CAP 1

Narra Melody:

  Desde niña siempre fui la consentida de mi hermano, casi nunca nos peleábamos y lo quería tanto que cada día se lo decía, eso le parecía cursi a mis amigas pero a mi me hacia feliz que el me devuelva el cariño. Toda mi maravillosa vida cambió cuando un malnacido produjo una tragedia con él. 
  Una tarde James me iba a buscar al teatro,  donde perfeccionaba mi aprendizaje de tocar la guitarra, pero nunca llegó. Luego de unos 30 minutos mi maestro de guitarra llegó corriendo hacia mí, tenia cara de espanto, cosa que me dio a entender que algo malo había pasado. Insistí para que me cuente lo sucedido pero se negaba completamente. Recién a la hora me enteré cuando llegué a mi casa traída por mi profesor. Me encontré con mi mamá llorando abrazada a Rúben, mi tío.
-Que… qué sucedió?.- Pregunté tartamudeando. 
  Mi mamá se levantó del sillón y salió por la puerta, al baño.
-Siéntate, tenemos que hablar.-Musitó él.
-Sucedió algo malo no?
-Escucha, tu hermano…-vaciló y luego concluyó- tubo un accidente.
  Mis ojos se abrieron como plato y me inundó la preocupación.
-Esta bien? –Dije con un nudo en la garganta-
-Lo llevaron al hospital y estaba en mal estado, es difícil decirlo pero… tal vez no se salve.
  Escuché un crujido dentro de mi, si, mi corazón se había partido en pedazos.
(…)
  Fue horrible tener que vestirme de negro sabiendo que era para una triste ocasión. (http://www.polyvore.com/cgi/set?id=60356800&.locale=es) Ni una lágrima calló de mi, estaba shokeada, perdida en mis pensamientos y todavía no podía creer lo que había pasado. Luego de unas 2 de que mi tío me había contado lo sucedido llegó mi papá a casa, y con la peor noticia que había escuchado en mi vida, mi preciado hermano había fallecido  y la última gota de esperanza se derramó. 
  Y aquí estoy, parada frente al cajón, viendo la cosa más espeluznante que puede existir, la muerte misma. Mis lágrimas caían por mis ojos una tras otra, los llantos retumbaban en la sala incluyendo el mío, ni los brazos de mis padres calmaban a la fierecilla furiosa que tenía dentro, furiosa por el Idiota ebrio que terminó matando a mi hermano, furiosa con Dios por no haber hecho un milagro y salvarlo, en cambio dejo que se me valla, que se aleje de mi y nunca mas lo pueda ver, la persona mas extraordinaria de mi vida no se merecía la muerte. Pero nadie entendía eso, y mucho menos Dios, toda mi fe se había ido.
    Lloré con desconsuelo3 hs seguidas hasta quedarme dormida sobre el regazo de mi padre, soñé con todos esos momentos maravillosos que pasé junto a James, soñé con la primera vez que me escuchó cantar en mi habitación, había entrado tan ansioso en él y me había felicitado por mi voz. Desde ese día me dediqué a cantar, nunca pensé que me había tan feliz. También comencé a tocar la guitarra para acompañar mis notas vocales, pero yo pienso que además de hacer todo eso para saciar mi amor a la música lo hice para poder ver esa bella sonrisa que iluminaba todos mis días, a cada hora, en cada lugar. Pero al despertar recordé que esa luz se había ido, y todo mi mundo se tornó de un gris triste y llego de odio. 

-Despertaste. Que tal estás? Preguntó mi primo Niall al verme sentada tomando café, me había cruzado al bar de enfrente para despejarme un poco, al parecer me había seguido.
 - Debería decir mejor o no quieres que te mienta? –El hizo una mueca y se sentó a mi lado. Un rotundo silencio se produjo, pero lo rompí diciendo.
-No necesitas por lástima a consolarme. Estoy bien sola.
-No vine por lástima. – Miró seriamente- vine a hablar contigo. 
-Y de qué quieres hablar?
-No debes dejar el canto.- Exclamó él. 
  Mis ojos se abrieron de par en par al escuchar eso, ¿Cómo sabía que tenia pensado dejarlo? Me quedé muda pensando que decir, pero él interrumpió primero.
-Te conozco y se lo que piensas.
  Era verdad, él me conocía casi como mi hermano y era una de las personas más importantes para mí.
-Pero cómo quieres que cante si mi hermano no está acá para hacerlo feliz escuchándome.- Dije con un nudo en la garganta que me impedía hablar bien.
-Sí está, recuerda que él siempre decía ‘’No importa donde o cuando, siempre estaré a tu lado’’.-Musitó acariciando mi mano sobre la mesa.
  Mis ojos se llenaron de lágrimas al recordar las veces que me decía esa frase, en los momentos de miedo, de soledad, incluyo de alegría, él siempre estaba para mí.
  Niall se levantó y me abrazó muy fuerte dejándome llorar en su hombro, sin decirme nada y comprendiendo mis sentimientos.