Final.


| Narra Abby ||


Me desperté y enseguida miré el reloj. Las doce del mediodía. Tampoco pasaba nada. Era Domingo. Giré mi cabeza al otro lado y vi a Harry acurrucado durmiendo plácidamente. Lo miré y giré todo mi cuerpo de cara a él. Me acerqué un poco más y le aparté los rizos de la frente. Gruñó y lo miré tierna. Parecía un gatito asustado con el ceño fruncido. Me rei por lo bajo y platé mis labios en los suyos para dejar un delicado beso.

Volvió a gruñir, se estiró y entreabrió poco a poco los ojos. Me miró y sonrió felizmente.

-- Hmmm... Buenos días. 

Se acercó a mi y me dió otr beso.


-- Mejor dicho, muy buenos días señorita.


Reí por lo bajo y me levanté de la cama.


-- ¿Has dormido bien? -- Pregunté mirando el armario.
-- Como nunca.

Escuché el muelle de la cama chirriar y me giré para mirarlo.


Lo tenía a milímetros de mi. Bajé mi mirada por su torso desnudo y tragué saliva sonoramente. Lo miré a los ojos y me puse rígida. Todavía no sabía controlar lo que sabía causar Harry en mi


-- ¿Te pongo nerviosa? ¿En serio Abby? ¿Yo? -- Carcajeó y se apartó de mi gracioso.
-- Cállate.
-- Hmmm... -- Sonrió cogiéndome de la cintura. -- Preferiría que me callaras tú a tu manera.


Coloqué mis brazos alrededor de su cuello y me acerqué para plantar un beso demasiado corto. Sonrió pícaro con los ojos cerrados.

-- No jueges con mis debilidades.
-- ¿Qué debilidades?
-- Tus besos, Abby. Tus besos. 
-- Oh, sólo mis besos. -- Exclamé indignada. -- Me ofendes.
-- Tú eres una debilidad.
-- Oh, no. -- Negué con la cabeza intentando controlar la risa. -- No puedo ser tu debilidad sin ser algo más. No, no.
-- ¿Insinúas algo? -- Levantó las cejas.
-- No sé, dímelo tú. -- Contesté haciéndome la interesante. -- Vamos a desayunar.


Salí de la habitación caminando a paso ligero para liberarme de Harry y me puse a hacer el desayuno. 


-- Hola fiesteros. -- Saludé a Michelle y a Zayn que bajaban por las escaleras dándose besos acompañados de pequeñas risitas por parte de los dos.
-- Y tanta fiesta... -- Rieron. Me giré para mirar a Michelle. Zayn la tenía agarrada por la cintura desde atrás e iba dejándole pequeños besos por el cuello. 
 

Escuché pasos rápidos y decididos por el pasillo y miré hacia las escaleras. 


-- ¿Dónde vas? -- Pregunté mientras cogía la tostada y me la metía en la boca.
-- Donde vamos, querrás decir. 

Lo miré interrogante y me sonrió. Me cogió de la cintura.

-- En una hora te paso a buscar. -- Me dio un beso en la mejilla y se apartó. -- Hoy sólo serás para mi.


"Hoy y cuando quieras" pensé.


Lo miré sorprendida y le sonreí. Acabé de desayunar y me fui duchar, me vestí, me peiné, me maquillé y cuando quedaban dos minutos cogí el bolso con todo lo necesario y salí de casa para esperarme en el portal. Harry era muy puntual.


Dos del mediodía en punto y Harry estaba saliendo del coche para venir a buscarme. Fui hacia él y me sonrió.


-- ¿Dónde vamos? -- Pregunté ilusionada.
-- A un campo.


Soplé.


-- Voy con vestido Harry...
-- No habrá problema para esto. Te he cogido ropa ligera antes de irme de tu casa. Ve a los asientos de atrás y pone la ropa que está en la mochila negra. Le hice caso y saqué la ropa.
-- ¿Un short y un jersey que me llega por el ombligo? ¿De verdad Harry? -- Lo miré "enfadada".
-- Venga mujer, que si lo tenías en el cajón era porque te lo ibas a poner igual. -- Sonrió. -- Además, a mi me encanta.
-- Guarro.


