Finding Myself.

Capitulo 3.

__________.

Yo solo no podía creerlo. En mi primer fiesta, presenciando la primer carrera de autos y mi primera persecución policiaca…todo eso para acabar metida en el auto de un chico del que no sabía nada y el que había intentado coquetearme. De acuerdo, esto tenía que ser una broma de mal gusto. Claro, no tenía tan buena suerte por mucho tiempo.

-Puedes dejarme aquí-hable con la voz temblorosa.-Tengo que volver a casa.
El comenzó a reír y siguió conduciendo, esta  vez más rápido.

-Bajo aquí-dije seria y puse mi mano en la manija dispuesta a abrirla y salir corriendo.
-No vas a ningún lado-me hablo con la voz exigente.
-Tengo que ir a casa-reproche como niña pequeña, estaba asustada. No tenía idea de las intenciones que tenia ahora.
-Y te llevare-me tranquilizo-Ahora solo siéntate y cállate.

Pero… ¿Qué se creía este idiota? ¿Qué podía hablarme así nada más? Lo mire mal y me calle, obedeciéndole sintiéndome como la estúpida más grande por hacerle caso, pero realmente no sabía ni que hacer.

Siguió conduciendo, el silencio era abrumador e incomodo. Movía mis pies sin parar esperando que detuviera el auto, pero sabía que no lo haría. Estábamos en medio de la nada. De pronto vi como había un poblado a unos tres kilómetros. El alma me volvió al cuerpo, conforme nos fuimos acercando me di cuenta que eran condominios, muy elegantes. ¿Qué hacían en medio de la nada? 

Detuvo el auto y salió de el, yo seguí sentada. Mire hacia abajo y pude notar que mis manos me temblaban. 

-¿Qué no piensas bajar?-me pregunto de mala gana sorprendiéndome por su arrebato de abrir la puerta.

Lo mire con el ceño fruncido y baje rápidamente, el cerro la puerta de un azotón y supe que estaba desesperándolo, pero no me importa. Yo estaba en pánico y a él le valía una mierda, no sabía donde carajos estaba parada. Eso era aun mucho peor. Tal vez el es un asesino serial de mujeres y me aventara por la ventana hasta que tope con el suelo y muera.

Niego con mi cabeza al solo imaginarlo y me exalto un poco al oír la campana del elevador indicándonos que habíamos llegado al lugar. Salí del elevador junto con Bieber. Era un pasillo solo y caí en cuenta de que era un condominio por piso, era increíblemente lujoso. El abrió la puerta blanca con cristales traslucidos que impedían ver el interior pero daban un efecto muy elegante. Entro al apartamento dejando la puerta, ¿debía entrar? 

-¿Te quedaras ahí parada?-pregunto mirándome sobre su hombro. ¿Tenia una media sonrisa? No podía saberlo, solo algunos reflejos de la luz entraban por lo que suponía era una ventana. No había luces, estábamos solos.

Trague, mientras sentí como un frio recorría mi espina dorsal causándome los escalofríos más raros que había sentido. Un escalofrió que en verdad me gustaba.

Entre al apartamento con pasos cautelosos, tal vez podía chocar con algo o resbalarme y terminar de una vez con la noche más loca de mi vida, hasta ahora.

-¿Vives solo?-murmure un poco incomoda por la cautela de mis pasos.
-Claro que si, cariño. ¿Qué esperabas?-rio sarcásticamente volteando hacia mí, aun no podía verlo bien, sentí como se movió y al fin las luces se prendieron-Siéntate.

Mire hacia mi alrededor y fui hacia el sofá negro de cuero sentándome en la orilla jugando con mis manos jalando de mi falda de cuero.

-Así que tu…-comencé a intentar recordar su nombre pero lo único que pasaba por mi mente era que estaba actuando como una estúpida frente a un completo extraño.
-Justin-volteo hacia mí con una gaseosa en la mano mientras se sentaba en el sofá de en frente.
-Justin, claro-asentí recordando su nombre. Era lindo, bastante-No se tu, pero debo irme a casa.
-No lo creo, cariño. No podemos salir de aquí una vez que hemos entrado-comento relajadamente mientras se echaba hacia atrás y prendía el televisor.

