My Sister's Boyfriend

(Epílogo)
Estoy mirando hacia el altar y veo al novio emocionado, a punto de echarse a llorar de la desesperación de no tener cerca a la mujer de sus sueños. Observo con detenimientos el pasillo largo lleno de pétalos blancos de rosas, un aroma a una promesa que pronto será cumplida. Como en todas las bodas. Promesas, una idea de una nueva vida con alguien, una persona importante para ti, la persona que amas. 
La música se escucha relajante, entrando por mis oídos, casi me dan ganas de echarme a llorar. Todos ven al centro de atención, la novia con cabello recogido que va caminando hacia el altar con lágrimas en los ojos. No puedo arruinar mi maquillaje, estoy llorando como tonta, y en tantas bodas anteriores en las que he estado. Pero esta es importante en cierto modo. Están todas las personas que amo, Bridgit se limpia las lágrimas con un pañuelo blanco. Como siempre, elegante. Su nuevo chico en turno, Brandon, solo la mira y le ofrece otro pañuelo, ella solo ríe y lo acepta gustosa. Me veo ahí, aprieto la mano de Justin y el me mira como pareciendo querer leer mis pensamientos. Lo hace. Me guiña y yo coloreo de nuevo una sonrisa en mi rostro. Recuerdo cuando fue la mía, mi boda. Hace unos cuantos meses atrás. Ahora el turno es de Vanessa, y con nada más ni nada menos que su ex profesor de literatura. Edward Smith. 
Mi amiga se ve tan emocionada, que parece que quiere apresurar la ceremonia, para poder dar el “sí”. A mi solo me llegan hermosos recuerdos a la mente. Cuando Justin y yo tuvimos nuestra boda, en una hermosa iglesia que no podría haber tenido más perfección. Yo entré con un vestido largo y sencillo color beige, y un tocado con flores de alcatraz. Un arreglo con flores del mismo tipo, y unos zapatos con tacón alto a juego con mi atuendo. Un ligero maquillaje y me sentía lista. No pude haber pedido algo mejor. Toda mi familia estuvo allí, y aunque no lo lleguen a creer del todo, Alicia estuvo en primera fila, tomando fotos para el recuerdo. Vaya familia loca la que tengo.
Eddie llevó a Taylor con su barriguita de tres meses formada. Yo no desaproveché la oportunidad para llenarlos de elogios. Esa pareja es bellísima, y espero que les vaya tan bien como a mí me está yendo con Justin. 
De nuevo centro la mirada en la feliz pareja. Vanessa y Edward. Dicen sus votos matrimoniales y a ella se le escapa uno que otro dulce sollozo de emoción. Aprieto fuerte la mano de Justin, y recargo mi cabeza en su hombro. Otro recuerdo. 
Sus ojos, mirándome tan fijo a la hora de decir sus votos, tan perfecto, tan increíble, tan único. Lloré tanto aquel día, que en todas las fotos salí con el maquillaje algo corrido, o con los ojos rojos de llanto. Y mis padres… aún recuerdo esa plática intensa que tuvimos aquel día posterior a cuando le comenté a mi madre sobre mi boda con Justin. No estaban felices. Justin les dijo que yo era la única chica en su vida, que nunca le había pasado algo así con alguien más, y que en verdad lo siente por Alicia. Que lucharía por mí, y que haría todo por ganarse la confianza de la familia de nuevo. No pudieron negarse. Tal vez fue el hecho de que querían ponerlo a prueba para ver cómo fracasaba. Para su sorpresa, Justin hizo todo bien, y se ganó de nuevo su apoyo. De hecho lleva a mi madre de vez en cuando a sus citas con sus amigas para tomar té. Ahora, en vez de preguntarle a Eddie sobre lo que quiero para mi cumpleaños, ella y él salen a escondidas al centro comercial a comprarme algo que me guste. Con mi padre, Justin ama ver los juegos de basquetbol televisados. Siempre le gusta llevar una bolsa gigante de frituras y un refresco de lima. Yo me quedo en casa, preparando nuevas comidas que Pattie me recomienda. Creo que ambos convivimos más con las familias contrarias, que con las propias. Eso se me hace bueno. Ya no hay peleas, ya no hay llantos. Solo de felicidad, claro. 


***


-Nena… ¿no crees que es hora de formar una familia?- me pregunta Justin, una vez que llegamos de nuestro viaje a surfear en el mismo lugar de siempre.- Tú sabes… unos pequeños…- besa mi frente y me abraza con fuerzas.- Unos pequeños que traigan felicidad extra a este lugar.
-Me parece buena idea, sí.- comento estirándome un poco justo antes de bostezar.- ¿Te parece si comenzamos mañana? Estoy cansada. 
-Está bien.- asiente Justin antes de tomarme de la cintura y mirarme coquetamente.- Esto solo es una práctica ¿vale?
-Sí, si… claro.- comento sarcásticamente antes de abrirme paso a sus labios.- Te amo.


