SUEÑOS ADOLESCENTES

Capítulo anterior:
-Está bien –aceptaron finalmente.
-¡Gracias! –Blanca se levantó de la mesa, contenta, y metió las dos entradas en su maleta. 
Ya estaba todo preparado para ir con Niall a ese concierto que tanto llevaba esperando.

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Capítulo cincuenta y tres.

Blanca esperaba en la puerta de su casa, con una pequeña maleta en las manos y un bolso colgado del hombro. Ya era la hora que Niall le había dicho, pero él todavía no había aparecido. Aunque estaba segura de que si hubiera habido algún contratiempo que le hubiera impedido ir, la habría avisado. Daba golpecitos con el pie en el suelo cuando, cinco minutos después de la hora, un Mini aparcó justo delante de la puerta del jardín. Para su sorpresa, del coche salió Niall, y se acercó hasta ella. 

-¿Y eso? –preguntó Blanca señalando al Mini; no sabía ni que conducía, y era imposible que ese coche fuera de él, pues no podía habérselo traído desde Irlanda, ¿o sí?
-Buenos días –dijo Niall sonriente, le dio un besito en los labios y cogió su maleta.
-Buenos días –sonrió levemente con el contacto de sus labios. 
-¿Te gusta? –preguntó el irlandés señalando el coche.
-Claro, siempre me han gustado los Mini, pero… ¿de dónde lo has sacado? Y tampoco sabía que condujeras…
-Me lo han prestado los padres de mi nuevo español de acogida –se le notaba realmente exultante-. Y conduzco desde que cumplí los dieciocho, fue cumplirlos y me saqué el carné.  
-Ah, vaya –Blanca se dio cuenta una vez más de que le quedaban miles de cosas por descubrir de Niall.

Se subieron en el coche y el irlandés puso el motor en marcha. 

-Mis padres piensan que me voy con Elena –murmuró la chica. 
-¿No te habrían dejado si supieran que venías conmigo? 
-Más bien no… ¿Crees que llegaremos a Madrid a tiempo para el concierto?
-¡Por supuesto! Estaremos allí por la tarde siempre que no surja ningún imprevisto… Como que nos perdamos o nos estrellemos con algún otro coche.
-¿Y por qué iba a pasar algo así? –Blanca sentía más curiosidad que preocupación.
-Porque no tengo ni idea de qué carreteras se toman para ir a Madrid y te recuerdo que en Irlanda conducimos por la izquierda –Niall miró a la muchacha con cara de preocupación exagerada a posta.
-Aunque parezca que no, a veces sí que te conozco, y sé perfectamente que no vas a permitir que eso sea un problema.
-Tienes razón –Niall pulsó un botón y se encendió la pantalla de un GPS-. Además, ayer estuve toda la tarde dando vueltas por la ciudad con el coche para aprender a usar esto con la otra mano –señaló al cambio de marchas.

Blanca sonrió, triunfante. 

-Voy a poner música, ¿te importa? –preguntó la chica.
-Claro que no.

Buscó una emisora de radio en la que estuviera sonando música medianamente decente, y la dejó ahí.

-“You’re a shooting star I see, a vision of ecstasy, when you hold me, I’m alive, we’re like diamonds in the sky…”  -sonaba en la radio.
-I knew that we’d become one right away, a right away, at first sight I left the energy of sun rays, I saw the life inside your eyes –Blanca empezó a cantar, y Niall la siguió. 

Se escuchaban más sus voces que la de Rihanna cantando Diamonds, pero ellos se sentían bien así, eran felices cantando.

Estuvieron así un rato, simplemente cantando cada canción que sonaba y que ellos conocían, hasta que llegó la publicidad. Blanca bajó el volumen de la radio para poder hablar un poco.

-Me acabo de acordar del día en que cantamos juntos por primera vez, en el banco esperando al autobús, para ir a casa de Iván… -comentó ella.
-Me acuerdo perfectamente de aquel día. Cantamos “Don’t ever let it end”, de Nickelback. Me empezaste a gustar entonces… -Niall sonrió, aunque no apartó la vista de la carretera, quería estar atento por si acaso.
-Fue raro porque… -Blanca pensó que quizás como él no la estaba mirando, era más fácil hablar.
-¿Porque…? 
-Porque yo también… no sé, me sentí… atraída por ti. Pensé que simplemente era porque eras guapo y tal, pero mira dónde estamos ahora…
-¿Pensaste que era guapo? –Niall sonrió.
-Mira que eres tonto, eh. ¡Sí, lo pensé! Lo eres… -se sonrojó.
-Yo pensé lo mismo.

Blanca decidió que era mejor cambiar de tema.

-Oye, no habrás hablado por casualidad con Liam, ¿verdad?

Esta vez Niall sí que la miró.

-Pues no, pero hoy estaba un poco más… no sé, me ha dado la sensación de que me odiaba menos que estos últimos días. ¿Por?

Ella se mordió el labio.

