SUEÑOS ADOLESCENTES

Capítulo anterior...
Al menos Liam había perdonado a Niall, Harry y Niall estaban aclarando las cosas, Marina y Mary se llevaban bien, lo de Harry y Laura parecía haber acabado… En el recuento en su cabeza, Blanca pensó que le faltaba algo. ¡Ah, claro! ¿Cómo estaría Zayn? Había sido tan bueno con ella…
Y… ¿cómo les iría a Elena y a Louis? 


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Capítulo cincuenta y siete.

Varios meses después…

-¡Vamos a llegar tarde! Si es que contigo no se puede ir a ningún sitio…
-No seas exagerada, ¡es que no me cierra el pantalón!
-Eso es porque te ha vuelto a crecer el culo –dijo Elena, riendo.

Louis le dio una cachetada en el trasero a la chica, aunque también reía.

-No es posible que me crezca más –bromeó él.
-Pronto dejará de haber calzoncillos de tu talla.
-Eso quizás no sea por culpa del culo –guiñó un ojo.
-Vaya un guarro –Elena le dio un codazo, aunque no podía negar que le había hecho gracia el comentario.
-Cariño, ya me conoces –sonrió de oreja a oreja.
-No me llames “cariño” –bufó ella.
-Está bien, El.
-Mucho mejor.

La chica se acercó a él con una mirada pícara y le dio un prolongado beso en los labios. Louis subió su mano por la cintura de ella hasta la base del pecho, pero luego se retiró.

-¿No decías que íbamos a llegar tarde? –preguntó, alzando las cejas.
-Tienes razón…
-Pues no hay tiempo para eso –sonrió, regocijándose con su pequeña venganza.
-Luego a la vuelta habrá –se encogió de hombros.
-Puede que me niegue… -el inglés ladeó la cabeza.
-No creo que lo hagas –Elena le pasó una mano lentamente por el pecho y sintió cómo él se estremecía-. ¿Ves?
-Tienes razón –suspiró.
-Además, es a ti al que le interesa llegar a tiempo –le recordó la chica-. Tú actúas, yo no.
-Ya, pero es un papel totalmente secundario y…

Le puso un dedo en los labios.

-Vamos –le apremió ella, y, apretando con fuerza, le abrochó la cremallera del pantalón a Louis.

La pareja salió de la habitación del chico, desde donde se iban a ir directos al instituto. Esa noche era por fin la actuación, la obra de primavera, la representación de “La leyenda del rey Arturo”. Elena tenía muchos motivos para ir a verla. Sus amigos actuaban, su mejor amiga era la protagonista y… también le apetecía mucho ver cantar en lo alto del escenario a su novio. 

…

Zayn caminaba nervioso de aquí para allá. No es que el hecho de cantar delante de la gente le preocupara, ni siquiera tenía ningún solo, así que no sentía ninguna clase de temor en ese sentido. Era otro el motivo que le llevaba a estar recorriéndose el estrecho pasillo por enésima vez, ya caracterizado para la obra y listo para salir al escenario cuando le dijeran. 

Se había decidido. Tenía que decírselo. Sabía que no serviría de mucho, de hecho probablemente lo único que conseguiría sería hacer daño. Tanto a Blanca como a Niall, como a sí mismo. Sobre todo a sí mismo. Porque, a fin de cuentas, Blanca seguiría queriendo al irlandés. Y él lo único que recibiría sería una disculpa cortés y una mirada de lástima. Pero necesitaba decirle que la quería. Creía que así, al menos podría liberarse un poco de la carga que llevaba a cuestas. Llevaba demasiado tiempo siendo el amigo incondicional que está ahí siempre y que no recibe nada a cambio. Bueno, sí. Recibía la amistad de Blanca. Pero eso no era suficiente para él.

Precisamente, la chica venía andando en dirección a él justo en ese momento. Estaba preciosa. Lucía un vestido de época color esmeralda que se le ceñía a la cintura dejando ver sus bonitas curvas, y el pelo le caía salvaje sobre los hombros. Realmente parecía una princesa. Claro que ya tenía a su príncipe, que estaría por allí, en alguna parte.

A Zayn se le pasó por la cabeza la idea de decírselo en ese mismo momento, pero su lado racional le dijo que no lo hiciera, o acabaría estropeando la ilusión que Blanca había puesto en esa obra. No, era mejor hacerlo después. Pero lo haría, ese mismo día.

-¿Nervioso? –preguntó la muchacha, cuando estuvo lo suficientemente cerca de él.
-Bastante –dijo, aunque no estaba así por lo que ella creía.
-Yo también –admitió Blanca-. Hemos ensayado mucho, pero…
-No te preocupes –esbozó una sonrisa que en realidad no sentía-. Va a salir genial.
-Eso espero –ella también sonrió, y siguió su camino para terminar con los últimos preparativos.

Zayn la observó mientras se alejaba, preguntándose cómo reaccionaría cuando le dijera que llevaba queriéndola desde la primera vez que la vio.

