Capítulo final 


Parte II





Apreté mis dientes y cerré mis ojos. Por favor que sea un sueño. Rogué. Esto no podía ser cierto. Era demasiado.







-¿Sorprendida mi pequeña ____?







Daimon sonrió. Mire a todos los que se encontraban allí. Para ver a quien más reconocía. Y los únicos que estaban allí ahora eran mi madre, Tommy la directora Montgomery. Justin, Daimon y yo. Nadie más. Todos las demás personas habían desaparecido. Mi madre seguía esposada. Pero esta tenía sus ojos cerrados.








-Si me das ahora mismo tus poderes, salvaras a tu querido novio y quizás a tu madre. Ahora esta hechizada. No puede hablar, ni moverse. Es como si estuviera dormida –dijo burlón







Trague saliva.






-Déjalo ir a él y lo hare, lo juro. 







-¿Y piensas que te creeré? ¿Con lo que hiciste hace minutos? ¿Lanzarme contra un árbol? ¿A caso no sabes cuan poderosa eres? Eres la elegida y puedes hacer cualquier cosa, lástima que no sepas como usar tu magia  y la desaprovechas de esa manera –sonrió







-Despierta a mi madre al menos –susurre








Estaba cansada. Esto era demasiado para mí. Necesitaba a Demetria. Ahora. Cerré mis ojos con fuerzas. Me sentía tan cansada.






-Lucharemos –dijo con voz ronca






Abrí los ojos rápidamente. Parpadeando.






-¿Qué?






-Ya escuchaste lucharemos –sonrió –Si gano, me llevare tus poderes y a tu madre. 





-¿Y si pierdes?






-morirán de igual manera –sonrió.






-Eso no es justo –grite







-Nada en esta vida es justo mi querida ___ -respondió Montgomery






-Usted… -la señale –es una perra. ¿Cómo pudo engañarme de esa manera?







-A mi no me insultes niñita malcriada –enfadada dio paso hacia mi –puedo destruirte fácilmente si quiero







-Pero no lo harás –respondió Tommy







-No puedo creer que aun la quieras, por dios, ella no daría su vida por ti. No te quiere ¿a caso es difícil de entender? –le grito Montgomery a su hijo. Aun me costaba creer que era “su hijo”.









-Cállate madre –advirtió







-¡NO! –grito 





-Magdalene, por favor cálmate –dijo Daimon con paciencia –Deja al chico tranquilo ya






-Pero señor…






El la miro con advertencia y luego la directora Montgomery dio un paso atrás. Apretó la mandíbula y me miro mal. ¿Su nombre era Magdalene? ¿Su verdadero nombre?. Pensé que ni nombre tenia. ¡Dios!.






Bueno todos deberían tener un nombre.







Di paso hacia delante. Tenía que ser fuerte. Debía derrotar a Daimon. Debía salvar a Justin. Debía salvar a mi madre. La directora  Montgomery mejor conocida como “Magdalene” volvió a colocarse su capucha.







-señor ¿Por qué no deja que yo luche con ella primero? –dijo magdalena y yo la mire anonadada ¿luchar con la directora? Oh dios mío. ¿a caso esto podía empeorar?






-buena idea –dijo Daimon sonriente y dio varios pasos atrás






Magdalene se puso en posición, yo no sabía qué hacer. ¿Qué debía hacer? Estaba aterrada como la mierda. Justin estaba inconsciente. Y yo quería que lo despertara. Mi madre dormía, no podía observarme. Tommy no dijo ni hizo nada para ayudarme. ¿y decía amarme?. Daimon estaba feliz con la idea. Y la directora mejor dicho Magdalene me miraba con odio y sus ojos brillaban.







Oh. Mi.






Ella dijo una palabra y escuche que alguien gritaba mi nombre. Caí al suelo inmediatamente y sentí que un dolor abrazaba todo mi cuerpo como si me hubiesen dado diferentes puñetazos por todo mi cuerpo. Mi cara empezó a arder.






Mierda.









Mire hacia Magdalene pestañeando. Ella había lanzado un hechizó hacia mí. Esto era tan extraño. Nunca en mi vida me hubiese imaginado nada de esto. Oh dios.






Jadee y me levante. Esta vez  Magdalene lanzo otro hechizo pero no se que rayos hice que ella cayó al suelo con un fuerte golpe. Se levanto rápidamente y volvió a lanzar otro hechizo el cual yo esquive. Sabía lo que tenía que hacer. Era como si mi cuerpo actuara por sí solo.







