My Sister's Boyfriend
Capítulo 35


A mitad de la noche me despierto asustada por el sueño que acabo de tener. Un tipo extraño de flash back en donde Robert me sigue tocando. Ya no desperté gritando, pero aún así estaba asustada y respirando más de lo normal. Levanté un poco la cabeza y vi a Justin intentando calmarme. La televisión seguía encendida, supongo que él aún estaba despierto. Me hace que respire profundo y exhale. Acaricia mi cabello con dulzura y me brinda una sonrisa reconfortante cuando estoy más o menos calmada. 
Me acurruco en sus brazos y aspiro su aroma. No sé a ciencia cierta a la mezcla de olores agradables que desprende, pero me siento como amada, a gusto y mucho mejor. Abro los ojos y subo mi cabeza un poco para besarlo en los labios. Nuestro beso se hace más prolongado mientras yo me aferro a él con algo de miedo, pero con ganas de experimentar de nuevo algo hermoso. El siente como mis manos tiemblan, torpes de miedo, y las toma ambas. Besa cada parte de ellas, nos nudillos, las palmas, los dedos… me mira a los ojos y besa sensualmente mi barbilla. Muerdo mi labio inferior y me alejo un poco, presa del miedo y de la extraña excitación. 


-¿Puedo?- pregunta él tomando el borde de mi clusa blanca, a lo que yo asiento, un poco más decidida que antes.- Si quieres que pare, solo dímelo.
-Quiero que lo hagas.- admito.- Por favor…


Sonríe levemente y toma mi blusa por completo para quitarla y dejarme en sujetador. Me abraza por la cintura de nuevo y mueve sus dedos lentamente proporcionándome cosquillas de placer. Me animo a besarlo nuevamente como yo quiero. Me emociono, olvido todo y muerdo su labio inferior con voracidad. Él suspira al contacto y toca mi pierna acariciándola hacia arriba. Toma mi mejilla y hace que demos media vuelta, quedando encima de mí. Quita el poco cabello que cae sobre mi rostro y sigue jugando a dejar un camino de besos sobre la piel de mi cuello. Acaricio su cabello como distracción y adicción. Ahora parece más suave y más rubio de lo que es. Sus ojos y su cabello tienen un brillo, como si fuera de oro. Este chico es el más perfecto del planeta. 
Mete sus dedos entre mi cintura y mi pantalón y acaricia mis muslos. Cierra los ojos y respira hondo, sonríe para mí y no puedo sentir más que mariposas en el estómago… o tal vez es un zoológico completo. Tomo su mano, que sigue tocándome y la bajo un poco, dándole a entender que puede hacerlo, que puede quitar la ropa que le estorbe de mí. Fue bajando el pantalón junto con mi ropa interior y su beso se hizo más apasionado y lleno de amor. Nuestras lenguas se juntan y se tocan después de tanto tiempo. Me siento en el quinto cielo. Mi corazón late con fuerza, pero el amor le ha ganado al miedo. 
Después de un rato, estamos completamente desnudos y sintiendo nuestra piel hacer contacto, suave y dulcemente. Siento que ya no puedo dar marcha atrás. 


-______...- susurra Justin en mi oído.- ¿Lista?
-Si…- asiento temblando un poco.- 


Poco a poco siento cómo con cuidado me voy llenando de él. Su amor, su paciencia… lo admiro tanto por ser así conmigo. Ni yo misma voy a llegarme a amar tanto como sé que él me ama. Besa mis labios dulcemente mientras yo cierro los ojos… no. No es así. Vuelvo a abrirlos, para ver que es él. Mi Justin. Es él quien me está haciendo el amor. Me regala una media sonrisa y se esconde en mi cuello, para besarlo en cada una de sus embestidas. Acaricio su cabello y me siento más y más cerca del final. De nuevo siento que todo es hermoso en este momento. Estoy con Justin y no va a permitir que nada malo me pase. Cuando al final me abandono, logro cerrar los ojos y me siento segura de nuevo. Hecho la cabeza hacia atrás y me dejo amar. Ambos nos amamos. Juntos. Esa oleada de calor tan bella que olvidé que se podía sentir. Mi corazón latiendo de una forma favorable. Ese “Te amo” que se escapa de mis labios cuando él cae rendido en mi pecho. Esa sonrisa que nos regalamos justo antes de que el sueño nos venza. Su beso en mi frente… su respiración relajada… de pronto nada. Estoy profundamente dormida en sus brazos.


***


-¡Cada vez menos personas vienen a este lugar!- grita Kate, una chica que está conmigo en la librería.- Por lo menos deberían poner música agradable, no importa que sea bajo el sonido. 
-Es un lugar relajante.- admito, acomodando libros en una repisa.- Como las bibliotecas. Siempre hay silencio… un silencio cómodo que nos hace concentrarnos mejor en lo que vamos a adquirir.
-Si, es verdad, pero aún así deberían de poner algo… aunque sea de Beethoven.- ríe ella ayudándome a limpiar un estante nuevo de madera.- ¿Y qué te ha pasado recientemente? ¿Ese amigo tuyo… Austin…? Salen juntos. ¿No?
-Antes.- sonrío.- Hace tiempo, casi un año seguramente.- me encojo de hombros y alzo una ceja.- ¿Alguna razón para que tengas que preguntarme eso?
-La verdad sí.- se sonroja y abre una nueva caja de libros.- Me parece muy lindo. ¿No te importa si yo lo intento?
-Claro que no.- niego mientras abro yo mi caja correspondiente.- Él necesita amor. Estoy segura de que harían una buena pareja. Se verían lindos, en serio.
-Gracias.


