{I´d cross the world for someone like you. Cap. 4}

Cuando Justin abrió la puerta de la sala en la que se celebraba la fiesta, pude distinguir a muchas más personas de las que Ryan dijo que irían, calculé a unas 500 personas. Antes de que me pudiese dar cuenta, los cuatro ya se habían ido a saludar a la gente, les perdí de vista. Con pasos torpes e intentando esquivar a la gente, llegué a una silla que había cerca de donde estaban los refrescos, me senté allí apartada de la fiesta. Era una alivio que no hubiese nadie, no llevaba bien conocer a gente nueva. La música explotaba mis tímpanos, estaba demasiado alta, traté de encontrar con la vista a alguno de ellos de cuatro, pero me fue inútil. Solo veía una barrera formada por gente bailando: parejas, grupos de amigos, incluso alguno que otro, bailaba solo. Me arrepentía de haber venido a la fiesta, solo quería irme a casa, solo acababa de empezar, y ya me estaba empezando a sentir mal.

-¡En esta fiesta celebramos la bienvenida de Justin, y en su honor, en 3 minutos, pincharé un temazo suyo, será uno lento: First Dance! – Anunció el DJ.

Todo el mundo empezó a gritar, a saltar, a volverse loco… Pero no había ni rastro de Justin. Me alegraba de que fuesen a poner una canción lenta, no me torturaría tanto los tímpanos. 

-¡Quiero ver a todo el mundo buscando una pareja, en 1 minuto, empieza la canción! 

Ahora sí que me sentía mal de verdad, todo el mundo estaría bailando con su pareja, menos yo, que estaría aquí, sola y sentada en una silla. Tenía ganas de llorar, pero respiré hondo y cogí una bebida, la canción no durará mucho, podía aguantarlo. Todos estaban preguntándose mutuamente si querían bailar, todo me parecía como en las películas. Pude ver a Justin dirigiéndose hacia mí entre la multitud, cuando me vio, sonrió y vino hacía donde yo estaba,  me hizo una reverencia.

-¿Me concedes este baile? 

No sabía cómo reaccionar, ni siquiera creía que esto fuese real, pero sin pensármelo dos veces, le devolví la reverencia asintiendo con la cabeza.  Nos introdujimos en la pista de baile, las primeras notas de la canción ya habían empezado a sonar, Justin me adhirió más a su cuerpo, cuando estábamos prácticamente pegados, llevó sus manos hasta mi cintura, intercambiando sonrisas, entrelacé mis manos entre su cuello. Empezamos a movernos con pequeños pasos, yo tan solo me dejaba llevar por él, estuvimos así toda la canción, cuando estaba finalizando, acarició mis labios con los suyos, poco a poco, nos fundimos en un beso. Podía notar como las mariposas que sentía en el estómago, ascendían a medida que Justin deslizaba sus labios por mi cuello, sería una locura si dijese que estaba enamorada de él, porque apenas de conocía de hacía algunas horas, pero ya sentía cosas muy fuertes. Volvió a reposar sus labios en los míos, yo plegué mis manos en su cuello, acariciándolo al mismo ritmo en el que Justin me besaba. Cuando acabó la canción, nos separamos los centímetros suficientes para poder quedarnos mirándonos a los ojos, yo me perdí en sus ojos color miel, es verdad, no eran verdes, ni azules, ni ningún color especial, pero él no necesitaba ojos impresionantes, los suyos eran perfectos.  Elevó un poco sus manos hacia mi espalda siguiendo el compás de la canción que nos acompañaba ahora, ‘We’re young’, de Fun. La gente se movía con mucha marcha, sin embargo, nosotros apenas hacíamos algún movimiento, yo seguía sin apartar la vista de sus ojos, era uno de esos momentos que me gustaría inmortalizar, para siempre. 
Me llevó de la mano hacía la mesa de bebidas, que ahora, sí estaba rodeada de gente. 

-Voy a visitar a unos amigos, ahora vuelvo. 