Mire con detalle el departamento, ahora entendí porque todas las chicas suspiraba por él. Por su dinero. Todo era lujoso y elegante, de un gusto muy fino pero moderno al mismo tiempo. Todo en tonos blancos y negros que encajaban perfectamente con lo que parecía ser su personalidad. 

La realidad me golpeo recordando cada una de las palabras que había dicho “no podemos salir de aquí una vez que hemos entrado”.

-¿Qué?-solté un chillido, había salido más agudo de lo que hubiese querido-¡Necesito ir a casa, mis padres me mataran!
-¿Y?-inquirió levantando sus gruesas, pero sexys cejas.

Fue mi límite, me levante con decisión del sofá y el comenzó a reír.

-¡Maldito imbécil!-no podía notar mi estado de pánico y solo pensaba en su maldita relajación-Me voy.

Alcance la puerta rápidamente y justo cuando iba a girar la manija la mano de Justin me detuvo.

-Si te vas, la policía te tomara y pasaras una larga noche ahí-me hizo voltearme para verlo a los ojos-¿Entiendes?
-Me escape-dije sin sentido alguno intentando ignorar su aliento golpear mi cara, sus labios me estaban llevando a un nivel de tentación que nunca antes había experimentado-¿Sabes lo que es eso? Me escape de mi casa y mis padres me mataran si no me encuentran dormida en mi cama.
-¿A qué hora despiertan tus padres?-me pregunto sonriéndome. Mierda, ¿era legal que alguien fuera tan perfecto? 
-No sé, a las siete de la mañana-respondí con la voz sofocada, me sentía mareada de solo verlo.
-Estarás ahí antes de que ellos despierten-hablo poniéndole el pestillo a la puerta y volviendo al sofá.
-Justin-le hice señas interponiéndome entre el televisor para que dejara de mirarlo-No entiendes, tengo que irme. Ahora.
-La que aquí no entiende eres tu-me ataco sentándose con los codos sobre sus piernas-Quítate de enfrente antes de que haga algo…
-¿Qué vas a hacer?-lo rete.
-Algo que se que te encantara-me guiño.

Me quede con la boca abierta con montones de insultos inundando mi mente, el alzo sus cejas, bufe y me volví al sofá donde había estado sentada hacia unos minutos.

Me acosté en el sofá dispuesta a relajarme un poco, metí discretamente mi mano a mi sostén y tome mi celular. De acuerdo, no era el mejor lugar para guardarlo pero no había encontrado otro lugar más seguro. El reloj marcaba las 3:00 am. Suspire. Estaba cansada, quería dormir, así que me perdí en mis pensamientos hasta cerrar mis ojos y dejar de sentir todo.

Justin.

Abrí mis ojos, hasta acostumbrarme de nuevo a la luz. Me había quedado dormido, había comerciales en la televisión, voltee hacia mi derecha encontrándome con una chica preciosa durmiendo. Era jodidamente complicada e inocente al mismo tiempo, pero no era tonta y sabia lo que hacía.

Comencé a reír notando que era la primer chica que dormía en mi apartamento, en el sofá, y lo más sorprendente…no nos habíamos ido a la cama. No sabía ni su nombre, ni tampoco sabía el nombre de muchas chicas con las que me había acostado. 

Esa chica tenía algo, no sé qué, pero algo tenia. La mire de pies a cabeza. Jodidamente caliente, unas piernas largas y formadas, delgada, pero no flaca como la mayoría de las chicas que se la pasaban matándose de hambre, desvié mi mirada de sus pechos  y mire su rostro. Estaba completamente en paz. Sus pestañas eran largas, sus labios acorazonados y rosados. Tenía unas mejillas adorables y muy besables. Era un ángel durmiendo.

