#UnCambio #MARATON

#Capitulo5

Abro mis ojos pesadamente cuando escucho a lo lejos el despertador sonar. Me levanto del sillón y me acerco a mi maleta para sacar el paño, luego me dirijo al baño, entro a la ducha y dejo que el agua corra por mi cuerpo. Escucho a las chicas hablando y varias pisadas; están despiertas. A los pocos minutos salgo de la ducha y continúo a cepillar mis dientes. Una vez lista, salgo con el paño enrollado a mi cuerpo. Enseguida salgo yo, Laura y Stephanie pelean por quien entrará primero. Voy a la maleta y saco la ropa. Me dirijo hacía un pequeño closet y empiezo a vestirme; camisa semi transparente color morado, chaqueta de vestir blanca que hace juego con el pantalón de vestir, zapatos de tacón alto color morado, como los que se usan en las fiestas. Me coloco una cadena plateada que lleva de accesorio, unas alas. Me coloco los zarcillos plateados a juego con la cadena y un anillo en mi mano izquierda con un pequeño diamante incrustado. Dejo mi cabello alborotado.

Una vez lista, agarro mi bolso de mano, color negro y salgo de la habitación. Busco el ascensor y me dirijo al cuarto piso; voy a comer. Llego y voy directo a M´Gusta; un restaurante de sándwiches y ensaladas, pido una ensalada cesar y me siento en unas de las mesas. Espero y a los pocos minutos ya tengo la comida conmigo. 

Como tranquilamente y veo como varios empresarios empiezan a poner actividad a la zona. Después de unos largos treinta minutos me paro de la mesa y continúo al lobi del hotel a esperar la vans que nos llevaría al tercer día del festival. Me siento en uno de los muebles gigantes que se encuentran allí. Observo toda la actividad; desde temprano los botones entran y salen por la gran puerta de vidrio, los recepcionistas empiezan a atender llamadas, maletas entran, maletas salen, turistas y empresarios caminan, el sonido que hace el ascensor al llegar, ya ha sonado cinco veces, personas hablando español…

Saco mi teléfono y empiezo a jugar con él.

-¡Emily!

Siento como se sienta a mí lado. Ruedo mis ojos, pues sí, es Ryan de nuevo.

No le presto atención y sigo con lo que hacía hace segundos atrás.

-Hey –Me mira. Yo sigo metida en el teléfono- Justin llega hoy-

-¿Y qué? –Digo mirando la pantalla del teléfono-

Visualizo rápidamente cuando sube sus hombros.

-Está soltero –Dice sonriendo- Y… yo también.

-Lo miro seria- ¿Es en serio?

Él levanta sus hombros y sonríe de medio lado.

-Tienes tanto espacio en donde sentarte y eliges sentarte a mí lado… -Lo miro desesperada-

Me sonríe y vuelvo mi vista a la pantalla del teléfono y me concentro, no oigo a Ryan hablar más.
*** 

-Y… con cámara de 50 mega pixeles… 

Esta vez hay menos prensa y ningún famoso pero aun veo muchos empresarios. Tomo varias fotos mientras paso por las exposiciones. Esta vez nos mantenemos juntos, aunque Caleb, William y Brandon pasaron más tiempo con Laura, Payton y Stephanie. Ryan y yo estuvimos juntos la mayoría del tiempo. He tomado varios cocteles, no son tan fuertes.

Ya han pasado 9 horas y de verdad que no las he sentido, el tiempo se pasa súper rápido aquí adentro. Con las comidas y bebidas que entregan deben gastar más de lo que cobran…

Ya es tiempo de irnos y los primeros en salir somos Ryan y yo, tenemos que esperar a que los demás salgan. Entramos a la vans que ya estaba afuera y esperamos adentro. Entro y me dirijo al último puesto, Ryan me sigue ¡Dios, que intenso! ¿Cómo hago para sacármelo de encima?

-Lindos nombres… -Nos miramos- los de tus padres –Me sonríe-

Le sonrío de medio lado y vuelvo mi vista a la ventana. El ambiente queda en silencio por varios minutos, largos minutos. 

-He estado pensando, Emily… -Lo miro y espero a que continúe- Me sorprendió mucho en la forma en la cual me dijiste sus nombres. Sonabas…

-Normal. -Lo interrumpo-

Volteo mi mirada de nuevo a la ventana.

-Siento como niega con su cabeza- No… sonabas… ¿feliz? o ¿conmovida? Fue raro –Piensa-

Ruedo mis ojos, aunque sé que él no me ve. Me concentro en mis pensamientos; ¿Sonar feliz, conmovida? Siento muchas cosas al hablar de ellos, mi corazón se acelera, sonrío, me emociono, siento mariposas en mi estómago, me entristezco, muchas preguntas vienen a mi mente…

Estoy tan metida en mis pensamientos que no me doy cuenta que ya los chicos están con nosotros. Esperamos varios segundos más y partimos.

Llegamos y afuera del hotel había mucha actividad; paparazis y varias chicas con carteles de “I Love u Justin” 

-Espera, espera. ¿Justin? ¿Justin Bieber… aquí… en el hotel?

Escucho como Laura habla casi sin respirar. Miro rápido a Ryan y se ve tenso ¿Por qué?

-Chicos… -Ryan habla- ¿Pueden pasarse por guarda espaldas? –Dice preocupado-

¿Está asustado? Son cámaras y chicas gritando como locas, ¿Qué puede pasarle?

-Está bien –Dice Brandon-

De igual manera las chicas con las pancartas no se han dado cuenta que él está atrás. ¿No sé por qué se siente tan importante?

Salimos y los chicos hicieron un triángulo a su espalda, nosotras pasamos en fila detrás de ellos. 

-¡Ryan!

-¡Ryan, aquí!

-¡Te amo Ryan!

Varias chicas lloran y la mayoría gritan a todo pulmón. Las cámaras inundan de flashes la cara de Ryan y los chicos los empujan para poder pasar con facilidad. Nosotras por otra parte, fuimos aplastadas por la multitud. Alguien me pisó el pie izquierdo y créanme que si hubiera visto quien fue le hubiera mandado a la mierda. Llegamos a la puerta y entramos, por fin reina la tranquilidad. Tomo aire tratando de normalizar mi respiración y mi cabeza empieza a funcionar ¿Por qué gritaban el nombre Ryan? ¿Será cierto lo que dijo de Justin Bieber? ¿Es su mejor amigo? ¿Qué está pasando?

Veo mi pie izquierdo que aún me duele de la pisada y en la parte del empeine visualizo un poco de sangre. Maldigo para mis adentros. Los chicos y chicas están todos emocionados.

