Call it love. 
Capítulo 1.
Era imposible, había perdido a mis amigas en cuestión de segundos, no veía a nadie conocido entre toda la multitud de gente que se situaba alrededor de mi. Comencé a marearme, parece que esa noche el alcohol logró jugarme una mala pasada, por lo que decidí ir hacia el baño. 
Estaba dispuesta a abrir la puerta del baño cuando escuché una voz que me hablaba. 
-Te ayudo? Dijo una dulce e imponente voz.
-No gracias. Repliqué.
-Estás segura? Dijo.
Giré la cabeza para mirar de quien se trataba, observé su inapreciable rostro, no me sonaba de nada, llevaba un sudadera y unas gafas de sol oscuras, y, si a eso le sumamos el mareo que llevaba encima, me era imposible reconocerlo.
-Te conozco? Dije.
El imponente chico que se situaba enfrente, se quitó las gafas dejando a la vista unos preciosos ojos azules, que brillaban con una tremenda fuerza, puso su mirada fijamente sobre la mía, aparto con su mano izquierda un mechón de mi pelo para verme bien la cara y se le escapó una pequeña risita.
-Ahora puedo ayudarte? Sugirió.
Asentí en muestra de acuerdo.
Me abrió la puerta del baño y con gran delicadeza hizo un gesto para que pudiera pasar.
Estuve en el baño durante diez minutos, parecía que esa noche no iba a ser la mía. Me recogí el pelo en un moño, lo cual me llevó unos 30 segundos, miré para ambos lados, dispuesta a encontrar a mis ya perdidas amigas. Me dispuse a dar unos pasos al frente para ir hacia la salida a buscarlas cuando alguien me tocó la cintura, supuse que serían ellas, pero no, era otra vez ese chico rubio de ojos azules que tanto me llamaba la atención.  Un enorme escalofrío invadió mi cuerpo, ese chico al que apenas conocía en seguida comenzó a formar parte de aquella noche.
-Me gustas más con el pelo suelto, dijo entre risas.
Metió sus dedos entre el moño y tiró suavemente de la goma que lo sujetaba, siempre mirándome directamente a los ojos.
-Así mejor, dijo.
-Oye, como te llamas? Contesté.
-Por fin hablas, dijo entre risas otra vez. Creía que no podías. 
Hice un gesto de gracia irónicamente.
-Soy Niall, Niall Horan. 
Niall Horan, ese chico me sonaba mucho, y como no me iba a sonar, era el chico con el que todas soñaban, todas mis amigas de la primera a la ultima estaban locamente enamoradas de ese chico malo. La verdad, es que razón no les faltaba era tan dulce, tan amable y tan guapo… Pero no, nunca me podría llegar a gustar una persona como el que coge a la primera chica que ve por la cintura.
-Me vas a decir tu nombre? 
-Adivinalo. Dije con una sonrisa en la cara.
-Está bien, pero mejor vamos a un sitio más tranquilo. Dijo.
Me llevó con el hacia la salida, yo no estaba muy convencida de ir pero todo el mundo decía que era una buena persona, así que decidí ir con el. Es raro porque nunca suelo ir con personas a las que casi no conozco, aunque este chico, este chico tenía algo que me hacía sentirme protegida.
-Ten, toma mi chaqueta, hace mucho frío ahí fuera. Me dijo sonriéndome.
-Está bien. Gracias.
Acepté coger su chaqueta, y lo cierto es que tenía razón, hacía mucho frío. Estabamos a la mitad del camino hacia su coche cuando comenzó a llover, la única opción que teníamos de mojarnos menos era ir abrazados hasta el coche, Niall me llevaba un buen trozo, el era mucho más alto que yo, así que cogió sus largos brazos y los puso sobre mi tapándome y dándome un poco de calor. No pude evitar acurrucarme más hacia el cuando vino una gran ráfaga de aire frío. Lo miré y me puse un poco colorada el comenzó a reírse, su forma de reírse me parecía muy dulce. 
Llegamos a su coche, era negro y bastante grande, me abrió la puerta del acompañante e hizo un gesto para que entrara. Volví a asentir, y entré en el coche.
-Estoy en el asiento del coche del chico malo Niall Horan, debería sentirme importante? Le dije chistosamente.
-Parecías más tímida en la discoteca…
Los dos nos reímos, miré hacia la ventana, estaba oscuro y estaba a punto de armarse una buena pelea en la entrada así que Niall decidió que era hora de irnos. 
-Puedes acercarme a casa? Pregunté tímidamente.
-Claro que si. Dijo Niall con una sonrisa. Además hace mucho frío y una chica tan preciosa como tú, no debería andar sola a estas horas por la calle…
-Cállate. Le dí un pequeño golpecito en el hombro derecho.
-Aaa… Hizo una mueca de dolor.
-E-estás bien? Dije preocupada.
El comenzó a reírse.  
– Eres más inocente de lo que creía.
-Oye, no seas malo conmigo. Dije riéndome. Bueno, esta es mi casa, gracias por todo. 
Le di un gran abrazo porque supuse que nunca lo volvería a ver.
Llegué a casa, mis padres estaban dormidos y el único que vino a recibirme fue mi perro.
Me quité el vestido, dejé el bolso en la silla y me fui a duchar.
Al termirar de ducharme, me puse el pijama y me metí en cama, a los 2 minutos decidí averiguar donde se habían metido mis amigas, así que cogí el bolso y metía la mano dentro, con la luz apagada comencé a revolver por el bolso en busca de mi teléfono, pero nada. 
Encendí la luz bastante preocupada, para buscar el teléfono pero no estaba, decidí dormirme y buscarlo por la mañana, ahora era demasiado tarde, antes de dormir pensé donde lo podía aver dejado… O no, y si me lo dejé en el coche de Niall? 
-Mierda, dije.