My Sister's Boyfriend

Capítulo 16


Siento de nuevo el contacto de sus labios en mi piel tan delicadamente, que parece un sueño. Sus manos bajan de nuevo a mi trasero y me proporcionan placenteros masajes aún por encima de mi ropa. Estoy tan frágil ahora… que al tocarle su cabello me parece hasta más suave de lo que es. Bajo mis manos y las paso bajo su camisa, tocando su piel desnuda. Un leve vello debajo de su ombligo, abdomen marcado, piel suave... quiero aprenderme todo de memoria, pues sé que esto va a acabar de un momento a otro y la magia se desvanecerá y ya no volveré a tocarlo ni a verlo nunca más. Yo dejo que él ceda cuando quiera hacerlo. Si lo hizo es por algún tipo de causa. Cuando vuelvo a sentirme dentro de mi cuerpo, me doy cuenta de que él me ha quitado mi blusa y yo su camisa. Me tiene de nuevo recargada contra la pared y está dando besos fugaces en mis labios entreabiertos. Acaricio sus hombros, sus músculos, sus brazos, su rostro, todo lo que me da tiempo de tocar. Es el mejor regalo de cumpleaños que pudo haberme dado. 


-Disculpa linda…- susurra en mis labios y los vuelve a besar.- No puedo más.- pasa su lengua por mis labios y me mira fijamente. Aquí ha terminado, supongo.- Tengo que besarte. Una y otra vez, hasta hacerte el amor.



Wow. De verdad no me esperaba tal declaración. Lo miro a los ojos y él no parece arrepentido. Acaricia mi rostro y su mirada es de interrogación, como si intentara preguntarme si puede hacerlo o no. si me dejaré. Pienso en que Austin está abajo con mi hermana platicando y me llega una chispa de decepción a mí misma. Pero después veo cómo está Justin frente a mí. Sudado, jadeante, paciente. Espera por mí. Yo lo conocí mucho antes de saber que se casaría con Alicia. Yo me enamoré de él mucho antes de que todo esto pasara. Yo no tengo la culpa de quererlo tanto. De lo único que voy a tener la culpa, es de acostarme con el novio de mi hermana. Pero nadie lo dirá. De esta habitación no va a salir. Y yo lo quiero. No es un simple capricho… como lastimosamente es capricho de ella. 
Asiento con timidez mientras me muerdo el labio y Justin no pudo ponerse más feliz. Me abraza con tal fuerza, que mis pies dejan el suelo. Camina hasta llegar a mi cama y me coloca con cuidado sobre el acolchado, a continuación se recuesta sobre mí proporcionándome besos y caricias que yo siento como nubes que pasan alrededor de mí. Va bajando de  mi cuello a mi pecho… más abajo hasta ese pequeño valle visible entre mis pechos. Los besa por encima del sostén y yo muerdo m labio por un esfuerzo de no gritar de placer. Oh Justin. Oh mi chico de la tienda de música… si supieras que esto no es una necesidad… es puro deseo, puro amor. 
No puedo mover mis manos. Estoy quiera tocando su cabello y no pienso dejar de hacerlo. Es como una especie de caricia reconfortante para mí misma. Justin vuelve a cerrar sus labios en mi boca, está sonriendo. Lo siento. Lo hago feliz de nuevo. Yo solo quiero hacerlo feliz. Quiero que él sea feliz eternamente y por mi causa. Prometo ya no causarle ningún daño. Prometo dejar que Austin solo sea mi amigo. Porque solo quiero sentir esa sonrisa tan especial al momento en que me besa. De un momento a otro, quita mis pantalones con una habilidad impresionante. Acaricia mis muslos y al mismo tiempo su lengua entra en mi boca. Sí que sabe lo que hace. Desliza su mano en mi vientre y llega un escalofrío a mi cuerpo y suelto una risa. Es el lugar en donde soy aún más sensible. Mi zona de verdaderas cosquillas. Él se da cuenta y lo hace de nuevo, de seguro por bromear. 