-¡Justin Bieber está aquí. Dios, no lo creo!-

Es uno de los comentarios que hace Laura quien es la más afectada. Dirijo mi vista a Ryan, me sonríe victoriosamente. Le doy la espalda y continúo a acercarme al ascensor, presiono la tecla y espero a que las puertas se abran.

-Te lo dije –Dice Ryan bajo a mi oído-

Ruedo mis ojos y entro al ascensor, los chicos nos siguen y entramos todos.

Al llegar a nuestro piso las chicas van al cuarto de los chicos. Ryan me sigue. Abro la puerta de mi habitación y antes de cerrarla Ryan me lo impide.

-¿No lo quieres conocer? –Se apoya del marco de la puerta-

-¡Ya déjame en paz, Ryan! ¡Dios! –Digo desesperada y rápido- ¡No!

Paso a la habitación y lo dejo apoyado en la puerta. Siento su mirada encima de mí. Me dirijo a mi “cama”, me siento y quito mis zapatos. Aún hay sangre y mucha. ¡Me arde!

-¡Emily! ¿Qué te pasó? –Dice entrando a la habitación y acercándose a mí-

-Nada –Me paro y voy hacía el baño-

Tal vez después de echarle agua a la herida no luzca tan fea. Entro al baño y Ryan me sigue. Mojo mis manos para tenerlas limpias. Ryan entra al baño y toma una toalla, la moja y continúa a verme.

-¿Me dejarás hacerlo? –Pregunta viéndome a los ojos-

Lo miro, veo su mano y luego mi pie. ¿Qué hace? Se acerca a mí. Doy un paso hacia atrás.

-Emily… no voy a comerte –Dice serio-

El ardor en el pie me está matando. ¿Dejo que lo haga? Me siento en el mesón del lavamanos y Ryan se acerca con la toalla mojada en su mano. Recojo mi pantalón hasta la rodilla. Ryan sube su pierna al inodoro haciendo el soporte para que yo me sienta más cómoda. Mira mi pie. Lo apoyo en su rodilla. Me mira ¿Me está pidiendo permiso para tocarme? Asiento. Ryan dirige su vista a mi pie, toca mi tobillo y pasa delicadamente  la toalla mojada. Cierro los ojos al sentir dolor. Él despega la toalla de la herida y sigue de nuevo, así sucesivamente. Cada vez que roza la herida, siento ganas de llorar ¡Me duele! Ese zapato debió ser de hierro. Moja la toalla de nuevo y la pasa por última vez. Termina. Con la parte seca de la toalla me seca el exceso de agua y cuando aparta su mano se ve el resultado, es una cortada y es grande, aproximadamente tres centímetros y muy poco de profundidad. Ryan me mira y yo a él. Bajo mi pie de su apoyo y él continua a bajar su pierna y dejar la toalla a un lado de mí.

Me bajo de un salto del mesón, lo que es mala idea porque ahora no siento mi pierna del dolor. 

-¡Auch!

Me retuerzo varios segundos sin apoyar el pie. Estos son los momentos en que necesito a mi abuela y sus cariños. 

-¿Estás bien?

-No –Digo entre dientes pasando el dolor-

-Ven déjame ayudarte- 

Se acerca a mí y de nuevo me mira. Asiento de nuevo. Pasa su brazo por mi espalda y con el otro me alza las piernas, me está cargando. Me lleva al sillón y me sienta. Mi mente empieza a funcionar… ¿Qué sucede conmigo? Nunca en mi vida había mostrado debilidad ante otras personas que no fueran mis abuelos. ¿Por qué él hace que le sienta confianza? ¿Por qué ahora? ¿Qué pasa?.

-¿Estás pensando cosas sucias? –Me pregunta burlón-

-Ah… ¿Qué?

-Estás mordiendo tu labio… -Toca su nuca-

-No –Ruedo los ojos-

No me había dado cuenta que mordía mi labio.

-Gracias –digo-

Me sonríe.

-De nada.

-Ahora… -Veo la puerta- Puedes irte –Miro mi pie y trato de recordar si metí curitas en mi maleta-

-Si…-Va hacia la puerta- Está bien –Me sonríe-

Le sonrío de medio lado y continúo a pararme, sin apoyar el pie porque me duele, para acercarme a la maleta.

-¿Estarás bien? –Pregunta inocente-

-Estoy bien –Lo miro-

-Asiente lento- Nos vemos.

Sale de la habitación y yo continuo con mi caminata en salto. Me agacho, abro la maleta y reviso. Por suerte si había metido, saco una y me la coloco delicadamente en la herida. Tengo la piel súper sensible en esa zona.

Me desvisto, me coloco la misma camiseta de dormir sin nada más abajo que mí braga. Doy varios salticos para llegar al sillón, me acuesto y la charla con mi mejor amigo, el techo, comienza.

¡Este viaje si ha sido revelador! Butler ha podido conmigo. Siendo sincera no sé porque hago las cosas que hago, no sé porque actuó así. Yo misma soy un misterio para mí y debe ser difícil para él tratar de pensar como yo. ¿Por qué se ha interesado tanto en mí? Quizá me ve indefensa… no, mejor quito esa idea de mi cabeza. Odio sentir lastima por las personas y sería horrible que la personas lo sientan por mí. 

Lo de esta tarde-noche ha sido algo raro. ¿Sí conoce a Justin Bieber? ¿En qué mundo he estado viviendo?  Chicas enamoradas de él. Cámaras en su cara. ¿Esto en verdad está sucediendo?.

Mi mente queda en blanco cuando oigo a las chicas llegar. Entran hablando de… si… Justin Bieber y lo magnífico que es. Sin encender la luz escucho como después de varios minutos hablando se acuestan y luego el silencio de nuevo en la habitación.

Miro hacia el balcón largos minutos hasta que decido ir. Me paro y camino cojeando, sin apoyar completamente el pie. Abro la puerta de cristal y paso. Hace frio. Me apoyo en la baranda y veo al cielo, sonrío pensando que mis padres me pudieran estar viendo. Veo la luna; luna nueva. El cielo está estrellado. Miro hacía la piscina; sola y calmada. ¿Será buena idea ir ahorita? Claro que sí. 

Me regreso cojeando de nuevo al sillón. Busco un short y mi teléfono y salgo con el camisón puesto, igual nadie me verá. No me coloco zapatos, me maltratan en la herida, salgo descalza. Antes de salir veo el reloj de la pared; 12:06am ¿Tanto tiempo ha pasado?.

Salgo de la habitación sin hacer el menor ruido posible. Cierro la puerta y camino lento pero seguro hacia el ascensor. Presiono el botón y espero a que llegue. Me monto y presiono el piso 22, en donde se encuentra la piscina, pero el ascensor hace una parada en el piso de abajo, el 23. Un chico con un suéter negro con la capucha puesta, entra. ¡Que misterioso! Lleva un mono muy holgado color gris con sus manos metidas en los bolsillos y pantuflas. No logro ver su cara. Me acomodo en una esquina y él en la otra. No se acerca al tablero para marcar algún piso. Las puertas se cierran y el ascensor baja. 

