Duodécimo capítulo: Evasión de la realidad. 

Se paró en frente de mí, mirando al suelo. Intentaba adivinar si quería o no hablar conmigo cuando noté su fuerte agarre en una de mis muñecas. Me dolió muchísimo, pero hice apaño para disimular mi mueca. 

-	Espera. – Dijo con su característica voz ronca al despertarse.
Retiré mi mano de la suya y me encontré con su mirada. No sabía qué decir, pero tenía que romper aquel silencio.
-	¿Quieres algo? 
-	Pedirte perdón. – Levantó la mirada empequeñeciendo sus ojos.
-	No soy yo al que pegaste anoche. 
-	También voy a pedirle perdón a él. Incluso aunque no crea que deba. Él mismo se lo buscó.
-	¿Por qué? – Subí mi tono. - ¿Por tocarme? Eso es algo de lo que me tendría que ocupar yo.
-	Pues perdona por querer ayudar, ¿eh? – Dijo irónico y enfadado, casi al borde del grito. – Perdona por comportarme como un amigo.
-	Chaz también es mi amigo. Y en ningún momento necesité tu ayuda.
-	¿Y Chaz sabe tanto de ti como yo? ¿Eh? Dime. 
Sabía de lo que estaba hablando, pero en cambio, no sabía si era una amenaza por su parte o solo una pregunta retórica. Sentí cómo ardían mis mejillas y me di cuenta de que tenía las lágrimas prácticamente amenazando con salir, no quería que me viese llorar, no podía dejar que me viese así de débil. Estaba harta ya de eso. 
-	Mira Justin, - puse la voz más firme que pude. – ¿no ibas a pedirle disculpas? Pues hazlo, pero a mí déjame en paz.
Ni siquiera estaba segura de si lo que había dicho tenía sentido, pero tan rápido como escupí las palabras de mi boca, dejé a Justin ahí plantado y me dirigí a algún sitio. No sé si a casa, a la biblioteca, a alguna cafetería o a dónde, pero necesitaba irme lejos, y no solo para este rato. 

Narra Justin.

Me sentí confuso cuando Dani se fue. Todo esto lo iba a hacer por ella, solo iba a pedirle perdón a Chaz para aliviar las tensiones entre todos nosotros y volver a estar bien. Pero ahora había metido la pata con ella también. Quería salir corriendo detrás de ella, pero mi orgullo me  retenía allí. No sé por qué no me retuvo cuando pensé en ir a pedir perdón a Chaz. 
Sacudí mi cabeza y me dirigí a los pisos donde vivía Chaz, subí en el ascensor sin pararme a pensar en lo que le iba a decir. No vacilé cuando me encontré delante de su puerta, llamé, y tan pronto como abrió, entré sin saludar. 

-	Eh, tío, ¿qué mierdas haces aquí? Salte ya. – Pude notar algo de medio en su voz.
-	Tranquilo, he venido a… - ¿A pedir perdón? ¿Justin diciendo eso? Venga ya. – A hablar contigo sobre lo de anoche.
-	Pues a mí no me da la gana. Vete. – No se fiaba de mis palabras. Saltaba a la vista el miedo que tenía de que no le pegase o empezase una pelea. Me senté en su sofá ignorándole, reconociendo el olor a Dani que tenía. 
-	Ven, siéntate.
-	Esto me da mal rollo, ¿sabes? – Dijo quedándose de pie a mi lado. – Sales con Ashley y te pones celoso de que me acercase a Dani, ¿a ti qué te pasa? ¿No sabes que con Dani el rollo de ser el líder de tu banda no sirve para nada? 
-	¿Y quién ha dicho que tenga que servir de algo, eh? 
-	Pues entonces, ¿qué mierda te importa si la toco o no? 
-	Mira tío, me estás cansando. Tú simplemente no te pases de la raya con ella o tendré que tomar cartas en el asunto. 
-	Osea que vienes con amenazas, dime, ¿es por eso por lo que no se ha atrevido a seguir besándome esta mañana? 

Había tocado la fibra que no tenía que tocar. Anoche tocándola y hoy ¿besándola? Se me cruzaron los nervios al mismo tiempo que lo tenía enganchado del cuello contra la pared. ¿No venía a arreglar las cosas? ¿Por qué me había molestado tanto lo del beso? 
Le escupí, sin más. Dejando su casa sin ni siquiera cerrar la puerta. Me sentía como una mierda. Estaba con Ashley, ¿no? ¿Qué más me da si la besa o se la tira? No, por alguna razón no me daba igual. Noté el móvil vibrando en el bolsillo, “Ash.” No tenía ganas de contestar, pero sabía lo increíblemente pesada que se pondría si no se lo cogía. 
-	¿Qué quieres? – Hice el menor esfuerzo por parecer amable.
-	Ays, vaya humor tenemos hoy, ¿no? – Detestaba su pito de pija. – En fin… ¿no vas a venir a verme hoy? Te echo de menos…
-	Ashley, hoy no tengo ganas. - ¿Las tenía algún día? ¿Por qué seguía atado a ella? Ya no estaba bajo ninguna amenaza.
-	Venga, tontorrón… 
-	Ashely, ¿sabes? Esto se ha acabado, sabes por qué estaba contigo. – Colgué y borré su número de mi agenda de contactos. 

Tenía una llamada perdida de Dani, me daba miedo a la vez que tenía ganas de hablar con ella. Di a “devolver llamada” inmediatamente, aunque sabía qué tema iba a ser. 
-	¿Qué te pasa Justin? ¿No ibas a pedirle disculpas? – Estaba llorando. 
-	Eso era antes de que me dijese que te intentó besar. – Y yo furioso.
-	¿Es esa razón para ponerte así? ¿Voy yo amenazando a tus amigos cada vez que besas a Ashley? 
-	¿No podemos vernos en vez de gritarnos por el teléfono? – Sabía que tenía razón. 
-	No, no quiero verte, ni a ti ni a nadie. Es más, me voy. Ha sido un error venir aquí. 

Era la primera vez que lloraba desde hacía mucho tiempo.