Mire hacia la mesa de centro y vi su celular sobre ella. Esto no era correcto, pero yo iba contra las reglas, lo tome con cuidado y comencé a buscar en sus contactos. No eran muchos, pero mierda no tenía idea de cómo se llamaba. Me fui hacia sus mensajes y encontré uno de Allison. Rodé los ojos y lo abrí. “______ no olvides que….” Lo cerré y me dirigí de nuevo a sus contactos hasta buscar su nombre. Bingo, lo encontré. Saque mi móvil rápidamente y anote el número. Perfecto. Lo volví a dejar en el mismo lugar y mire el reloj. Eran las seis. 

Me levante del sofá y me dirigí hacia ______. Toque sus piernas delicadamente intentando no despertarla, me permite gozar de unos segundos admirando la suavidad de su piel y comencé a moverla suavemente.

-Despierta-le ordene en un susurro.

Ella comenzó a refregarse los ojos delicadamente y me reí al notar que estaba deshaciendo todo su maquillaje sin darse cuenta. Ella abrió los ojos de golpe y me miro mal, como se le estaba haciendo costumbre. 

-¿Qué hora es?-me pregunto dejando de lado su aparente molestia.
-Las seis y algunos minutos-le respondí poniéndome de pie.
-Debo irme.
-Espera cinco minutos y nos vamos-le dije antes de entrar al baño y cerrar la puerta.

Me lave la cara y acomode mi cabello. Por fuera pude oír suspiros largos.

-Vamos _____, tu puedes-lograba escuchar y tuve que contener mi risa al oír como la chica hablaba consigo misma en voz alta.

Seguí con lo mío, hasta quedar listo. Perfecto, como siempre. Salí del baño y ella ya había limpiado su maquillaje dejando ver su cara al natural. Era realmente hermosa. 

Desvié mi vista hacia cualquier otro lugar para evitar que ella me notara, tome las llaves de mi auto y camine hacia la puerta, ella tomo su celular de la mesa y agradecí interiormente que no sospechara nada. Me siguió hasta la puerta, hasta que llegamos al ascensor.

-¿Hay mucha gente aquí?-me pregunto con curiosidad.
-No, es poca gente, la mayoría vive solo-respondí sin dar demasiada información. No quería asustarla ni mucho menos hacerle saber cosas de mi. 

Ella asintió digiriendo la información, salimos del ascensor y la recepción. Subí al auto abriendo los seguros para que ella también pudiera entrar y así lo hizo, la notaba aun tímida y con miedo. Encendí el motor y emprendí marcha.

Me encantaban este tipo de mañanas, soleadas pero frescas. El panorama del bosque era hermoso, el solo apenas comenzaba a asomarse pero en su máximo esplendor ya.

______ miraba con atención el panorama recargada en sus brazos dejando que el aire golpeara su rostro. 

No cabía duda que tenía que tenerla en mi cama.

Seguí conduciendo hasta que me iba adentrando más de nuevo al pueblo. 

-¿Dónde vives?-le pregunte.
-Al inicio de la playa, a unas cuadras-respondió cohibida enderezándose mirando hacia al frente.

Acelere, eran las 6:45 am, no tenía mucho tiempo para llegar. Sentía un poco de pena por ella, había lucido bastante alarmada con sus padres y se había escapado.  Parecía ser una chica buena.

Pero no me interesaba, era solo una chica más, que seguramente follaba bien como las demás.

-En la siguiente cuadra, en la casa blanca-me indico señalando el inmueble. Linda casa. Lucia muy conservadora-¿Podrías dar la vuelta? No quiero entrar por la puerta principal.

Reí y rodee la casa, hasta llegar al jardín trasero. Había una cerca de madera con una puerta justo en medio.

-Gracias Justin-dijo abriendo la puerta del auto.
-Un gusto cariño, magnifica noche-le guiñe pícaramente.
-No dejas de ser un imbécil-me insulto cerrando de un azotón la puerta. 