Él chico sale de primero, yo salgo lento, por mi pie. El chico se voltea a verme y baja su mirada a mi pie. Lo miro y sigo caminando a la piscina. El chico va hacia la misma dirección que yo pero se queda más atrás. Me siento en una de las cómodas butacas y me relajo. Varios segundos después recibo un mensaje, es de Ryan ¿Cómo hizo para obtener mi número? Veo que el chico se sienta a mi lado, se acomoda y suspira hondo.


Número Desconocido
12:15am
Para: Incrédula

“¿Aún quieres conocer a Justin Bieber? Por qué déjame decirte que… lo tienes al lado…”
 







#Capitulo6

Miro al frente y suspiro. Volteo lentamente hacia el chico a mi lado, aún lleva la capucha del suéter puesta y se encuentra mirando a la piscina. Intento ver su cara pero la oscuridad no me lo permite, solo logro ver sus labios. Él voltea a verme. Ambos nos quedamos en silencio. Vuelvo mi vista al teléfono y le respondo a Ryan.

Emily Tood
12:17am
Para: Acosador intenso

“¿Justin Bieber? Parece más un ladrón y… ¿Cómo obtuviste mi número? ¡Oh espera! ¿Cómo sabes que estoy en el área de la piscina?”


Bloqueo el teléfono y lo apoyo en mis piernas. Dirijo mi vista a la piscina, igual que el chico.

El ambiente está en silencio. Al parecer los dos estamos reflexionando de nuestras vidas o simplemente nos relajamos un poco. Me acomodo mejor en la butaca con la pierna izquierda estirada, no la muevo para nada solo para no sentir dolor. Apoyo mi cabeza hacia atrás y cierro mis ojos. Suspiro y contemplo el ambiente. Abro mis ojos y ahora miro al cielo, detallando cada una de las estrellas y quedando hipnotizada por la luna. Mi teléfono vibra, ruedo los ojos y lo agarro.


Número Desconocido
12:21am
Para: Mujer exasperante

“Sí, es Justin Bieber y bueno… no podía dormir y me asomé al balcón. Hablé con él cuando me botaste de tu habitación y me dijo y saldría más tarde a tomar aire. Ya bajo, los presentaré”.


Ruedo mis ojos y bloqueo el teléfono. Lo vuelvo a apoyar en mis piernas y de nuevo me concentro en el cielo. Mi mente empieza a funcionar, ¿Esto en verdad está sucediendo? ¿En verdad tengo a la súper estrella adolescente Justin Bieber a mí lado?.

-¡Emily!

Escucho como Ryan dice entrando a la zona de la piscina. Ruedo mis ojos y suspiro.

-¡Justin!

El chico se voltea para verlo y lo escucho reír bajo, ¡Sonó sexy!

-¡Hey hombre! ¿Qué haces despierto a esta hora? Pensaba que ya estabas durmiendo – Dice el chico. Sonríe-

Aún no se baja la capucha. Saca sus manos de los bolsillos del suéter y me da una mirada rápida. Ryan camina hacia él y se sienta en la butaca de al lado. Veo a Ryan rápidos segundos y luego dirijo mi vista a la piscina. Los escucho hablar bajo durante varios minutos. El chico aún no se ha bajado la capucha ¡Me desespera!.

Agarro mi teléfono y empiezo a jugar con él. “Subway Surf” es el nombre del juego. Estoy tan concentrada en romper mi record que ya ni escucho la conversación de los chicos. Solo unos 13 kilómetros más y rompo el record, el avatar corre muy rápido y creo que al momento de cambiar de carril hago movimientos. Ahora faltan 5 kilómetros ¿Podría pasar a los records guinnes?.

-¿Emily?...

Me desconcentro y choco contra un tren en movimiento. ¡Mierda!. Tomo aire tratando de no salirle con alguna patada. Lo miro seria. Él me sonríe, quizá para restregarme lo que me había dicho varios días atrás.

-Te presento a un amigo, Justin Bieber –Toca su hombro-

“Justin” me mira al igual que yo. Aún no logro ver su cara. 

-Justin, Emily. Emily, Justin –Dice Ryan haciendo movimientos con sus manos-

El chico retira su capucha y… ¡Dios! ¿En serio esto está pasando? Me tiende la mano.

-Mucho gusto –Me sonríe-

Agarro su mano y al hacerlo una corriente rápida recorre mi cuerpo completamente. Le sonrío rápido. Suelto su mano y lo miro por varios segundos; cabello castaño claro ¿O rubio?, cejas gruesas, ojos grandes, seis lunares en su cara, con zarcillos negros y labios perfectos… bueno ¿Qué sé yo de labios perfectos?.

-Ella no me creía cuando le dije que te conocía –Dice Ryan mirándome victorioso-

El chico voltea a verlo y escucho como ríe ¡Suena sexy, Dios!

-Te lo dije, Emily –Me dice Ryan sonriéndome orgulloso-

Ruedo mis ojos rápido y miro al chico varios segundos, le sonrío rápido ¿Yo sonriéndoles a las personas? Algo malo está sucediendo conmigo.

El chico voltea a verme y me sonríe. ¡Qué hermosa sonrisa!.

-He escuchado mucho de ti, Emily –Me mira atentamente-

Lo miro y siento nervios ¿Ryan le ha hablado de mí?  Y ¿Desde cuándo siento nervios por un chico? Las palabras no salen de mi boca, me cuesta articular cualquier sonido. Mi respiración se agita, trato de controlarla.

-¡Qué bien! El famoso Justin Bieber sabe que existo –Digo con sarcasmo-

La sonrisa desaparece de su cara. El ambiente queda en silencio varios segundos. Veo cuando Ryan le da una palmada al chico en el hombro lo que hace que voltee. Él le hace señas con sus manos como diciéndole que estoy loca. Bajo mis piernas de la butaca cuidando de no golpearme el pie. Me paro y paso por el frente del chico ¿Debería llamarlo por su nombre? Antes de poder irme de su alcance toma mi mano. Mi corazón se acelera. Lo miro. Él hace como si fuera a decirme algo pero no lo dice. Suelta mi mano y continúo caminando lento, cojeando. Siento las miradas de los dos encima de mí. Llego al ascensor, presiono el botón y espero a que llegue. Dirijo mi vista a ellos que ahora hablan, solo pocas palabras llegan a mis oídos.

