Like the summer - One Shoot 
Parte 1/2
 
Las 6.30 pm.
Me giré en la cama intentando evitar despertarme, pero el despertador sonó de nuevo. Volví a mirarlo y entonces lo vi. ¡Eran las 6.30 pm!
Me levanté a toda velocidad y me puse la camiseta lo más rápido que pude.
-          ¡Auch! –me quejé cuando, con las prisas, mi pie descalzó chocó contra una de las pesas que tenía en el suelo.
 Salí a las calles de la abarrotada ciudad de Nueva York. Siempre lo mismo... la misma gente con prisa, los mismos hombres de negocios, el mismo clima nublado a causa de la contaminación... Por eso me puse los auriculares del iPod y me subí la capucha. Quizá aquello no era la moda, o no quedaba bonito, pero, ¿quién iba a fijarse, si yo no era nada sino uno más en la multitud?
 Bajé al metro y dudé durante cinco minutos sobre cuál coger. Normalmente yo no hacía ese trayecto, por lo general lo hacía mi madre. Pero aquel día era diferente. Aquel día era el primero en que yo reemplazaría a mi madre, pues justo el día anterior ella había decidido que era el momento de abandonarnos...
 Mi padre nunca estaba en casa, y lo poco que estaba lo invertía en discutir con mamá.
 Así que allí estaba, por primera vez iba a recoger a mi hermanita pequeña a sus clases de ballet a la otra punta de la ciudad, pero me había quedado dormido. Las clases terminaban a las 6.45, por lo que debía correr, y mucho.
  El tren llegó a su destino a la hora prevista, y en unos segundos me encontré en la Quinta Avenida, justo delante del salón de ballet. Lástima que fuera un cuarto de hora tarde.
 Me bajé la capucha al entrar, pero no me quité los auriculares. No me pararía, buscaría a Jazzy y saldría de allí.
 Y la encontré, pero estaba con alguien.
-          ¡Justin! –gritó mi hermana, levantándose y corriendo hacia mí. -¿Por qué has venido tú, dónde está mamá?
 Debería haberla escuchado, debería haberle explicado que no volvería a ver a mamá en un tiempo, pero ni siquiera la oía.
 En ese instante solo sentía dos cosas, la canción de Three Days Grace, “Never too late”, resonando en mis oídos a todo volumen, y mi corazón, que latía vivo por primera vez desde hacía tiempo.
 ________ estaba sentada frente a mí, mirándome con el ceño fruncido y los labios tensos, seguramente preguntándose qué estaba pasando, como yo.
Mas, antes de poder decir nada, un cepillo de pelo me pasó rozando la cara.
-          ¡Wow! –exclamé, evitándolo por los pelos y arrancándome los auriculares de las orejas. Cuando volví a fijarme en ella, se había levantado y avanzaba hacía mi, furiosa. -¿A qué ha venido eso?
-          ¡Justin Bieber! –gritó amenazándome con el dedo índice. Se aproximaba tan rápido que me estaba obligando a retroceder, realmente asustado. -¡Cómo tienes el valor de presentarte aquí! ¡Por lo menos podías haber devuelto mis llamadas! ¡Aunque fuera para plantarme, era lo mínimo!
 En unos segundos me había acorralado en una esquina de la habitación.
-          ¿Ya conocías a mi profesora de baile, Justin?
 Asomé la cabeza para mirar a Jazzy con los ojos abiertos. Luego miré a ________, y de nuevo a Jazzy.
-          ¿Tu profesora de baile? ¡Pero si está loca! ¡Cómo va a tener permiso para quedarse a solas con niños!
 ________ me aporreó el hombro con todas sus fuerzas. Jazzy alzó las cejas, posiblemente preguntándose si ella sería tan tonta con 17 años.
-          Te espero fuera, Justin.
-          Cómo pudiste... –________ se aseguró de que Ryan ya no escuchaba -...Cómo pudiste engatusarme para que me acostara contigo y luego ni siquiera contestar a un mensaje.
-          ¿Que yo hice qué? –la tomé por los hombros y le empujé un poco para poder separarme del enorme espejo de la sala de baile, pues me estaba clavando la barra.
-          ¡Lo que oyes! –me empujó de nuevo y me empezó a pegar en el pecho con el puño según hablaba. -¡Tú... descarado... malnacido... eres un...!
 No le di tiempo a continuar. Sabía que estaba enfadada, lo sabía y medio lo entendía, aunque no tenía claro por qué,  pero desde que la había visto había sentido la fuerte necesidad de sentir sus labios contra los míos de nuevo, porque ella siempre me hacía sentir bien. Así que lo hice, la besé, y pensé que se apartaría, pero ella se dejó... nuestras bocas se fundieron en una, nuestras lenguas jugueteaban, mis mejillas ardían y noté cómo ________ se pegaba más a mí. Ella era la jefa. En aquel momento me tenía en sus manos. ________ siempre había estado ahí, éramos como el cálido verano, que pase lo que pase siempre regresa después del frío...
 Sentí sus labios despegarse de los míos, la miré a los ojos y vi una lágrima de cristal corriendo por su mejilla..
-          Yo te quería... –murmuró.
-          Yo te quiero –dije, y apoyé mi cabeza sobre la suya, que se hundió en mi pecho.
 
 Nos sentamos junto a la pared y hablamos durante horas. Jazzy regresó al rato con una bolsa de patatas, nos la dejó y subió a investigar la planta de arriba de la Academia. Mientras, nosotros reímos recordando cosas del pasado. Era imposible sentirse mejor de lo que yo lo hacía en aquel momento, con ________ a mi lado, sonriendo de aquella manera tan especial... Hasta que los recuerdos llegaron a exactamente un año antes. Selena se puso tensa de nuevo.
