My Sister's Boyfriend

Capítulo 21

Octubre. Comienza a hacer un frío terrible y después, justamente al otro día, un calor del demonio. Un mes tan loco, que la verdad es el que más se parece a mí. Lo curioso es que lo odio con todas mis fuerzas. La simple idea de que ya casi termina otro año me pone enferma. No me gusta que el tiempo pase tan rápido la verdad. Siento que todos envejecen cada vez más, se aprovecha menos el tiempo, no pasan las cosas que queremos que pasen… un total desastre. 
Eso pienso durante la clase de química porque todo es mejor que poner atención a esa maldita clase. Hoy están las exposiciones de los chicos más sobresalientes de la clase y lo explican todo con términos que no pueden ser más inentendibles. Suspiro pesadamente y abro mi cuaderno por la parte de atrás y comienzo a hacer garabatos. Comienzo a dibujar una nube gris a lápiz y después gotas de caricatura. Fantásticas. Me gustaría pintar un arcoíris, o un unicornio, pero no se me da eso de dibujar. Una chica amable que se sienta a mi lado, me pasa un papel doblado rugosamente. Lo abro y es una nota de Austin: “Iremos a comer algo al salir, festejando el pequeño puente desde el viernes. Va Vanessa, Bridgit y su novio Tyler. Yo solo iré si tú quieres asistir. Te amo.”
Me sonrojo y le contesto al vuelo con una nota algo fría de mi parte. “Si vamos todos, está bien. Eres un lindo Austin. Te debo un beso.” Me siento pésimo. El me está abriendo su corazón con toda la ternura que puede darme, mientras yo me atormento pensando en el mes en el que estamos. ¿Qué tan patético es eso? 
La clase continúa y yo ya hago un intento final de poner atención. Antes de que comiencen a dar los trabajos, el timbre suena y todos salen corriendo, evitando una posible tarea. Espero a Bridgit, quien despide en el aula a Tyler, su nuevo novio, y se une a mí y a Vanessa por los pasillos. Unas manos me atrapan por la espalda y al volverme, Austin está frente a mí con su gorro gris que tanto me gusta. No dudo ni un segundo y se lo quito, para ponerlo sobre mi cabeza. Toma mi barbilla y la gira hacia un lado para poder besarme. Cada vez me gusta más su forma de besar. Es apasionado, sensible… cariñoso. Enrollo mis brazos en su cuello y juego con su cabello. Nos separamos casi al instante, pues sabemos que el reglamento prohíbe ese tipo de cosas dentro del área. Nos tomamos de la mano y caminamos hacia nuestro casillero. Final del día. Nuestros casilleros son tan cercanos, que podemos hablar de todo lo que sea a esa distancia de separación. 
Dejo mis cosas y tomo algunos libros para los deberes que han encargado para mañana. Espero a Austin, quien está hablando con un chico del equipo de baloncesto, y cuando termina, nos vamos por su auto al estacionamiento, donde ya esperan los demás. Bridgit no ha llevado su auto hoy, para poder ir todos en grupo. Todos estamos listos. Excepto Vanessa.


-Fue a la biblioteca.- explica Bridgit.- Terminó el libro de literatura y lo va a ir a devolver. De hecho… ¿Alguien ya terminó? ¿Cuándo es la fecha límite para el proyecto?
-Dentro de ocho días.- aclaro.- Debo empezar de una vez, si quiero estar libre para la fiesta de disfraces. 
-Te digo que esa fiesta será de lo mejor.- asegura Bridgit.- Toda mi casa sola, sin siquiera sirvientes esta vez. Solo yo, y un montón de chicos con disfraces. Tendré que cerrar los cuartos y eso. No quiero que salgan problemas relacionados con… intimidad.


Soltamos una carcajada y seguimos planeando todo sobre dicha fiesta. Tyler, aunque no es muy conocido, se une a nosotros con ánimo. Me cae muy bien. Bridgit decidió que era buena idea salir con él después de ver la canasta que metió en el juego anterior de los chicos. Más bien, se fijó en lo que la camiseta dejó al descubierto a la hora de alzar los brazos, pero se lo dejaremos a su conciencia ¿Vale? Además… se ven felices. Como yo lo estoy empezando a ser con Austin. No tanto, pero con el intento, estoy notando que lo hago feliz por simples cosas. Como sonreír, estar con él y ser feliz a su lado. Estoy bien. Podré estarlo, supongo.