-No, por curiosidad.
-Ya –no la creyó, pero decidió no preguntar.

El viaje duró algo más de cinco horas. Hicieron un par de paradas, una para almorzar y otra para ir al baño, aunque de todos modos fue un trayecto ameno. Los chicos hablaron de cualquier cosa que se les venía a la cabeza, cantaron lo que sonaba en la radio, y al final resultó que llegaron a Madrid en un santiamén. 

-Es mejor que vayamos directamente al concierto –comentó Niall cuando estaban entrando en la ciudad.
-¿Tú crees? Aún quedan un par de horas para que empiece…
-Ya, pero hay que llegar hasta el Palacio de Deportes, que no tengo ni idea de dónde está, y tenemos que ponernos en la cola.
-Tienes razón.

Blanca tenía muchísima curiosidad por saber dónde iban a alojarse, pero pensó que realmente Niall tenía razón. Estaba cada vez más emocionada con el concierto. Por fin iba a ver a su cantante favorita actuar en directo. Era un sueño hecho realidad.

-¿Estás nerviosa? –el chico la miró de reojo.
-Un poco –admitió ella.
-No lo estés. Sé que algún día tú estarás en lo alto de un escenario dando conciertos para tus fans –rió.
-Nialler… yo quiero ser actriz.
-Ya, pero también te gusta cantar, y lo haces de maravilla. Además, hay un montón de actrices que son cantantes –la miró y le guiñó un ojo.
-Entonces alguna vez tenemos que hacer una colaboración, que sé que tú sí que te vas a hacer famoso… -ella también rió- ¿Te imaginas? ¡“Niall Horan feat. Blanca Martín”!

Los dos rompieron a reír. 
Tuvieron que aparcar el coche bastante lejos del Palacio de Deportes, en un parking de esos que cuestan un riñón la hora, pero tampoco tenían tiempo de buscar otro sitio. 

-¿Es la primera vez que vienes a Madrid? –preguntó Niall cuando se bajaron del coche.
-Pues sí –respondió ella-. También es la tuya, ¿no?
-Sí, estamos compartiendo nuestra primera vez –bromeó él.

La muchacha se sonrojó. Niall cerró el coche y buscó con su mano la de Blanca. Ella la tomó con alegría. Caminaron cogidos de la mano hasta que llegaron al Palacio. Blanca pensó que cualquiera que los viera pensaría que eran novios. ¿Lo eran. ¿Qué eran ellos? En realidad no importaba. Ella se sentía feliz en ese momento, con eso bastaba.

Había una cola inmensa, sobre todo de chicas, que esperaban para entrar. Se respiraba un ambiente de excitación contenida; iban a ser dos horas increíbles.

-Espero que no te aburras mucho en el concierto –dijo Blanca a Niall.
-¡No me voy a aburrir! Me gustan algunas canciones de Taylor, y además, jamás podría aburrirme contigo –le dio un beso en la mejilla.

Blanca buscó con sus labios los de Niall, y le besó. Él sonrió y la atrajo hacia sí por la cintura. Llevó las manos a su trasero y la chica se sonrojó levemente, aunque no dijo nada, le gustó. 
Cuando la cola comenzó a avanzar, tuvieron que dejarse de besos y echar a andar, si bien era a un paso tan lento que desesperaba. 

-No te agobies, que ya en nada estamos dentro –Niall pasó un brazo por sus hombros y ella le cogió esa mano y empezó a jugar con sus dedos.
-Eso espero –bufó.

Tenía razón. Increíblemente, en media hora ya estaban todos dentro. Ellos tenían pista –Iván no había podido pagar grada-, y estaban situados más o menos hacia la mitad. Había bastante gente, pero no tanta como para estar demasiado apretados unos con otros e incómodos. Niall se colocó detrás de Blanca, y ella apoyó la espalda en su pecho. El joven le dio un tierno beso en el cuello. 

-Ya queda menos –susurró en su oído.

Ella se estremeció. Quizás por el beso, quizás por el aliento del chico en sus oído o tal vez porque estaba a unos minutos de ver en persona a esa cantante a la que adoraba. 

Lo que vino después pasó muy deprisa. Taylor apareció en el escenario con un montón de luces y bailarines cantando “I know you were trouble”, y las demás canciones se sucedieron rápidamente una tras otra, la mayoría de su nuevo disco. 

“We are never ever getting back together”. Y Taylor contaba cosas entre canción y canción. Niall le prometió que si no había entendido algo, luego se lo diría él. 

“Treacherous”. Niall la tomó por la cintura y se movieron suavemente al ritmo de la música. 

“Everything has changed”. Ed Sheeran apareció como salido de la nada, y Blanca rompió a llorar de felicidad. No podía creerlo. Aquello estaba siendo demasiado perfecto.

Y un sinfín de canciones que Blanca bailó, cantó, disfrutó. 

Luces. 

Gente llorando, saltando. 

Más luces. 