Rió y volvió a mirar a la carretera. Llegamos y salí del coche. Harry me miró travieso y se acercó a mi.

-- Me encanta como te quedan estos shorts. -- Sonrió pícaro sobre mis labios.
-- Ya, bueno, déjate de besos. -- Dije cruzándome de brazos.

Me miró divertido y me dio un beso en la mejilla. Le sonreí y me cogió de la mano. Fuimos caminando por el campo hasta que vi una pequeña casita de madera. Entramos y me giré hacia él.


-- ¿Qué pretendes hacer conmigo todo el día?
-- Lo que tú quieras que haga. 


Lo miré silenciosamente inspeccionando cada diminuto milímetro de su piel y nada, todo perfecto. Me acerqué a sus labios y lo besé lenta y dulcemente. Me pasaría horas, días, semanas, meses, años besándolo y abrazándolo, que no me cansaría nunca.


-- Te quiero. -- Susurró encima de mis labios.


Lo miré sorprendida y lo agarré de la camiseta. Sentía como el tono de la piel de mi rostro había cambiado a color rojo potente ante sus palabras y su sinceridad. 

Sonreí al sentir el contacto de sus manos en mis caderas y notaba como iba acariciando mi piel dulcemente, como si ésta fuera de cristal y pudiera romperse con un pequeño golpe. Sentía como me cuidaba. Subí mis manos por su camiseta hasta llegar a los diminutos rulos de su nuca, los acaricié lentamente y dejé que hiciera conmigo lo que él quisiera.

Minutos después ya estábamos los dos en ropa interior, disfrutando del calor que nos producíamos mútuamente, del deseo que corría por nuestros cuerpos. Los besos de Harry me volvían más loca a cada segundo. Sus carnosos labios había recorrido cada parte de mi cuerpo sin dejar ni un sólo centímetro sin sus besos. 

Me desabrochó el sujetador y lo miré sin apartar el deseo que me invadía.

-- Te deseo. -- Susurré acariciando su torso desnudo. 

Acaricié sus brazos y dejando que mi boca también pudiera recorrer cada centímetro de su definida piel. Harry me cogió la cara con sus dos manos y me acarició las mejillas delicadamente.

-- Déjame hacerte el amor cada día. -- Susurró besando mi cuello. -- Déjame quererte como a nadie. -- Pasó sus labios por mi clavícula. -- Déjame cuidar de ti, Abby. Eres todo lo que necesito.

Lo miré feliz. Mi cuerpo era sinónimo de fuegos artíficiales en esos momentos.


-- Sólo quiero estar contigo. -- Susurré besando la comisura de sus labios. -- Sólo contigo. 


Segundos después, la ropa interior ya nos molestaba, y me atrevería a decir, que hasta nuestra propia piel también era una molestía. Me sentía pegada junto a él, sin ningún obstáculo de por medio, pero sentía que ni tenerlo cerca sin dejar que ni una fina corriente de aire pasara entre nosotros era suficiente, necesitaba sentirlo y él me hizo sentirlo segundos después. Fuimos uno. Y me atrevo a decir que es la mejor experiencia de mi vida. Sólo quiero que esta experiencia ya sólo la pueda vivir junto a él. Esta experiencia, y las que nos quedan para vivir juntos. Le quiero y eso es todo lo que necesito saber, que necesito sentir para estar junto a él el resto de mi vida.




"Nunca sabes cuando el amor puede llamar a tu puerta, pero de que llama, llama. Sin permiso, sin avisar. Y puede que esa simple puerta sea una nueva etapa de tu vida. Junto a él he aprendido a saber y a sentir lo que es el amor y por eso os digo, que si lo sientes, arriésgate. No hay nada mejor que el querer y ser querido."


-- Te quiero. -- Susurré antes de estirarme a su lado en la cama y acurrucarme en su pecho.


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HOLAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA.

Jo, es la segunda novela que acabo y me muero en feels. Socorro. Esto duele, srsly. Pero espero que os haya gustado la novela entera y aunque he tenido algún que otro fallo con subir y no subir, lo siento de corazón, en serio. 

Gracias por leer cada capítulo y por no matarme por subir tan tarde. Os adoro, en serio. Gracias por darme ánimos para escribir. <3