Capítulo 42. #Locuradeamor.

Sus ojos me penetraban de tal forma que en parte asustaba. 

-Quién te entiende, Justin. Das más vueltas que una chica. -Dije, confundida. ¿No era que no quería hacerlo conmigo ahora?

-¿Qué? -preguntó separándose.

-Creí que querías esperar... ¿fue una excusa o...?

-¿Cómo va a ser una excusa? ¡Ni que me molestara! Lo hice por vos, no quería que tu primera vez sea por calentura.

-Justin, parece que no me conocieras. No estaría acariciándote ni nada de lo que hice ayer u hoy si no te amara. 

De todas formas, me pareció tierno lo que dijo. Pero ahora estaba confundida conmigo misma. Siempre que termino de "calentar" a Justin, que al parecer es mi objetivo principal, me echo atrás. Soy una idiota. No puedo jugar así con él.

Él continuó mirándome a los ojos. Bajé mi mirada a su entrepierna por un milisegundo. Aún estaba... estaba.

-Está bien... yo sólo no quiero que cometas esos errores. Pero bueno, ya que insistís tanto en calentarme...

-Te aprovechás -finalicé. Sabía, de alguna forma, que decir eso era para generar problemas, y que no tenía razón. Aunque en parte lo dudaba un poco.

-Jessica -dijo, con tono serio. Parecía que se estaba enojando de verdad.- ¿qué querés que haga? Vivís tocándome. Y... claro que no me va a molestar, bastante me aguanto y trato de mantener la cordura, ¿no te parece? Pero lo hago por vos; si, total, yo ya no soy virgen físicamente. ¿Por qué me molestaría hacerlo con vos? Yo ya la cagué, sólo no quiero que te pase lo mismo, pero vos seguís y seguís, así que bueno, ¿qué puedo hacer? 

Me dejó totalmente callada. No sabía qué decir, porque todo lo que había dicho era cierto. Me sentía una completa estúpida y desagradecida. Lo observé levantarse y ponerse la remera rápidamente. 

Miró la hora en el celular y luego echó un vistazo hacia mí. 

-Voy a ir al segundo turno del colegio, después del almuerzo. -Asentí, creyendo que se iría sin más (y con razón), pero se acercó y presionó sus labios con los míos por un segundo. Un beso frío, aunque no podía pedir más.

Como sea, ya sabía qué hacer para solucionar todo esto.


-Jessi, ¿cómo estás? -dijo mamá, cuando estaba a punto de irme. Ya eran las doce, y estaba llegando tarde.

-Bien, me siento mejor -la saludé con un beso.

-¿Vas al colegio? -preguntó observándome, mientras dejaba su agenda en la mesa de la sala. 

-Sí, estoy llegando tarde. -Me acerqué a la puerta, y antes que pudiera decirme algo que me impida irme, grité un ¡Vuelvo a las cuatro! y cerré. 

Fui hacia la parada de colectivo en frente de mi casa. Tenía que tomar el número doscientos veinte. Miré el cartel informativo de un lado: faltaban quince minutos para que este llegue. Eso, sumado a los otros veinte para llegar al colegio... llegaría tarde. Un taxi me saldría caro, no tenía suficiente dinero. Y caminar... bueno, estaba a unas treinta cuadras y tenía media hora o un poco menos si seguía sin decidirme. 

Me fijé en las paradas que hacía el colectivo. Había cuatro antes que la mía, y además tenía que caminar tres cuadras más. Me decidí por eso, no tenía otra opción. 

Estaba entrando al colegio, preparada para poner una excusa al entrar al salón. Ya eran las doce y cuarenta y cinco. 

Bajé las escaleras con rapidez, y, a medida que me acercaba al salón a través del pasillo, podía ver que todos seguían afuera del salón, esperando en la puerta, como siempre. La profesora no había llegado todavía. 

Vi a Chaz señalarme con la cabeza. En frente de él estaba Justin, quien se dio vuelta a verme. Volvió a mirar hacia su amigo, hasta que llegué a su lado. Saludé a todos los que estaban hablando a su lado, y por último a él. No supe si era lo correcto, pero le di un suave beso en los labios, abriéndolos un poco. Sólo tomé su labio inferior y lo succioné un poquito, y él me correspondió suavemente luego de unos segundos, pero a la vez sin mucho entusiasmo. Me separé y me miró fijamente a los ojos. 

-¿Podemos...? -empecé

-Sí -dijo, salvándome. No sabría qué decir, de todas formas, pero supongo que entendió mi mirada. 

Nos alejamos un poco del resto, y el se cruzó de brazos mirándome fríamente. 

-Perdón, Jus... no tenía razón para... calentarte -pronuncié lo último con algo de vergüenza.-. Y gracias por querer que mi primera vez fuera especial. -Lo miré fijamente a los ojos, sincera. Su expresión seguía igual que antes, pero pronto se relajó. Desenredó sus brazos y me rodeó con ellos, acariciando mi espalda.

-Te... quiero -susurró en mi oído. Me apretó más fuerte contra él y hundió su rostro en mi cuello, para luego darme un leve beso en él. Me separé y tomé su rostro para darle un corto pero sentido beso. 

-También te quiero -sonreí mirándolo fijamente a los ojos. 


La profesora llegó tarde, pero finalmente llegó. Me senté con Justin, debido a que ninguna de mis amigas había venido. Me preguntaba qué haría durante el recreo sin ellas. No me llevaba mal con el resto del curso, pero no como para compartir recreos.

Andrea, la profesora de matemática, comenzó a dictarnos ejercicios para resolver. Mientras escribía, sentí la mano de Justin en mi muslo, de repente. Me sobresalté un poco y él trató de ocultar su risa. Le sonreí y saqué su mano, tratando de no llamar la atención. Todos estaban callados y no quería un castigo por hacer cosas indebidas en clase. 

-Bueno, resuelvan estos ejercicios mientras corrijo las pruebas. -Fue el último comentario de Andrea, a la vez que se sentaba al frente del salón.

-¿Entendés? -me preguntó Justin. Giré mi cabeza, que estaba con la vista fija en la hoja, hacia la derecha para verlo. Él estaba apoyado en su brazo derecho, mirando la hoja mientras golpeaba la punta de su lápiz contra el banco. Admiré su perfil. Luego de unos segundos sus ojos se fijaron en mí.

-Sí, ¿por qué? 

-¿Me enseñas? -sonrió, desperezándose sobre su asiento.

Reí y me volví a mi hoja, comenzando a explicar en voz alta. 

-Cuando equis está elevado al cuadrado, significa que el gráfico va a tener forma de... -paré al sentir su respiración en mi cuello. Justin tenía una mano apoyada en el respaldo de mi silla, y estaba inclinado hacia mí. Me miró y levantó la vista hacia adelante, movimiento que yo imité. La profesora estaba concentrada en las pruebas. Volví a mirar a Justin y este me plantó un beso rápido. Me separé impactada y él rió. Eché otro vistazo a Andrea, pero ella parecía no haberse dado cuenta. Menos mal...

-Justin, te voy a matar. 

Él sonrió inocente. 

...

Bueenos dias muchachas. Les pido perdón por no haber subido. Estas semanas voy a estar llena de pruebas y sino las paso tengo un serio problema. De todas formas, tengo varias ideas aksghladg para las novelas, y ya adelanté un poco :)
Gracias por su paciencia ♥♥♥