My Sister's Boyfriend 
Capítulo 26

Al entrar a la fiesta nos encontramos con una Cleopatra feliz y locamente salvaje, bailando casi al centro de la pista. Alza sus manos al cielo y grita con todas sus fuerzas con los ojos cerrados. Ha dejado sus zapatos atrás y está descalza por toda su casa abarrotada de gente, que en su mayoría son extraños invitados por otros extraños, que han sido invitados por algunos amigos de los invitados. Suena raro, pero se corrió el rumor. Yo le había dicho a Bridgit que diseñara invitaciones. Pero alegó que las falsificarían de todos modos y es mejor tener el lugar lleno. No pudimos discutirlo más. Para mí fue más fácil, pues pude invitar a Justin. 
Caminamos entre la pista de baile para lograr llegar al mini bar que se había instalado justo a lado de las escaleras principales. Los sirvientes de Bridgit (que han sido contratados, pues de no ser así, los verdaderos la acusarían), ya habían tomado la indicación de marcharse a dormir. De todas formas tienen que tomar energías pues mañana viene el verdadero reto: limpiar. 
A nuestro lado pasa corriendo un chico con la mano cubriendo su boca. Oh por favor. Es tan pronto que no puedo llegar a la conclusión de cómo ha llegado a ponerse ebrio tan rápido. Pero luego recuerdo que algunos tienen por costumbre beber todo el día. Tal vez le puso algo de vodka a su cereal esta mañana. Que asco. 
Al abrirnos paso por toda esa gente, Justin me toma de la cintura y siento su aliento en mi cuello. Empuja gente con su mano derecha y pide disculpas. Al fin llegamos a la barra y me siento en un banco acolchonado color rojo. El recarga sus codos en la madera y mira hacia adelante. No escucho a entender qué pide para tomar, pero cuando llega mi turno, pido un refresco de lima. Mientras bebo miro a mí alrededor y hay disfraces que dan risa. Un salmón, una caja (qué original), un gato, y como nuca falta. Un chico vestido de la estatua de la libertad. Me giro hacia Justin y él también está observando a las personas con una sonrisa en el rostro antes de beber directamente de su copa. Lleva un traje negro. No es precisamente un traje, pero se ve tan jodidamente bien que se la paso. Pero se me ocurre alguna broma para animarlo.


-Oye.- grito por encima de la música.- ¿Es que acaso no te dije que sería de disfraces?
-¿Es que no lo parece?- se endereza y gira sobre sí mismo.- Éste es mi disfraz.- suelta una risa divertida y vuelve a su postura de antes.- Soy un chico refinado. Nunca nadie se ha vestido así, decidí ser el primero. ¿Qué te parece?
-Muy buena idea, sí…- sacudo la cabeza. No tiene remedio.- Bueno… dime cómo me veo yo. Estiro los brazos a mis lados y lo miro interrogante.- Fue idea de Bridgit… eh… Cleopatra.
-Ya sabes lo que yo pienso.- mira su copa, a punto de estar vacía y le da fin a su bebida. Deja la copa de cristal en la barra y me tiende su mano.- Vamos afuera, acá huele mucho a cigarro.
-Tengo un lugar mejor.


Lo tomo de la mano y me encamino entre la gente hasta llegar a las escaleras del ala este. (La casa de Bridgit en tan enorme…) subimos y miramos a la multitud también regada entre los pasillos del segundo piso. Lo encamino hasta la tercera puerta del lado izquierdo y la abro. Está en penumbras. Le digo que pase mientras yo cierro la puerta. Palpo la pared hasta encontrar el regulador de luz que tanto le gusta a Bridgit. Aquí trae a sus citas cuando cree que es necesario hacer una sesión de sexo en el sofá. Desde que me lo dijo, nunca me volví a sentar allí. No pienso en la utilidad del hermoso salón para Bridgit. A mí siempre me ha gustado para algo en específico, y no está relacionado con tener sexo. Regulo la luz hasta que parece hecha por luz tenue de velas. Justin me escruta con una sonrisa y corro a sus brazos. Lo beso como quiero. Como quise desde que lo vi acercarse a mí hace un par de minutos. Me toma por las mejillas y me acaricia con el dedo pulgar. Yo hago lo mismo con su rostro. Nuestras narices rozan y nos miramos a los ojos después de deshacer el beso. Me separo de sus brazos y camino hacia la ventana gigante que tengo detrás de mí. Veo para abajo y logro notar que en el jardín hay más gente bailando y hay una guerra para arrojar personas a la fría piscina. Tuve suerte de tener esta idea, de no ser así, apestaría a cigarrillo o estaría hecha una sopa.
Ahora miro hacia arriba. La luna llena está en su máximo esplendor. Es muy bonita. ¿Pero qué estoy haciendo? Lo más hermoso del mundo está conmigo en el salón y yo estoy mirando hacia otro lugar y preocupándome. Ya basta. Me vuelvo hacia él y está hojeando un libro que estaba en un estante cercano. Alza la mirada y lo cierra, volviendo hacia mis brazos. Besándome de nuevo. Escondo mi rostro entre sus hombros y su cuello. Desde abajo la música lenta empieza a escucharse y Love Story entra para colmar mis emociones. De seguro Vanessa estará bailando con Edward. Justin me separa del abrazo y extiende su mano hacia mí con una tierna sonrisa. Río y tomo su mano, comenzamos a bailar justamente en el coro. Lo miro, el me mira… sonreímos. Nos separamos un poco y hace que gira sobre mí misma aún con su mano en la mía. Su sonrisa me hace sonrojar de nuevo y me escondo en su pecho mientras bailamos.


