Ámame.-HOT {Capítulo 41}

-¿_______? –Lizeth llamó, saliendo de la habitación.

-¿Si?

-Justin te está llamando –ella sonrió- al parecer no puede estar sin ti mucho tiempo –rió.

_______ se sonrojó y se abrió paso para ir a la habitación. En cuanto Justin la vio entrar, sonrió.

-¿Me necesitas? –preguntó ella dulcemente, sentándose a su lado.

-Siempre te necesito –dijo él. Justin la agarró del brazo y la estrechó hacia sí, haciendo que _______ se acostara a su lado. Ella pasó uno de sus brazos por encima del abdomen de Justin.

-Justin…

-¿Si?

-Necesito saber algo.

______ alzó su cabeza para poder ver su rostro. Él asintió sin problemas.

-Lo que quieras, nena.

-¿Cómo supiste dónde estaba? –su voz era casi inaudible.

Justin guardó silencio unos segundos, antes de responder:

-Cuando estaba en la Jet Ski junto a Jake, sentí algo extraño. Tenía un mal presentimiento. Decidí dar tres vueltas más a Jake, y luego volveríamos a casa. Necesitaba ver cómo estabas –él se detuvo un momento. Luego prosiguió- Al bajarme de la Jet Ski y ver esa camioneta, todos mis miedos se hicieron reales. Corrí inmediatamente a casa para llamar a Clarice y luego buscarte. Aún no sabía dónde iba a hacerlo, pero buscaría en todos lados –suspiró, apretándola más contra sí- Llamé a Clarice y dije que dejaría a Jake en casa de mi madre. Ella preguntó qué sucedía, entonces le dije de una forma bastante rápida –rió, pero sin gracia- Estaba bastante asustado. Mucho. No encontré nada el primer día, pero no dejé de buscar. Avisé a la policía y también estuvieron ayudándome. Pero, el martes recibí una llamada anónima. Alguien me dijo dónde estabas y quién te tenía. Aún no sé quién es, pero agradezco el que me haya dicho; de no ser por esa persona, aún estuviera buscándote y tú aún estuvieras sufriendo –él besó la parte superior de su cabeza.

-¿Alguien? –frunció el seño, extrañada. Él asintió- ¿Era un hombre?

Justin negó con la cabeza.

-Era una mujer. No me dijo nombre, ni nada. Sólo dónde estabas y quién te tenía. Inmediatamente colgó.

_______ comenzó a pensar quién podría ser esa persona. No conocía a nadie que pudiera haber sido. ¿Habría alguien traicionado a Harris y decirle a Justin dónde estaba? ¿O algún conocido que lo vio? ¿O alguien que quería vengar algo? No lo sabía, pero daba las gracias igual.

-Ya no pienses más en eso –Justin besó su sien- Ya pasó. Ahora estás a salvo. Conmigo.

-Pero tú estás herido.

Él se encogió de hombros.

-Ese es el precio que se paga por amar a alguien –sonrió, y ______ devolvió la sonrisa.

-No quiero que te vuelvas a arriesgar así jamás.

-No puedo prometerlo. Si alguien quiere hacerte daño, no puedo quedarme de brazos cruzados, ______. Eres mi vida ahora. No permitiré que nadie te haga daño. Y si tengo que morir yo para poder salvarte, lo haré.

______ besó sus labios. Suave y lento al principio, pero luego intervinieron ambas lenguas. Justin tomó a ______ de las caderas y la colocó a horcajadas sobre él.

-No quiero hacerte daño –susurró ella, por medio del beso.

-No lo haces. Este es el mejor tratamiento, nena, créeme.

______ negó con la cabeza, y a regañadientes se alejó. Quería besarlo. Quería hacer el amor con él. Quería mimarlo de todas las formas posibles. Y sobretodo, quería complacerlo. Pero no ahora. Estaba herido y no se perdonaría si llegase a lastimarlo.

-En este punto, prefiero creer en el doctor.

-El doctor no sabe de buenas medicinas.

Justin intentó inclinarse hacia delante, en busca de sus labios nuevamente, pero el dolor de su costado se lo impidió, haciéndolo gemir.

-A eso me refiero –dijo ______- ¿Necesitas algo? –él asintió- ¿Qué?

-A ti.

-Justin, no me hagas esto.

-¿Hacerte qué? –replicó, divertido.

-Sabes que quiero hacerlo, pero no puedo. Lo más importante ahora es que estés bien. Puedes esperar, campeón –rió ella, sentándose a un lado de la cama.

En ese momento, los Bieber entraron a la habitación y ______ se sonrojó. Si hubiesen entrado unos segundos antes los hubiesen encontrado en aquella posición y ella hubiese muerto de vergüenza.

-Cariño, ya nos iremos –Lizeth se acercó a Justin y besó su frente.

-Está bien mamá.

-Supongo que te dejamos en buenas manos –dijo Ryan, con un tono de doble sentido inigualable. Oh Dios. ______ se sonrojó más.

-En las mejores –respondió Justin, haciendo un guiño cómplice a su hermano.

¿Podría ser esto más vergonzoso? Pensó _______, mordiéndose el labio.

-Nos veremos luego, hijo. Espero te mejores pronto –dijo Jack.

-Estaré bien, papá. Esto no es nada, enserio. Dejen de preocuparse.

Lizeth sonrió y sus ojos se llenaron de lágrimas.

-Te amo ¿Lo sabes, verdad?

-Por supuesto que sí mamá. Y yo también te amo, muchísimo.

Lizeth abrazó a Justin y luego besó la mejilla de ______. Lo mismo hicieron Jack y Ryan. Minutos después, la casa era de ellos dos nada más.

-¿Tienes hambre? –preguntó _____.

-Mmm.

Justin asintió y pasó un brazo por la cintura de ______, atrayéndola hacia sí y moviendo sus caderas sugestivamente contra ella. ______ rió y negó con la cabeza divertida.

-He dicho no, Bieber.

-¿No a qué? –preguntó, con cara de inocente, pero divertido.

-No al sexo.

-Nadie ha dicho nada sobre sexo, Señorita. Creo que está malinterpretando las cosas –él sonrió. Oh, le estaba tomando el pelo.

-No creo que lo esté haciendo, Señor. Así que si me disculpa, voy a dormir.

-Tiene una mente demasiado podrida, ¿eh? –Justin besó su cabeza y luego inhaló su cabello, apretándola más contra sí.

-Y usted una boca demasiado grande, ¿eh? –rieron- Ya duerme y cierra la boca.

-No antes sin un beso.

-Sólo un beso.

-¿Quién ha dicho otra cosa? –él alzó una ceja.

_______ negó con la cabeza, como diciendo Qué-haremos-contigo-Bieber. Se acercó a él y plasmó sus labios sobre los carnosos y suaves labios de Justin. Justin cerró su mano alrededor del trasero de ______ y apretó suavemente.

-Te amo –susurró él. Sus palabras eran puras y sinceras.

_______ sonrió y dando gracias una vez más a Dios porque él estaba bien, se acurrucó contra él susurrando lo mucho que lo amaba, de vuelta. En ese momento estuvo más que segura que su vida sin él no sería vida, y que estar en sus brazos eran el mejor lugar en el cual cualquier persona desearía estar. Lo amaba, y estaba dispuesta a hacer lo que fuera por él y para él.

-Eres mía –dijo él, de repente, besando la parte superior de su cabeza.

-Tuya. Siempre.

Y se fundieron en otro profundo beso lleno de amor, diciéndose lo que con palabras jamás podrían expresar.






Fin.