Hola, soy Ángela y otra vez estoy escribiendo una nueva novela, tal vez la siga pero primero tenga que terminar la de Harry (que falta poco) y subiré de esta fanfic, espero les guste, la escribí por que escuché la canción de -Just A Game- de Birdy y creo que sus canciones me inspiraron a escribir esta novela, la subo porque quiero saber que piensan, porfavor comenten y pasen la novela a su amigos. Gracias. xx.

{Amor Egoísta}
—¿estaremos bien?—le pregunté con miedo, sentía por primera vez eso que llaman "adrenalina"
—claro, Alli solo confìa en mi—me susurra sacando el arma.
—no creo que tengamos que hacer esto—le digo con un poco de miedo y escuchando como los latidos de mi corazón latian y latian tan fuerte que podía que el corazón saltara.
—¿qué dije? que solo confíes en mi—vuelve a susurrar, ahora un poco molesto.
—¿por qué no nos vamos? sería mejor.
—Amor porfavor, quedate conmigo—suplica.
—siempre lo haré—le dije temerosa.
El se aserca lento a mi, sin hacer ningún ruido, me abraza y yo hago lo mismo, siento tu pecho cerca al mio y lo abrazo más fuerte, ambos levantamos la mirada y no besamos.
—Vamos, ahora ayúdame.
—Claro—le dije aún insegura.
Me levante del piso, me sacudí toda, pasé un mechón de mi cabello por detrás de mi oreja y caminé hasta la pobre persona, jugaba con mi dedos.
—Disculpe—le digo.
—¿sí?—me contesta y pienso en mi mente un "perdón".
—¿sería tan amable de decirme por dónde es esta dirección?—de mi bolsillo derecho saco la misma dirección que daba para el ataque.
—Ah claro, mira está por esta calle y después das vuelta a....
—¡ARRIBA LAS MANOS!—grita mi novio—ES UN ASALTO, LINDA TOMA LAS COSAS.
Nerviosa le arrebato la bolsa de mano que traía mientras él la señala con una pistola, me hecho a correr y el la sigue señalado, no se dónde esconderme, el siempre me decía "Corre lo más rápido que pueda, yo te buscaré, no mires atrás", no sé en donde estaba solo me puse detrás del edificio de Donas, escuché algunos pasos y me aseguré que era él, solo veo como su rubio cabello se mueve y su respiración era alterada.
—Hola—dice agitado y con las manos en la cintura.
No le contesté.
—¿Qué pasa?—preguntó angustiado al ver mi cara—¿tomaste las cosas?—pregunta de nuevo.
No le contesto y extiendo la mano con a bolsa de la pobre señora.
—Genial—la toma y se sienta en el piso a ver todo el dinero que contenía, me siento a un lado de èl, abrazo mis pies y me quedo callada—¿quieres tu mitad?—dice riendo.
—No—le contesto seca sin mirar el dinero.
—¿Por?.
—No, no lo quiero.
—¿Qué tienes?—me preguntó.
—Ya no quiero hacer esto, ya no quiero robar a las personas.
—No es robar.
—¿no? ¡¿entonces qué es?!.
—Vamos, tienes que calmarte.
—¿calmarme? nunca quise hacer esto.
—Mira, ahora los dos estamos muy entrados en esto ya no nos podemos salir y piensa esto; con todo este dinero podemos comprarnos una linda casa.
—Linda casa—lo arremedo.
—¿no quieres una?—preguntó sin descaro.
—No, solo ya no quiero hcer esto.
—No es la primera vez que lo haces ¿Qué pasa?.
—Me siento mal haciendo esto.
—¿Por qué?.
—¿Por qué? todavía tienes el descaro de preguntar.
—Pues....
—¿Sabes qué? olvídalo es imposible hablar contigo sobre esto.
—Quieres hablar hablemos.
—No, no quiero, solo me quiero ir a casa—me levanto y me cruzo de brazos, caminé sola y no lo esperé.
—¡esperame!—grita y se pone rápido de pie, me logra alcanzar y me abraza.
—no quitate—le digo molesta.
Camino hasta la casa, me cruzo por la avenida y él venía atrás de mi, ambos no decíamos nada.
Hasta que finalmente llegamos, el se quita la camisa y la cuelga en el viejo perchero, se queda con su pantalón, me quito la ropa y me quedo en ropa interior.
La cama era comoda, pero nuestra "casa" no, era muy pequeña y la rentabamos con el dinero que ambos, si... dije "ambos" robamos.
Nadie decía nada, me comencé a preocupar y quería llorar, lo hice, lloré mucho. El llegó y me abrazó diciendo: —No llores—
—¿tu no te sientes mal haciendo esto?—le pregunté mientras me abrazaba de él.
—No.
—¿Por qué?—le pregunto asombrada.
—Lo hago desde pequeño, desde los 13 años, ya tengo bastantes años.
—¿por qué desde pequeño?—le dije ronca.
—Mi padre nos abandonó cuando yo tenía 12 años, mi madre nunca estaba en mi casa y mi hermano se quedó con mi tía, solo estaba yo.
—Que triste—le dije.
—Mucho, pero ya me acostumbré.
—¿desde esa edad estás solo?.
—Si, he tenido que valerme por mi mismo, por eso ese día que te conocí me sentí especial.
