#LoveOrFrienship

Capítulo 60 

Narras Tú:

Ya empezamos clases; los primeros días fueron normales. Paso la mayoría del tiempo con Helen y Verónica. Los chicos aún no han llegado. Al cuarto día de clases caminaba por el pasillo y no podía dejar de sentir las miradas de todos encima de mí. Mi próxima materia sería matemática la cual la veía con Ryan, pero como no se encuentra estaré sola.

-La próxima clase traigan calculadora. Haremos unos ejercicios evaluados –dijo la profesora- Será en pareja. Las escogen ustedes –todos se habían parado y guardando sus libros- ¡Ya, Chao! –Dijo la profesora riendo causando lo mismo en algunos estudiantes-

Recogí mis cosas e iba camino hacía mi casillero para cambiar de libro. Al llegar vi varias notas pegadas en él, decían “Suicida”, “Inténtalo de nuevo”, “Te quedaste sin mamá y sin sangre. Suicida”, “Maldita puta, ¿Violación o lo querías…?”. Las miré y mis ojos se cristalizaron. Miré a los lados tratando de buscar a alguien que me sacará de ese lugar. Arranqué todas las notas, las arrugué en mis manos y abrí mi casillero. Hice lo que tenía que hacer y luego me dirigí a una papelera para botar lo que llevaba en mi mano. La campana sonó y todos entraron a sus salones respectivos. Yo me quedé en el patio. Me dirigí a un árbol que se encontraba un poco alejado del colegio y me senté en sus raíces. Varías lágrimas bajaron por mis mejillas. Sollocé y apoyé mi cabeza en el tronco. Traté de calmar mi llanto y salí del colegio. Caminaba a mi casa y varias gotas cayeron en mi rostro; llovía. Apuré mi caminar. El frío bajó y empezaba a temblar. Llegué a mi casa, quité mis zapatos y subí rápido. Mi hermana estaba trabajando. Cuando llegué a  mi cama me tiré a llorar; lloré tanto que me quedé dormida. Al despertarme estaba arropada. Escuché mi teléfono sonar; era un mensaje de Verónica. Decía: “¿Qué pasó contigo? ¿En dónde te metiste?”. No respondí. Aún tenía la ropa mojada así que entré al baño a darme una ducha. Al salir del baño me sentía mareada, bajé y medí me azúcar; estaba baja. Comí un caramelo y al rato mejoré. No había señal de mi hermana. Y fue en ese entonces cuando empecé a pensar en quien me había arropado…

Estaba acostada en el mueble viendo hacía el techo; la luz. Cuando escuché la puerta sonar. Fui a abrir. Era Madison.

-Hola –Le sonreí-

-Me saludó- ¿Puedo pasar?

-Sí, claro –Abrí más la puerta-

-Pasó y se sentó en el mueble- ¿Puedo hablar contigo?- Dijo calmada-

-Sí, claro. –Me senté a su lado-

-¿Qué pasó?

Quedé en silencio. ¿Cómo lo sabía? No me esperaba a que dijera eso.

-Bueno… -Vacilé- ¿cosas…? –dije con mis ojos cristalizados-

-Dejaste la puerta abierta… -dijo calmada viéndome- Te vi cuando saliste del colegió corriendo. –Hizo una pausa- Cuando salí de mi clase vine para acá y encontré la puerta abierta. Subí y te encontré en tu cuarto. Temblabas como un gato; te arropé y salí de nuevo a casa de mi suegra –Sonrió- La mamá de Ryan, a esperar que hubiera movimiento aquí. –Me miró detalladamente- Quería asegurarme de que no hicieras nada malo –Bajó  su mirada a mis muñecas-

Me sentí incomoda y escondí mis manos. 

-Gracias –fue lo único que pude decir. No tenía palabras.

Se paró del mueble y se dirigió hacia la puerta. La seguí. Me dedicó una sonrisa y salió por completo de mi casa.

-Cuídate ¿sí?-dijo-

Asentí tímidamente.

De nuevo me encontraba sola. No podía dejar de pensar en eso; abarcó todos mis pensamientos. Recuerdos venían a mí sin control; momentos malos y buenos. Necesitaba un abrazo de esos que te hacen sentir bien, de esos que sabes que estás protegida. Quizás uno de mi mamá o de…

Ya eran las tres y media y tenía que arreglarme para ir a clases de ballet.
***

-¡Hola Marlena! –Saludé con una sonrisa en mi cara: Empezarían los juegos de aparentar-

-¡Hola __________! 