***


Vanessa camina hacia dentro de la biblioteca vacía. La recepcionista se ha ido, y aún no llega la que hace turno en la tarde para lo que olvidaron devolver un libro en el día. Camina por los estantes y busca algo. Deja el libro en el carro en el cual la bibliotecaria lo tomará después para ordenarlo correctamente. Ella sigue buscando entre los estantes llenos de libros. Camina de un extremo, hacia ese gran pasillo lleno de literatura de todo tipo ordenada alfabéticamente. Escucha un ruido y su corazón se acelera. Pero de forma buena. Sabe que pronto lo verá. Sabe que pronto sonreirá. Alza un poco la mirada, y ve por esa pequeña hendidura entre los libros y el estante, unos ojos azules. Sonríe. Son sus ojos azules. De su chico. Terminan de caminar al encontrarse por completo después del final del estante. Ambos sonríen y ella sin dudar un segundo se arroja a los brazos de él y lo besa con pasión. Lo abraza fuertemente y sonríe en sus labios. Lo ha logrado. Hace un mes que lo logró. Exactamente y ahora festejan ese maravilloso aniversario.


-Señorita Lavigne, ¿A dónde quiere ir a cenar hoy para celebrar esta fecha tan memorable?- pregunta Robert tomando a la chica por la cintura.- 
-Lejos, muy lejos de aquí. Por favor Señor Smith.- sonríe con sorna y lo besa fugazmente de nuevo.- ¿O es que acaso quiere que nos descubran?
-No, claro que no.- se lleva su mano a su bolsillo y saca una pequeña caja.- Esto es un adelanto de lo que tendrás después.- le entrega la caja a la chica y al abrirla, se encuentra con una hermosa pulsera de oro en forma de cadena.- ¿Te gusta?
-¡Es preciosa!- dice ella conteniendo el aliento.- No debiste… en serio Edward…
-Feliz aniversario linda.- sonríe el profesor y la abraza de nuevo.- Te amo. 
-Te amo más.- recuerda a sus amigos esperándola afuera y se separa de su novio con rapidez.- Tengo que irme. Mis amigos quieren salir un rato. Prometo que estaré lista en el lugar de siempre. ¿Vale?
-Muy bien, diviértete.- guiña.- Pero guarda algo de humor para mi ¿eh?
-Lo haré.- dice ella besando su mejilla y saliendo hacia los pasillos.- ¡He terminado el libro!


“El jurado esta afuera, pero mi elección eres tu”. – Taylor Swift. 



***


-Oh oooohh.- canturreó Tyler desde el asiento de atrás.- Quiero eructar.
-¡Eres un animal!- gritó entre risas Bridgit.- Sal, sal por la ventana.
-Muy bien, está bien, solo…- el se volvió serio hacia ella.- ¿Dónde está la sal?


Un estallido de risas se centró en el auto. Yo voy delante, en el asiento del copiloto con Austin, quien va conduciendo. Me ha dejado subir mis pies al salpicadero. Vamos escuchando a Kanye West, aunque “escuchando” es solo el término que uso. La verdad nuestras risas y bromas hace que la música desaparezca. Fuimos a comer hamburguesas a nuestro restaurante favorito, y después decidimos ir al prado. Es un prado, literalmente. En la parte alta de una colina, está totalmente solo y en la noche lo usan para mirador. A estas horas casi no hay nadie y es más seguro. Solo iremos a poner un poco de música y platicar relajadamente, mirando a la ciudad debajo de nosotros. 
Al llegar, aparca el auto cerca, sube el volumen de Locked out of heaven y las chicas nos sentamos en el cofre del auto mientras Tyler y Austin practican unos lanzamientos con un balón de futbol americano. 


