"My Dark Past"


Capitulo 57



Me quede helada. Yo aun no me sentía preparada para enfrentarme a él. Trague saliva. Esto tenía que ser una pesadilla o tal vez Demetria hizo algún hechizo para asustarme y ponerme a prueba. Si eso debía de haber sucedido, porque si no ella me hubiera avisado. ¿Verdad?. Cerré mis ojos. Quería desaparecer. Quería correr y alejarme. Mi mente gritaba ¡Sal de ahí! ¡Peligro!, pero yo no podía moverme. Estaba estática.






Cuando los volví abrir, el hombre seguía allí parado. Mire atrás de él y habían más personas. Mi corazón se acelero. Mire detrás de él y habían muchas personas, todas vestido de blanco excepto una. Era una mujer, llevaba un vestido blanco que brillaba. Mire a sus manos, ella tenía su cabeza agachada y estaba ¿esposada?. Sentí nauseas.







Todos tenían sus rostro cubiertos, excepto aquella mujer de cabello largo y…






Entonces lo entendí. Aquella mujer esposa era la misma mujer de mis sueños. La mujer con la cual había soñado tantas veces. Que ella me llamaba. Pero de repente desaparecía.








Y como un oleada de recuerdos. Supe de quien se trataba. Aquella mujer esposa y con la cabeza gacha. Era mi madre.










Sentí que todo a mí alrededor daba vueltas y deje de respirar. La tenía a centímetros de mí, pero la sentía tan lejos. Ella levanto su cabeza lentamente y me encontré con sus ojos. Tenía unos preciosos ojos azules. Su cara palideció y vi que estaba asustada.







Tantos años intentado protegerme de aquel hombre, Daimon y ahora el estaba en frente de mí, lo más probable con el pensamiento de asesinarme.








Pero cuando vi sus ojos llenos de miedo y tristeza, una oleada de resentimiento vino a mí. Por culpa de aquel hombre mi madre estaba en esa situación. Por culpa de el, mi madre me alejo de ella solo para protegerme, por su culpa mi padre murió. Por su culpa yo no había podido vivir en paz.









Cerré mis manos en puños y lo mire. Seguía con esa maldita sonrisa en su rostro. Sus ojos negros me penetraron como si pudiera sacarme mi alma.








-Te pareces tanto a tu madre –dijo con voz burlona









-Mi señor, ¿Qué quiere que hagamos? –pregunto alguien desde atrás, pero no sé porque su voz me pareció tan… ¿conocida?








-Nada –sonrió de nuevo –yo mismo me encargare de ella








Dio dos sigilosos pasos hacia mí y yo retrocedí. No podía hablar. Necesitaba a Demetria ahora mismo.







Pero solo pasaron unos segundo cuando el rápidamente estuvo frente a mí con una increíble agilidad, estaba frente a mí. Esta tan cerca que podía sentir su aliento. Me tomo de la garganta mientras sonreía y yo me retorcía intentando zafarme.








-¡NO! –grito alguien








Pude ver que detrás de el, mi madre intentaba zafarse para correr hacia mí. Sentí las lágrimas en la punta de mis ojos. Este era el fin. El era más fuerte que yo. Yo no podría contra a él, aunque lo intentase. Cerré mis ojos.







Mi garganta ardía, mientras él seguía apretando. Sentí como si algo me jalare desde a dentro como si mi lama fuera a salirse en cualquier momento. Grite de dolor.







Entonces como si alguien me hubiera dicho que hacer levante mi mano y la apreté fuerte, lanzando un hechizo que ni yo misma sabia que podría hacer, lanzando a Daimon contra un árbol. Todos me miraron asombrados. Estaba furiosa y me descargaría contra él y todos los que lo acompañaban.








Yo era fuerte y no dejaría que esto acabara así. No. Mire a mi madre quien me sonrió con dificultad







-Soltadla –sisee molestamente






Escuche una carcajada y vi que Daimon se estaba levantando.





¡Tú puedes! ¡Eres mucho más fuerte! ¡Puedes hacerlo! ¡Haz todo lo que te enseñe!. Esa voz que tenía en mi cabeza me reconfortaba.