Seguí de largo y entré al salón que me correspondía. Bryan aún no había llegado así que me dediqué a calentar, una vez que lo hice fui a los casilleros a dejar mis cosas bajo llave. Cuando abrí mi casillero había una nota que decía: “Lo que no te mata te hace fuerte”. Sonreí al leerla y la analicé por varios segundos. “Y ¿qué si te mata?”, pensé. Sacudí mi cabeza levemente para sacar el pensamiento de mi cabeza y la guardé dentro de mi bolso. Continué a cerrar mi casillero y entré de nuevo al salón. Justo en ese momento llegó Bryan, vestido… nada parecido a un ballestita. Lucía igual que Justin, por un momento me confundí. 
*** 

-1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 –Contaba Bryan-

Era una nueva coreografía. Estaba distraída; no lograba concentrarme en los pasos.

-Así no. De nuevo –dijo Bryan-

Estaba sudando y realmente cansada. Empecé de nuevo. La música comenzó.

-Y… 1, 2, 3, 4, 5,  6, 7, 8 y… aquí vienen los chanes- Gritó- Chane, chane, chane. Foco, ¡Mantén el foco! –Gritó de nuevo-

Mi mente estaba en otra parte. 

-¡___________, Detente. ¡Para! –Dijo-

Lo hice y llevé mis manos a mi frente. Suspiré cansada; jadeaba.

-Debes concentrarte. Te necesito aquí –Asentí-

-Ok –Me miró- De nuevo.

Asentí y me acomodé en mi lugar. La música empezó y por fin logré hacer bien la coreografía. 

-¡Eso, así! Excelente –Decía Bryan-

La música terminó y él paró el cd. Me senté en el piso e hice un poco de estiramiento.

-___________ -Me llamó Bryan-

Lo miré, él se estaba acercando a mí. Se sentó en el piso. 

-¿Estás bien?

-Sí. –Asentí sonriendo-

-¿Segura? –Lamió sus labios-

Quedé callada. ¿Podía confiar en él?

-Suspiré- Hoy… en la escuela, en mi casillero habían varias notas pegadas en él –Tragué fuerte- Decían cosas muy feas respecto a… -Hice una pausa-

-Tus cortadas –Me interrumpió-

Asentí. Mis ojos se cristalizaron. Él quedó callado tratando de buscar las palabras correctas.

-Que no te amarguen sus comentarios. Lo importante es lo que tú pienses de ti. –Me miró tiernamente- Te contaré lo que pasó conmigo…

Estuvimos varias horas hablando de su vida. Su padre los había abandonado a él y a su madre a los pocos meses de él haber nacido. A los 10 años su mamá murió de cáncer de mama. De chiquito era gordo y por eso sufría bulling; cortó sus muñecas tantas veces que ya olvidó la primera vez que lo hizo. Estuvo internado y se escapaba para bailar. Ha estado al cuidado de sus abuelos hasta hoy en día. Sin hermanos ni familia cerca.

Lloré con su historia. Le sentía más confianza pero no como para contarle mi vida; no ahora. 

-Por eso digo que si te caes siete veces…

-Levántate ocho –Interrumpí. Sonreí-

-¡Vamos, arriba! Tengo un buen ejercicio para qué saques todo eso afuera –Me extendió la mano para pararme-

Le sonreí y le correspondí. 

Empezamos con el ejercicio, era más que todo yoga y relajación…
*** 

Regresé a mi casa y repetí mi rutina de la otra vez. Subí a mi habitación, me bañé, cambié, cepillé y me fui a dormir.
*** 

Al llegar al colegio, las Beliebers eran las que más se emocionaban y mejor me trataban. Me dirigí directo a mi casillero para cambiar de libro y guardar las cosas que no utilizaría. No había ninguna nota. Sonreí en mi interior y continué a abrirlo. El día marchó bien hasta que a la hora de recreo escuché a un grupo de chicas decir *Debería morirse* Las miré y ellas me sonrieron como si no hubiera pasado nada. Fui a la cafetería y todas las miradas estaban encima de mí; no lo podía soportar. Salí de ahí y me dirigí al baño para inyectarme. Continué caminando y me senté alejada de todos y todo. Comía tranquila, cuando terminé fui a dejar la bandeja a la cafetería y de nuevo iba camino al pasillo para encontrarme con mi casillero, algo que no quería hacer, le estaba empezando a agarrar miedo. Llegué al frente y de nuevo tenía las notas: “Suicida”, “Púdrete” “Puta”… y muchas cosas más. Las arranqué de nuevo y las boté. Seguí con el día de clases normal.  





ESPERO LES HAYA GUSTADO. ESTE DOMINGO SON LAS VOTACIONES EN MI PAIS VENEZUELA Y ESTOY SUPER EMOCIONADA POR LO QUE PUEDA PASAR. QUEREMOS UN CAMBIO EN EL PAIS Y BUENO SE ESTÁ LUCHANDO PARA ESO SINO... LASTIMOSAMENTE NOS IREMOS DEL PAÍS Y NO QUIERO ESO. 

GRACIAS POR LEERME Y NO DEJARME LAS AMOOO. MUCHAS BENDICIONES.