-Te ves tan hermosa…- susurra antes de besarme.- 
-Justin…- murmuro cerrando los ojos cuando siento que él baja su tacto hasta mi vientre bajo.-


No acorta nuestro beso. Lo hace más prolongado y su mano sigue bajando hasta llegar al borde de mis bragas. Mueve sus manos al ritmo de nuestros besos. Sin detenerse. Levanta el elástico de mis bragas y mete la mano, tocándome como nunca nadie lo ha hecho. Gimo mientras siento su tacto tan cerca de ese punto que me pide ser tocado. Muevo mis caderas para impulsar su tacto cada vez más cerca. Gime en mi boca.


-_______...- Dios mío, suena tan bien así.- 


La puerta empieza a escucharse, golpes repetitivos e inconscientes pasan a través de nuestros oídos y ahí es cuando me doy cuenta de que  la magia ha desaparecido. Tal y como lo deduje antes. Justin está en shock mirándome extrañado, aún encima de mí. Me mira como preguntándome a mi que ha hecho, qué hemos hecho. No parece él mismo. Parece que el dulce chico que estaba conmigo hace poco, se hubiera fugado por la ventana. Y en este caso, quiero que él lo haga. Que se vaya por la ventana. Pero está muy alto. Se puede lastimar. Me levanto un poco, tomo sus manos y lo llevo corriendo fuera de la cama, hasta meterlo en el baño y cerrar la puerta.


-No hagas ruido, por favor.- susurro a punto de ponerme a llorar de miedo y de desilusión.- 


Corro a mi ropero y saco mi albornoz verde, colocándomelo por encima de mi ropa interior. Arreglo un poco mi cama, que ha quedado desordenada. Corro a abrir la puerta, y veo la camisa de Justin tirada a lado. ¡Mierda! La tomo y la cuelgo en el perchero para que no se vea su forma. Abro la puerta y veo a Eddie con el brazo hacia arriba con la mano en puño, listo para llamar a la puerta de nuevo. Está viendo un par de papeles en su mano y concentrado leyendo el contenido.


-Ed…- susurro, avisando que he abierto la puerta, antes de que su mano se clave con mi cráneo.- ¿Qué llevas ahí?- pregunto al tener su atención.- 
-Segunda parte del regalo de cumpleaños.- sonrió y me mostró dos entradas para Green Day.- ¡Tú serás la chica que me acompañe!
-Prefiero que mi regalo sea que fuiste a ese concierto con Taylor.- me encogí de hombros tratando de fingir una sonrisa.- Yo no soy tan fanática de Green Day como lo es ella. En serio, deberías llamarla.
-Buena broma señorita.- comentó en un tono sarcástico.- Bueno, sé que te esperan afuera. Pero por favor pasa a mi oficina.


Lo sigo hacia su habitación y dejo la puerta abierta. Me siento en el acolchado y espero a ver qué tiene que mostrarme con tanta impaciencia. Me da las entradas y hace una reverencia graciosa. 


-¿Qué es eso?- pregunto divertida por su locura.- ¿Porqué me los das?
-Quiero que los cuides, dado a que soy un desastre con mis cosas.- miro a mi alrededor, y en efecto, es un asco guardando algo importante.- De otro modo, nunca más se volverán a ver.
-¿Y para eso me hiciste venir hasta tu habitación?- pregunté agitando las entradas en mis manos.- 
-Sí, mujer como si estuviera tan lejos.- negó con la cabeza y aló los brazos mirando a su alrededor.- ¡Aquí es el centro de reunión! Tenía que hacer una mini ceremonia. 
-Llego tarde, Austin ha de estar por asesinar a Alicia.- me levanto y alzo las manos como él lo hizo antes.- ¡Juro y prometo solemnemente cuidar de las entradas con mi vida!- río fuertemente y salgo de la habitación.-