En algún momento, Niall la cogió en volandas y la subió a sus hombros, de modo que podía ver perfectamente el escenario, podía ver a Taylor moviéndose, cantando, y se dejó llevar por todas las sensaciones que le producían las canciones, disfrutando más de lo que lo había hecho en mucho tiempo.

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-¡Ha sido increíble! –exclamó cuando entraron de nuevo en el coche, dando saltitos de la emoción.
-La verdad es que sí –Niall sonrió.
-¡Ojalá vuelva a venir a España! ¡Tengo que volver a venir a un concierto suyo! ¡AH, ES ALUCINANTE! 

El chico la miró con ternura. Tenía una forma de exteriorizar sus emociones tan expresiva que le encantaba.

-¿Has hecho fotos? –miró al chico.
-Claro que he hecho fotos –puso el coche en marcha.
-Madre mía, ¡no puedo creer que haya estado en un concierto de Taylor Swift! ¿Has visto lo perfecta que es también en persona? Es que… buf, es increíble.
-Tú me pareces más perfecta que ella…
-¡Anda ya! Será que necesitas gafas o algo. No sé. A lo mejor es porque no llevaba el pelo rizado. ¡Si vieras sus rizos! ¡Quién los tuviera! 

Niall la dejó hablar durante todo el trayecto hasta el hotel, que echara todos esos nervios y esa emoción. Aparcaron en el parking del hotel, aunque Blanca no era consciente de nada de eso.

-En resumen, lo has pasado bien, ¿no? –cogió las bolsas de viaje del maletero del coche.
-¿Bien? ¡¿BIEN?! ¡LO HE PASADO MEJOR QUE NUNCA! –se movía de aquí para allá.
-¿Blanca? 
-¡¿Sí?! 
-¿Crees de verdad que esta noche vas a poder dormir algo? –preguntó, riendo.
-La verdad es que no –ella rió también.
-Anda, vamos a la recepción –la cogió de la mano y tiró de ella.
-¿Vamos a quedarnos aquí? Este hotel parece caro –miró los sillones de terciopelo que había en recepción. 
-Aparenta más de lo que es –dijo Niall, aunque en realidad no era así.

Era un hotel bastante caro, pero el irlandés se había permitido el lujo de llevarla a un sitio como aquel.

Puesto que la recepcionista sabía inglés, fue Niall el que hizo todo el check-in, y Blanca esperaba, observando con algo de celos como la joven que les atendía, que tendría unos veinticinco años, se lo comía con los ojos.

-Bueno, ya está. Si necesita algo, sólo avíseme –dijo la mujer en tono provocativo.
-Ah, estaremos bien –intervino Blanca, en español.
-Perfecto, entonces –puso una sonrisa forzada; quizás no esperaba que la chica la entendiera.

Los jóvenes fueron hasta el ascensor.

-Habitación 411 –comentó Niall.

Blanca alzó las cejas.

-¿Una habitación? –puso especial énfasis en la palabra “una”.
-Sí, verás, es que con tan poca antelación… el hotel estaba lleno, te recuerdo que en ese concierto había miles de personas que necesitan dormir en algún sitio. Bastante es que haya encontrado una –frunció el ceño, y Blanca supo que le decía la verdad.
-Bueno, es igual –dijo, pero se empezó a sentir algo nerviosa.

No es que le molestara estar a solas con Niall o algo así, es que en una habitación hay una cama, y con toda la noche por delante… no sabía lo que el irlandés podría querer. ¿Y ella? ¿Qué quería ella? Por una parte pensó que le apetecía la idea, pero por otra, sentía un pánico atroz atenazándola. No sabría qué hacer. ¿Estaba preparada? 

Niall interrumpió sus pensamientos.

-Bienvenida a nuestra habitación –con una sonrisa, mantuvo la puerta abierta para que la chica pasara, y lo primero que Blanca vio fue una gran cama de matrimonio en el centro. 

Con un estremecimiento, pensó que quizás se estaba adelantando a los acontecimientos. Niall no le había propuesto nada de… hacerlo. Aún.

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No os puedo poner qué pasará en el próximo capítulo porque no lo tengo escrito, pero... ASDFGHJKLÑ. ¿Os ha gustado? Espero que sí. Lo he hecho algo más largo que de costumbre porque llevaba mucho sin subir. Lo siento, no he podido hacerlo antes, espero que la espera haya merecido la pena.

Como siempre, COMENTAD EN TWITPIC o MENCIONADME en twitter, P-O-R F-A-V-O-R, ya no sé cómo decirlo, es DE VITAL IMPORTANCIA. Gracias.

Deciros que preveo que la novela tenga como cinco o seis capítulos más -intentaré ser capaz de sintetizar-, porque ya es hora de acabarla, no sé, no le veo mucho sentido a alargarla más. 
Intentaré subir el próximo capítulo cuanto antes, de verdad.


Muchísimas gracias por leer, os quiero, sois geniales, gracias por hacerme sonreír con vuestros comentarios <3


AbstractLands.