Me entregué a ti, dejándome llevar por ese instinto tan insensato que nunca creí generar. Sigue siendo difícil, corazón, el de no poder alcanzar ese sueño tan inalcanzable que se encuentra en un rincón del pozo de mis fantasías, el de no tener la oportunidad de observar aquella perfecta hermosura que emites, por tan sólo unos cuantos minutos, el de no poder susurrarte temblorosamente un pequeño e insensible "te amo", que probablemente sea una palabra más para ti.... sin embargo una extraordinaria catarsis para mi alma. 

Quizá aparente estar acostumbrada a cada uno de mis caprichos, a cada una de mis lágrimas y sonrisas, pero en mi interior... ese anti-ego que mantuve escondido por mucho tiempo, sale del capullo de mi vergüenza y se apodera de cada entraña inactiva en mi cuerpo, plasmando cada una de mis palabras en sentimientos arrebatados de amor y definitivamente de mucha esperanza. 

Soy terca por aún creer en algo literalmente tan bizarro, en algo que tal vez mi destino no lo haya planeado, tal vez... ¿para no hacerme daño? ¿por qué no eras el indicado? o ¿por simplemente no creer? en fin ¿quién sabe? muchas incógnitas seguirán apareciendo con el transcurso del tiempo, pero créeme que la esperanza envuelta al rededor de mi corazón continúa y continuará vigente hasta el final de mis días, que lograré, por fin tenerte en las redes de mi cariño y nunca dejarte ir. 

Me haces mucha falta; te extraño como si no hubiera un mañana; te necesito, como un hijo a su madre; te admiro, por ser el faro de mi inmensa oscuridad; te amo, por ser ese pedazo que completó mi escasa felicidad. ¿Qué haría sin ti? perdería el concepto de amar y viviría aferrada a la tortura de mi realidad; tendría sed de tu sonrisa; necesidad de tu calor, ternura de tus caricias...pero lo más importante la inseguridad de apoderaría de mi.