#Touchthesky.
Capítulo 16.

La miraba arreglarse, mientras ella se veía tan detallado en el espejo de bolsillo que traía, frunce sus labios y con el más pequeño limpia el contorno de ellos para quitar el exceso del lápiz labial.
—¿A qué hora llegarás?—le pregunto protector.
—No lo sé, tarde yo digo.
—Ah, ¿el te traerá o qué?.
—Sí.
—Porque yo puedo pasar por ti si lo quieres y también te puedo llevar.
Ella gira su cabeza y me mira con una sonrisa (pues estaba de espaldas adelante de mi en el borde de la cama) —Tranquilo, el pasará por mi y me traerá también a la casa.
—Estoy tranquilo pero, acabas de conocerlo.
—Es buena persona, en lo que conversé con él se nota que tiene buenos modales.
—Que bueno—contesté.
Ella guarda su espejo en la bolsa que tenía a un lado, dejándola en la cama, me mira y me pregunta: —¿crees que voy bien?— la miro de cuerpo completo.
—Tú siempre te ves bien Sofía.
—¿no voy muy exagerada?.
—No, para nada, ¿a qué lugar irán?—le pregunto mientras juego con el bebieron de Catherine.
—Iré a ver a su banda tocar, es un restaurante informal.
—Pues vas bien, ese es tu estilo.
—¿Tú crees? me siento cómoda.
—Y te ves muy bien, descuida.
Sofía camina hasta el espejo donde me veía reflejado, estaba enfrente de la cama, se mira por unos segundos y sonríe a lo que hace que sienta un cosquilleo por todos lados.
—No regreses muy tarde, sabes que es peligroso.
—Estaré con Tom.
—Si, lo sé, pero... lo acabas de conocer.
Sofía ríe. —Ya te lo dije... tranquilo, estaré bien.
—Si quieres que vaya por ti me hablas al celular o a la casa, aquí estaré, cuidaré a Catherine.
—Pareces mi papá.
—Solo te cuido.
—Y lo agradezco mucho pero tien---
Las palabras fueron interrumpidas por el llanto de Catherine, me levanto rápido de la cama para cogerla en brazos.
—Ya hermosa, no llores—le digo a mi bebé y beso su cabezita diminuta.
—Lo que te iba a decir es que no te preocuparás, yo estoy bien, siempre lo estaré porque estoy contigo—me toca el hombro.
Le sonrío amablemente y observo como sale de la habitación, me siento en el borde de la cama para volver a dormir a Catherine, la arrullo suave y comienzo a darle de su biberón.
Pasan unos minutos y Sofía entra a la habitación tomando un vaso de agua.
—¿Ya se durmió Catherine?—pregunta susurrando.
—Ya casi ¿por qué?.
— no me gusta verla llorar.
—ya no lo hace, tranquila. 
Ella sonríe, se escucha que alguien toca la puerta de la entrada.
—¿Quién será?—pregunté.
—Lo más seguro es Tom.
—¿Le diste la dirección de la casa?
—Sí... ¡yo abro!—corre a la puerta.
—No, yo abriré.
—Deja cargo a Catherine—me la quita suave de los brazos—hola hermosa, hermosa.
Sofía se  queda atrás de mi, abro la puerta y si; era Tom.
—Hola, ¿está Sofía? ¿eres Harry no? ¿el de la playa? Hola.
—Sí a las 3 preguntas—contesto sin ánimos.
—¡Hola Tom!—Sofía se asoma y sonríe.
—¡Hola—se estira para darle un beso en la mejilla. —¿estás lista?—se recarga en la puerta.
—Claro, solo dejaré a Catherine en su cuna y tomaré mis cosas.
—Te espero aquí—le dice sonriente.
Miro a Tom con mala cara, era el tipo de Sofía, su cuerpo estaba todo tatuado, no todo pero tenía varios tatuajes.
—¿Y bueno?—le digo.