Al entrar a mi habitación veo todo igual. Volteo hacia el perchero y ya no está la camisa de Justin. Me apresuro al baño a abrir la puerta, y él ya no está. Menos mal, no quería verlo después de lo que pasó. 
Entro y me doy una ducha rápida, demasiado rápida. Me pongo unos pantalones, una blusa color púrpura, cepillo mi cabello, tomo mis cosas y bajo corriendo para compensar el tiempo perdido, aunque sé que eso es imposible. Cierro la puerta de entrada y corro por el jardín hasta llegar al auto, donde Austin me espera escuchando la radio. Hasta Alicia se ha ido. Qué indecente. Vaya, no quiero decir eso, cuando yo estuve por hacerlo con su prometido. Es más, ya no puedo quejarme de nada, pues todo lo que se me ocurre no puede ser peor que esto. 
Austin ni siquiera me reclama cuando entro al auto. Al contario, sonríe, me atusa mi cabello aún mojado y enciende el motor, arrancando momentos después. Abro la ventana y dejo que el aire entre para que se me seque el cabello. Después de veinte minutos, llegamos a nuestro destino. La zona alta de mi ciudad. Saludamos al portero, que nos conoce desde hace años, y abre con facilidad la reja para permitirnos pasar. Mientras llegamos a casa de Bridgit, yo tomo mi cabello y lo ato en una coleta alta. Austin aparca justo en frente y bajamos directamente a tocar como locos la puerta y presionar varias veces el botón del timbre. Unos completos lunáticos. Austin me abraza de lado y me vuelve a atusar el cabello de la coleta. Es tan dulce… y yo una perra disfrazada de mojigata.
Bridgit abre la puerta y nos hace entrar con bromas sobre por qué hemos venido juntos. Ella siempre nos ha presionado para que salgamos, pero desde que le dije lo de Justin hasta ahora, pareció como si hubiera olvidado esa historia. Me siento mejor sabiendo que tengo una amiga a quien contarle todo. Si le contara lo que pasó a Austin, se sentiría tan mal que nunca volvería a hablarme. 
Vanessa ya está en la casa cuando llegamos, así que los tres amigos míos se lanzan hacia mí y me abrazan tan fuerte diciendo “Feliz cumpleaños” y creo que voy a explotar. Tanto cariño me hace sentir feliz. Ya no me siento tan mal, puedo decir que tengo en quienes confiar después de todo. Comenzamos con palomitas de maíz con mucha mantequilla, encendimos la televisión y vimos nuestra comedia favorita en la T.V. Reímos tanto, que a mi se me llega a atorar el refresco y tuve que expulsarlo por la nariz. De nuevo risas. Llega la comida rápida que Bridgit ha encargado a uno de sus sirvientes. Tal cual: Bridgit tiene esa clase de gente ayudándola en casa. A veces es muy dura con ellos, yo siempre que voy, me quedo platicando con alguno por mucho tiempo, son increíbles. Bridgit se debería tomar el tiempo para conocerlos. Creo que sería mejor. Vanessa y Austin comienzan una guerra de eructos y yo me tapo la cara muerta de risa. Bridgit los observa con atención y los graba con su teléfono. Yo no dejo de pensar en Justin. La forma en la que me tocó… me besó. Dios ¿por qué pasó esto? Por más que yo quisiera, no es correcto. Y es mi culpa. Me siento encerrada entre dos muros que se cierran cada vez más y no tengo escapatoria. 


***


Media noche y no puedo dormir. Todos a mí alrededor están tan dormidos que creo que se robaron mi sueño. ¡Ladrones! Siempre había soñado con recorrer de noche toda la casa de Bridgit. Pero creo que ahora estoy más extrañada, está oscuro y ni loca voy a caminar hasta buscar a alguien que me de una lámpara o algo así. Así que mejor me siento en el sofá de la sala, subo mis pies y me pongo a teclear en mi teléfono. No tengo ganas de escuchar música, no tengo ganas de ver mensajes, no tengo ganas ni de respirar. 
Escucho un ruido y me vuelvo hacia mi derecha. Vanessa está sentada en sus sábanas en vez de dormir. Me mira y brinca a Bridgit, quien duerme plácidamente y llega hacia mí y se sienta frente mío recogiendo sus pies del suelo. Al principio se la pasa solo tallando sus ojos soñolientos y después toma una bocanada de aire.