Las puertas frente a mí se abren y paso, marco el piso, pero antes de que las puertas se cierren el chico las para y detrás de él viene Ryan. Ambos entran, me acomodo en una esquina. El chico marca su piso. Sin dirigirnos palabra alguna el ascensor sube en silencio. Las puertas se abren y el chico sale. Se despide de Ryan y me da una mirada rápida. Las puertas vuelven a cerrarse y subimos un piso más, vuelven a abrirse y salgo de primero. Trato de llegar a la puerta de mi habitación. Ya siento la sangre en mi pie y pequeñas pero dolorosas puntadas. Saco la tarjeta de mi bolsillo del short y siento una mano en mi espalda. 

-¿Emily…?

-¿Qué? -Digo sin verlo-

-¿Puedes ser menos ruda con las personas? –Me dice serio ¿Está bravo?- Te podría sorprender el cambio.

Escucho sus pasos y se acerca a su puerta. Ambos nos miramos. La verdad no sé qué pensar… quizás tenga razón pero ¿Y si no? ¿Lo intento?.

-Buenas noches –Me dice-

Le sonrío y entro a la habitación.
*** 

-Debemos salir por la puerta de atrás –Dice Ryan- Es solo para evitar lo de ayer –Me mira-

Desvío mi mirada de él y me concentro en la curita de mi pie. Esta vez no llevo zapatos altos, son unas zapatillas color negro. Mi ropa consta de un vestido rosa viejo un poco holgado, un cinturón negro a mi cintura, dos pulseras en la mano derecha color dorado y con varios detalles de diamantes, falsos cabe destacar. Un collar fino, muy fino, con un pequeño diamante de accesorio, da la impresión del que el diamante está pegado a mi piel de lo delgado del collar. Esta vez mi cabello va medio recogido, todo a un lado y por supuesto una chaqueta corta color blanco.

Como dijo Ryan salimos por detrás del hotel, aún hay chicas en la entrada de este. Nos montamos en la vans y partimos a la Universidad de Atlanta. Esta vez, todos los productos eran entre cámaras de videos, cámaras fotográficas y consolas de Dj. 

Cada vez quedo más fascinada con cada una de las exposiciones. ¡Amo la tecnología!. En cada exposición tomo más de 15 fotos. ¡Esto es lo mío!.

Ryan no me ha dirigido la palabra hoy y no entiendo porque me preocupo por eso. ¿Será que quiero que me hable? En fin. Entre comida, bebidas y la tecnología se fue el tiempo. Ya eran las 5:43pm. 

La primera en salir, por supuesto, fui yo. Entro a la vans y espero que lleguen los demás. Mi mente empieza a funcionar y lo primero que pienso es sobre el chico de ayer y la “conversación” ¿Por qué sentí tantos nervios? No soy chica de sentir nervios delante de un chico ¿Será porque solo es famoso? ¿Debería darme una oportunidad? No, claro que no. No cambiaré por un chico. ¿Ryan tendrá razón? ¿Ser menos ruda y sorprenderme por el cambio? ¿Existirá el cambio?.

-Muerdes tu labio… Como desearía poder saber lo que piensas, Emily –Me dice Ryan sacándome de mis pensamientos-

Lo miro y suelto mi labio, de nuevo no sabía que lo hacía. Le sonrío.

-Deberías sonreír más, Emily. Tienes una hermosa sonrisa ¿Lo sabías? –Me mira detalladamente-

Niego.

-Pues ya lo sabes, entonces –Me sonríe y dirige su mirada hacia adelante-

¡Eh…! Segunda vez que me sonrojo.

La vans arranca y salimos de la Universidad. Hay algo de tráfico por lo que tardamos en llegar al hotel. Ryan no me habló más desde que salimos del festival. Veo los carros que pasan por nuestro lado, personas caminando por la acera y muchos semáforos, para ser precisa, seis en total. Giramos en una esquina y nos dirigimos a la parte de atrás del hotel, nos bajamos y entramos sin complicaciones.
*** 

-Buenas noches chicas –Dice Laura-

Ya es de noche. Después de llegar del festival no hice nada, aparte de llegar a la habitación y acostarme en mi “cama” cuando sentía que el pie en donde me habían pisado en algún momento me explotaría. Las chicas, al contrario, al  llegar al hotel subieron a la habitación, buscaron sus trajes de baño y salieron a la piscina. Laura dijo que iría a buscar la habitación donde se encontrara Justin Bieber ¡Totalmente estúpido!.

Ya nos encontrábamos las cuatro en la habitación. Payton y Laura en una cama y Stephanie sola en una. Dirijo mi vista al reloj de la pared, 11:45pm.

-Buenas noches –Contestan las chicas-

No soy de mucho hablar en las noches y bueno… tampoco quiero ser mal educada así que me veo en la obligación de contestar.

-Buenas noches –Digo bajo-

No oigo respuesta alguna. 

De las cortas conversaciones que he podido escuchar entre ellas, en verdad no son tan vacías. Hablan cosas coherentes e interesantes. No he hablado con ellas pero se nota que son grandes amigas… o compañeras por lo menos.

Esta vez no tengo la diaria conversación con el techo. Simplemente cierro mis ojos y la oscuridad me rodea.
***  

-Solo haz las cosas que te diga –Me dice un hombre, creo que el mismo de la otra vez-

Coloca la pistola, que lleva en su mano, en la cama. Asiento con lágrimas en mis ojos. Se quita el pantalón y queda en bóxer. Con una navaja que se encuentra apoyada en el piso, corta la cinta que amarra mis manos. Sobo mis muñecas. Lo miro, él me mira con… ¿deseo?.

-Levántate de la cama –Me ordena. Lo hago-

Quedo en frente de él. Tiemblo como un perro después de mojarse. Veo la pistola en la cama y doy instintivamente un paso hacia atrás. Me abrazo. Él hombre me mira y sonríe asquerosamente.

-Quítate la camisa –Dice-

Niego. Lágrimas caen por mis mejillas desesperadamente. El hombre se me acerca y me abraza. Cierro mis ojos y trato de ni siquiera tocarlo, aunque bueno… es casi imposible. Es de contextura gruesa y asquerosa, pareciera que tuviera tres días sin bañarse. Me aferra a su cuerpo y trato de alejarme de él.

-Haz lo que digo o serás tú la próxima en morir –Me dice con voz ronca al oído-

Sollozo y dejo que el aire salga descontroladamente por mi boca. Las lágrimas aún no han parado de salir. Doy un paso más hacia atrás para tratar de alejarme del hombre. Él se separa de mí.

-Ahora… quítate la camisa –Dice de nuevo tranquilo-

Lo miro y niego de nuevo. Él hombre empuña la navaja y doy un paso más hacia atrás, él lo hace hacia adelante. 

