Capítulo 32. #EDC. ¿Razón o corazón?
 
Una vez que se fue, Cait comenzó a reír y yo no sabía donde meterme. Le pegué un par de veces para que se calle, y mientras me estiraba sobre la mesa, observé cómo Juan, que atendía otra mesa, miraba disimuladamente hacia nosotras. Al ver que lo miraba sonrió ganador, mirando al chico que atendía para disimular.
 
Le pegué en el brazo a Caitlin nuevamente, y ésta disminuyo lentamente su risa.
 
-Deberías haber visto tu cara -me señaló y se frotó el rostro-. Ay... reír hace bien. Dale alegría a tu vida.
 
-Estás re fumada, Cait, ¿qué te pasa? -reí levemente.
 
-Ah, no sé -revolvió su batido con el sorbete. Miró encima de mi hombro y me señaló hacia atrás con un leve movimiento de cabeza. Seguí sus indicaciones y observé a Vanessa irse de la mesa de Justin. Él se giró hacia un costado y levantó la mano llamando la atención de un mozo, quien se acercó enseguida. Mientras este venía, Justin dio una mirada rápida al lugar, y entre tanto, me vio. Se volvió al ver al mozo que ya estaba donde él, y volvió a verme, esta vez conciente. Me volteé rápidamente hacia Cait y tomé mi rostro entre mis manos. Antes que pueda decirle nada, ella opinó:
 
-Como detective te morís de hambre. Ahí viene -señaló con la cabeza a Justin. Volteé y él ya estaba a nuestro lado.
 
-¿Qué hacen acá? -preguntó sonriente.- ¿Espían a alguien?
 
-¿Nosotras? Pf, ¿cómo crees? -dijo Cait irónica, riendo con Justin, que luego de unos segundos unió una silla de otra mesa a la nuestra.
 
No podía haber momento más incómodo que este, definitivamente. 

-¿Vienen esta noche? -ambas asentimos. 

-Dicen que en la fiesta va a estar todo el vecindario -agregó Cait. Recordé la fiesta de esta noche, la que había mencionado mamá.
 
-¿Venís a casa y nos cambiamos juntas? -le ofrecí a Cait, ignorando la penetrante mirada de Justin.
 
-Dale -sonrió, para luego mirar su celular.- ¿Vamos yendo? Son las seis y media. ¿A qué hora hay que estar?
 
-Ocho y media -respondió Justin.
 
Cait hizo una seña con la cabeza de '¿Vamos?' a la que asentí. 


-No sé qué ponerme -dije, tirándome en la cama.
 
-¿Viste la cara de Justin? Fue genial -rió Cait, saliendo del baño con un vestido negro al cuerpo, simple, con breteles anchos. Unos tacos del mismo color y un collar atravesando su pecho, con forma de cruz; todo lo que había traído de pasada por su casa, antes de venir.
 
-Cait -alargué a la A-. Concentrate, porfas.
 
-Bueno... a ver -abrió mi armario y tomó dos perchas. Una que tenía todas mis polleras, y otra con un strapless azul claro. Me quedé con la segunda opción, por sus consejos, y tomé unos zapatos plateados de una caja. 

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Cait me maquilló mientras yo me pintaba las uñas, y así, ya a las ocho y quince, tomábamos un taxi a destino.
 
Entramos adonde se hacía la presentación, detrás de bambalinas, ya con confianza, puesto que los guardias conocían a Cait, y en el tercer camerino a la derecha, abrimos la puerta encontrándonos con Justin y Chris en él. Saludamos a ambos, el primero sólo en pantalones, eligiendo qué ponerse. Cait se puso a hablar con su hermano y yo me paré al lado de Justin, que observaba aquel perchero andante con una mirada vacía. 

-Esta -descolgué una camisa a cuadros blancos, negros y violetas. Él la tomó y se la puso rápidamente, para luego girar y verse en el espejo. Asintió y me sonrió a través del reflejo.
 