-¿Tampoco puedes dormir eh?- frota sus rodillas mientras habla.- ¿Es mi idea o el piso de esta casa es más duro que otros?- suelta una pequeña risa y me observa. Ni siquiera reí ante su comentario.- ¿Qué pasa?
-Lo besé…- confieso, buscando ayuda de mi amiga.- Besé a Justin.- una ligera capa de lágrimas cubre mis ojos y tengo que pestañear para despejarlos.- Dos veces. Una vez fue en la tarde, durante la clase de surf. Eso lo pasamos por alto. Pues no fue nada sin explicación o algo así. Qué más da eso…
-¿Y cuándo fue la otra vez?- pregunta Vanessa interesada, intentando no subir tanto el tono de voz.- 
-Bueno… también besé a Austin…
-¡También!- alzó las manos al aire dramáticamente, lo que me hizo reír entre sollozos.- A ver ______. Tienes que decidir.
-Espera.- la detuve.- No he llegado ni a la mitad.- continúo.- Justin vio cuando Austin me besó. Alicia empezó a bromear sobre esto y se quedó platicando con Austin mientras yo fui a guardar mis cosas en la maleta y tomar una ducha. Llegó Justin a mi habitación y me regañó por lo que acababa de ver conmigo y Austin. Llegamos a tal punto de la pelea, que estábamos a punto de ponernos a llorar de la rabia… y luego… me besó. Pero no fue un beso como el de antes Vane… estuvimos a punto de hacerlo. 
-Mierda…- mi amiga estaba anonadada.- ________ dime qué sientes realmente por cada uno de ellos.
-Tú sabes que Austin no puede ser nada más que un amigo por más que yo quiera cambiar eso.- suspiré cubriéndome la cara. Estoy empezando a sentirme peor.- Es dulce, amable y no quiero que se sienta mal por mi culpa. Así que no sé que hacer. Y Justin… bueno, el también es amable y lindo. Pero estoy segura de que el ama a Alicia. Yo no quiero ser la que rompa eso. No quiero ser la culpable de que alguien salga herido.
-¿Estás consciente de que somos felices por la desdicha de alguien más sin darnos cuenta?- me pregunta Vanessa y yo me echo a llorar en sus brazos.- ______, no importa con quién decidas ser feliz. Solo basta con pensar en tu bienestar primero. Si quieres intentarlo con Austin por curiosidad, hazlo, pero si no te parece, busca una manera de quedar bien con él, sin lastimarlo. Si notas que nadie puede hacerte más feliz, que Justin… arriésgate. Nada viene fácil. 
-Vane…- me levanto un poco y me separo de su abrazo.- ¿Me ayudarás verdad?
-A lo que quieras.- asiente limpiando una lágrima mía, tratando de reconfortarme.- Verás que pronto estaremos los seis mirando una película romántica sin nada que temer.
-¿Los seis?- pregunté sin entender de qué me hablaba.- 
-Bridgit y uno de sus muchos novios rotatorios, tú y el chico que decidas que es el indicado, y yo con el profesor Edward Smith.
-Vaya, ¿así que tú también tomas riesgos ah? 
-Debo seguir mi consejo.


Después de platicar un montón sobre su querido profesor, nos volvimos a quedar dormidas en ese gran sofá. Como un par de vagabundas en una banca del parque. Entre sueños pensaba en ese gran consejo que me dio mi amiga. Tomar riesgos es algo que voy a tener que considerar. Si no tomo riesgos nunca sabré lo que soy capaz de hacer por algo que quiero. Decidí darle una oportunidad a Austin, mañana se lo diré. En cuanto a Justin, intentaré fingir que nada pasó después de disculparme y averiguar si puedo olvidarme de él. Si n oes así. Tomaremos un riesgo más grande. Intentar saber que es lo que siente él por mí. Y si no pasa nada, buscar el amor. Porque yo añoro el amor. Tengo muchísimas ganas de enamorarme y de ser amada. Y los riesgos son recompensados.


“Acepta los riesgos, toda la vida no es sino una oportunidad. El hombre que llega más lejos es, generalmente, el que quiere y se atreve a hacerlo.” - Dale Carnegie.


-----------


Chicas... ayuda. Estoy siendo brutalmente atacada por mosquitos, ah
slkfnldksfnlskdfsd ignorenme. 

Bueno, vamos con todo en esta novela
pobre raya, yo en su lugar ya me hubiera comido
las uñas, ok no kldsnfklsd

#GraciasPorcomentar #MuchLove 

*Si no te avisé o te avisé dos veces, regáñame bonito, ah. 
*Tu comentario es importante.
*Si eres nueva lectora pon un #NL para avisarte.
*Si cambias de user, avísame para seguirte mandando el link del capítulo.

Mafer. 

P.D: No me den unfollow, ah klsndflkdsnflksd no, no
me fui al chori.