-Veo que Demetria hizo un gran trabajo –rio –pero dudo mucho que puedas contra mí, me tomaste desprevenido –sonrió mostrando todos sus dientes







-no lo creo –sisee con amargura. Sentía la adrenalina correr por todo mi cuerpo








-no sabes cuánto tiempo soñé con que algún día estarías frente a ti, y que tu madre viera lo que haría contigo, después de todo se lo merece –rio







-Si hay alguien que merece la muerte ese eres tú –dije con amargura 






-¿piensas que voy  a matarte mi pequeña ____? –dijo con una voz tan calmada que hizo desesperarme





Ya el estaba levantado en el mismo punto donde estaba hace unos minutos. Como si no hubiera sucedido absolutamente nada, como si yo no hubiese lanzado ningún hechizo contra él.







En un pestañar de ojos Daimon se puso detrás de mí y me tomo por el cuello. Solté un chillido de sorpresa. Fue tan veloz.








-Qué bueno que lo piensas –siseo –porque eso es lo que voy a hacer






Intente zafarme de él, pero era demasiado fuerte. Me apretó tan fuerte que sentí como si me quitaran todo el aire. Hice una mueca de dolor.







-Debería de matarte ahora mismo, por lo que has hecho, pero me gusta jugar –sonrió –Además seria de muy mala educación de mi parte si no supieras toda la verdad antes de morir ¿no?








Sentí mi corazón latir con fuerza. El me apretó más  a su pecho y escuche su diabólica risa. Hizo que me estremeciera.







Mire a mi madre. Mi madre estando a unos centímetros de mí. Ella me miraba. Sus ojos me decían que todo estaría bien. Pero yo no creía eso. 






Daimon me soltó y solté la respiración que no sabía que estaba conteniendo. Mi piel estaba helada. Mis dientes castañearon.







-Te contare un linda historia ____. Es lo menos que puedo hacer ¿no? –dijo y se coloco en frente de mi, pero no me miraba a mi, miraba a mi madre.







-Hace mucho, mucho tiempo un chico hechicero tenía todo lo que alguien podría pedir. Padres adinerados. Lo consentían. Le daban todo. Tenía chicas. Era popular. Era un hechicero poderoso. Tenía todo lo que un hechicero podría desear. Este chico tenía un hermano. Un hermano a quien dejaban como segundo plato siempre, no era popular como el chico, las chicas nunca se acercaban y nunca conseguía cosas buenas con sus padres a diferencia del chico que era el menor y el más consentido. Era guapo y todos lo adoraban por ser tan adorable o eso decían, mientras a su hermano lo dejaban a un lado. 






-El hermano del chico vivió así durante muchos años, siendo menospreciado, sentándose en los rincones donde nadie lo veía, nadie nunca se intereso por él. Hasta que llego una linda chica, era hermosa parecía alguien sacado de un cuento eso pensó el hermano del chico. –Hizo una pausa –Una chica que se intereso por él y le hablo, lo trato como una persona, lo trato bien, y al hermano del chico al instante le gusto. Nunca nadie se había interesado por el de aquella manera, ella le prestaba atención y lo escuchaba, cosa que nunca habían hecho su familia, ni nadie nunca.








-El hermano del chico comenzó a contarle al chico lo maravillosa que había sido aquella chica y lo especial que cada día se estaba volviendo para él y que le gustaba mucho y que él la invitaría salir para que fuesen novios porque le gustaba, el chico se vio desinteresado y no le importo ni una palabra de lo que dijo su hermano. Solo dijo “Espero y otro chico no llegue y te la quite”. El hermano no le prestó atención a lo que dijo y en cambio sonrió pensando en la maravillosa chica.








-Un día el hermano del chico había llevado a la chica a su casa, y el chico estaba allí. Miro a la chica por unos segundos y se acerco a ella alejándola de su hermano y comenzado una charla con ella. No había pasado ni una hora y la chica ya estaba encantada con el chico. Mientras su hermano miraba rabioso desde la escalera. El la había llevado a su casa y el chico prácticamente se la había quitado con su encanto. Tiempo después el chico y la chica se hicieron novios y para sorpresa del hermano del chico este lo odio, lo odio como nunca nadie hubiese odiado nadie. Porque se había dado cuenta que estaba enamorado, enamorado de la chica.