Se fue mucho antes de que pudiese decirle nada, me quedé mirando al ponche con la vista perdida. Debía de parecer idiota, mirando al infinito mientras me mordía el labio y sonreía como una tonta recordando el beso de Justin. 

-¡Bú! – Di un pequeño salto para atrás, y pude ver a Caitlin con un chico, supuse que era su novio.
-¡Caitlin! Me has asustado. 
-Era mi intención, jajaja, es broma, mira, vengo a presentarte a Josh, mi novio.
-Hola Josh, soy Carla, encantada.
-Igualmente, ¿estás de campamento?
-Sí, dos meses. 
Estuvimos un cuarto de hora hablando, cuando Josh le dio un beso a Caitlin y la dijo que tenía que irse. 

-Bueno Carla, ahora que estamos solas, dime, ¿quién ha sido el afortunado que ha bailado First Dance contigo? 
Justo cuando abrí la boca para decirle a Caitlin con quién había bailado, alguien me abrazó por detrás, no me hizo faltar voltearme para darme cuenta de que era Justin.

-El afortunado he sido yo. – Dijo mientas me dio un beso en el cuello.

-¿Ves, Caitlin? Te lo dije, desde que conocí a Carla te dije que estos dos pegan juntos. – Chaz iba con un megáfono, y varios gorros de fiesta en su cabeza.

El comentario de Chaz me había confundido, ¿quería decir que éramos una pareja? Quizás estaba demasiado borracho y solo lo dijo para bromear. Ya eran las 5 de la mañana, de las 500 personas que había al empezar la fiesta, nos habíamos quedado unos 50. Estábamos los cuatro sentados en unos sofás que había en un rincón de la sala, yo estaba recostada sobre el torso de Justin, mientras él me acariciaba el pelo. Aunque estábamos todos en grupo, Justin y yo estábamos en una conversación aparte, hablando solos él y yo. 

-¿Tienes sueño? 
-Un poco, pero puedo aguantar hasta que nos vayamos todos.
-Si quieres, puedo llevarte a casa ahora, le pido el coche a Ryan y luego vuelvo a por ellos.
-Gracias Justin, pero no hace falta, en serio, estoy bien.
-Puedes dormirte encima de mí  si quieres, cuando nos vayamos te llevo al coche cogida.
-No, no te molestes, no hace falta.

Seguí besando los labios de Justin, me sentía realmente bien. Aunque le dije a Justin que podía aguantar despierta, me acomodé en su hombro y entrecerré los ojos, mientras él me daba pequeños besos en la frente, me quedé dormida.

El ruido de la carretera, me despertó. Cuando abrí los ojos, estaba tumbada en las piernas de Justin, estábamos en el coche de vuelta a Statford. 

-Con que ibas a aguantar, ¿eh? – Rió Justin mientras me acariciaba dulcemente la cara. 
-¿Me he dormido? Lo siento, creía que iba a aguantar, ¿y Caitlin?
-Se ha ido a casa de Josh, si no quieres dormir sola, puedes venirte a mi casa.
-Gracias, pero no me importa dormir sola, gracias, en serio.
-¿Sabes? – Dijo Ryan de repente. – Si vuelves tú sola a casa, los padres de Caitlin sospecharán de dónde está ella, es mejor que volváis las dos juntas por la mañana, así decís que estabais en casa de una amiga o algo. 
-Sí, Ryan tiene razón. – La voz de Chaz estaba ronca, pero estaba sobrio. – Los padres de Caitlin son muy… conservadores, por llamarlo de alguna manera, no les hará mucha gracia que esté con un chico durmiendo. 
-Entonces, ¿no te importa que duerma en tu casa? – Elevé la cabeza, mirando a Justin.
-Para nada, me das una alegría y todo.