Tomó unas supras negras, combinándolas con su pantalón, y comenzó a peinarse impaciente, sin lograr que el pelo le quede parado por más de un minuto. Los hermanos, entre risas, anunciaron que se encontraban tras bambalinas, dejándonos solos. Chris me guiñó un ojo, y maldije por dentro. No quería quedarme sólo con él.
 
Justin bajó los brazos rendido. Suspiré y tomé el secador y el cepillo. Mojé un poco el último y me senté en la mesada, de espaldas al espejo, justo como la otra vez que lo había peinado. Justin sonrió dulcemente y se acercó, quedando parado en frente mío. Peiné su cabello hacia atrás, en aquel silencio incómodo, sumado con una tensión que se sentía en el aire.
 
-Estás muy linda -anunció para romper el hielo. Lo miré a los ojos: parecía sincero, pero de todas formas no hice nada. Quiso poner su mano en mi muslo, (también como la otra vez) pero notó mi mirada y la apoyó en la mesa, al lado de mi pierna. Continué peinándolo, pero ahora prestando atención a lo que hacía. 

Él volvió a hablar.
 
-Terminé con Vanessa. 

No pude disimular mi sorpresa, puesto que la forma en que abrí los ojos había sido inconsciente, pero al instante volví a la normalidad. Supongo. 

-¿Ah, sí? -dije queriendo sonar desinteresada. Miré por un segundo a Justin y lo observé sonriendo. Asintió sin aguantar la sonrisa.- ¿Qué es tan gracioso?
 
-Ver lo mala que sos disimulando.
 
Bajé mis brazos, que ya estaban cansados de tanto mantenerlos arriba. Lo miré a los ojos, y él pronto dejó de sonreír burlón para curvar sus labios de una manera más dulce.
 
-Era obvio que no la quería, de lo contrario no te hubiese... besado. 

Me sonrojé al instante, y el ambiente volvió a tensarse. Justin se acercó lentamente a mí y subió mis manos por mi cintura. 

No, no podemos besarnos, pensé. Esto no está bien. Tengo que dejar de besarlo, a él, a Chris, y en algún momento a Chaz y a Ryan. Basta de decisiones estúpidas.
 
Bien, no lo voy a besar más.
 
De todas formas, mi cuerpo no siguió las órdenes de mi mente, sino las de mi corazón. Antes de que puediese darme cuenta, sus labios se apoyaban dulces sobre los míos. Apenas abría su boca, y sólo para tomar mi labio superior y llevarlo consigo. 

Quise separarme, pero para eso hacía falta mucha fuerza de voluntad y autocontrol, de los cuales carecía en estos momentos. 

Sujeté su cara con mis manos y seguí con el suave beso que Justin me proponía. Sin pensarlo, mis brazos cumplieron algo tarde lo que mi cabeza ordenaba y separaron a Justin apoyándose en su pecho. Él deslizó sus manos por mi cintura hasta separarse, mirándome al principio confundido pero luego entendiendo la situación.
 
-Justin... -dije en un suspiro- no quiero más esto. Nada de besos, los amigos no se besan. Y... tengo que aclarar mi mente antes de pensar en estar con alguien. Aclararme de todos esos errores que cometí.
 
-¿Qué... querés decir? -preguntó acariciando su nuca.
 
-Que quiero que sigamos como amigos; si lo nuestro tiene que ser, se va a dar.
 
-¿Eso es lo que querés? 

Lo miré a los ojos e inconscientemente bajé la mirada al suelo.
 
-Sí, eso es lo que quiero. -Está vez, obedecí a mi cerebro.
 
...
 
Uy, qué polenta este capi, jajaja. Espero que les guste, aunque es cortito, pasa que traté de escribir en todas las noves, ya adelanté algo de LDA tambien :)
 A todas las que comentan, sé que casi nunca les respondo, pero en realidad aprecio sus comentarios y que se tomen un tiempo para hacerlos, muchas gracias ♥
 Besos, a lo mejor hoy puedo subir en las otras noves! ;)