-Escucha…- susurra en mi cuello.- Tengo un plan.- no me inmuto, sigo bailando y lo escucho atentamente.- Sé que varios saldrán lastimados. Pero como te dije, hay veces que la felicidad depende de la tristeza temporal de otras personas.- besa mi cuello y vuelve a tomar la palabra.- Mi idea es enloquecer. 
-¿Volvernos locos como la familia Adams?- pregunto.- ¿A eso te refieres?
-Algo así…- ríe y acaricia mi cabello.- No, no… hablo de huir.


Alzo la mirada y no encuentro sonrisa alguna en su rostro esta vez. Está hablando muy en serio. Yo no sé si sea una idea de verdad o es por pura impotencia. Pero lo cierto es que es la única idea que puede funcionar.


-No me refiero a huir para siempre.- ni siquiera me doy cuenta de, pero seguimos bailando.- Se trata de huir, y ya pasado un tiempo, volver listos para contar la verdad. Claro que los llamaremos, tampoco quiero que se angustien. Les diremos que estamos juntos en cuento se pueda. Volveremos y explicaremos todo. Lo siento, es lo único que se me ha ocurrido.
-Quisiera que fuera más fácil.- declaro.- Quisiera que esto no estuviera tan mal… cómo desearía haber huido contigo desde que te conocí… bueno… mi hermana ya salía contigo en ese tiempo.
-Te voy a declarar algo nena.- su voz es tan reconfortante que me hace relajarme a pesar de todo el problema.- Alicia y yo peleamos tiempo antes de que te conociera. Era definitivo. O eso era lo que yo creía. Cuando te conocí estaba completamente libre. Sé que intercambiamos números y teníamos modo de encontrarnos. Pero de una forma sentí que cuando te fuiste, te había perdido. Que no funcionaría. Volví con Alice por una última oportunidad y estaba tan cansado de peleas, que le pedí matrimonio, pues pensé que así todo sería mejor. Más maduro. No sabes el error en el que estaba. Y luego cuando supe que eras su hermana… mierda. Nena yo nunca quise esto para ti.
-No es tu culpa… - lo tranquilizo.- Justin, vamos a salir de esto. Te lo prometo.
-Te amo.
-Te amo desde el primer día. 
-¿Me puedes hacer un favor?- me pregunta arqueando una ceja.- Por favor… quítate ese antifaz.- debe de haber notado mi expresión, pues se explica.- Quiero ver tu rostro. Eres más hermosa sin esta cosa.


Muerdo mi labio inferior y me separo de él. Solo un paso. Tomo el extremo del antifaz y lo alzo hasta sacarlo de mi rostro. Bajo mis brazos y el toma mi rostro con sus manos. Nuestras frentes se tocan y yo lo observo con todo el amor que tengo para darle. Acaricio su rostro y sé que sufre tanto como yo. Un beso. Tan fugaz y ligero como una pluma. Pero hace que mi corazón se acelere y me indique que él es el único. El verdadero. El indicado. Y no tengo miedo. Si podemos huir juntos, podemos hacer lo que sea. Solo él y yo. Para vivir realmente como queremos, y no con esta farsa que llamamos vida.


“Este amor es difícil. Pero es real.”- Taylor Swift. 


***


Justin conduce en la oscuridad. He cambiado mis tacones altos por mis converse. Estoy con los brazos puestos en la ventana abierta y con mi cabeza recargada en ellos. Mirando cómo seguimos a las estrellas hacia nuestro destino. De noche todo parece más peligroso, pero más rápido. Logro ver la ciudad lejana y la feria del muelle en todo su esplendor. El océano se ve oscuro, yaciendo ahí. Esperando por nosotros. The Beatles suena con Here Comes The Sun. Yo sé que no veo el sol asomarse, pues apenas serán cerca de las once y media de la noche. Pero de alguna manera, siento que el sol es la felicidad, a eso se refieren. Así que… 


“… it’s alright.”- The Beatles.