Ryan y Chaz empezaron a bromear, no paraban de soltar comentarios como ‘’’Uhhhhhh, cuidado con lo que hacéis. ’’, ‘’la gomita, Justin, que luego hay sustos. ’’ Cuando vio que me estaba sonrojando, Justin les pidió que parasen, luego se tumbó conmigo en el asiento de atrás, y me susurró ‘’Tranquila, princesa, no te voy a tocar. ’’ Esa clase de comentarios me hacían estar segura, es como si Justin fuese un amigo mío de toda la vida, pero, quitando que era un famoso, era un completo desconocido, pero algo había en la forma en la que me trataba que me decía que él era especial, que merecía la pena.  
Cuando llegamos a Stratford, Justin me abrió la puerta del coche, me despedí de Chaz y de Ryan, y fui con Justin hacia su casa.

-Vivo en casa de mi madre, pero ahora no está, tenemos la casa para nosotros.  – Me tendió la mano.
-¿Vivías solo con tu madre? – Se la cogí.
-Sí, mis padres se separaron cuando yo aún era un bebé, pero sigo sin superarlo. – Me la apretó más fuerte.
-Lo siento, en serio, lo siento, no quería…
-No pasa nada, hablarlo me viene bien, casi siempre lo llevo encerrado dentro.
-¿Por qué nunca hablas de ello con nadie? 
-Bueno… - Dijo mientras le caían unas pocas lágrimas. – Siempre he querido tener una familia, ya sabes, normal, y con mis padres separados, eso era imposible.
-Mis padres están juntos, pero tampoco lo llamaría una familia normal. – Sequé las lágrimas que le caían con mis manos.
-¿Por qué no?
-No te creas que soy feliz con ellos, me gustaría que me trataran de forma diferente, a veces me siento realmente mal con ellos, es un tema que jamás hablo con nadie, pero tienes razón, hablarlo viene bien.
-Puedes hablarlo conmigo siempre que quieras, todavía nos quedan quince minutos para llegar a casa.
-Gracias por ser tan cercano conmigo.
-No me las des, es más, gracias a ti, no recuerdo haberlo pasado tan bien desde hacía mucho tiempo. 
-¿No te lo pasas bien en Estados Unidos, recorriendo todo el mundo, conociendo a gente importante…?
-Tú eres mucho más importante que toda la gente a la que he conocido en estos tres años. – Se produjo un corto silencio. – No me arrepiento de haber escogido esa vida, pero es mucho estrés, tengo que fingir que estoy feliz todo el tiempo, siempre tengo que sonreír, no me permiten equivocarme, hay días en los que no me dejan vivir. Manejan todo mi tiempo, no puedo decidir casi nada, es agotador vivir así, mis fans son las que me dan ese impulso que necesito, puede sonar a marketing, pero eso lo siento de verdad.
-Vaya, no creía que tu vida fuese así, siempre me la imaginé más…
-¿Perfecta? – Dijo mientras me soltó la mano de un brusco movimiento.
-Sí, perfecta, eso es lo que aparentáis. – Recibí un todo borde.
-Pues eso es lo que me molesta. – Alzó la voz. – Es como si os engañasen, no quiero que den una imagen falsa de mí. 
-¿Y por qué no hablas con ellos?
-Mi opinión les importa una mierda. Yo quiero transmitir fuerzas, coraje, valor, quiero transmitir mensajes positivos, pero ellos, ellos solo quieren dinero y más dinero.
-Eres como… ¿su marioneta?
-Vaya. – Volvió a cogerme la mano, mientras suspiró. – Jamás nadie lo había descrito tan bien, soy justo eso, su marioneta. Es un alivio que lo entiendas.
-¿Cuántos días te vas a quedar en Stratford? – Ahora fui yo la que agarré su mano con más fuerza, tenía miedo de que se fuera.
-Todo el verano, me dejan pasar todas las vacaciones aquí, luego empiezo con el tour.
-Pues relájate, no pienses en el trabajo, tienes todo el verano para descansar.
-¿Contigo?
-Conmigo. – Le afirmé sonriendo.

Fin del 4º capítulo, si queréis que os avise del siguiente, dejad un comentario. Gracias por leer.