Finding Myself.

Capitulo 4.

_________.

-¿_________?-oigo la desesperada voz de mi madre con un toque de esperanza definitivamente esperando que yo dijera algo.
-Estoy arriba-respondo solemnemente levantándome de mi cama para abrir la puerta.

Había estado el resto de la mañana acostada intentando dormir, pero no había podido.  Era una estúpida. Subí al auto de un completo desconocido que parecía peligroso que después me llevo a su departamento para dormir allí con un chantaje barato en el que había caído fácilmente presa del miedo. Y lo peor…ahora sabía donde vivía y tenía mi número telefónico. Lo único que quería era borrar esa parte de la increíble noche que había tenido, pero no podía. Había cometido un gran error y lo sabía. Ahora debía enfrentar las consecuencias. 

-¿Has comido algo?-fue lo primero que me pregunto mi madre mirándome directamente a los ojos buscando señales de algo mal, pero como siempre, estaba limpia.
-Si, me hice el desayuno-le conteste con uno de mis audífonos aun puestos pasando de ella para poder bajar hacia la sala-¿Qué tal el juego?
-¡Increíble!-exclamo mi hermano muy emocionado-Vamos a la final.
-¡Felicidades!-festeje con él con una sonrisa sincera.- ¿Cuándo es?
-El sábado, ¿estarás ahí verdad?
-Claro que sí, lo prometo-acepte sin dudas, sabía que lo hacía feliz. 

Amaba a mi hermano, puede que peleáramos por las cosas más estúpidas, que nos golpeáramos y pareciéramos los peores enemigos, no podría imaginar mi vida sin él, siempre me ayudaba y escuchaba en mis peores momentos. Cuando no había nadie conmigo, el estaba ahí.

-¿Por qué no abriste la puerta ayer por la noche?-me pregunto mi padre de mal humor y bueno así era como se arruinaba el patético intento de pasar un almuerzo felices.
-Porque no quería hablar con nadie-conteste de la misma manera, retándolo. Si, estaba harta, si, iba a arrepentirme, bueno…probablemente pero estaba en mi limite.
-No te hagas la muy lista-me siguió el juego-Vives bajo este techo, bajo mis reglas y ordenes.
-No soy tu empleada, soy tu hija-le recordé roja de la ira.
-Da lo mismo-le resto importancia.
-¿Así que tu secretaria y yo somos lo mismo?-inquirí completamente furiosa con el corazón roto.
-Basta….-intento tranquilizar mi madre.
-Ojala obedecieras como ella-respondió mi padre lanzándome una mirada que me dejo helada.

No dije nada. Me sentí completamente abatida. No podía decir que odiaba a mi padre porque realmente no conocía el odio, a excepción de lo que sentía por mi vida, que era básicamente lo mismo pero en una escala mucho más intensa. Mire a mi madre, estaba cohibida procesando la “discusión”. Rodé los ojos y comencé a subir por las escaleras, no quería estar más aquí, no quería vivir más aquí. 

-¿A dónde crees que vas? Baja.
-No-grite volteándome subiendo un escalón mas-Estoy harta de ti y de tu maldita obsesión por controlar mi vida.

Dicho esto, subí rápidamente hasta cerrar de un fuerte azotón la puerta de mi habitación. La puerta no tenía la culpa de nada, pero al menos podía desahogar un poco toda esta frustración que me invadía. 

***

-Hola.
-Oye, no me mates-me dijo Alli desde el otro lado de la línea.
-Lo siento, es solo que…olvídalo, dime que pasa-le anime un poco más calmada.
-¿Tus padres?
-Si, pero esta vez estoy harta de que mi padre quiera tener el control de todo, mi madre nunca me defenderá cuando se trata de esto. Tengo que hacerlo por mis propios medios-le explique.
-Te entiendo, solamente hazlo bien, no hagas nada malo-me pidió con la voz preocupada.
-No pasara nada malo-le prometi-Ademas te tengo a ti, eh.
-Me siento pésimo, ______-confeso.
-¿Qué te ocurre?-le pregunte alarmada.
-¿Y todavía lo preguntas? Tenía miedo de que no contestaras _______, cuando llego la policía, vi que ibas tras de mí y cuando voltee de nuevo ya no estabas. No tienes idea de la manera en que me asuste.
-Pero estoy bien-le tranquilice.
-¿Cómo volviste a casa?

En ese momento deje de respirar y de hacer cualquier ruido recordando lo que me había pasado la noche anterior. Sentí un escalofrió recorrer todo mi cuerpo. 