No se por cuanto tiempo estuvimos así, pero yo había esquivado la mayoría de sus hechizos y había lanzado algunos cuantos que habían dado en el blanco. Ahora Magdalene estaba en el suelo, tirada jadeando, con lodo por todo su cuerpo y me miraba enfadada.







Yo no sabía de dónde rayos había sacado esas habilidades y como rayos logre esquivar todo y cada uno de esos hechizos.







Pero de repente ella se levanto furiosa y dijo algo, algún hechizó que yo conocía bastante bien. Demetria me lo había enseñado. Y ella ahora mismo estaba citando las frases para hacer el hechizo. Daimon grito y Tommy también lo hizo. Pero sus gritos los escuche lejos, mientras la miraba. Ella estaba haciendo el hechizo  de la muerte e iba a lanzarlo hacia mí. Tenía una daga en su mano. Ella la lanzo en mi dirección con agilidad.







-¡Madre NO! –grito alguien 







Alguien se interpuso en el camino. Y antes de que pudiera reaccionar un cuerpo cayó al suelo, inerte. Un grito ahogado. Me quede paralizada. Oh dios. No podía moverme. No poda hacer absolutamente nada.






Tommy se había interpuesto y el hechizo había sido lanzado hacia él. El me había salvado la vida. Mis pies funcionaron y corrí hacia el. Tenía sus ojos semi-abiertos.








Lleve mis manos a mi boca para ahogar un sollozo. Esto no pudo haber pasado.







-¿Qué rayos crees que hiciste? –grito alguien
 





-¿Por qué HAS HECHO ESO? 






Empecé a escuchar gritos, pero no podía escuchar bien. Solo podía mirar como poco a poco los ojos de Tommy se iban cerrando y su respiración se volvía más lenta. Aterrorizada tome su mano.






-No te duermas –susurre –no lo hagas –dije y mire como brotaba la sangre desde su corazón, donde la daga estaba clavada







-_____ -susurro y lentamente alzo su mano hasta tocar mi mejilla







-_____ -volvió a susurrar –yo….nunca……d-dejaría…..que…. 








-no hables –solloce –todo va estar bien –el negó con la cabeza 




–es mi hora. No hay reparo. No podrás salvarme. Mi madre lanzo uno de los hechizos mas…. Poderosos no tengo tiempo ya…. Llego mi hora –tosió








Vi lágrimas en sus ojos. Las cuales se deslizaron por su mejilla.







-Siento no habértelo dicho antes, pero siempre te eh amado –susurro y trague saliva –Lo siento mucho… por…. p-por todo







-Tommy por favor…








-siempre voy amarte ___. Siempre. Daimon dijo que daría mi vida por ti y acabo de hacerlo –susurro –Te amo ____, y siempre lo voy a hacer –dijo apretando mi mano fuertemente –te amo







Susurro antes de que sus ojos se cerraran. Mi corazón se rompió. Tommy había muerto, había muerto por mí. Había dado su vida por mí. Temblé y mire hacia donde estaba Magdalene que miraba como su hijo estaba inerte en el suelo. Paralizada y con lágrimas en sus ojos. Detrás de ella estaba Daimon. Con una postura seria.







-Felicidades, acabas de asesinar a tu hijo –dijo Daimon con malicia







-No… -susurro -¡NO! Haz algo, tu puedes, hazlo –grito desesperada cayendo de rodillas al lado de su hijo. Yo me aparte






Ella había lanzado uno de los hechizos más fuertes. Una de los hechizos que podrían quitarte la vida. Pero no era tan fácil, ya que una de las maneras de asesinar a un hechicero era lanzando una daga en forma de cruz, mas hacer el hechizo y la daga debía estar envenenada.





Eso fue lo que había matado a Tommy, el tenía clavada la daga en su corazón.





-Acabas de utilizar la daga que utilizaría con ____. –dijo Daimon y lo mire perpleja






Él lo decía como si fuera algo normal.






-Ya me canse de estúpido juego, ya es hora de obtener mis poderes –dijo y me miro






Gatee hacia atrás y él se acerco y rápidamente me tomo del cuello. Asfixiándome. 






 -Eh esperado mucho por esto –susurro en mi oído







-Eres la elegida –prosiguió –La hechicera más fuerte. Y ahora pareces un cachorrito indefenso apuntó de morir –sonrió







Apretó tan fuerte mi garganta. Sentí que todo mi aire se iba. Y mire su iris color negro.
Sentí miedo al ver esos ojos que de un momento a otro se volvieron todos negros. Cuando sentí que todo había acabado para mí. Sentí como me soltaban. Un grito abrasador y luego Daimon estaba tirado en el suelo gritando de dolor.