Como es costumbre, corremos por toda la ciudad, llegamos al iluminado muelle y todos nos ven como si fuéramos un par de locos. Yo, con vestido y converse, mientras que Justin usa su traje y supras blancos. Ha dejado su saco en el auto. Compramos un par de algodones de azúcar y luces de bengala, y nos sentamos al final del muelle con los pies colgando hacia el océano. Mirando las estrellas, a nosotros, el horizonte. Observamos cómo la pirotecnia colorea el cielo. Hermoso. Recargo mi cabeza en su hombro y nos tomamos de las manos. Y así regresamos a la playa, con las manos entrelazadas y comiendo otro algodón de azúcar entre los dos. De vez en cuando compartiendo un beso dulce. 
Miramos las estrellas. Recostados en la arena, con las mantas que Justin siempre trae en su auto. Detrás de una gran roca donde nadie puede vernos. Solo nosotros dos, insistiendo que la Osa Mayor está justamente encima de nosotros. 


-Te prometo que cuando todo esto termine, vendremos una vez al mes a observar las estrellas.- dice Justin mientras se coloca ágilmente encima de mí.- Y recordaremos entre risas lo que ahora vivimos.
-Te amo demasiado…- susurro acariciando su mejilla.- Quiero que seas el primero… y el último.


No habla. Solo me besa. Con más velocidad a cada segundo. Su lengua entra en mi boca con un ligero sabor dulce y salado por el viento del océano. Acaricia mis brazos y hace que los cierre a su alrededor. Bajo mis manos un poco y las coloco justo debajo de su camisa, acariciando su  suave espalda. Su respiración se agita y mi corazón también. Baja sus labios a mi cuello y succiona mi piel sensualmente. Muerdo mi labio inferior al sentir como mis sentidos se agudizan y puedo sentir todo y nada al mismo tiempo. Muevo mis brazos de nuevo y comienzo a desabotonar su camisa. Poco a poco hasta que al fin ésta cede y puedo quitársela. Su piel se vuelve de un color hermoso por la luz de la luna. Lo abrazo de nuevo y él sigue besando mi cuello.
Me las ingenio y logro moverlo para quedar a horcajadas encima de él. Siento su erección justo en mi centro aunque aún llevo todo puesto. Lo beso de nuevo y sus manos viajan a mi espalda y bajan el cierre de mi vestido. Baja los tirantes y logra tener mi torso desnudo por primera vez a su vista. Me ruborizo tanto que me escondo en su pecho mientras él ríe y besa mi frente. Me decido de nuevo y dejo que me quite el vestido por completo. Se mueve otra vez y la fría arena un poco rugosa está debajo de mi espalda nuevamente. ¿Y las mantas? Bah. Me muevo un poco y mis pechos rozan con su torso desnudo. Ambos gemimos de placer al sentir esa maravillosa sensación del contacto. Pierdo los estribos. Bajo mis manos y quito su pantalón. Me siento lista… tan más lista… lo amo. 
Besa cerca de mi oreja cuando lo dejo desnudo frente a mí. Sus manos hambrientas de mí, me tocan y me acarician por todos lados. Mis caderas, mi cintura, mi estómago, mi pelo, mi espalda, mi trasero… me arqueo hacia él. Baja mis bragas y las deja a mis pies. Nos miramos por unos segundos sin saber qué hacer. Un ligero escalofrío. Ha estado en la misma posición con mi  hermana… pero no la mira como a mí. No la ama como a mí. Ella no lo ama como yo lo amo. Esto es especial. Estoy feliz. De nuevo el miedo me abandona. Y cierro los ojos. Un dolor placentero se apodera de mí. Está siendo lento, no quiere lastimarme. Aprieto la mandíbula un poco esperando a que el dolor de disperse, como me lo han dicho y cierro mis manos en su espalda intentando no lastimarlo con mis uñas. El dolor se va poco a poco y el sale de mí, para volver a entrar un poco más rápido. Me arqueo nuevamente y me agrada lo que se siente. Gimo de placer mientras él sale y entre de mí, mientras y muevo mis caderas, ayudando al placer.


-_______...- gime mi nombre como si fuera un ángel… mi corazón salta de alegría.- Nena te sientes tan jodidamente bien.


No tengo fuerza para hablar. Sigo jadeando de excitación y estoy al borde. Toca mi centro de nuevo y repentinamente me deshago en sus brazos. El sigue su ritmo y no tardo en enloquecer nuevamente mientras él me hace el amor. Doy un vistazo al cielo y me parece la noche más bonita del mundo. Me vengo de nuevo, pero esta vez al mismo tiempo que él. Se recuesta en mi pecho jadeando por más aire y yo abro los ojos mientras acaricio su cabello.


-Quiero estar contigo siempre.- confieso.- Siempre, siempre.


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Oh el amor! kasdklanslkfakl okay ya. 
Dios mío, mañana me toca exponer sobre el punto xD
que extraño. Pero me cae bien el profe so...
sdknfklsdnflksdnlfksd 

Gracias por leer lindas. Llegó el punto justo de la novela.
Hemos llegado a la mitad del asunto, ah askldnsklfds 
sinceramente estoy amando esta novela más que las anteriores que
he hecho. 

#MuchLove #ComanYogurt ;) #FelizSemana

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Mafer.