Sonreí y lo beso. —¿especial?—le pregunto.
—Mucho, por eso te amo—me besa el pelo.
Nos quedamos en silencio por unos minutos, abrazados en la soledad que vivíamos, con el miedo de perdernos.
Comenzamos a besarnos cada vez más fuerte.
En la mañana siguiente, del nuevo día me depierto con un olor muy "peculiar" ,caminé hasta él, lo abracé por atrás y le beso el hombro diciendole un gentil: —Buenos días—
—Hola—me saluda.
—¿estás cocinando?—comienzo a reír—eso es un milagro.
El ríe junto conmigo.
—¿quieres probar? necesito comprar si está rico.
—No, gracias—le digo.
—¿por qué?.
—lo más seguro tiene veneno—camino hasta la silla que está al lado de la estufa donde el concina.
—Que graciosa, pero no.
—¿seguro?—le pregunté.
—segurísimo, vamos prueba—levanta la cuchara y me da una pisca de su preparación, siento la explosión de sabor en mi boca.
—Está rico.
—¿te gusta? lo hice especialmente para ti, así que sientate y disfruta el desayuno.
—Ah, ¿y ahora por qué tanto cariño?.
—Solo quiero que me perdones por lo de ayer.
—Claro que te perdonaré, solo no quiero hacerlo otra vez.
—Así tenemos que vivir.
—No, podemos vivir de otra manera.
—Ahora no discutiremos de eso ¿ok?.
—Lo siento.
El me sirve el plato en la mesa y me besa.

~Días después:
—¿estás segura que no quieres venir conmigo?—me preguntó.
—No, no quiero hacerlo más.
—¿Por qué no?.
—Solo no quiero ir.
—Vamos tienes que venir conmigo, no puedo sin ti.
—Si, si puedes.
—Por favor hermosa, no me hagas esto.
—Lo siento Niall, pero no quiero ir.
—¿por qué me dejas solo en todo?.
—No lo hago, solo no me siento bien.
—Ya hemos hecho MUCHAS veces.
—Eres tan desagradable—le digo mientras camino y golpeo su hombro molesta para salir de la casa.
—Vuelve aquí—grita molesto.
Lo ignoro y sigo caminando. —¡Que vuelvas!—sigue gritando y se acomoda su chaqueta, saca un cigarrillo de su bolsillo y lo enciende.
—¿QUÉ QUIERES?—le gritè molesta y caminé hasta él para quedar cerca.
—Nunca vuelvas a golpearme ¿lo entiendes?.
—No te golpee, estás loco—reí, pero estaba muy molesta.
—Quiero que por un momento de tu vida me dejes de ver como el malo de la relación.
—Eso eres—comento con mucho orgullo.
—¡¿Sabes qué?!—me agarra fuerte del brazo hasta lastimarme.
—¡Suleltame!.
—No.
—¡Me lastimas!.
—Alli, tienes que dejar esta estúpida actitud de princesa que me enferma, ya no eres la niña de papá.
—¿Ahora soy tu "niña"? ¿y qué actitud? solo digo la verdad y ahora... SUELTAME—le grito.
El me obedece por primera vez en su vida juntos, ¿qué quería? lastimarme.
—Perdón—dice apenado y con la cabez baja.
—Cállate—le dije y seguí caminando por mi cuenta.
—Alli—siguió gritando—¡Allison! mi amor.
Me detengo por esa palabra "mi amor" ¿desde cuándo era su amor?.
—¿Desde cuándo... soy tu "amor"?—le digo molesta y muy confundida.
—Simpre lo has sido.
—Ahora resulta que soy tu "amor".
—Si lo que quieres es discutir, creeme que no lo haré.
—Como quieras—me di la vuelta y seguí caminando, Niall venía detrás de mi, cuidando cada paso que saba como si fuera una niña pequeña. Pasaron unos 10 minutos de caminanta y el me toca la cintura. —¿Ahora si quieres hablar?— me giro para mirarlo y lo abrazo. —No se que pasa, en serio ya no quiero hacer esto.
—Aguanta unos años más, te compraré una gran casa.
—¿Ah si? ¿cómo será esa casa?—comienzo a reír y a relajarme un poco.
—Linda y hermosa como tu.
Seguimos abrazados, lo único que hacíamos era caminar, le rogué que hoy no robaramos, no me sentía bien.
—¿Qué quieres hacer hoy?—me pregunta jugando con su cabello.
—Lo que gustes, ¿tu?.
—¿Pizza?.
—Ayer comimos eso Niall.
—¿Hamburguesas?.
—Está bien, yo puedo cocinarlas.
—¿Tú?.
—Hago unas ricas hamburguesas aún que no lo creas.
—¿Ah sí? y también das unos ricos besos—me aserca, choca su frente con la mía y me besa.
—Basta, eres un...—antes de terminar la oración siento como un mareo muy MUY fuerte, siento las naúseas y las ganas de vomitar, el sostiene mi cabello porque sabe que vomitaré, me dió mucha pena vomitar en la calle, rápido me aserco a un bote de basura y vomito ahí.
—¿Qué te pasa? ¿estás bien?—dice preocupado, sostiene mi cabello con una mano y con la última sobrante la pasa por mi espalda para que me relaje.