Ambas salimos del trabajo justamente a las dos de la tarde. Caminamos por las calles de Manhattan platicando de nuestras vidas. Ella vive ahí desde pequeña, pero a causa de que su familia está de viaje todo el tiempo, es como decir que vive sola. Yo ya le había contado de todo el lío de Justin y Alicia. A ella le pareció una comedia o algo así. Debe tenerse perspectiva. Yo lo tomé así cuando ella lo dijo. 
Me acompañó a casa y dijo que se iba a quedar en el lobby un momento para esperar a Austin y hablar con él. Que valiente. Yo le deseé suerte y llamé al ascensor. Entré en él y oprimí el botón de mi piso. Al llegar, caminé hacia mi puerta y la abrí con mi llave, entré a casa y fui directamente a la cocina para tomar una bolsa negra de basura… con todo el dolor de mi corazón recién curado. 
Fui recogiendo todos los pétalos que ya estaban marchitos. Los de la cama, el piso y le mesa de la terraza. Deposité la basura a lado de otras bolsas que se supone que pronto recogerán. Miro el reloj y falta menos de una hora para que Justin regrese de su trabajo. Saco del refrigerador algo de fruta para picarla y luego me dirijo hacia la alacena y saco una caja de espaguetis. Me propongo a hacerlos bien esta vez. Tengo un invitado, uno que se va a quedar y tengo que saber cocinar bien. 
Al cabo de un rato, Justin llega, deja sus cosas en el sofá del living y corre hacia mí, abrazándome efusivamente. Río en voz alta y lo beso. No cabe duda que me hace la chica más feliz del mundo.


“Lo mejor que podemos hacer en favor de quienes nos aman, es seguir siendo felices.” – Alain.


Terminamos de comer, y por un milagro, Justin decidió terminar con todo el espagueti. Tal vez si me salió delicioso… yo lo probé y definitivamente estaba mejor que los anteriores que he hecho. No quedó nada. Este hombre come de más. Al terminar de comer, tuve que decirle que tiré los pétalos, pero el asintió diciendo que era necesario, y que el recuerdo vivirá por siempre. Nos sentamos en la sala y le ayudé a ordenar unos papeles que trajo de la oficina en la cual trabaja, después él me ayudó a acomodar los nuevos separadores por color. Con un apoyo así, ambos saldremos adelante.


***


Tres meses después todo parece más fácil. Me he enseñado a cocinar la comida favorita de Justin con ayuda de Pattie, su madre, quien viene a visitarnos seguido. Según sé yo, ella nunca conoció del todo a Alicia. Solo por una vez que la vio en la boda de un primo de Justin, donde ella fue invitada. Por suerte, no pudo ir a la cena de ensayo, en donde yo metí la pata. 
Cuando se enteró de que Justin había terminado su compromiso con Alicia y me había pedido matrimonio a mí solo dos o tres meses después, la sacó de quicio. Y más cuando supo que yo soy hermana de Alicia. Pero con mucho trabajo, fui ganándome su confianza. Hasta el día en el que decidió llegar sin avisar con una bolsa del supermercado y regó un montón de ingredientes en la mesa de la cocina. Me dijo que si quería ver a Justin feliz, debería preparar sus comidas favoritas. Ahí fue cuando supe que me había aceptado. La abracé como dos minutos seguidos. 
Ahora, en vez de visitar a Justin, me visita a mí, (lo dice de broma). Cada que salgo de la universidad, llego a casa y justo después Pattie está allí platicándome algo sobre comida, sobre Justin, o sobre lo que sea. Su presencia es importante. Me ha hecho admirarla mucho. Cuando Justin llega de trabajar, ella siempre lo recibe, platica un rato con él y se va. Sin siquiera comer algo. No sé como tomar eso… digamos que la alumna puede que haya sobrepasado a la maestra. Quiero creer eso. 



***


-Linda…- me llama Justin. Es viernes en la tarde y nos sentamos en la terraza a ver el atardecer, como todos los inicios del fin de semana.- Este lunes hay vacaciones. 
-Lo sé…- estiro los brazos suspirando profundamente.- ¿Tienes algún plan?
-¿Qué tal si visitamos a tus padres?


Me congelo. ¿Cómo se le ocurre semejante idea? Espero a que me sonría o me haga una mueca que me explique que se trata de una broma. Pero realmente no. No se trata de una broma o un chiste malo, creo que ha llegado la hora de poner pólvora junto al incendio… y todos sabemos que pasa cuando eso se unen esas dos cosas.