-¿Y bien? Te escucho-me presiono.
-Un chico me trajo a casa-le mentí estúpidamente.
-¿Qué chico?
-Alli, debo irme. Mis padres me llaman, te veo el lunes en el colegio. Te quiero.

No espere a que contestara, colgué de inmediato rogando porque nunca me volviera a preguntar sobre la noche. ¿Cómo mierda iba a decirle que había pasado la noche en casa o lo que fuera de Justin Bieber? Un completo desconocido del cual me había advertido alejarme. ¿Cómo?

-______, ¿podemos hablar?-escuche la voz suplicante de mi madre desde afuera.
-Pasa-abrí la puerta mirándola de frente, dejándola entrar para dirigirme hacia mi cama.
-Tu padre…
-Mama, necesito decirte algo antes-le interrumpí-Esta vez no voy a disculparme por lo que dije hace unas horas, dije la verdad. Estoy harta de que mi papa y tú intenten controlar mi vida. La próxima semana seré mayor de edad y las cosas cambiaran, detesto las peleas, lo sabes ¿cierto?-mi madre asintió procesando cada una de las palabras que estaba diciéndole-Quiero que todo acabe, quiero salir a explorar el mundo, vivir mi vida. Apenas comienzo y no quiero perder más tiempo.
-Hablas sobre llegar a altas horas de la noche y no tener control en tu vida, ¿de eso hablas?-ataco mi madre con lagrimas en los ojos.
-No, no hablo de eso. ¿Por qué tienes que verlo de esa manera? ¿Qué acaso tu no tuviste juventud?
-Si la tuve, y es por eso que ahora quiero protegerte de las cosas malas que hay ahí, tú no sabes…
-Y por eso quiero saberlo, no quiero que nadie me cuente, quiero probar cosas nuevas, tengo control, se lo que quiero-hable con seguridad comenzando a alterarme-No siempre podrás mantenerme en una burbuja de cristal.
-¿Es así como te sientes?
-No es como me siento, es así como estoy. Ya no quiero estar mas así, estoy cansada de ver y hacer lo mismo todos los santos días.
-Así es la vida, aunque no te guste. Aquí no tendrás esa clase de apoyo.
-Lo sé, por eso tomare decisiones.
-No tienes idea de lo que dices, mejor baja a cenar.
-No mama, tú no tienes idea de lo que siento.
-¿Y qué es lo que sientes?-pregunto mi mama goteando sarcasmo en cada palabra.

Sentí como mi corazón se encogía al tamaño de una pasa, mi garganta estaba ahogada por el nudo que ataba y que estaba a punto de explotar y mi mente procesaba tan rápido las miles de cosas que quería gritar. Pero como siempre, mi interior impulsándome a que fuera cobarde. En este momento odiaba la capacidad de tener a mi inconsciente gritándome sin parar.

-Me siento ahogada-logre decir exhalando fuertemente para evitar que las lagrimas comenzara a caer. Tenía que ser fuerte, esta era mi oportunidad de hacerle saber cómo me sentía aunque a ella le importara una mierda. Tal vez después ya no me sentiría tan culpable-Quiero salir a divertirme y aprender de mis errores como el ser humano que soy.
-Es algo que no vamos a discutir-me detuvo mi madre-Si quieres salir, bien, pero aquí hay reglas y tienes que cumplirlas. Así que me gustaría saber cómo te las arreglaras para ser “libre”.
-En dos semanas me largo de esta casa-explote con una decisión que realmente me asombro-Seré mayor de edad y se olvidaran de mi. Es todo.

Salí de mi habitación, baje las escaleras y pase de largo de la sala de estar sin siquiera voltear solo pude escuchar a lo lejos el televisor. Sentí pasos detrás de mí, pero no estaba decidida a parar, abrí la puerta y salí, cerrándola de un azotón que me hizo brincar.

-¡_______, regresa en este instante!-grita mi madre saliendo al umbral de la puerta, si, la miro, mi padre le dice algo y ella se tranquiliza. Mi padre me mira seriamente, se que está dejando que me tranquilice. Bien, al menos alguien parece pensar. Odio discutir. 

Pero…me siento bien de alguna manera. Dije lo que quería. Por primera vez pude decirlo y tal vez no termino en las mejores condiciones, pero me sentí aliviada. Mi respiración se normalizo, había caminado unas cuantas cuadras. Era de noche, la luna estaba completamente llena y en su esplendor máximo de brillo.

