Capítulo 48

-¡Ahí está, ven vámonos!- Dijo Dayana-

-No, no puedo- dije nerviosa zafándome de su agarre-

-Vamos. Llegaremos más tarde si no mueves tu lindo trasero al auto-

-Es que, no entiendes… -Hice una pausa. No creía que esto estaba pasando- No puedo…

-Vamos… -Dijo jalándome del brazo-

-Hola Tyler –Dijo Dayana montándose al auto- Ella es nueva, su nombre es ______________ -dijo- ______________, Tyler. Tyler, ______________.

Me terminé de subir al auto y cerré la puerta para que adentro quedara en negro y no pudiera ver su cara. Ya había reconocido esa risa. Sentía pánico.

-Hola –Quedo callado sonriendo- Bienvenida –Me dijo sin voltear a verme. Lo hacía desde el retrovisor-

Odie el hecho de que estaba sentada justo detrás de él. Dayana iba adelante. Por lo menos se distraería con ella. Mi lado estaba ocupado por unas cajas no muy grandes de una entrega que tenía hacer, o eso entendí  en el papel con la poca luz que entraba, por lo que no podía optar por rodarme.

No dije ni una sola palabra todo el camino. Ellos hablaban y reían. Dayana vivía más cerca, a ella la dejamos de primera. Conmigo eran 10 minutos más de viaje.

-Chao _____________. Gracias Tyler –Dijo Dayana bajándose, dejándome sola-

Respiré hondo cuando ella cerró por completo la puerta del carro. Él tenía una orden de alejamiento. No podía acercarse a mí a menos de 2 metros y nos encontrábamos a centímetros. Uno detrás del otro. Sentados. No dijo nada en todo el viaje hasta mi casa, o lo que él pensó que quedaba mi casa. No le mostraría en donde vivía. 

-Aquí. Gracias –Él terminó de parar el carro mientras yo abría la puerta-

Saqué todas mis cosas y continué a cerrar la puerta. Empecé a caminar. 

-¿A qué juegas _____________? –Me pregunto-

Me tensé y cerré mis ojos fuertes. Paré, pensé y seguí caminando hasta que oí una puerta sonar.

-Que acaso no recuerdas que sé en dónde vives… Te conozco, no eres desconocida para mí. Deja de fingir. –dijo serio. Se cruzó de brazos. Mantuvo su distancia. No se acercó- Móntate, te llevaré a casa –Me dijo sonando las llaves-

Me volteé y lo miré. 

-No voy a mi casa, Tyler…

-y ¿A dónde vas?

-Eso no te interesa –dije bajo-

Asintió lentamente y rió. Me causó un escalofrío en todo mi cuerpo. Las imágenes venían a mi mente sin control.

-Dejemos los problemas personales a un lado y terminemos con esto. Tengo sueño. Sube y déjame llevarte a casa. ¡Ahora! –Me dijo demandante abriendo la puerta del carro-

-Te dije, que no iré a mi casa. Prefiero caminar. Gracias –Dije nerviosa pero con seguridad en mis palabras-

Me volteé y seguí caminando. No sé a dónde iría. Cerca vivía una amiga de mi mamá. Ella no podría negarse, igual no me quedaría a dormir, solo esperaría a que él se fuera y cruzaría la cuadra para llegar a mi casa. No estaba tan lejos.

-¡_______________!-

Me volteé nerviosa.

-No me tientes… -Dijo amenazante-

Me volteé y seguí caminando, tenía que demostrarle que ya no le tenía miedo. Que él no tiene el control sobre mí, aunque sintiera todo lo contrario. El miedo me mataba.

Solo me faltaban unas cuantas casas por llegar. Agarré mejor mi cartera y empecé a caminar rápido. Sentí unos enormes brazos por detrás de mí. Me estaba abrazando. Quede paralizada. Esto no podía estar pasando de nuevo.

-Sube al auto ahora –Me dijo con su voz ronca a mi oído-

Con su peso encima de mí me hizo caminar hasta al auto y subir a él. Me dio miedo volver a ver su cara como la de aquel día. Él se acomodó al frente y puso andar el carro. Oraba y respiraba hondo para que las lágrimas no salieran. No podía entrar en pánico.

-Ya. Ves, no pasó nada. –Dijo viéndome por el retrovisor-

Abrí la puerta sin mirarlo y me baje corriendo. Busqué desesperada y temblorosa mente la llave de la puerta y antes de que pudiera abrir tenía a Tyler trancando la entrada. Lo miré con cara de pánico y el solo rió. No quería estar cerca de él. Quería gritar pero no podía, no podía gesticular ningún sonido de mi boca.