***


No sé cuántos días pasamos así. Amándonos y queriendo conseguir la bendición de llegar a ser padres por primera vez. Nunca había puesto tanto cariño y esfuerzo en algo. Tal vez suene cómico, pero es la verdad. He sido tan determinada, que me asusto de mí misma y al mismo tiempo me enorgullezco.  Y más, porque tengo a todos de mi lado, conviviendo, siendo felices y teniendo apoyo. Y Justin… otra bendición. La verdad no sé cómo describir lo que él me hace sentir. Nunca antes había sentido tanta seguridad con tan solo escuchar la voz de alguien. Sus abrazos son mejor que cualquier otra cosa en el mundo, es increíble  como el simple hecho de tenerlo a mi lado pese a todo lo que ha pasado, me hace tanto bien.  Vamos a lograr lo que sea.


***


Corro a mi habitación y cierro de un portazo, ignorando las súplicas de Justin. Olvido por completo ponerle el cerrojo y me acuesto en la cama a seguir llorando cubriendo mi rostro con una almohada. La puerta se abre, y Justin entra despacio, y se recuesta a mi lado acariciando mi espalda. Intentando tranquilizarme. Besa mi hombro con dulzura, y puedo sentir como moja un poco mi blusa. Él también está llorando.
Aún recuerdo las palabras del médico. Nuestra decepción, mi corazón partiéndose en dos tan rápido, que ni yo me di cuenta hasta que comenzó a doler. ¿Ahora que pasará? ¿Justin me dejará de amar? No puedo hacer algo que él quiere, no puedo hacer un sueño realidad. Por supuesto que me debe de odiar. 


-Tranquila amor.- me dice levantando mi rostro para verlo directamente a los ojos.- Todo va a estar bien.
-No.- sacudo la cabeza aún llorando.- No, no puede estar bien Justin. No puedo darte un hijo. El doctor lo dijo. Soy una inútil, no sirvo, soy una estúpida basura. No te merezco. 
-No digas eso linda.- limpia mis lágrimas y me dan ganas de decirle que mejor limpie las suyas, que apneas lo dejan ver bien.- Tu eres la chica que siempre quise tener. Ese problema podemos resolverlo, buscaremos médicos, lucharemos hasta conseguirlo. Y si no lo logramos, no es porque no sirvas. Eso no es verdad. Si fallamos, es porque tal vez Dios tiene algo preparado para nosotros distinto a nuestros planes.
-¿Estaremos juntos?- pregunto con una gota de esperanza en mi corazón.- ¿Seguirás conmigo?- una lágrima.- ¿Estás dispuesto?
-Lo arriesgaría todo por ti. 


***


Viajes, trabajo duro para poder pagar consultas, muchas negaciones, tanto llanto y estar a punto de darnos por vencidos. Aún tenemos esperanza, tenemos que seguir luchando por lo que queremos. Y a veces, cuando yo estoy por tirar la toalla, Justin llega en mi rescate, me hace seguir confiada y feliz. Teniendo la mente concentrada en lo verdaderamente importante. Claro, sigo en mi lucha por conseguir mi diploma en trabajo social. Me he esforzado tanto, que no siento el cansancio. 
El último “no” del nuevo doctor me golpeó fuerte. He decidido parar, pues tanto medicamento también puede hacerme daño. Justin me aconsejó dejarlo. Es el momento de creer en que estamos aquí, juntos por otra razón. Me sentí tan mal, que el día de mi graduación, no fui a la fiesta. Solo me quedé con mi diploma, sentada en el parque. Me levanté y tomé de la mano a Justin. Él me detuvo y me sonrió ampliamente, entregándome mi pasaporte y unos boletos hacia un destino increíble. Hawaii. No supe que decir. El verano acababa de comenzar, y nosotros nunca tuvimos una luna de miel oficial. Él alegó que Pattie había insistido, que era para nuestro bien y todo eso. Justin tiene esa forma de convencer a las personas de que hagan algo sin el mínimo esfuerzo.
Durante todo el viaje, surfeamos, y la mayor parte del tiempo, estuvimos paseando por todos los lugares hermosos, y solo mirando el atardecer, y haciendo el raro experimento de Justin, que decía que haciendo el amor en Hawaii no era lo mismo. Me reí durante tanto tiempo, que me dolió el pecho. Él siempre sabe hacerme sentir bien. Tres semanas después tuvimos que cancelar un viaje en helicóptero, pues me sentía pésimo. No salía de la habitación porque no podía dar ni un paso sin que todo el mundo se moviera y sintiera como pánico. Hasta con los ojos cerrados, tenía que respirar con cuidado. 
Tuvimos que ir a un hospital local. Justin se quedó dormido en la sala de espera, y tuvieron que darme los resultados a mí. No me lo creía. Ese papel blanco decía que yo tenía tres semanas de embarazo. Pedí que a escondidas de Justin me llevaran una prueba práctica y la hice. Dos rayitas azules. No, no, no. este tipo de cosas no pueden pasarme a mí. Debe ser un sueño o algo así. No me lo puedo creer. Pedí tantos estudios a escondidas, que la verdad creo que pensaron que estaba loca. Pero no. Estaba embarazada. Era un hecho. Tenía que encontrar la manera de decirle a Justin sobre esto. Pero no aquí en Hawaii. Tiene que ser en un lugar con más significado. 

