NOVELA:Una deuda de Amor


Con un ahogado grito de susto, ______ se giró, el corazón latiéndole tanto que no podía respirar.
Las luces bajas de los armarios se encendieron, iluminando a Justin, descalzo con el torso desnudo y sólo un par de vaqueros, observándola con total desprecio.
-Sólo quería comer algo -murmuró ________ trémula-. No pensé que despertaría a nadie.

-Cuando me vaya la cama, acciono el sistema de alarma. Si algo se mueve por aquí, enseguida me entero.
_______ lo estudió con sus enormes ojos. Vestido, intimidaba, pero semidesnudo era... era...

impresionante. En el instante en que ese pensamiento se le ocurrió, se ruborizó de mortificación y miró a otro lado, aterrorizada de que él pudiera leerle en la cara lo que pensaba, pero mentalmente lo seguía viendo. Anchos hombros, delgados músculos flexionándose bajo la suave piel, un magnífico torso con vello rizado sombreándole apenas los pectorales y un estómago duro y plano como una tabla. Una ola de extraño calor se inició en el estómago de ________ y bajó hacia un sitio infinitamente más íntimo.

La boca se le quedó seca y no sabía lo que le pasaba. Asustada por su aparición y muerta de vergüenza porque la había pillado, ______ abrió la boca para explicarse, pero un sollozo ahogado se escapó de sus labios.

-¡Porca miseria! No puede ser que tengas tanta hambre.
______ se levantó del suelo y se enderezó, dispuesta a irse, e intentando dominar sus emociones.

No supo interpretar el silencio que siguió, sólo se lo imaginó conteniendo la lengua para no hacerla llorar. Nunca había sido una llorona, pero él siempre la hacía sentirse rara, inútil y boba.

-¡Madre di Dio! -pronunció Justin con incredulidad- ¡Tienes un cuerpo digno de las páginas centrales de una revista para hombres!

________ se quedó tan sorprendida, que se giró a mirarlo y conectó con los atónitos ojos oscuros, ocupados en una valoración íntima de su cuerpo semi vestido. Al darse cuenta de que sólo llevaba un ajustado pijama de pantalón corto, ______ enrojeció ante el escrutinio tan atrevido y cruzó los brazos.

-¡No! -exclamó Justin, hipnotizado por la orgullosa curva de los generosos pechos que la camiseta de algodón revelaba claramente.

Su mirada se detuvo en la pequeñísima cintura, y pareció resultarle imposible mantener la distancia, porque dio dos pasos y se acercó, haciéndola darse vuelta con una mano impaciente. Como alguien a quien le resulta imposible creer lo que ve, observó la femenina curva de sus caderas y la sorprendente longitud de sus torneadas piernas.

-Suponía que eras gorda. Pensé que escondías multitud de pecados bajo esas ropas informes. ¡Ni sabía que tenías cintura! Y Dio, todo el tiempo, todo el tiempo -repitió Justin con voz ahogada- lo que cubrían era unas curvas de las que hacen fantasear a los adolescentes por la noche.

-¡No sé de qué estás hablando! -se soltó ________ y se tapó con los brazos, convencida de que le estaba tomando el pelo. Pero era evidente por la expresión de sus ojos que no la consideraba tan gorda como había creído en un principio.

-Es evidente que no lo sabes -respondió Justin, la expresión de sus ojos indescifrable mientras la seguía rnirando-. Y, como obviamente no tienes ni idea de cómo sacarle provecho, yo sí. Nos iremos a España dentro de unos días.
-¿Unos días? -repitió ______ como un loro-. Pero eso no me da tiempo para...

-No necesitas tiempo. Lo único que necesitas es la ropa adecuada y que te arreglen esa melena descuidada que tienes.

Justin caminó con su habitual gracia hacia la nevera, abrió la puerta de par en par y le echó a _____ una mirada satírica.

-¡Come lo que quieras! Y tranquila con el ejercicio. Conserva tu potencial. Le sacaré provecho a cada delicioso centímetro de tu cuerpo.

