Capítulo 3
Han pasado 4 días desde que Harry se fue y yo no lograba sentirme mejor. Mi madre estaba preocupada y mis amigas se esforzaban por animarme, pero era imposible. Me pasé toda la navidad observando el regalo que tenía para él. Tenía tanta tristeza y rencor atorados entre la garganta y el corazón que me nublaban los pensamientos. El tercer día no soporté la situación, tomé la pequeña caja con el par de collares con un ‘Tú y yo’ grabados dentro y la tiré a la basura sin pensarlo dos veces.
Jamás podría perdonarlo. Nunca le perdonaría que eligiera por mí. Yo debía elegir si quería o no la despedida, si estaba dispuesta a pasar por eso, pero él fue egoísta y no pensó en ello y solo se marchó. Tal vez para siempre, pero eso tampoco lo sé. Por su culpa mi vida ahora estaba vacía. ¿Para qué había llegado a mi vida? ¿Para luego marcharse y dejarme así con las ilusiones rotas? ¿Por qué nunca me dijo que me amaba? ¿Por qué se había ido sin decir nada?
El día de mi cumpleaños se acercaba y así mismo el dolor se agudizaba. ¡Diablos, no podía sacarlo de mi mente! Él era parte de mi vida, de mis planes, de mis sueños, de mis proyectos. Ahora que no estaba, todo había cambiado. Simplemente debía sacarlo de mi vida para siempre, tal como él lo había hecho. Parecía bastante fácil para él, tenía que ser igual para mí. 
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No podía sacarla de mis pensamientos, era imposible borrarla, simplemente no había mañana que me despertara y no pensara en su sonrisa, en sus tiernos ojos miel, en su piel suave como el terciopelo. ¡Cómo la extrañaba! ¡Me estaba matando no poder volver a su lado, no ir a verla en su cumpleaños! Ese día pensaba hacerlo tan especial para ella que jamás lo olvidaría. Ahora no puedo, estando lejos no puedo hacer nada. 
Mañana cumplía 16 años y yo no iba a estar ahí para ver como reía y disfrutaba su fiesta. La planeó durante un mes entero y yo no iba a estar junto a ella para besarla y abrazarla como deseaba en estos momentos. Estaba tan emocionada porque iría su padre y repetía una y otra vez lo mucho que quería celebrar junto a mí. Recordar eso me partió el corazón. 
Aún tenía su obsequio. Había olvidado dejárselo a Jack para que pudiera dárselo mañana. Me costó tanto encontrar algo que valiera tanto como ella, se me hizo casi imposible, hasta que pasé por la joyería central del centro de la cuidad y la vi. Una hermosa y fina pulsera de plata delicada como ella misma, era como si estuviera confeccionada para Sky. Apenas la vi en la vitrina, supe que era el obsequio perfecto que tanto había estado buscando para ella.
Tomé rápidamente la pequeña caja color beige que contenía la pulsera y me dispuse a llegar a la oficina de correos de Londres. 
Casi como un impulso, envié la pequeña cajita dentro de otra más grande con destinatario a Holmes Chapel. Yo le prometí que no sabría nada de mí nunca más, pero eso no significaba que yo iba a olvidar este día tan importante para ella. Quería que tuviera la pulsera, era para ella, siempre lo fue. Tal vez no iba a saber de dónde venía, pero eso estaba bien. Le prometí que no la molestaría con mi presencia otra vez, debía cumplir aunque sea una de las promesas que decía esa carta, por más dolorosa que resultara para mí.
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3 Capitulo de la novela :}. -Ely.