-Chicas, no pueden negar que nos hacía falta algo como esto.- Bridgit se recuesta sobre el cristal del auto y se pone sus gafas oscuras. Pasa sus manos por detrás de su nuca, para hacer soporte a su cabeza.- Relajarnos, estar así todos en grupo… como lo hacíamos hace casi tres años.
-Si, tienes razón.- asiento.- Pensaba que nos olvidaríamos en algún tiempo. Pero por alguna razón hemos vuelto a ser lo que éramos. 
-Vamos, no se pongan sentimentales.- Vanessa se levanta del cofre y va hacia los chicos.- Mejor practiquemos también lanzamiento. Estamos a nada de que se abra nuestra temporada de baloncesto.


Sin protestar, la seguimos y pronto hicimos un equipo. Los dos chicos, contra las tres chicas. Íbamos perdiendo. Seguimos así un par de horas y justo después de terminar, nadie supo quién ganó, pues nadie llevó las cuentas. Nos sentamos otro rato en el césped casi seco y decidimos regresar a casa de una buena vez antes de que atardeciera. 


“La verdadera amistad es como la fosforescencia, resplandece mejor cuando todo se ha oscurecido.” - Rabindranath Tagore


Austin dejó a todos y me llevó a mí hasta el final a casa. Comencé a buscar mis llaves en el bolso y me volví hacia él para despedirme. Me besó de nuevo con esa chispa de encanto que tiene. Bajó por mi cuello y mordió un poco mi piel. Yo, intenté desviar mi mirada de la ventana, fijándome de que ni Eddie, ni mi madre me vieran si es que llegaban a salir de casa. Se separó de mí y susurró en mi oído algo que no pude comprender.


-¿Qué?- pregunté confundida.- 
-Quiero hacer el amor contigo…- susurró de nuevo contra mi piel.- 


Me puse tensa. El miedo recorrió todo mi sistema y me vi obligada a apartarme de él. El no se sorprendió y volvió a sonreírme. Después de un momento de silencio, me dejó claro que estaría bien si yo no quería. Lo podría entender. Y con eso, agradecí ese gesto de su parte y bajé del auto. Corrí hacia mi casa sin mirar atrás y escuché el auto alejarse. Cerré la puerta a mis espaldas después de entrar y llamé a mamá paro nadie contestó. Subí a mi habitación a dejar mi bolso, saqué mi libro de literatura y comencé a leerlo para realizar el proyecto. Al cabo de una hora, bajé a tomar agua. Nunca hay nadie en esta casa. Dejé el vaso en el fregadero y subí para registrar todas las habitaciones. Abrí la puerta de la habitación de Eddie, y estaba vacía. Fui a la de mis padres, y estaba vacía igualmente. Dudé un poco y un silencio incómodo y podría decirse que predecible se centró en la habitación de Alicia. Que estaba cerrada, como siempre. Giré la cerradura con lentitud y sin hacer ruido. Abrí la puerta y ella estaba recostada justo en el pecho de Justin. Desnudos. Llevé mis manos a mi boca, para evitar gritar y ellos al igual que yo, se espantaron. 
No se porqué, pero lo primero que hice fue soltar una carcajada, después otra. Cubrí mi cara roja de esfuerzo por tanta risa y pedí disculpas. Cerré la puerta detrás de mí, y caminé, aún riendo hacia mi habitación. Al cerrar la puerta por dentro, seguí recordando el momento y detuve mi risa. De pronto se volvió llanto. Me estoy volviendo completamente loca. Loca de amor. Pensé que estaría bien, es decir, pasé un mes y medio olvidando a Justin. Si me lo encontraba frente a frente, no hacía más que ignorarlo. Tratando de olvidar aquella escena en el auto. Pero... lo siento por él. No sabe lo que quiere. ¿Será que porque un me tuvo a mí se desquita con mi hermana? Yo no voy a dejar que la lastime así, si de eso se trata. Me levanto del piso después de un tiempo de estar sentada mirando a la nada con lágrimas en los ojos. Abro mi cajón de CD’s en donde, en un rincón se encuentra el magnífico Jim Morrison retratado con el resto de la banda detrás de él. 
“Vamos, por lo menos deja que te compre un CD…” sus palabras retumban en mis oídos como si me lo estuviera diciendo justo ahora. “No quiero que veas el precio. Es un regalo, así que…” lo escucho mientras pongo el CD en el reproductor. La música suena. De nuevo me echo a llorar con una canción cuya temática no tiene nada que ver con lo que me pasa. Por algún modo ahora todo me recuerda a él. Lo amo. Lo amo y no hay vuelta atrás. Estoy haciendo daño a tanta gente en silencio, que me siento una mierda. Salgo por la ventana y me siento en el tejado. La noche está nublada y borrosa. No puedo ver a ningún lado. Un frío terrible entra hasta mis huesos. Me duele todo. Abrazo mis piernas y apoyo mi barbilla en ellas. En eso recuerdo una frase del mismo vocalista de la agrupación. 