Justin se fue después de hacer la invitación, exudando las olas de la satisfacción que reservaba para cerrar un buen contrato.
¿Cada delicioso centímetro? Incapaz de creérselo, _________ se miró el abundante busto, que tanta mortificación le había causado en la adolescencia. Muriel, su madrastra, y selena eran delgadas y de busto pequeño. Ambas la habían convencido de que tenía que esconder sus generosas curvas.

Y en el colegio, los comentarios crueles de las chicas y groseros de los muchachos habían devastado la confianza en su propio cuerpo. Su silueta de reloj de arena, llena de sensuales redondeces, había sido ridiculizada hasta hartarla, haciéndola llegar a casa llorando muchísimas veces.

Muriel le había comprado una sudadera enorme que le llegaba hasta las caderas y disimulaba el tamaño de sus pechos. Desde entonces, _________ se vestía de esa manera.


Y sin embargo, Justin la había mirado con mal disimulado aprecio. No, no es que fuese algo personal, se corrigió, sino que había dicho que tenía el tipo de curvas que les gustan a los adolescentes, lo cual no era ninguna novedad. Su juicio había sido objetivo.

Pero lo que ella siempre había considerado una gran desventaja, por algún motivo Justin pensaba que era un mérito.


Y, de repente, le decía que no necesitaba hacer dieta y tampoco demasiado ejercicio. ¿Realmente se había quedado ahí permitiéndole que la observara cuando estaba casi desnuda? Al darse cuenta de ello, una ola de vergüenza la recorrió, haciéndola sentirse enferma y quitándole las ganas de comer. Cerró la puerta de la nevera y volvió a su habitación.

Así que Justin Bieber no la consideraba tan fea como al principio. Se miró por encima del hombro la pronunciada curva de las caderas en el espejo, sin poder creerse que cambiara tanto de actitud.

A ________ se le borró la sonrisa de la cara mientras caminaba a su lado.

-Se nota, ¿no?
-¿Qué?
-La mejora -le recordó ilusionada-. No me puedo creer que haya cambiado tanto.

-Sólo del cuello para arriba. Tu guardarropa sigue siendo un desastre -apuntó, mientras le dejaba paso para que se metiera en la limusina que esperaba con el chófer al volante.

-No, pasa tú primero -le dijo incómoda, todavía consciente de que él era el jefe.
-Muévete, _______ -le gritó.

_________ se metió presurosa en el coche.
-No pensé que te tomarías la molestia de venir al salón -dijo ________, sentándose.

-Yo tampoco. Estaba en medio de una reunión de directores cuando de repente se me ocurrió que no te podía dejar sola en un sitio así. Podías aparecer totalmente desconocida...

-Siempre quise ser rubia -comentó ________-. Mi hermana es rubia.

- ... o quedarte sentada ahí permitiéndoles que hicieran lo que les viniera en gana contigo. Era un riesgo demasiado grande.

-Estoy segura de que todo esto ha sido un inconveniente para ti -murmuró con tristeza.

-¡Y que lo digas! Pero hoy liquidaremos la cuestión de la ropa también. Nos vamos a España pasado mañana.
-¿Tan pronto? Spike me extrañará muchísimo.
-¿El perrito? No lo he visto desde la noche en que te mudaste -comentó Justin dándose cuenta con retraso de ese hecho sorprendente.

-Sí, sólo que no te has dado cuenta. Se esconde cuando ve gente. Su dueño anterior lo trató muy mal. Se tendrá que quedar en tu casa mientras no estoy.

-¿No podría quedárselo... eh... Scott?
-Spike le tiene terror a los hombres. Además Scott trabaja todo el día y a veces sale de noche. Lo voy a extrañar también... ¿Crees que estaré en España mucho? -preguntó sintiéndose culpable.

-¿A qué se dedica Scott? -preguntó Justin , sin responderle.
-Es agente de bolsa en una compañía que se llama Lyle y qué sé yo.
-Es lógico.
-¿Qué?

-Que el caradura que te usa como su chacha personal sea un agente de bolsa. Los agentes de bolsa son muy rápidos para detectar negocios. Te vio venir.

-¡No sabes lo que dices! ¡Scott no es un caradura! -dijo ______, la mirada fija en el tráfico-. ¿Cómo te enteraste de que lo ayudaba con la casa? -necesitó saber.

