Capítulo. 8


| Narra Abby ||


El día pasó bastante rápido. Salimos de la bolera a las ocho y media de la tarde y decidimos ir a cenar al McDonalds. Pedí un McMenú con lo habitual y cuando me lo dieron fui a buscar mesa ya que todo estaba a reventar. Me senté en una de las mesas del final y esperé a que los demás llegaran. 

Vi a Harry acercarse a la mesa en la que estaba yo y los pelos se me pusieron de punta. Odiaba con toda mi alma estar a solas con él pero a la vez me... gustaba. Era algo raro, pero igualmente, seguía detestándolo con todas mis fuerzas.

-¿Cuánto les falta? Tengo hambre.-Le dije a Harry indiferente.
-No lo sé. Me han dicho que venga aquí para hacerte compañía.-Me contestó sin mirarme.
-Estaba bien sola, pero igual... gracias, supongo.
-¿Supongo?-Preguntó el incrédulo.
-Sí, supongo.-Contesté segura.

Pasaron los minutos y Michelle y Zayn no llegaban. Me levanté y fui decidida a buscarlos. ¿Dónde se suponía que estaban? Vale, comprando la comida no, porque no había nadie. ¿Era una broma?

Llamé a Michelle pero no me lo cogía. Llamé a Zayn y salía el buzón. Los iba a matar.

Me acerqué a la mesa y ví a Harry apoyando su espalda en el respaldo de la silla, con los brazos cruzados y mirando fijamente su bandeja. Me acerqué a él.

-Yo me voy a casa. Michelle y Zayn no están y bueno... yo... yo... eso. Que me voy.-Dije dudando.
-Vamos Abby, una cena de amigos, nada más.
-No somos amigos.-Dije segura. Él me miró con el ceño fruncido.
-¿Y no te encantaría que lo fuéramos?
-Ni de coña.-Dije altiva. 

Cogí mi comida, fui para que me la pusieran en una bolsa y así lo hicieron. Salí del McDonalds y fui caminando dirección a mi casa.

-Abby, espérate.-Escuché su voz detrás de mi. 
-¿Qué quieres?-Le pregunté sin parar de caminar.
-Que te pares, joder. 

Me paré en seco y lo miré

-¿Qué?-Le pregunté.
-Ven conmigo.
-¿Estás loco? No pienso ir a ningún lado y menos contigo.
-Vamos Abby, deja de acerte la dura y acepta por una vez una petición mía. No te cuesta.-Dijo Harry.
-Sí, si que me cuesta. Vete. 
-Abby, por dios.-Suspiró.
-Déjame, Harry. No te soporto. No quiero ir contigo a ninguna parte.-Me giré desesperada y volví a caminar. 

Miré el móvil. 23:00. ¿Tan tarde ya? Y encima todo estaba oscuro y me voy a cagar en la madre que parió a Michelle.

Caminé un poco más hasta llegar a... ¿dónde coño estaba? Vale, bien. Un punto a mi favor. De puta madre. ¿Ahora dónde estoy? Me acerqué a un bar que había por ahí al lado y entré para que me guiara un poco para poder llegar a la calle en la que vivía. Varios hombres se me quedaron mirando y otros cuantos sonreían con una sonrisa demasiado asquerosa. Humo, mucho humo. Escuché mucho alboroto en la parte final del bar y llena de curiosidad me acerqué a ver que había. No pude creer lo que veían mis ojos. Era él. No... No podía ser él. El corazón empezó a latirme con fuerza y sentí unas ganas inmensas de correr, de huir de nuevo, de chillar, o alomejor, de matarlo también.

-Eh, nena, no puedes estar aquí. Es un sitio peligroso.-Un hombre alto, fuerte y con vestimenta oscura se acercó a mi cogiéndome del brazo para echarme.
-Marcus, déjala. Ella viene conmigo.-Oí una voz detrás mía. Irreconocible entre todos los murmullos que se oían. Me giré lentamente y ví a Jack con la mirada hecha una furia y sus ojos clavados en mí. Me giré rápidamente y salí del bar lo más rápido que pude. Corrí por donde el camarero me había dicho que podía ir.

-Huye, cobarde. Es lo único que sabes hacer.-Escuché esas palabras salir de la garganta de Jack con furia. Las lágrimas no duraron en salir. A medida que iba más rápido, más lágrimas amenazaban con salir. Y acabaron empapando mis mejillas como chorros de agua.