Cruce la calle, hacia el parque, obviamente vacio. En otra ocasión, hubiera tenido miedo de ir pero me sentía con valentía. Me acosté en el pasto mirando hacia el cielo.

Definitivamente era una noche linda. El cielo lucia tan en paz, las estrellas parecían no moverse. Uno, dos, tres….bueno, no es que estuviera pretendiendo contar las estrellas, pero parece realmente imposible. Me concentro en la luna. Jamás la había visto tan cerca. Levanto mi pulgar en el aire y cierro un ojo. Mi pulgar parecía más grande, amaba hacer esta comparación. Era estúpido mi sentimiento de querer comerme al mundo por una simple metáfora.

“En dos semanas me largo de esta casa.” La frase retumbo en mi cabeza justo en ese momento y me sentí desprotegida. ¿Por qué lo dije? ¿Realmente pienso hacerlo? Nunca he dormido fuera de mi casa, a excepción de anoche. Sería realmente extraño estar sin mis padres y sin Richard. 

Vamos ______, cumplirás dieciocho, no puedes vivir en casa para siempre. ¿Y por qué no? Cuestiono a mi inconsciente. De acuerdo, no viviré para siempre con ellos, pero yo… ¿viviendo sola? Odio esta jodida confusión y más odio mi manera de decir cosas sin sentido cuando estoy molesta.

También odio…

-¿Hay alguien ahí?-escucho a alguien gritar hacia la dirección en donde estoy acostada.

Me levanto de inmediato con intenciones de correr hacia la calle y visualizar un lugar donde puede ponerme a salvo.

-Hey…espera….-me llaman.

Volteo, dudosa, de todas maneras me hubiera alcanzado. Definitivamente mi habilidad de correr era completamente deficiente.

-¿Si?
-Disculpa, es solo que creí que eras alguien más-me dice la chica rubia y hermosa con una gran sonrisa. Wow, es enserio hermosa, pienso.-Como sea, soy Cady-se presenta.
-________, gusto en conocerte-le sonrió.
-¿Eres de por aquí?
-Si, vivo a unas cuantas cuadras.
-Que alegría conocer a alguien de estos rumbos.
-¿No eres de aquí?
-No, soy del otro lado de la costa-me responde.
-Oh, entiendo. Bueno es tarde, buenas noches-me despido dándome la vuelta para comenzar a caminar a casa. ¿Y si hubiera sido un violador?
-Espero verte pronto-me dice por detrás y yo volteo una vez con una sonrisa para irme.

Parecía una chica amable, una chica a la que estaba segura que no volvería a ver. Desviando mis pensamientos de ese raro momento, vuelvo a la realidad. A la realidad actual, montándome específicamente a las ultimas cuarenta y ocho horas de mi vida. Sus ojos mieles aparecen en mi mente sin intención de desaparecer. Mi corazón comienza a golpear fuertemente mi pecho de solo pensarlo. 

En cuanto menos me doy cuenta, he llegado a casa, tomo la llave que siempre está detrás de la maceta, de las muchas que hay al pie de la ventana principal y abro la puerta. Todas las luces están apagadas y al parecer todos dormidos. Respiro relajada, no más problemas por hoy. Seria ya el colmo. Subo a mi habitación, abro la puerta y cierro con cuidado quedando frente a ella de espaldas.

-Buenas noches-me susurran en mi oído e intento gritar pero una mano evita que lo haga. Comienzo a resistirme y me giro para encontrarme con esos ojos mieles en vivo y a todo color.

Justin Bieber está en mi habitación.

-¿Qué demonios haces aquí?-mascullo discretamente intentando no hacer ruido mientras le fulmino con la mirada.
-También me encuentro muy bien, nena-me contesta sarcásticamente con una sonrisa de oreja a oreja que comienza a provocar que mi respiración se vaya a la mierda y que toda mi sangre se acumule en mi rostro.
-Idiota-bufo poniendo los ojos en blanco.-Vete.

Voy hacia mi ventana, y abro más el vidrio. Me molesto aun mas sabiendo que entro por ahí. 

-Las visitas nunca se van tan rápido-se ríe, sentándose cómodamente sobre mi cama.
-Llamare a la policía si no sales en cinco segundos-le amenazo seriamente. Es real, tengo miedo y mi respiración esta de verdad deteniéndose.