-Hazlo –Me reclama-

Pienso antes de reaccionar. No puedo salir corriendo, me atajará y me causaré más dolor, pero si logro salir y buscar al chico… oh espera… ¿Sigue vivo?... oh… claro el chico es Justin Bieber. ¿Qué pasa?.

-Así es nena. Morderte el labio te hace deseable. –Dice el hombre con voz ronca-

Suelto mi labio y él se acerca a mí. Doy un paso hacia atrás y choco con la pared, me pego a ella lo más que puedo. ¿Salgo corriendo?.

-No me hagas repetirlo de nuevo y quítate la camisa –Dice-

Lo miro con lágrimas en mis ojos desafiándolo. Agarro el ruedo de la camisa y la saco por arriba de mi cabeza; ahora estoy nada más que con el sujetador. Llevo mi pantalón desabrochado, acción que hizo el hombre antes de soltar mis manos. 

-Bien. Ahora suéltate el pelo –Dice con algún sentimiento, que no puedo descubrir, en sus ojos-

Llevo una cola, así que sin pensarlo me quito la cola rápido. La tiro en la cama y salgo corriendo hacía la puerta. Él hombre me sigue corriendo atrás de mí. Paso por el pasillo por donde ya había pasado antes de llegar a la habitación. Hay muchas puertas y están cerradas. Llego a la habitación central donde se suponía que debía estar el chico pero no lo encuentro por ningún lado. Veo hacia atrás y el hombre viene con la pistola en la mano. Entro en pánico, busco alguna salida. No encuentro la puerta de salida así que opto por esconderme detrás de unas tuberías que se encuentran en el lugar. El hombre llega a la habitación. Ríe. Luego de varios segundos parado con la respiración agitada pasa la punta del cuchillo por algo de metal que hace que suene ensordecedor. Frunzo el ceño y tapo mis oídos; ese sonido me da dentera.

-Sal. No hagas las cosas difíciles –Dice serio y bravo- Hiciste una tontería. Ahora te dolerá… mucho –Ríe-

Cierro mis ojos y trato de calmar mi respiración. La puerta se abre y entra un hombre. Dirijo mi vista hacía él.

-¡Jefe…! ¿Qué hace aquí? ¿Y la chica?.

-Cállate, Lorenzo. Está por aquí, lo sé.

-¿No habrá salido? –Suena desesperado-

El hombre lo mira y se devuelve por el pasillo. El otro hombre, Lorenzo, lo mira y ve hacía varias partes; buscándome. Se acerca hasta donde estoy pero no me ve. El primer hombre sale con el pantalón puesto, le hace una seña a Lorenzo. Empuñan sus armas y ambos salen.

Una vez que me siento segura, salgo de mi escondite. Seco mis lágrimas y me acerco a la puerta. ¿Debo dejar al chico? ¿Debo dejar a Justin? ¿Qué tengo con él? ¿Por qué me importa tanto?.

Me devuelvo al pasillo y paso puerta por puerta, procurando que nadie me vea. Después de abrir cinco me doy cuenta que estoy sola en esa… ¿casa?. Me dirijo a la última puerta  y la abro con cuidado. Ahí está el chico; golpeado, atado, con los ojos vendados, sucio, con mucha sangre en su ropa y rostro. Me acerco a él cuidadosamente, no logro ver bien si respira o no. Apoyo mi mano en su pecho y si, si lo hace. Suspiro con alivio y quito la venda de sus ojos. Él me mira débil. Mirada que, siendo sincera me transmitió muchas cosas, entre ellas amor, desesperación, confusión, debilidad pero sobre todo miedo, mucho miedo. De mis ojos caen varias lágrimas. Me paro y busco algo para cortar la cinta de sus manos. Me acerco a un escritorio que tiene todo tipo de arma ¿Lo torturaron?. ¡Oh Dios!. Veo una tijera de césped y la agarro, me acerco al chico y corto la cinta de sus manos. Él apenas se mueve. Escucho varios pasos afuera y me tenso. Miro a todas partes y arrastro al chico a un lugar oculto. Los dos esperamos allí. Los pasos terminan. Veo al chico y está inconsciente. ¡Oh no!. Acerco mi oído a su boca para saber si respira o no, lo hace, aún está vivo. En una esquina hay un filtro de agua. Me acerco a él, sin hacer sonido alguno y en un vaso de metal que está encima del pote le llevo agua al chico. Se la doy y mojo un poco su cara para limpiarle la sangre. Mojo su cabello, sus labios, sus mejillas. Él abre los ojos lentamente y me queda mirando. Lo miro esperando alguna reacción. Él se acomoda. Luce un poco mejor. De nuevo escucho pasos afuera y quedo en silencio. Le hago una seña al chico y enseguida la puerta se abre.

-¡Maldita seas! ¿En dónde carajos te metiste? –Dice el hombre, Lorenzo es su nombre-

Trato de calmar mi respiración y mis latidos del corazón. El hombre empieza revisar en todas partes y cuando ya está por acercarse a nosotros siento pánico. Miro al chico que me mira asustado también y salgo. Lo miro desafiante, él hace lo mismo.

-Con que aquí estás, pequeña jodida descarada-

Le sonrío con sarcasmo.

Salgo del escondite, solo para que no encuentren al chico. Siento que él toca mi tobillo, pero igual sigo caminando. 

-Bueno, después de todo el jefe tendrá su diversión… ¿O no? Pueda que sea yo –Dice sonriéndome maliciosamente-

Quedo en shock y trato de que las lágrimas no salgan. El hombre se acerca a mí rápido y me jala del cabello. Gimo bajo.

-El jefe no tendrá piedad de ti ahora, y yo… pueda que tampoco –Me acerca a su cuerpo y con una navaja que saca de su bolsillo la coloca encima de mi garganta-

Trato de zafarme de su agarre pero es imposible. Empiezo a llorar. El hombre empieza por tocar mis senos, ya que me encuentro en bracier. Ahogo un grito. Si hago ruido los demás sabrán que estamos aquí y será peor el panorama.

A golpes, el hombre vuelve a amarrar mis manos, esta vez con un mecate y los brazos por  delante. Me saca de  ahí y me lleva otra vez a la habitación de la cama y la cámara. Mi corazón se encoge de nuevo.

-¡Por Favor! -Digo desesperada-

-¡Callate!

Quita su camisa y su pantalón. Queda en bóxer. Deja todas sus armas en el piso. Yo lo miro aterrada aun de pie. El hombre se acerca a mí.

-Acuéstate –Me ordena-

Pienso antes de hacerlo pero al final lo hago. Desata el nudo del mecate que amarra mis manos. Estoy libre.

-Quítate el pantalón.