Voltee para ver detrás de mí y pude ver a Demetria sonriendo con victoria. Sentí alivio al verla allí parada. Como siempre estaba hermosa. Con un vestido color rosa ceñido a su cintura. Y había muchas personas detrás de ellas. Todas tenían una capucha de color azul marino y algún escudo en el pecho. Coloque mis manos en la garganta. Sentí que mi respiración volvía a la normalidad. Estaba tirada en el suelo. Esta noche había recibido un montón de golpes. Lo más probable es que tuviera moretones por todos lados.





-Daimon Morgentens –dijo una ronca voz –Al fin nos encontramos







Daimon dirigió su furiosa mirada a Demetria y sus acompañantes. Se levantó, tomando su brazo que ahora brotaba de sangre, escupió al suelo y luego levanto la cabeza valientemente.






-Es mejor que te rindas –dijo Demetria con su suave voz –Somos demasiados contra ti –dijo con aire de autoridad







-Y TÚ –dijo dirigiéndose a Magdalene. -Si te entregas, las cosas serán mejores para ti. Tú eliges.







Cuidadosamente me levante. Y di varios pasos hacia atrás. Acercándome a Demetria. Mire a Magdalene, quien aun lloraba la pérdida de su hijo. Tirada en el suelo. Con lágrimas en su mejilla.








-Entrégate Daimon, y las cosas serán mejor –dijo Demetria con voz fuerte





-Eso nunca –exclamo Daimon






-Bien –dijo Demetria y avanzo unos pasos. Se acerco a mí y tomo mi brazo.







Aquel rose me sorprendió. La mire y ella me miro cálidamente. Diciéndome que todo iba a estar bien.








Demetria paso por mi lado. Enfrentándose a Daimon, llevaba algo en su mano. Una Daga. Sonrió burlona.






-Eh estado esperando mucho por esto. Para vengarme de todo lo que me quitaste Daimon Morgentens. Es tu hora –dijo con una sonrisa –Los mayores me han dado el honor de matarte.







Trague saliva. Por fin Demetria vengaría la muerte de su esposo y de su familia. No podía culparla. No podía decir que estaba siendo cruel al sonreír. Porque él le había quitado todo lo que ella amaba. Y los mayores como ella decía eran aquellos encapuchados que estaban detrás de mí. Los mire, pero ellos no se movieron de su lugar.






Demetria alzo la daga en alto. Observándola. Y comenzó a decir el ritual. Daimon se quedo allí parado. Como si supiera que iba a morir. Cerró sus ojos y sonrió.







-Puede que me mates, pero al menos me llevare algo también. Algo que matara a tu querida ____.







Demetria no paro el ritual. Ni siquiera por las palabras que estaba diciendo Daimon. Mi corazón se acelero. ¿Qué estaba diciendo?.







Entonces lo supe. Cuando Demetria termino el ritual y la daga fue lanzada hacia él. El lanzo un hechizo hacia Justin haciéndolo caer al instante.







-¡NO! –grite horrorizada





El cuerpo de Justin cayó fuertemente en el piso. Inerte. Mi corazón se acelero y me quede mirando la escena. Demetria me miro anonadada. Y luego el cuerpo de Daimon cayó al suelo pero con una sonrisa en su rostro. Había logrado un objetivo. 







Corrí hacia Justin apresuradamente. Me acerque y su cuerpo estaba pálido.






-¿Qué diablos hacia el aquí? –me grito Demetria






Pero yo no respondí. Moví a Justin y lo llame unas cuantas veces pero el no contesto.







-No… -susurre con un nudo en mi garganta –no….






-_____ -susurro Demetria a mi lado







-¡NO! –Grite esta vez -¡JUSTIN! REACCIONA POR DIOS. –Le grite y comencé  a moverlo. Pero el no reaccionaba 






Daimon había matado  Justin. Había matado a la cosa que yo más amaba en mi vida. Mi corazón se encogió y deje de respirar. Esto tenía que ser una horrible pesadilla.







-Justin... –susurre tomando su mano fría entre mis manos. Con lágrimas en mis ojos lo abrace con fuerza






-Dime que n-no… que n-no está… NO –solloce






-_____, lo siento tanto… -me dijo Demetria






-Hija –susurro alguien detrás de mí. Era mi madre







Ella me abrazo con fuerza y yo solloce más fuerte.





Negué con la cabeza.






-Tienes que hacer algo tu… tu… no, por favor… no –solloce fuertemente abrazándolo aun mas fuerte








-No hay nada que hacer ____. Esta Muerto –susurro








Y sentí que mi mundo se fue de las manos. Justin había muerto. Y se había llevaba consigo mi corazón.









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