El comienza a reírse, pero no lo suficientemente fuerte como para que alguien más lo escuche y mi cara vuelve a enrojecerse, pero de rabia. ¿Qué acaso soy un mono saltarín del puto circo de pacotilla?

Niega con la cabeza sin parar de reír acerca de su broma privada y se pone de pie, caminando hacia mí.

-¿Denunciarme después de salvarte de ir a la cárcel por al menos un día? Eso es de mala educación.
-Solo vete-le exijo-No sé qué mierda haces aquí.
-Me debes una.
-¿Me vas a hacer pagar por haberme ofrecido ir contigo?
-Si no te hubiera ofrecido venir conmigo, ahora mismo tuvieras ese lindo culo aplastado sobre una banca de cemento en la cárcel. ¿Es eso poco?
-¿Qué quieres?-aprieto mis dientes comenzando a perder el control, una vez más en el día.
-En realidad, es algo mas para tu beneficio que para el mío-analiza comenzando a caminar por la habitación.

Mierda, es jodidamente caliente. Lleva puestos unos vaqueros negros y una playera blanca traslucida que deja en evidencia algunos tatuajes en su pecho. Chico rudo. Su cuerpo es como una escultura perfecta. Su cabello un poco despeinado por el aire pero aun así perfecta y extrañamente peinado en un estilo único. La manera en que mueve sus labios y pasa su lengua al tomar un respiro. Estoy volviéndome loca. Esta belleza no es legal.

-Solo tienes que ir como mi compañía a una carrera de autos.

La frase me congela. La velocidad definitivamente no era lo mío. Me asustaba y con Justin cerca aun más.

-Ni loca-respondo sin pensarlo dos veces.
-No te pedí que lo pensaras, vas a ir quieras o no. Todo me lo cobro. ¿Entiendes?

De repente me siento asustada por su repentina cercanía y frialdad al hablarme, es como si fuera su enemiga y estuviera amenazándome de muerte, me estremezco ante el pensamiento, solo un poco exagerado. Aunque estuviera estrellada en la pared. De mi cuarto. Gracias a un imbécil que se sentía con el derecho de ordenarme.

Su aliento golpea mi cara, respiro fuertemente, lo tengo tan cerca que puedo oler su fina colonia. Es tan masculina y sensual. Me siento poseída, el silencio se encierra aun más y nuestras respiraciones comienzan a agitarse. Lo miro directamente a los ojos dándome cuenta de que el tenia la vista solo en mi. Me sonrojo sin quererlo y me muerdo el labio inferior inquisitivamente. ¿Cómo se sentirán sus labios sobre los míos? Mi corazón amenaza con salirse, con un solo milímetro que me mueva, podre saborear el paraíso. 

-_______, ¿estas dormida?-preguntan y al instante sé que es mi madre.

Todas las emociones que estaba sintiendo hace un segundo se esfuman convirtiéndose en terror. Mierda. Justin me mira unos pasos más lejos de mí con miedo. 

-Quiero dormir-digo secamente sin olvidar lo sucedido.
-Cariño, abre-intenta persuadirme.
-Solo quiero dormir-intento sonar lo mas irritada y cansada posible.

No escucho respuesta alguna. Solo sé que mis músculos no pueden moverse y  que mi cerebro está en stand by total. 

-Buenas noches-escucho y suspiro aliviada.

Mierda, eso estuvo cerca. Justin acompaña mi suspiro y volteo a mirarlo.

-Vete-le repito por segunda vez.
-Es el viernes. Te veré ahí, nena-me habla con una cercanía exagerada y retrocedo un paso. No tengo nada que decir, no puedo hablar-Buenas noches-me guiña y sale por la ventana con una sonrisa triunfal.

Bravo _____, dejas que un chico malo e imbécil te diga lo que tienes que hacer. Maldita la hora en que entre a su jodido auto. 

CONTINUARA…

Gracias por los comentarios, siguen sin ser muchos pero está bien. Espero que muchas de ustedes ya hayan podido conseguir su entrada para BT.

Y acerca de lo que me dijeron si era como 3MSC la respuesta es no. Esa película casi no me gusta y no tiene nada que ver con la novela.

¡RECOMIENDEN LA NOVELA, POR FAVOR!
¡Y TAMBIEN SIGAN A _____ HIGGLE! <3 @_______higgle les dara follow back ah.

-¿Te avise dos veces? ¡DIME!
-¿Eres nueva lectora? Pon #AN.
-¿No te avise? ¡GOLPEAME CON UN COCO!

#muchlove