-Cómo has cambiado, preciosa… -Me dijo acariciando mi mejilla mientras sonreía maliciosamente-

Caminé 3 pasos hacia atrás con los nervios de punta.

-4 meses no pasan en vano… -Lamió sus labios y me miró de arriba a abajo- 

Superar algún problema vivido en el pasado, es fácil de decir pero difícil de hacer. Me encontraba con una lucha de pensamientos. Una parte de mi dice que tengo que permanecer fuerte ante él, no podía darle a entender que aún le tenía miedo pero la otra parte me estaba jugando en contra porque si le tenía miedo, y mucho. Lo tenía justo al frente y ni una palabra podía decir simplemente las imágenes venían a mi sin control, intentaba bloquearlos pero era totalmente difícil. 

-¿Sabes que estas violentando la ley? Debes estar a más de 2 metros de distancia de mí… -Dije en un momento de desesperación cuando ya mi espalda estaba pegada al muro que sostenía el techo de la entrada de mi casa-

-Olvidemos la maldita ley en este momento –Dijo colocando su mano en mi cintura y acercándose peligrosamente-

-¡Aléjate Tyler! –Dije rápido, volteando mi cara. Él se seguía acercando- ¡Déjame! –Lo empujé-

Lo separé bruscamente de mí y traté de alejarme sin hacer ningún sonido ya que era de noche y no quería despertar a nadie.

-No me empujes. No tienes por qué hacerlo –Se acercó a mi tapando mi boca-

Mi corazón empezó a latir rápido y mis lágrimas se asomaron. Mi primer día de trabajo arruinado por un completo idiota. Intenté gritar en el momento que él me tapo la boca y forcejeamos por un intento fallido de alejarme de él.

-Sssshhh. –Me dijo en la cara. En voz baja- Cuidado, te pueden escuchar –Rió-

Entre en pánico cuando me llevaba a la fuerza de vuelta al carro. Mordí su mano. Intente salir de sus brazos pero era imposible tenía más fuerza que yo. Me quito todas las cosas que llevaba encima; cartera, una bolsa con mi uniforme, los papeles del contrato… y me lanzó al asiento trasero. Tiró las cajas al suelo del carro. Patadas, mordiscos y rasguños de mi parte salían. En este momento éramos él y yo, no vendría Ryan a rescatarme como aquella vez y eso me asustaba. Ya estaba hecha un mar de lágrimas pero intentaba controlarme por lo de mi enfermedad aparte tenía que ver bien a donde lanzaba mis golpes.

-Sshh –Dijo agarrando mis dos muñecas en forma de esposas-

Estaba encima de mí.

-¡Déjame en paz! ¡Por favor! –Eran las únicas palabras que salían de mi boca- ¡Por favor!

Se reía estúpidamente en mi cara para que viera quien tenía el control. Quería matarlo y huir de allí.  

-Te pudrirás en la cárcel imbécil. ¡Suéltame! –Dije forcejeando entre lágrimas-

-Se rió- Terminemos con lo que no pudimos hace 4 meses atrás. –Se abalanzó sobre mí tratando de besar mi boca-

Me violarían al frente de mi casa. Mi vida no podría empeorar más. Después de 4 meses de tranquilad tiene que venir los malditos golpes. ¿Por qué? ¿Por qué a mí?

Cerré fuertes mis ojos mientras seguía forcejeando con él tratando de traspasar el mueble, si era posible, para salir de ahí. Era la segunda vez que mi infancia pasaba por mi mente como flashes. Mantuve mis ojos cerrados, no podía ver lo que estaba pasando. Parecía un sueño. Todo estaba oscuro.

-¡Déjame Tyler! ¡Detente! –Dije con lágrimas en mi rostro-

Había agarrado mis muñecas y las estaba presionando contra el asiento. Estaba encima de mí. Mis piernas estaban un poco flexionadas por la puerta. Él besaba mi cuello desesperada mente. Intentaba alejarme de él lo más posible. Quito su camisa e intentaba desabrochar su pantalón pero con mis movimientos se le hacía difícil. 

-¡Por favor no! – Fue lo último que dije cuando vi su puño arriba de mi cara-

-¡Callate, me estas enfureciendo! –dijo ya con su pantalón desabrochado- 

Entre mis uñas tenía su piel. Si moría sabrían quien fue. Varios golpes recibí de él por no dejar que siguiera con lo que estaba tratando de hacer. Mi labio, sangraba. Empezó a besarme y tocarme desesperada mente. Había roto mi camisa, estaba en bracier aun con mi pantalón puesto.