***


Simplemente no puedo creer que esté haciendo esto. Estoy con mi mente en el helado que me compré antes de salir de Manhattan. No quiero terminarlo, aunque solo me queda el cono de galleta algo delgado, pues el tiempo y el helado se han encargado de ablandarlo. Miro por la ventana y rápidamente me vuelvo hacia Justin, quien está relajado mirando hacia el frente mientras conduce. Hago una mueca y dirijo mi mirada hacia el frente. Estamos a pocos minutos de que todos se enteren de lo que ha pasado aquí desde hace un año. 
Se que todo puede salir mal, pero no me escucho a mí misma. Mi menta está divagando. Mis sentidos están todos concentrados en el helado y en la posibilidad de que todo nos salga mal, nos separen y no volvamos a vernos nunca. Sea como sea, me pueden quitar el pago de mi departamento, la universidad y todo eso, pero ya no permitiré que jueguen conmigo. No voy a permitir por nada del mundo que me aparten de Justin. 
Entramos a una especia de carretera solitaria y el sol es abrasador. Nos da directo en la cara y tenemos que bajar los protectores del auto para poder ver hacia dónde vamos. Me agacho un poco para desabrochar mis converse azules y justo cuando voy de nuevo hacia el respaldo del asiento, todo me da vueltas. Dejo la servilleta en donde antes estaba el cono de helado en la guantera, y cubro mis ojos con las manos.


-¿Qué ocurre?- me pregunta Justin cuando ve mi estado.- ______, estás algo pálida. ¿Quieres que me detenga?
-No, no… es un ligero mareo. Es todo.- digo aún con las manos sobre los ojos.- Estaré bien, sigue conduciendo.- al terminar la frase, todo el universo se sacude. Me siento mal es un hecho.- Espera, espera, espera… debo detenerme. Debemos parar. 
-Seguro, solo déjame buscar un lugar en donde nos detengamos con seguridad.- dice Justin mirando alrededor de la carretera, hasta que encontramos uno.- ¿Aún te sientes mal?
-Debo tomar aire.- digo colocándome con dificultades mis converse y saliendo del auto a toda velocidad.- 


Camino lentamente hacia fuera de la carretera, adentrándome al campo que tengo en frente. Todo es naturaleza y montañas y árboles. Una brisa cálida sacude mi cabello y me pongo a inhalar y exhalar. Tal vez me estoy sugestionando. Tal vez debo olvidarme de mi propósito por unos minutos y relajarme. Es todo lo que debo de hacer. Me siento a lado del tronco de un árbol y me sujeto el cabello en un moño desordenado. Suspiro y miro hacia las copas de los árboles, que se mecen en armonía con el viento. Cierro los ojos, duro tanto tiempo así, que me cuesta abrirlos. Cuando lo hago, Justin se sienta a mi lado y me besa ligeramente en los labios. Toca con su mano mi frente, y me dice que no debo de preocuparme tanto, que no tengo fiebre ni nada por el estilo. Me rodea con su brazo y nos quedamos un momento en silencio mirando a nuestro alrededor. Silencio cómodo.


-¿Seguro de que todo va a salir bien?- le pregunto al cabo de un rato.- Tengo miedo.
-No estoy seguro de que salga bien, siéndote honesto.- declara Justin acariciando mi mano con suavidad.- Pero dime una cosa… ¿quién ha podido detener a esa rebelde _____ que amo?
-Nadie.- sonrío hacia él.- Solo tú puedes hacerlo.
-Entonces te pido que sigas adelante y no te dejes vencer.- me mira a los ojos y me da confianza.- ¿Puedes hacer eso?
-Supongo que sí.
-Entonces es hora de continuar.- se levanta y extiende su mano hacia mí.- ¿Vienes?


Tomo su mano y nos encaminamos de nuevo al auto. Me he tomado un minuto para relajarme, respirar muy profundo y darme cuenta que pase lo que pase, no va a cambiar nada en esto. Estoy con Justin y estoy lista para la vida que me espera con él. Tengo un anillo que demuestra que él me ha prometido un futuro juntos y yo debo contribuir a ello. Haré todo lo posible por que esto salga lo mejor posible, y si no es así… vamos. Es mi vida y puedo manejarlo demasiado bien. 


“En dos palabras puedo resumir cuanto he aprendido acerca de la vida: Sigue adelante.” – Robert Lee Frost. 


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Ok chicas, lo siento por prometer que el sábado
subiría y no lo hice. Mi prima me dijo que le hiciera un
pastel, y pues... lo hice, ah lksdfkldsnfklds 

Solo tenemos tres capítulos más. ¿Emocionadas? He terminado
el primer capítulo de la próxima novela. (Después de tres meses) 
Con todos los proyectos, y todo eso... la verdad es que el tiempo
parece mucho y no lo es. Las chicas que tambien escriben novelas, pueden 
entender. :)

Capítulo dedicado a @HopeInMyIdiots (mi dramática) es mi lectora desde
tiempos inmemorables, ah kslndflkdsn como tres o cuatro años no? Ah kldsnfklds
#UnAbrazoParaTi <3


#FelizLunes #Conganas 


*Si no te avisé o te avisé dos veces, regáñame bonito, ah. 
*Tu comentario es importante.
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Mafer.