Pocos minutos después ya estaba en la puerta de casa. Abrí rápidamente la puerta, entré y la cerré lo más rápido que pude. 

Jack era un tío con demasiado carácter y no me sorprendería que hiciese cualquier cosa con tal de volver a tenerme para él. Le tenía mucho miedo y sabía que él era capaz de todo.

Me adentré al salón y vi a Michelle, Zayn y Harry sentados en el sofá. ¿Otra vez él aquí?

-Gracias, eh. Muchas gracias. A tí, -señalé a Michelle- y a tí-señalé a Zayn-por dejarme sola con ese gilipollas-bufé secándome las lágrimas-y a tí-señalé a Harry-por no traerme a casa y dejarme sola en esas calles tan horribles. Os odio.-Miré a Michelle-¡A los tres!

Subí las escaleras para llegar hasta mi habitación. Me estiré en la cama y cerré los ojos por largos minutos. Minutos eternos.


| Narra Harry ||

No entendía nada. Absolutamente nada. Hacía casi una hora me había mandado a la mierda en otras palabras, pero lo había hecho y ahora se quejaba de que la había dejado sola. ¿Quién coño la entendía? Porque yo no. 

-¿Y a esta que coño le pasa ahora?-Pregunté ya harto.
-No lo sé. Ves a hablar con ella-Contestó Michelle sin darle mucha importancia al asunto.
-¿Y por qué no vas tú?
-Porque sé que me echará a patadas.
-¿Y a mi no?-Levanté una ceja incrédulo.- Ah, es verdad. Que como nos queremos tanto y nos llevamos tan bien, me va a pedir matrimonio, ¿no?-Pregunté irónico.
-No, pero la conozco.-Me dijo sonriendo.-A mi no me necesita.
-A mi tampoco.-Dijo Zayn metiéndose en la conversación.
-¿Qué insinuáis?
-Ves a hablar con ella, venga. Déjame solo con Michelle de una vez, pesado.-Contestó Zayn riendo.
-Eso, ve. Yo le tengo que enseñar unas cuantas clases de aerobic, aquí al señor Malik, ¿cierto?-Le dijo Michelle sonriendo mientras Zayn le daba un largo beso en la mejilla.
-Guarros.-Contesté subiendo las escaleras para ir a la habitación de Abby.

Entré sigilosamente en al habitación para que no supiera que yo estaba ahí, porque sabía que me echaría a patadas. Cerré la puerta sin hacer mucho ruído y me acerqué hasta la cama.

-Abby...-Me senté en el colchón y rápidamente abrió los ojos levantándose de golpe.
-¡Vete, joder! ¡Quiero estar sola!-Chilló. Cerré los ojos intentando que sus palabras no entraran en mis oídos.-¿No entiendes que no quiero nada de ti? ¡Nada! Joder, déjame en paz.-Susurró con la voz rota.-No quiero que estés aquí compadeciéndote de mi. No quiero que estés aquí, sencillamente. No quiero, joder.-Giró su cuerpo y me dio la espalda.-No quiero quererte más hasta tal punto de que te conviertas en una puta obsesión, ¿entiendes? No quiero estar cerca de ti.-Susurró dejando escapar unas cuantas lágrimas. 

Me levanté del colchón y di la vuelta a la cama para ponerme delante de ella. Cogí la silla de su escritorio y me senté delante suya.

-No, Harry... Por favor. Ya está. No quiero hablar. Déjame.
-Abby, escúchame joder. Déjame hablar. Sólo quiero que me respondas a unas preguntas ¿vale? Sólo eso.-No contestó. Simplemente, se limitó a jugar con el edredón que la cubría hasta el pecho.-Contéstame con total sinceridad.
-Va.
-¿De qué tienes miedo? ¿Por qué me esquivas? ¿Qué he hecho mal?-Tragué saliva torpemente.-¿Qué sientes cuándo estás conmigo? ¿Te gusta la idea de estar conmigo? ¿Por qué has venido llorando? ¿Por qué me odias? Y...-Volví a tragar saliva para ir ganando tiempo en pensar si esta pregunta era correcta hacérsela o mejor me tenía que quedar con la duda, y opté por la segunda. No era capaz de hacerle esa pregunta en este momento.
-¿Tengo que contestar todas?-Asentí.
 
Abby se puso en forma de indio y me miró seria.