-          No sé cómo pudiste...
-          ________, yo no quería-
-          ¿No querías qué? –me interrumpió.
-          ¡Te llamé cientos de veces!
-          Mentira. –se puso de pie.
-          ¡Es verdad! –me levanté. -¡Te llamé, pero no contestabas a mis llamadas!
-          ¡Eso fue después de que desaparecieras de mi casa y me dejaras hablando sola!
 Intenté hacer memoria... Eso fue justo antes de su audición para un papel en una obra de ballet o algo así. Se tiró como dos o tres horas hablando de lo mismo, y recuerdo que mi madre me llamó para decirme que Jazzy había enfermado y que debía volver a casa. Se lo dije, pero no me estaba escuchando, solo hablaba de ballet y ballet, así que me fui... ya la llamaría más tarde.. pero no me cogió el teléfono.
 Le expliqué lo ocurrido y pareció calmarse, pero en seguida buscó otra excusa para echarme la culpa de lo ocurrido entre nosotros.
-          Sabes que lo de aquella noche no fue un polvo cualquiera, Justin, pero aún así lo estropeaste.
-          ________...
-          ¡Estamos hablando de mi virginidad, por Dios! –gritó, echándose las manos a la cabeza.- ¡Y la perdí CONTIGO!
-          ¡Te estás equivocando! –exclamé, dando un puñetazo contra la pared. -¡Fue tu padre quién me obligó a alejarme, joder!
 Por fin se paró a escucharme.
-          ¿Qué?
 Yo también traté de calmarme. Respiré hondo varias veces, intentando acordarme de la forma más objetiva posible, intentando apartar la parte dolorosa de aquellos recuerdos.
-          Aquella noche... fue muy especial para mí, ________. Pero cuando regresé a por ti al día siguiente fue tu padre quien me abrió la puerta. Sabía que habíamos pasado la noche juntos, y me amenazó para que no me acercara a ti.
 ________ tuvo que sentarse. Yo lo hice también. Jazzy, en el piso de arriba, había puesto “El Lago de los Cisnes”, canción que interpretaría con ________ días más tarde, y la misma para la que ________ había audicionado año atrás.
-          En unos días tenías tu actuación final, ¿te acuerdas? Para entrar a la Academia de Nueva York, iba a haber cazatalentos por todas partes, y tu padre no quería que yo te distrajera de ninguna forma. Yo... quería que aquello te saliera bien, quiero decir, ¡llevabas soñando con esa oportunidad desde que éramos críos!
-          Pero yo me rompí la pierna... –murmuró Selena.
 Hundí mi rostro entre las manos.
-          Y no pudiste bailar. Tu padre vino a mi casa muy alterado, y amenazó al mío para que yo no volviera a acercarme a ti, gritando como loco que era culpa mía.
 De pronto sentí la mano de ________ rozar la mía. Levanté la cabeza y vi finas lágrimas correr raudas por sus mejillas, pero me estaba sonriendo. Mi corazón dio un vuelco. Ella se agachó, se sentó sobre mí y me abrazó con fuerza. Sentía tanto no haberla llamado... sentía tanto haberme callado... sentía haber estropeado nuestra relación, pero más sentía haber acabado con nuestra amistad...
 Pero entonces alcé la cabeza de su hombro, y al otro lado de la sala, pegado en el espejo, pude ver un gran cartel que anunciaba una obra de ballet promovida por el Gran Teatro de Nueva York. En el centro, la imagen de ________ me golpeó en la cara.
 Jamás lo había pensado, jamás había reflexionado sobre aquello. Después del incidente con su pierna, ella debió recuperarse, y aún ahora seguía viviendo del ballet, le iba bien, era buena, trabaja con ello... y yo seguía siendo un estorbo en su vida, nunca había hecho nada provechoso o beneficioso para ________ y, al menos por ahora, no podría hacerlo.
 Me separé de ella con un esfuerzo tan grande que creí que me rompía.
-          ________, yo... debo irme.
-          Quédate un poco más –pegó su frente a la mía.
-          No –me empeciné. –tengo que irme, ________... si no me voy ahora... no podré dejarte.
-          ¿Qué? –exclamó ella, con sus ojos llenos de preocupación, de pronto. –No... –murmuró, entendiendo, y me dio un pico. –No... –me dio otro, pero yo me levanté, con cuidado de no tirarla. –Por favor... –y me volvió a besar, e intentó sujetarme la cara, pero me aparté con pesar.
-          ¡Jazzy! –llamé a mi hermana. -¡Jazzy, baja ya!
 Y comenzaron a escucharse sus pasos por las escaleras.
-          Justin, por favor, no te vayas... –me agarró del brazo.
-          Vamos, Jazzy... vamos a casa –le ofrecí mi mano cuando ésta apareció.
 Avancé con mi hermana hacia la puerta, escuchando a ________ llorar a mi espalda.
-          ¡Justin! –gritó, desplomándose en el suelo, pero yo ya no la veía.
 Tiré de mi hermana por entre la multitud de la Quinta Avenida. Llegaría a casa y llamaría a mamá, le diría que quería irme con ella y desaparecería de la ciudad, me marcharía a Washington... pero, por ahora, solo me subí la capucha y me puse los auriculares porque, después de todo, yo seguía siendo uno más entre la gente...