atrás. Abre la puerta con las llaves que su prima le ha prestad, y al abrir la puerta, su alma se le va a los pies. Un oscuro pasillo se rebela ante sus ojos. Parece sacado de una película de horror. Unas escaleras hacia su flanco izquierdo dirigen al segundo piso. No quiere subir allí. Deja sus cosas en los muebles llenos de polvo y llama a Jace. Avisando que ha llegado bien, y que puede ir cuando quiera. La verdad no quiere estar solo. Mira su reloj. Casi las doce. Tiene algo que hacer, pero no quiere despegarse del recuerdo… tensa su mandíbula cuando le parece escuchar la voz y la risa de Kate por toda la casa. Su piel se eriza más. Toma sus llaves y su teléfono. Ha tenido suficiente. No puede estar ahí por mucho tiempo, pero no tiene opción. Quiere desaparecer hacia un lugar no tan peligroso. Quiere pasar desapercibido. Quiere estar con alguien que lo comprenda. Jace no puede esta noche. Piensa “mierda” y se dirige hacia esa dirección que prometió hace unas horas no volver a pisar. 


***


La música del Lago de los Cisnes  se escucha en el auditorio. _______ está con un pequeño tutú blanco y mallas negras. Sus zapatillas esta vez son blancas al igual que el moño de su cabello. Cierra los ojos y se deja llevar por la música. Da vueltas sobre sí misma y con una sonrisa hace una reverencia. Mira hacia los lados. No ha llegado aún. ¿Qué pasa? Se encoje de hombros y sigue bailando. Termina una canción y pone Claro de Luna. Beethoven. Una canción hermosa. Triste. Con tanto sentimiento. La luz del reflector le da en la cara y no puede ver bien pero sigue bailando como si su vida dependiera de ello. Termina la canción y mira a sus lados nuevamente. No está. No vino. Se siente utilizada, o engañada, más bien. Camina hacia el reproductor y lo apaga. Está a punto de ponerse su suéter, pero unos aplausos llegan desde las gradas. Toma el control de las luces y apaga el reflector. Justo en la última fila, en el centro, se encuentra Justin con una sonrisa, sentado con los pies arriba del respaldo del asiento de la fila siguiente. ______ sonríe ampliamente.


-¿Te vas tan rápido?- pregunta Justin.- Puedo aplaudir mucho más, si es lo que necesitas. 


________ ladea la cabeza un poco curiosa y se quita de nuevo el suéter. Enciende de nuevo el reproductor sin quitar la mirada de Justin. Él camina rápidamente hacia el escenario y de un brinco sube a su lado. Toma su mano, deteniendo cualquier movimiento que ella pueda hacer. Apaga de nuevo el reproductor y sonríe traviesamente, como siempre. Esa sonrisa despreocupada, casi de un niño pequeño. Niega con el dedo índice y toma de las manos a ______, poniéndola justo en frente del escenario. 


-Okay, supongamos que es el gran día de tu evento.- aplaude.- Listo, ambiente listo.
-Me has puesto nerviosa.- bromea ______.- ¿Y la música?
-Inicia así.- sonríe.- ¿Confías en mí?
-No.
-Vale, podemos cambiar eso, solo… baila.- aplaude nuevamente y mira a su alrededor.- ¿Qué es eso?- señala hacia una superficie de tela negra que está tapando algo grande en el escenario.- Veamos…
-Para…- corre _____ detrás de él.- Es de Donaire.
-¿Y esa quién es?- bromea Justin quitando la gran carpa de tela negra.- Oh…. Mierda. Es gigante… y caro.- observa el piano color negro de arriba abajo.- No lo robaré lo prometo.
-No lo había pensado.- ______ se cruza de brazos.- Hasta que tú lo dijiste. Fuera. Es intocable. 
-Oh… ve a bailar, lo cubriré.- dice Justin haciendo un ademán con la mano.- Inicia _____, para eso vine. 
-Vale.


________ mira por última vez a Justin. Ambos se intercambian sonrisas y ella suspira hondo. Se levanta en puntillas y hace posición. Va a improvisar. Comienza a bailar sin música. Cierra los ojos y comienza a escuchar música proveniente del piano. Algo rápido para su estilo, pero empieza a adaptarse. Abre los ojos y mira a Justin. Tocando el piano. Se detiene unos segundos y sonríe. Inicia a bailar de nuevo, siente la música, el sonido, las notas… puede expresarlo. Es una canción que nunca antes había escuchado. 
Justin toca sin parar, serio. Tratando de recordar notas que hace dos años no toca. Pronto se concentra. Recuerda. Odia recordar. Y más si es Kate. Escribió esa canción para ella. Porque era su amigo. No sabía como decirlo… termina la canción y ve a _____ corriendo hacia él con la misma sonrisa con la que Kate reaccionó al escucharlo tocar.


-¡Vaya, eres increíble!- aplaude educadamente ______.- Puedes ser famoso por esto.
-Trato de no presumir…- sonríe, modestamente. Es la primera vez que ella lo ve algo nervioso o avergonzado.- Yo la hice.
-¿De verdad?- ______ abre los ojos de par en par. Sorprendida.- Tienes un gran talento.- aplaude de nuevo.- ¿Tiene nombre… la canción?
-Sí.
-¿Cómo se llama?
-Fall. 




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OMG. ÑSLAKNDKLSNFKLDNKFLSDNL FALL!!! 
ok ya kdlnfkldnskl Justin ha vuelto a tocar... para rayis.
¿Qué le pasa? ah lksdnfkldsnkl 

Tengo mucho por hacer, por eso no he
escrito como quisiera. Lo siento mucho. Estoy en pruebas,
exposiciones y esas cosas que los maestros dejan para fin de ciclo.
Solo me quedan dos semanas (espero) y ya podré escribir más por 
dos meses y medio :) 
Porque... se vienen tres temporadas de "Stuck" ;)


#MuchLove #Abrazos



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