De regreso del viaje, guardé el hermoso secreto hasta que tuve un lugar perfecto. Llevé a Justin al lugar donde nos conocimos. “Music Rocks!” coloqué los auriculares y puse “Mine” de Taylor Swift. Tomé los auriculares extra y se los puse a Justin. 


-Creo que es más o menos lo mismo que la primera vez.- guiñé.- 


Cada estrofa me costaba sangre escuchar. Ya no podía más. Tenía que decirle la verdad. Cuando terminó, me giré hacia él y le susurré una de las frases de la canción. Claro, con algunos ajustes de mi parte.


-Creo que eres lo mejor que ha sido mío.- sonreí y lo besé.- Es temporal, te lo prometo.- observé su mirada extrañada.- Creo que lo de hacer el amor en Hawaii debería tener resultados. De verdad los tuvo. 
-¿De qué hablas?- me pregunta.- 
-Me dijiste que deberíamos tener fe.- comenté.- Y ha llegado la hora de ver resultados. ¿Te parece si la llamamos Kiara si es niña? 
-¿Qué?- los ojos de Justin están tan abiertos, que parece cómico.- Pero… tú…
-Si.- asiento mordiendo mi labio inferior.- Hemos conseguido el milagro que anhelábamos. Seremos padres.
-Nena…- envuelve sus brazos alrededor de mí, y me llena de besos y lágrimas.- ¿Cómo puedes hacerme tan feliz? Venir hasta acá, en este lugar extraño, pero especial y preparar todo esto solo para mí. Es demasiado, mi amor. Gracias por todo, por tanto que me has dado. 
-No fue nada.- digo graciosamente.- Te lo debo todo a ti. Eres tan especial en mi vida ahora… no sé que haría sin ti. No sé si sabría ser feliz sin tu ayuda. Has cambiado tanto en mí… te debo agradecer por nunca dejar de creer en mí. 
-Nunca dejaré de creer en esto.- me abraza de nuevo.- Te amo.
-Te amo.


***


Con una sonrisa en el rostro, miro cómo mi pequeña Kiara camina libre de mis brazos, hacia los de Justin. Con su lindo vestidito azul con patitos alrededor, que su tía Alicia le regaló. Dos coletas pequeñísimas, con el cabello oscuro y ojos tan claros como los de Justin. Su sonrisa, su nariz… es la pequeña más perfecta que haya visto en la vida. Justin, tan feliz como nunca, abraza a la pequeña cuando llega a sus brazos y festeja con ella sus primeros pasos. Un ligero avance para una niña de apenas un año, pero para nosotros es tanto que no podemos evitar sentirnos apresurados. No, no, tiempo detente. Vas muy rápido. Quiero disfrutar a mi única hija. Pronto la veremos hablar bien, luego escuelas, amigos, chicos… (oh no), universidad y novio y ¡no! mi pequeña no debe crecer.
Odiaría decir que espero que nunca le pase algo como a mí. Tantos problemas no son sanos. Quisiera proteger a mi pequeña de todo eso, matar para vera feliz. A ese punto. Pero el problema es que no puedo meterme. Si algo he aprendido, es que los problemas nos hacen tan fuertes, que podemos lograrlo todo al final. Con algo de tiempo y esfuerzo, se hacen maravillas. Tengo pruebas, así que no me cuestionen.


“El tiempo es el mejor autor, siempre encuentra el final perfecto.” – Charles Chaplin. 


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Ok creo que no fue buena idea dejar el final para el viernes
olvidé por completo que tenía que hacer 100 cupcakes y terminé a las 
diez de la noche ese día. Les pido en serio una disculpa. 
Y supongo que de tanta complicación en el fin de semana, me
volví loca con mi organismo y me enfermé horrible. 
Pero he vuelto, aún enferma, pero inspirada ;) 
este final fue corto, pero Dios... es el mejor que he hecho, la verdad. 
Toda una vida... debo de detenerme a llorar. Imeginen una vida con Justin klsdnflkdskfds


#Gracias en serio por soportarme, con todo y enfermedad y estrés.
Les prometo que me mejoraré. Y en el viaje me fue genial, luego subo las fotos.

Ustedes me hacen esforzarme al máximo y dar lo mejor de mí.
Las amo. De verdad.


#MuchLove #AbrazosVirtuales


AVISO: Trabajaré este semana, y la próxima, subiré el
primer capítulo de "Stuck in the reality" y si termino tres capítulos
en esta semana, puedo subirles el primero más pronto. 

Gracias, de nuevo.

Mafer.