Sollozo y suspiro. Lo miro y niego. Él me sonríe descaradamente y niega chasqueando su lengua. Las lágrimas salen. Lo hago, ahora solo estoy en ropa interior.

-Muy buena chica –Dice el hombre- Nunca dudé de que tendrías un buen cuerpo –Me mira con… ¿deseo?- Párate y date la vuelta- Me ordena-

Lo hago. El hombre se acerca a mí, tanto que queda pegado a mi espalda. Pone sus manos abiertas en mi culo y empieza a masajearlo. Cierro mis ojos y sollozo. Las lágrimas caen descontroladamente. Me abrazo.

-Baja los brazos –Me dice-

Lo hago y doy un rápido vistazo al piso, donde están todas sus armas, la navaja es la más cercana a mi pie.

El hombre pasa sus manos por debajo de mis axilas y me toca asquerosamente los senos de nuevo. Baja despacio sus manos por mi abdomen e instintivamente me alejo de él. Me da asco. Cierro mis ojos y espero. Escucho como el hombre se ríe y camina, de nuevo, hacía a mí; se pega a mi espalda. Siento su erección contra la parte baja de mi espalda; él es mucho más alto que yo. Coloca sus manos en mi cadera y trato de concentrarme en agarrar la navaja del piso. Quizá me golpeé por lo que haré.

Me volteo, él sonríe. Me arrodillo y quedo a nivel de su miembro. Agarra mi cabeza y gime, aprovecho a tomar la navaja del piso. 

-Así me gusta –Dice con voz ronca-

Se baja a mi nivel y toma mi cabeza con fuerza y junta nuestros labios. No los aceptos. Intento apartar mi cabeza. Empuño la navaja y le hago un corte en el pecho. Se aleja de mí. Luce desorientado.

-¡Maldita perra! –Grita-

Veo la navaja en mis manos y la agarro con fuerza. Lo miro. Está en shock. Me levanto del suelo y agarro mis pantalones. El hombre me mira.

-¡Maldita puta!

Se levanta del piso y ahora su tamaño me intimida. Se acerca a mí rápido y queda abrazado a mí. Escucho su respiración ahogada en mi oído. Lo aparto lentamente y cae en la cama con la navaja incrustada en su pecho. ¡Maté a alguien! ¡Oh no!. Quedo en shock y respiro entre cortado mientras las lágrimas salen de mis ojos. Mi mano está llena de sangre. Veo hacia el piso y también hay sangre. Agarro el pantalón  y continuo a ponérmelo, agarro rápido mi camisa y me la coloco rápidamente. Camino de espalda hacia la puerta cuidando de que el hombre no se pare pero antes de llegar a la puerta, alguien la abre y quedo tiesa.

-¡Emily, despiértate! –Es Stephanie-

Sufro para abrir mis ojos pero una vez que lo logro trato de acostumbrarme a la luz. ¿Todo ha sido un sueño?.
 









#Capitulo7

-¿No piensas ir de nuevo? –Me pregunta

La miro con atención, cayendo en cuenta de la realidad. Pestañeo y me acomodo para sentarme. Stephanie gira los ojos y sigue arreglando su cabello. Ya las tres están casi listas. Veo la hora en el reloj, 7:45am ¡Mierda, es tarde! Quizá no llegue a tiempo para  irme con ellos en la vans. Me paro del sillón y busco mi toalla en mi bolso. Entro al baño que está desocupado y para ahorrar tiempo entro a la ducha con el cepillo de dientes. Escucho la puerta cerrarse y un silencio inmenso en la habitación. Me doy prisa en darme una ducha rápida. Salgo, me seco y salgo del baño. Busco mi ropa interior a juego, me la coloco. Me visto; un pantalón de vestir naranja suave, una camisa blanca mangas tres cuartos, elegante con un corte en v, zapatos bajos negros, por mi herida y una chaqueta de cuero falso, negra. De accesorios un relicario de oro; era de mi madre, sin pulseras ni anillos. Mi cabello va suelto y alborotado. ¿Cuánto me pude haber tardado? No mucho. Veo la hora son las 8:15am ¡Oh oh!. Agarro mi teléfono y lo guardo en el bolsillo de la chaqueta. Busco mi tarjeta de entrada y salida y salgo de la habitación rápido, bueno, lo más rápido que mi pie izquierdo me lo permite. Me acerco al ascensor y presiono desesperadamente el botón. Llega, me subo y presiono el piso a donde me dirijo. Las puertas se cierran y muevo impacientemente mi pierna derecha haciendo pequeños golpes con el pie contra el piso. El ascensor se detiene en el piso de abajo. Sé que ese piso está reservado solo para Justin Bieber y su equipo. Se abren las puertas y el mismo chico que me encontré la otra noche, sube al ascensor, esta vez vestido mucho mejor, con sus manos metidas en los bolsillos y su cabeza baja. Lo miro con atención y cuando me doy cuenta de que tengo la boca semi abierta, quito mi mirada de encima de él.

El chico levanta su cabeza y me mira, yo trato de esquivar su mirada. El ambiente queda en silencio. Queda mirándome por varios segundos y luego dirige su mirada al frente. Veo hacía la pequeña pantalla del ascensor y marca el piso número 10  ¿¡Puede bajar esto más lento!? Me siento… rara. No sé qué pasa conmigo. No soy de sentir nervios delante de un chico o… cualquiera.

No puedo evitar darle un vistazo rápido; un pantalón negro por la mitad de su trasero,  una camisa corte polo color blanco, zapatos marca supras; iguales que los de Ryan, de color negro con rojo y una chaqueta de blue jean. Un caro reloj en su mano izquierda; es surdo supongo, y dos cadenas de oro de muchos quilates. Su cabello lo lleva peinado hacía arriba, como la noche anterior. Mi corazón se acelera y empiezo a sentir… algo en mi estómago. Veo de nuevo hacia la pantalla y marca piso uno. Por fin las puertas se abren y salgo rápido y me dirijo a la puerta principal. Salgo y varias chicas empiezan a gritar y agitar sus carteles, las ignoro y salgo del techo de la entrada del hotel. Busco la vans por todos lados con mi mirada pero no la encuentro. Me regaño mentalmente y enseguida mi teléfono vibra, lo saco; es un mensaje y dice:

Número Desconocido
8:15am
Para: Emily Tood

“Esta vez no fuiste al bar, no te vi entrar allí, ¿Qué te pasó?”


Supuse que era de Ryan. Ruedo mis ojos y me acerco a un banco que se encuentra a un lado del hotel, me siento. Guardo su número y contesto.