-Oí a las secretarias comentar lo idiota que fuiste hace dos semanas.

Parece que no conoces ni uno de los trucos que las mujeres nacen sabiendo. Hacerle la colada a un tipo no te lleva muy lejos que digamos.
-¡Te odio! ¿Sabes? -lo miró _______ con los ojos como dos lagos de reproche.

-¿Por decirte la verdad? Si tuvieras verdaderos amigos, ya te habrían avisado y aconsejado hace tiempo.

Durante un segundo, sus fabulosos ojos la hicieron perder la concentración. Las pestañas aletearon confusas y la cabeza le dio vueltas. Respiró y miró hacia afuera nuevamente, el corazón martilleándole el esternón.

-Piensas que estoy perdiendo el tiempo, sin embargo ni me conoces a mí ni a Scott. ¿Qué tipo de consejos crees que necesito?

-Dio... no soy un consejero sentimental -declaró Justin totalmente aburrido.

-Jasper te malcrió terriblemente... -la desazón por su rechazo la hizo atacarlo-. Por eso lo preocupas tanto. Se siente responsable de cómo has salido.

Se hizo un silencio mortal, lo que le indicó a _______ que había sido demasiado directa con un tema delicado. Lo miró atemorizada.

Un par de ojos ofendidos llenos de incredulidad se fijaban en los de ella.
-Lamento haber sido tan sincera, pero es que puedes resultar muy grosero y además no te preocupa herir los sentimientos de la gente -concluyó _______ temblorosa.

-¿Conque es así, eh? -dijo Justin con una sonrisa sardónica que descartaba totalmente sus afirmaciones.

Pero ___________ se dio cuenta de que había metido el dedo en la llaga. Por otro lado, se sintió avergonzada. ¿Cómo había podido traicionar la confidencia que Jasper le había hecho? Y aunque no los mostrara demasiado, Justin seguro que tenía sentimientos. Y, por supuesto, ella se los había herido al contarle que Jasper se sentía culpable de los errores que había cometido cuando era su tutor.

Jasper le había contado que Justin siempre se había sentido superior a la gente que lo rodeaba. Su brillantez intelectual lo había separado de ellos a muy temprana edad y lo había hecho intolerante de aquellos menos dotados.

-No tendría que haber dicho esas cosas -susurró _________ valientemente, intentando arreglar el daño-, Jasper sólo lo dijo aquella vez que tuviste tanta publicidad por abandonar a la actriz, ¿recuerdas? La que tuvieron que llevar al hospital por sobredosis.

-No fue por sobredosis, sino por alcoholismo. La dejé porque no estaba nunca sobria- respondió Justin fríamente.
-Jasper no... no lo sa... sabía y se molestó mucha por todo lo que publicó la prensa-tartamudeó.

-¡Accidenti! Salí con ella unas pocas semanas y tenía el problema mucho antes de conocerme, pero la persuadí para que se pusiera en manos de expertos -los oscuros ojos la desafiaron-. Incluso me ocupé de que estuviera en una unidad especial que le propiciara todo el apoyo que necesitaba.
-Jasper habría estado tan aliviado de saberlo -dijo ______ bajándose tras él del coche y apoyando una ansiosa mano en su brazo.

Él la miró desde su altura con tal arrogancia, que ella retiró la mano como si se hubiese quemado.
-No era mi intención herir tus sentimientos -lo miró con sincera preocupación.
-¿Herir mis sentimientos? ¿De dónde has sacado la idea de...?

-No aceptas bien las disculpas, ¿verdad? -dijo ________, azorada ante la amarga rabia que relampagueó en sus brillantes ojos-. Cada vez que abro la boca, meto más la pata.
-Vendría bien que hicieras voto de silencio -masculló Justin
Lo ponía nervioso, se dijo ________ consternada y encorvó los hombros.

-No te encorves -una delgada mano le empujó la espalda para que se enderezara.
De repente, a ________ se le vino el mundo abajo. Era tan frío, cruel y crítico que siempre había encontrado imposible concentrarse cuando estaba con él.
Justin miró la temblorosa línea de sus labios.
-¡No voy a llorar! ¡No! -juró _______.
-No te creo.