“La gente tiene miedo de si misma, de su propia realidad; de todos sus sentimientos. La gente habla de cuan grandioso es el amor, pero eso es mierda. El amor hiere. Los sentimientos se distorsionan. La gente está cautiva, ese dolor es pernicioso y peligroso. Como pueden ellos especular con el amor..." – Jim Morrison. 


No quiero lastimar a nadie. La verdad que no. pero es hora de dejar de ser la víctima. Ya lo he hecho en silencio por tanto tiempo que me he hartado. Correré riesgos. Si eso se refiere a acostarme con Austin, lo voy a hacer. Al día siguiente tengo claro todo.


***


Camino por el pasillo hasta llegar al gimnasio. Al fondo veo a Austin practicando con el balón para su último juego. Las finales. Se ve nervioso, así que llego, tapo sus ojos y se da la media vuelta. Sonríe al verme y lo abrazo con fuerza. Le quito el balón y le doy vueltas en mis manos, tratando de evitar el tema, pero es terriblemente inevitable. Muerdo mi labio inferior y me atrevo a hablar.


-La respuesta es sí.- digo en voz baja, para que solo él me pueda escuchar.- Quiero hacerlo…- mi voz tiemble, pero me recupero.- Quiero hacer el amor contigo Austin.


El se queda en estado de shock. Le aviento la pelota y la atrapa, pero sin dejar de mirarme como si tuviera tres cabezas. Estoy a punto de irme, me doy la media vuelta y el corre hacia mí, persiguiéndome como antes. Me atrapa y me envuelve en sus brazos. Me besa repetidas veces en la mejilla y le deseo mucha suerte. 
Salgo de nuevo hacia el pasillo para encontrarme con Vanessa y Bridgit, quienes están listas para ver el juego. Entramos por la entrada general del gimnasio y nos sentamos en las gradas. Volteo a ver a todo el público. Casi toda la ciudad está aquí. Detengo mi mirada pues veo a mamá entre el público.  A su lado está Alicia con unos pompones con los colores negro, rojo y blanco. Animando a Austin. A su lado está Justin, mirando hacia otro lado, ignorando por completo el juego. Solo por el hecho de que Austin está ahí. Mi corazón se encoje y me dedico a buscar de nuevo a Austin entre los jugadores. Noto que está parado e inerte. Mirando hacia Justin. Ambos se miran. Siento su desprecio, sus palabras pasadas por medio de miradas asesinas. Y ahí me queda claro. Una vez Bridgit dijo que los hombres también tenían un sexto sentido para descubrir qué chico a su alrededor está pendiente e interesado en su chica. Eso noto en Austin. Como me abrazaba con fuerza al presentarle a Justin, la forma que me trató después de eso, su pequeña pelea… ahora todo tiene sentido. Austin y Justin están compitiendo por mí. Y no puedo sentirme más que miserable. Ahora todo se complica.


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MUY BIEN! EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO ESTARÁ 
LO QUE HEMOS ESTADO ESPERANDO.... KDSKFLNDSKLNFSD
no, no 1313... aun no, pero una reconciliación sí. Ah kdsnfkldsnksd

Gracias chicas por desearme suerte en mi primer día
de clases. Me sirvió de mucho. Me fue genial. <3 

#GraciasPorLeer #MuchLove 

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Mafer.