Emily Tood
8:17am
Para: Intenso

“¡Deja de seguirme por favor! Solo me quedé dormida”


Quito mi mirada de la pantalla y la dirijo al grupo muy grande de chicas gritonas que se encuentran en las afueras del hotel. Siguen agitando sus pancartas y gritan canciones y consignas para el cantante. Empiezan a gritar fuerte y los de seguridad salen  a trabar las puertas. Mi teléfono vibra y lo busco, leo el mensaje:

Ryan Butler
8:19am
Para: Una Amiga

“Me gusta pasar tiempo contigo, sin ti. Bueno, tendré que ir a despertarte mañana, entonces…”

¡Le gusta pasar tiempo conmigo, sin mí! Eso es… ¿extraño? Pero debo admitir que me está gustando pasar tiempo con él, sin él. Sonrío al ver el mensaje y no contesto. Guardo mi teléfono y dirijo mi vista a la curita de mi pie. Suspiro aburrida. Miro hacia el frente y decido entrar. Miro la entrada del hotel y niego con mi cabeza. Me paro y empiezo a caminar para la parte de atrás del hotel, me acerco a la puerta y la abro. Entro.

Llego al lobi y saludo amablemente a los botones, entro al ascensor, marco el piso y antes de que las puertas se cierren por completo el mismo chico vuelve a trancarlas. ¡No!. Estás se abren y él pasa. Me sonríe, yo solo trato de mantenerme en mi lado. El chico se acerca solo para marcar el número de su piso. Mi corazón se acelera y su olor de perfume me envuelve completamente ¡Huele a hombre!, Ralpf Lauren. Se regresa a su lado y ambos esperamos en silencio. Siento su mirada encima de mí, me mira de reojo. Me sonrojo… Espera, espera… ¿yo? ¿Sonrojándome? Me vendría bien un buen regaño.

El chico me mira por fin.

-Creo que empezamos mal –Me sonríe ampliamente-

Lo miro sorprendida y niego con orgullo.

-Mmm… no, creo que no.

Su sonrisa desaparece. Nos quedamos mirando varios segundos. Me tiende la mano.

-Justin –Espera a que la agarre-

Miro su mano y una lucha interna empieza. ¿Por qué tanto interés? ¡Qué las personas no pueden vivir sus vidas sin meterse en la mía! ¡Qué desesperación!... él es famoso, me dice una voz interna, lo sé pero que tiene que ver, igual sigue siendo una persona normal y muy desconocida para mí. Emily… las chicas de afuera matarían por estar en tu lugar ahora ¿Qué te pasa? Reacciona. Toma su mano. No, no lo haré… Bueno, sí.

Miro a sus ojos, luce impaciente. Me doy cuenta que muerdo mi labio y lo suelto. Vuelvo a mirar su mano y la acepto.

-Emily –Digo-

Él me sonríe de medio lado y ambos estrechamos nuestras manos. Un escalofrío y una corriente súper rápida me recorren el cuerpo. Nos miramos directamente a los ojos de cada uno. Quedo hipnotizada con su mirada. Reacciono y suelto su mano despacio ¿Qué pasa conmigo? Me encanta el efecto que tiene este chico sobre mí, cuando llegue a mi habitación, buscaré sobre él.

-Lindo nombre –Dice sonriéndome-

Le sonrío rápido y gracias a una fuerza mágica las puertas del ascensor se abren. Estamos en su piso. Sale pero antes de irse se voltea y tranca la puerta.

-¿Quieres acompañarme? –Me mira tímido-

Abro mis ojos ¿Qué?

-¿Emily…?

¿Acepto o no? ¿Qué hago?

 -No te haré daño –Me sonríe de medio lado-

Asiento lento y me propongo a salir del ascensor ¿Qué hago, por qué reacciono así?

-Está bien –Digo-

¿Eso acaba de salir de mi boca? No, no, no…

El chico me sonríe y empezamos a caminar por el pasillo. Vamos uno al lado del otro, caminamos lento, quizá él siguiéndome el paso y yo con una guerra interna de pensamientos. Llegamos a una puerta y busca su tarjeta para poder abrirla, lo hace y me da paso para que entre de primero. ¡Una suite! ¡Uau, es increíble! Me quedo a un lado de la puerta una vez que entro y espero a que él lo haga.

-Pasa. Sin pena –Dice sonriéndome haciendo un gesto para sentarme en un sillón como en el que duermo-

Camino y me siento. Él camina hacía la pequeña cocina que está a varios metros de distancia.

-¿Quieres algo de tomar? –Me mira con atención-

-Soda, por favor.

¿Eso salió de mi boca?. Me sonríe y lo busca en el mini bar. Se acerca a mí y me la entrega, él queda con otra en su mano. La abro. Se sienta a mi lado y mi corazón empieza a latir rápido. Tomo un sorbo.

-¿Cuántos años tienes, Emily? –Me mira atentamente-

-Dieciocho –Lo miro- ¿y tú?

-Diecinueve –Asiente y ambos miramos hacia al frente-

-Bien –Digo bajo-

-¿De dónde eres? –Digo acomodándome en el sillón-

Veo que frunce el ceño y continúa a acomodarse él también.

-De Canadá, ¿Tú?

-Igual –Digo rápido-

Frunce el ceño y me mira.

-Creo que esa parte de la historia no es así.

¿Cómo sabe que no soy de Cana…? ¡Ah… ya. Ryan! Ruedo mis ojos y me acomodo mejor.

-De Manhattan.

Él asiente, me mira y sonríe. El ambiente queda en silencio y empiezo a sentirme incómoda.

-Sabes, ha sido genial conocerte y tomar una soda contigo y todo eso, pero tengo que irme, la verdad –Me paro del sillón-

-No tienes nada que hacer, Emily –Me mira desesperado y se pone de pie-

-De hecho, tengo un día muy ocupado… Justin –Se me hace raro llamarlo por su nombre-

-¿Qué harás? ¿Puedo acompañarte? –Pregunta rápido-

-Mmm… tengo… una cita. Sí… con mi baño–Digo Rápido-

Fue lo primero que se me ocurrió. Entré en pánico. Coloco la soda en la mesa de la cocina y me dirijo a la puerta.

-¿El baño? –Me mira burlón-

Ruedo mis ojos aunque él no me ve.

-Sí. Ahora, si me disculpas –Intento abrir la puerta pero está cerrada con seguro-

Muevo varias veces la perilla y me desespero. Estoy entrando en pánico, de nuevo.

-Sé que perdiste la vans y también sé que no harás nada el resto del día a no ser, esconderte en la azotea, tomando en cuenta que no se puede ir allí, a leer un libro de sexo…

¿!Qué carajo!? Me volteo despacio para verlo. Nos miramos.

-Vamos, quédate. Hablemos… -Me sonríe de medio lado-

¡Ay Dios! Si no es Ryan es él. ¡Qué he hecho para merecer esto!