Corrió hacia la puerta y luego cruzo todo el jardín descalza. Oí un motor por el frente de la casa y ella se tiro al suelo evitando ser vista. Ella se levanto lentamente y se asomo por los matorrales, wow. Que vista. Se levanto mas hasta quedar completamente de pie, subió por las escaleras de jardín que había allí hasta llegar al techo de la casa y caminar hasta llegar a una habitación con cortinas rosadas. 

Observe cada momento con detenimiento. Esto aquí no acababa.

__________.

Entre a mi habitación sin hacer ruido alguno rogando que ya no hubiera nadie y todos estuvieran esperando a que papa arrancara el auto. Mi puerta seguía con el pestillo puesto. Suerte. Me dispuse a cerrar la ventana de mi balcón y vi el auto de Justin aun ahí, me asome por la ventana haciéndole una seña de que se fuera, el me sonrió por la ventana guiñándome un ojo antes de arrancar.

Era un imbécil, irresistible. Un problema, grande y grave. Lo sabía.

-¡Ya voy mama!-grito Richard desesperado y sentí pasos cerca, era mi hermano, claro. De pronto forzó mi puerta y mi corazón se detuvo.

Vi un papel en el piso y oí segundos después como se cerraba la puerta. Mierda, susto que me había llevado. Me asegure de no oírlos más y me dirigí hacia el papel.

“Estas cubierta, deséame suerte tonta.”

Sonreí ante la idiotez de mi hermano. Realmente era afortunada de tenerlo. Le debía una.

Me metí a dar una ducha relajante y larga pensando en lo que me había pasado. Había sido realmente increíble, nunca antes había sentido un escalofrió lleno de adrenalina, miedo y ansiedad de conocer nuevas cosas. 

Las fiestas a pesar de todo no eran como las pintaban, no era solo alcohol y drogas, había mucha libertad y gente que buscamos ser felices por al menos unos momentos. La sensación de que hubiera o no un mañana estábamos viviendo la vida como queríamos.

Sacudí mi cabello para secarlo más rápido y oí el sonido de mi celular. Fui hasta mi buro, lo tome. Era un mensaje de un número desconocido. 

“Cariño.”

Me asuste y respondí angustiada. “Temo que te has equivocado de numero, extraño.” Tenía que bloquear el número, estas cosas eran peligrosas o tal vez estaba exagerando.

“No cariño, no lo he hecho y me debes una.”

¿Deberle yo a quien? ¿Por qué me llamaba cariño? Mierda, el único que me había llamado así en todo mi vida era…pero…no, eso no podía ser porque él ni siquiera había pedido mi numero. Era un pedófilo peligroso seguramente.

“No te debo nada y deja de molestarme.”

Solté mi celular y seguí untándome crema en mi cuerpo hasta que de nuevo sonó.

“Bieber nunca molesta a nadie, cuídate cariño.”

Me quede estática leyendo el mensaje una y otra vez. ¿Era Justin o alguien que quería pasarse por él? Pero nadie sabía que yo lo conocía, y antes de la noche yo no tenía idea de que había alguien en esta tierra llamado Justin Bieber. 

Lo único que sabía de él era que era un chico peligro y un problema en el que no quería meterme. Y también tenía claro que no había sido mi última fiesta. Y que por fin seria libre costara lo que costara.

CONTINUARA.

_______ tuvo suerte de que no la descubrieran, ah. Antes que nada quiero agradecer a Camila por todas sus ideas, me ayudo en mi momento de pánico. 

Y gracias también por todas sus felicitaciones por mi cumpleaños y por sus comentarios. Que bajaron mucho a diferencia del primer capitulo, pero bueno…

¡Recomienden la novela, por favor! ¡Y comenten aquí en la foto! 

-¿Eres nueva lectora? Pon #AN
-¿No te avise o te avise dos veces? ¡RECLAMAME Y ASESINAME! Ah.

#muchlove