-No tengo miedo a nada, sólo que... le tengo pánico a enamorarme otra vez.-Sonreí.-No me refiero a enamorarme de ti, imbécil. Cállate y déjame continuar.
-”No quiero quererte más hasta tal punto de que te conviertas en una puta obsesión, ¿entiendes?-la imité. Rió y juro que en esos momentos lo único que oía era su risa y nada más. 
-Sigo.-Contestó.-No te esquivo. No has hecho nada mal. ¿Qué siento cuándo estoy contigo? Creo que ya lo deberías saber.-Dice segura.
-Si te he hecho la pregunta es porque no sé la respuesta. Es obvio, Abby.-Reimos.
-Bueno, pues, al principio asco, rabia, y todos los sentimientos desagradables que se puedan cruzar por la cabeza, pero después... no lo sé. 
-¿Cómo qué no lo sabes?
-Pues que no lo sé, hijo. No es tan difícil de entender.-La miré bien a los ojos y pude ver como tenía los ojos rojos de las lágrimas y un poco de sus lágrimas secas por las mejillas.-He venido llorando porque...-Su voz se fue apagando cada vez que decía una palabra.
-Siguiente pregunta, venga.-Le sonreí.
-No te odio, simplemente, no me caes bien.
-Si no te cayera bien no estarías hablando ahora mismo conmigo.
-No puedo hacer otra cosa, ¿no? Tendría que hablar contigo a la fuerza igualmente.-Aseguró.
-Vas aprendiendo cariño.-Sonreí.
-No me llames cariño. Lo odio.-Reí.
-Por cierto, Abby. Te has dejado dos preguntas por responder.

Noté como Abby se ponía nerviosa de golpe. Sonreí ante lo que yo le podía llegar a causar en ella.

-No, no me he dejado ninguna.
-Si, cariño. Sí.-Aseguré.
-¡Que no me llames cariño!
-Contéstame a las preguntas que te faltan.
-Pesado.
-Contesta.
-No me acuerdo cuales eran.
-¿Qué sientes cuándo estás conigo? Y ¿Te gusta la idea de estar conmigo?-Sonreí.-Vamos, contesta Abby. No es para tanto.
-Mejor hago yo las preguntas. 
-Algún día me las contestarás, lo sé.-Rió.
-¿Por qué me acosas? ¿Eres así de pesado con todas las tías? ¿Con cuántas lo has hecho? ¿Alguna vez te has enamorado de alguien? ¿Beso bien?-Reí ante la última pregunta y empecé a contestarlas.
-No te acoso. Sólo que me encanta cuando te pones nerviosa. Me encanta causar eso en tí.-Escuché su risa de fondo.
-¿Se puede saber por qué tienes los humos tan subidos?
-Algún día lo averiguarás.
-Voy a intentar no tomarme este comentario con doble sentido. Sigue.-Contestó.
-No soy pesado con todas las tias, Abby. Eres tú la única que se resiste a mis encantos y piensas que soy pesado. -Rió.-No me caben en la mano todas las tias con las que lo he hecho.
-Oh, dios. Eres asqueroso, Harry.-Me miró con cara de asco y reí a carcajada limpia.
-¿Sabes? Me encanta que rías. Me alegro de que estés mejor.
-¿Eso es lo que le dices a todas o cómo va?-Me preguntó incrédula pero con una sonrisa en la cara.
-Mejor sigo.-Tragué saliva al recordar la pregunta que venía ahora.
-¿Alguna vez te has enamorado de alguien? ¿Beso bien?-Me preguntó rápidamente.-Va, contesta.
-Besas de maravilla y tus labios son muy pero muy, pero que muy muy muy muy provocativos.-Rió sonoramente tapándose la boca. Sus mejillas tomaron color y se tapó la cara entera.
-Te odio, Styles. Mucho, mucho, mucho.-Contestó quitándose las manos de la cara.
-La última, venga. ¿Alguna vez te has enamorado de alguien?-Sonrió.
-Creo que estoy empezando a hacerlo.-Contesté serio pero con toda la sinceridad del mundo.

Puede que Abby hubiese llegado a mi vida para romper todos mis esquemas y darle una vuelta de 180º a mi vida. 

_____________

Hi, creo que éste es el capítulo que he escrito más largo. JAJAJAJAJAJAJ amadme. 
Espero que os haya gustado y que sigáis comentando como siempre. Me encanta cuando os frustráis, o me queréis matar o cosas así, me ponéis to' perra. 

¡Si queréis que os avise, decidmelo por TWITPIC, por favor! ¡COMENTAD AQUÍ EN TWITPICCCCCCCCCCCCCCCC!

Gracias por leer. Oskm. <3