-¿Así conquistas a las chicas? ¿Investigándolas y acosándolas? Pues déjame decirte que yo no sé nada de ti y tu no deberías saber nada de mí -Digo calmada aunque por dentro estoy que exploto- Ahora, por favor abre la puerta. –Me abrazo-

Rueda sus ojos y mete sus manos en sus bolsillos. Lame sus labios y ¡Se ve extremadamente sexy cuando hace eso! La pequeña diva dentro de mí me mira pícara.

-¿Qué te pasó en el pie? –Me dice esquivando el tema-

Miro mi pie y levanto mis hombros.

-Nada

-¿Quién te maltrató?

Niego

-¿Quién?

-Nadie, está bien. Ahora, por favor Justin, abre la puerta –Suspiro cansada-

-Emily…

Ruedo mis ojos y me acerco a él. Mi corazón se acelera. Él ha guardado la tarjeta en su bolsillo del pantalón y voy dispuesta a quitarle esa tarjeta.

Me acerco tanto a él que quedamos con las caras a pocos centímetros, un movimiento en falso y nuestros labios chocarían. Él es más alto que yo por lo que tengo que mirar hacia arriba. Apoyo mi mano en su pecho e instintivamente él lame sus labios. Siento cada uno de sus cuadros abdominales. La pequeña diva está teniendo una convulsión de sensaciones. Lentamente voy bajando la mano hasta que me encuentro con su cinturón, dejo de tocarlo y paso mi mano por entre su brazo hasta su espalda. Busco su bolsillo. No he quitado mi mirada de la suya. Sus ojos, antes marrones claros, ahora son oscuros. Meto la mano en el bolsillo y lentamente saco la tarjeta. Le sonrío y él a mí. Me separo rápido de él y me doy la media vuelta. Sonrío orgullosa.
Me paro enfrente de la puerta y deslizo la tarjeta, la abro. Me volteo y le sonrío.

-Gracias por la soda –digo-

Lanzo la tarjeta al sillón y me propongo a salir de allí. La pequeña diva dentro de mi cabeza me mira boca abierta. ¡Lo sé, primera vez que hago eso! Subo al ascensor y esta vez, gracias a una fuerza mágica en menos de diez segundos ya estoy en mi piso. Llego a la habitación, cierro la puerta y me aseguro de que nadie esté adentro, reviso con mi mirada. Tengo el corazón a mil por segundo. Siento una extraña sensación de satisfacción. Necesito aíre. Apoyo mis manos en las rodillas y tomo aíre. ¡No puedo creer lo que hice!.
*** 

¡Maldito sea Cristian Grey! ¿!Cómo carajos se le ocurre hacerle eso a Ana¡? ¿Por qué tiene que tener tantas sombras? ¡Ana, Maldita, lo dejaste! ¡Tú querías que te azotara! ¿Por qué tiene que ser tan deseable? Sus sombras son las que lo hacen irresistible. ¡Necesito un Christian Grey en mí vida!.

Me encuentro en el sillón donde duermo. Ya terminé de leer el libro, solo en cuatro días. Esto es como una droga, necesito el segundo.

Después de calmar mi respiración y controlar mi cuerpo me cambié de ropa, ahora solo tengo un short de blue jean, un top negro y una camisa a juego que deja ver todos mis brazos y los lados de mi torso.

Me impaciento con los pensamientos que llegan a mí después de terminar de leer el libro. Duro alrededor de diez minutos acostada y decido sentarme, veo la hora; son las 12pm. Suspiro y dirijo mi vista al celular, lo tomo y decido llamar a mi abuelo.

Uno, dos, tres timbres y contesta.

-Hola –Sonrío-

-Hola, corazón. ¿Cómo has estado? –Lo oigo sonreír-

-Bien ¿Y ustedes?

-Todo bien. ¿Cómo te ha ido en el viaje? ¿Todo bien hasta ahora?.

-Genial. Sí… ¿Cómo está la abuela?

-Mmm… -Quedamos en silencio- La enfermedad está avanzando rápido, Emily. Eso me preocupa. No te tengo aquí conmigo… 

-Debes ser fuerte ¿Sí? Por la abuela… por ti. -Lo interrumpo-

Me paro del sillón y me dirijo al balcón a ver hacia la piscina; varias personas se encuentran en ella.

-Ok. –Dice mi abuelo. Suspira-

-Pronto estaré allá ¿Si? no te preocupes –Digo viendo a todas partes-

Mi abuelo responde y a los pocos segundos cuelgo la llamada. Suspiro preocupada y me apoyo en la baranda. Apoyo mi cabeza entre mis manos y duro varios segundos pensando, luego subo mi mirada y veo el agua de la piscina. Decido ir a mojar mis penas.

Entro a la habitación, me dirijo a mi maleta y saco el traje de baño; de color azul turquesa con delicados detalles en dorado. Voy al baño, me cambio y vuelvo a salir. Veo la curita de mi pie y la quito delicadamente, boto el adhesivo. Me coloco la misma ropa encima, agarro una toalla y mi teléfono. Salgo de la habitación y a los pocos segundos ya estoy en la zona de la piscina.

Busco con mi mirada alguna butaca libre, la encuentro. Me acerco y me siento. Espero que la mayoría de las personas se vayan y quito mi camisa, quedando solo en short y obvio, en traje de baño. Me acomodo mejor en la butaca y dejo que el sol penetre mi piel.

Ya hay solo una pareja en la piscina. Me propongo a entrar al agua. Me quito el short y camino hasta la orilla. Veo la pareja y están besándose en una esquina de la piscina. Bajo mi mirada al agua y salto a ella. ¡Está fría! Duro varios segundos para poder acostumbrarme. Después de varios minutos veo a la pareja salir quedándome con la piscina para mí sola. Juego con el agua y nado de un lado a otro. Me hundo en el agua y al sacar mi cabeza para llenar mis pulmones de aire abro mis ojos ya en la superficie y veo una toalla al lado de la mía, busco con mi mirada a alguien que se encuentre en la zona de la piscina, pero no hay nadie.  Seco el agua de mis ojos y me pongo a flotar…Varios segundos después siento unas manos en mi espalda. Abro mis ojos y veo a Justin sonriéndome. Me coloco de pie y trato de alejarme de él. 




ESPERO LES HAYA GUSTADO ;) GRACIAS POR LEER. TRATARE DE SUBIR MÁS SEGUIDO ANTES DE IRME DE VIAJE. GRACIAS POR NO DEJARME, DE VERDAD, SON GRANDES. MILES Y MILES Y MILLONES DE GRACIAS, CUANDO SAQUE MI LIBRO SE LOS REGLARÉ. 

PD: Recuerden que no tengo internet en mi casa por eso tardo tanto en subir.