Empecé a gritar por si alguien pasaba. Estaba dentro de un carro pero si gritaba lo suficientemente alto me escucharían. Es navidad alguien debe pasar. Cerré mis ojos y mis lágrimas salían sin control alguno. De tanto gritar me dolía la garganta. Debido a los golpes me dolía la cara. Ya había desabrochado mi pantalón y lo había bajado también.

-Tyler… ¡Por favor! ¡No lo hagas! –Dije ya resignada-

Sabía lo que iba a suceder y no lo pude evitar, traté pero no pude. No debí haber subido al carro. No debí haberle hecho caso a Dayana. 

“Te amo Justin” Fue lo último que pensé cuando recibí otro golpe de Tyler, dejándome inconsciente.
*** 

-Amor, no es momento de que estés aquí –Dijo mi madre mirándome tiernamente. Me estaba sonriendo-

No sé si ya había muerto. Pero en donde me encontraba era un paraíso. Todo era blanco con dorado y diamantes por todas partes. Fuentes de aguas, niños, mascotas, personas se encontraban allí, todos con túnicas blancas y lucían muy felices. Al final de mi vista había un enorme castillo blanco con diamantes y por la enorme puerta que tenía, salió un hombre hermoso. Uno de los más altos del lugar. Irradiaba mucha luz y felicidad. Hablaba con las personas y con los niños jugaba.

Mi madre me quedo mirando y sonrió. Volteó a donde yo estaba viendo y sonrió aún más. Se acercó a mí y me dirigió a un banco que estaba cerca. Nos sentamos.

-Él es Jesús –Dijo sonriendo-

Lo volví a ver y sonreí. Él me vio, me sonrió y me saludo, yo hice lo mismo. La paz que sentía en ese momento era increíble. Me sentía bien, sin problemas, sin enfermedad, sin preocupaciones. Amaba estar allí. Un escape perfecto de la vida.

-No deberías estar aquí, _____________ -dijo mi madre sonriendo despejándome de mis pensamientos-

La miré y luego dirigí mi mirada al piso

-Aun tienes una larga vida por vivir.

-Mi vida se volvió un desastre mamá –La miré- Soy diabética, han querido abusar de mi dos veces y… te perdí. Ya no estás conmigo. ¿Cómo quieres que viva feliz? ¿Cómo quieres que siga adelante si siempre la vida me lo vive recordando? Quiero avanzar, quiero dejar todo atrás y no puedo. –Mis lágrimas salieron-

Mi madre me levanto el rostro haciendo que la viera directamente a los ojos.

-Es difícil amor, lo sé. Pero si vives esto es porque algo tienes que aprender. Analízate. Medita. Siempre te cuidare mi amor. Siempre estaré contigo, aquí –Señaló mi corazón- Nunca estarás sola. 

Me abalancé a mi mamá quien me recibía con los brazos abiertos. Lloraba y sollozaba mientras ella me acariciaba mi cabello.

-Te extraño mami –dije en un hilo de voz-

-No sabes cuento yo las amo a ustedes. A ti y a tu hermana. Con todo mi corazón. De aquí al infinito. Siempre las amaré nunca lo olvides -Me dijo aun abrazada a mí-

Nos separamos y quede viendo sus hermosos ojos color marrón. Los estaba viendo de nuevo. Estaba con ella de nuevo.

-Tienes que volver bebe –Sonrió- Es hora de que regreses.

-Mamá… -dije dudosa-

-Todo estará bien. Todo mejorara, confía en mí –Me sonrió-

Se paró y empezó a caminar dándome la espalda. Se volteó por última vez y se despidió. Ahora, me encontraba sola. Se veía solo un gran manto blanco que cubría todo el lugar en donde estaba. El piso empezó a desaparecer al igual  que el banco. Sentía como caía. No sentía miedo, sentía adrenalina. Todo se estaba poniendo negro y a lo lejos escuchaba una voz.
Abrí los ojos pesadamente y lo primero que vi fue una luz blanca encima de mí. Un gran sonido, era una sirena. Vi a mi lado y estaba un paramédico. Lo miré y él miró a mí.

-Tranquila, todo va a estar bien –Me sonrió y siguió poniendo una solución en mi brazo-

Cerré mis ojos y no recuerdo nada más…
 






DISCULPEN LA TARDANZA. AUN NO TENGO INTERNET EN MI CASA, ESTOY EN CASA DE UNA AMIGA. ESPERO LES HAYA GUSTADO EL CAPÍTULO :). LAS QUIERO MUCHO GRACIAS POR LEER. LAS AMOOOO :). NO ME DEJEN POR FIS *-*

#Atencion
Estoy pensando en subir otra novela. Si quieren que la suba díganme y les aviso. Sera con Justin igual. Si quieren subo la sinopsis...