…

Marcos señaló a sus padres tres butacas libres en la parte central del auditorio, y la familia caminó hacia ellas. Mientras se acomodaban en los asientos color burdeos, el joven miró hacia el escenario. No se veía nada más que el telón bajado, claro, pero pensó en su hermana yendo de un lado a otro en la parte de atrás, la que el público no ve. Se sintió orgulloso de ella, porque sabía lo importante que era para Blanca ese día, y lo mucho que había trabajado en ello. También estaba seguro de que lo haría genial, y les demostraría por fin a sus padres lo bien que se le daba actuar, y también cantar.

-Mamá, ¿estás bien? –preguntó Marcos al ver el rostro de su madre algo pálido.
-Sí, sí, es sólo que…
-¿Qué? –intervino el padre.
-Estoy nerviosa –murmuró ella.

Su hijo no pudo evitar soltar una carcajada.

-Lo hará bien –la tranquilizó Marcos.
-Lo sé, pero aun así… -suspiró.
-Me alegro de que entiendas lo que esto significa para ella.
-Mira –su madre señaló a un par de tipos que se sentaron en unos asientos de la primera fila en los que había sendos carteles que rezaban “reservado”-. ¿Quiénes serán?
-Ni idea. Supongo que profesores.
-No me suenan…
-A mí tampoco –coincidió el padre.

Sin embargo, no pudieron seguir con la conversación, porque una voz por megáfono anunció que el espectáculo daría comienzo en cinco minutos, y las luces se apagaron, tras lo que la sala quedó totalmente en silencio. 

…

-Mary…

La chica se encontraba mirando al público que había ido a verles a través de un pequeño agujerito en el telón, por lo que dio un respingo al escuchar que alguien la llamaba. Sin embargo, al darse la vuelta, reconoció a Liam.

-¿Qué? –dio un paso hasta él.
-He sido un estúpido.
-Ya lo sé –ambos sonrieron levemente.
-Y durante este tiempo… sé que me he distanciado. 
-También me he dado cuenta… 
-Ya sabes que me cuesta mucho tomar decisiones –dijo en un susurro-. Y que tardo el triple que el resto del mundo.
-Lo he comprobado en mis propias carnes –alzó una ceja.
-Pero hay una cosa de la que estoy seguro –continuó.
-¿De qué estás seguro?
-De que te quiero. No he dejado de hacerlo ni un solo segundo. Y por culpa de mi orgull…

Mary no le dejó seguir hablando, sino que se pegó contra él y buscó sus labios con los de ella. El joven respondió al beso algo desconcertado, tal vez esperando que después de todo ese tiempo la chica hubiera dejado de quererle. 

-Liam… -dijo ella en voz muy baja.
-¿Qué?
-Yo también te quiero –sonrió en sus labios y volvió a besarle.

…

Ya estaba todo listo, todo el mundo estaba colocado en sus puestos, ya habían calentado la voz y retocado una vez más el maquillaje. Todo estaba perfecto, preparado para empezar. Blanca contempló al chico que hacía de rey Arturo. No era ninguno de sus amigos ingleses, sino un español. También era cierto que para el papel protagonista, era mejor contar con un chico que supiera hablar el idioma a la perfección. La muchacha recordó algo divertida que Niall lo único que sabía decir en español eran sus diálogos y sus canciones, eso sí se lo había aprendido bien. Bueno, para ser justa, debía admitir que también había aprendido a decir algunas frases sencillas, aunque las conjugaciones verbales le costaban mucho.

-¿Pensando en mí? –preguntó una voz con inconfundible acento irlandés en su oído.
-Pues sí –admitió ella.
-¿En serio? –se sorprendió Niall.
-Totalmente –sonrió.
-Yo también pienso en ti. Constantemente.

La chica se dio la vuelta y quedaron cara a cara. Niall llevaba un traje medieval, lo que le hacía aún más atractivo, si es que eso era posible.

-¿Estás preparada? 
-Nunca podría estarlo, por mucho que ensayáramos –la chica se encogió de hombros.
-¡Venga, todo el mundo a sus puestos! –se escuchó la voz del profesor de teatro.
-Debo irme, milady –Niall hizo una especie de reverencia, tras lo que cogió a Blanca por la cintura, la inclinó un poco y la besó.
-Suerte –susurró ella, en sus labios.
-Suerte –le dijo él, y se fue hasta su sitio.

Entonces el telón comenzó a levantarse, Blanca tomó aire con los ojos cerrados, y se preparó para vivir ese momento que tanto había estado esperando, y que había sido el responsable de los tantísimos cambios que se habían producido ese año en su vida.  

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Y.... DESPUÉS DE 500 AÑOS, ¡VUELVO A SUBIR CAPÍTULO! Ya lo sé, han pasado meses y probablemente ya ni siquiera os acordéis de que leíais esta novela. Sólo espero que os haya gustado si lo habéis leído, y que si lo hacéis, comentéis, significaría mucho para mí. Intentaré volver a subir antes de que pasen otros cinco siglos, pero lo cierto es que perdí bastante la motivación con esta novela (a la vista está).

En fin, MIL GRACIAS POR LEER, de verdad, os quiero muchísimo.


AbstractLands.