-La amaba y se lo confeso un día, pensó que si se lo confesaba dejaría al chico y estaría con él, pero ella lo menosprecio y ese mismo día dijo que se casaría, que se casaría con el chico. Para el hermano del chico fue como si le hubieran acuchillado y roto su corazón en miles de pedazos. No pensó que las cosas entre el chico y la chica iban tan serias. Y ese mimo día el hermano del chico abandono su casa. Habían roto su corazón de una manera imaginable, el amaba  a la chica y  el chico se la había quitado sin importar sus sentimientos. Y juro que se vengaría, que se vengaría de aquellas personas que tanto daño le habían hecho, de sus padres, de su hermano y de la chica a la que tanto había amado. Se convirtió en un ser sin corazón. El amor podía ser algo muy hermoso. Podía ser lo mejor que te haya pasado en tu vida o lo peor. Podía destrozarte de tal manera que odiaras a todos a los de tu alrededor. 







Daimon por fin  callo después de contar su largo relato. Parecía un cuento y yo no entendía absolutamente nada. Fruncí el ceño. ¿Por qué me contaba aquello?. Esa historia era horrible y triste. ¿Qué tu propio hermano te quite a la chica que te gusta?. Después de que el mismo había dicho “Espero y otro chico no llegue y te la quite”. Pero era confuso todo.







-Aun no lo entiendes verdad? –siseo con amargura






Yo no respondí.







-Ese chico era tu padre y la chica tu madre y yo era el hermano – sofoque un grito. Oh dios mío






Mire a mi madre, ella miraba hacia abajo. Estaba llorando. Eso tenía que ser una absurda mentira. Su madre nunca haría eso. Y… su padre no podía ser así. No.








Y entonces lo comprendió. Daimon no quería poder, no quería dominar a los hechiceros por puro placer, no quería demostrar cuan poderoso era y dominar el mundo. Daimon solo quería vengarse. Vengarse del daño que su madre le había causado a él. Y la única y mejor manera de dañarla era asesinándome, el quería que ella sintiese el dolor que era que alguien te dejase. Pero era algo tan retorcido su venganza. 








Mi madre chillo intentado zafarse de las esposas que tenia.






-No te acerques a ella –le grito –Aléjate de ella








Mire a mi madre y luego a Daimon. Daimon no la mataría. No podía hacerlo. Porque a pesar de todo en lo más profundo de su alma él seguía amándola como la primera vez.







-Eso es lo que te mereces y mas, mereces sentir dolor –dijo Daimon y se me acerco tomándome desprevenida. Tenía un cuchillo en su mano que brillaba como si fuera una luz. 







Y por primera vez en la vida. Yo no tenía miedo. No estaba llorando. Y estaba quieta. Mientras mi madre intentaba zafarse para correr hacia mí y Daimon apuntaba con aquel brillante chuchillo a mi garganta.







-¿sabes porque tu madre se caso con mi querido hermano? –me pregunto





Yo no respondí.






-Por ti. Porque estaba embarazada de ti. Y si tu no estuvieras aquí, tal vez yo estaría con ella –siseo con desprecio 








-SUELTALA –grito una voz que conocía perfectamente






Daimon me soltó al instante al instante que y lo hacía horrorizada por yo conocía aquella voz.






Justin estaba a unos metros de mi mirando a Daimon con todo el odio que podía lanzarle.

Continuara....
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Hola, hola y holaaaaaaaaaaa.



AQui capitulo. Esta kldsjfkldjgkldf, omgggg.


Muy pocos comentarios, perdi un monton de lectoras, y siento tardar en subir tenia el capitulo escrito desde hace mucho pero mi internet no servia, habia problemas con el sistema estuve como una semana asi. En fin, queria decirles que este es EL ANTEPENULTIMO CAPITULOOOOOOO.


El que viene es el capitulo final y se sabran muchas mas cosas. Y luego el Epilogo. Quiero agradecerles a aquellas que siempre estan pendiente de la novela, gracias por preguntar. Y gracias por leer. Aunque ya no tenga lectoras de verdad gracias. Nos leemos pronto.



Un beso y un abrazo. De nuevo gracias por leer.



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