—¿Qué pasó?—contesta—¿eres el padre de la pequeña?...
—Si.
—es linda, se parece mucho a ti.
—gracias—le contesté.
—Sofía la quiere mucho.
—lo he notado.
—Listo—se escucha la voz de Sofía emocionada  y sonriente.
— Vayámonos—dice Tom con una gran sonrisa parecida a la de ella.
—Está bien—salen de la casa—te veo en unas horas Harry.
—Adiós—les digo y cierro la puerta.
¿Qué feo es no? ver a la chica de tus sueños salir con otra persona que no eres tú.
Decepcionado me voy al sillón, me acuesto y enciendo la televisión y dejo que las horas pasen.
Unas horas después me despierta el llanto de mi hija, un poco adormilado y sin razón camino a su cuna para tomarla en brazos, me doy cuenta de la hora: 1.34 a.m y todavía no llegaba Sofía.
Me acuesto en el sillón con Catherine en mi pecho, hacía sus típicos sonidos de bebé, me parecía tan tierna que aveces quería llorar aunque no pareciera, me comporté como un tonto cuando Sofía estaba internada en el hospital por estado de coma, me comporté tan mal con mi hija, cuando pienso en lo mal padre que fui me dan ganas de volver al pasado, volver y volver, volver a ese mismo día en que Sofía y yo unimos todo para crear un nuevo ser,ambos no sabíamos lo que pasaría, fuimos unos completos tontos, extrañaba esos días.
Bajó la cabeza y miro a Catherine dormir en mi pecho, acaricio su cabeza y le digo susurrando para no despertarla del sueño: —Lo siento hija—le beso el poco pelo que tiene.
Ambos nos quedamos dormidos, pasó un muy buen largo tiempo y tampoco llegaba Sofía, me despertaba a ratos por que no podía esperar su llegada y nada.
3:23 a.m. 
~ Escuché que la puerta principal se abría, era Sofía, al fin había llegado.
—Nos vemos—comienza a reír—no... y...ya vete, adiós—cierra la puerta.
—Hola—le digo.
Ella salta del susto. —¡Tonto! me asustaste.
—¿Por qué llegaste tan tarde?—me levanto del sillón.
—Su banda se retrasó.
—Ah, ¿estás bien? ¿no te pasó nada?.
—No, tranquilo.
—Sabes lo que opino de tus salidas.
—¿Salidas? ¿cuáles? esta es la primera que hago.
—¡No llegues tan tarde! es peligroso.
—Harry cálmate ¿si?, tu no tienes derecho a prohibirme nada.
—¿No tengo derecho? solo quiero prote....
—¡Es lo que siempre dices!—grita—sabes lo mucho que es estresante eso.
—No quiero perd...
—¿Perderme? ¡no eres mi novio! ¡no eres nada mio!
Esas palabras fueron las que pudieron romper mi corazón.
—¿En serio lo piensas?.
—No deví de decir eso pero es la verdad, ¡dame un poco de espacio!
—te lo doy.
—¿así? se ve que me lo das.
—está bien, lo único que quería era protegerte, ya no lo haré más.
Camino hasta mi cuarto y doy un portazo, me siento en la cama a llorar.
En la mañana que desperté siento una pierna al lado de mi, era suave esa pierna, me asusto un poco, luego escucho otra respiración y me siento acorralado, ok ¿qué era esto? me doy la vuelta para ver la respuesta a mi duda y era Sofía, dormía un lado de mi, tan hermosa y perfecta.
Algunos mechones de su cabello golpeaban con mi hombro (pues su cabello era muy largo), suspiro al momento de verla, por accidente le doy un golpe en el pie y veo como frunce el seño y se despierta poco a poco. —¡Oh no!—exclamo apenado.
Comienzo a sonreír al ver que se mueve de un lado a otro y abre sus ojos.
—Buenos días—digo en voz baja y viendo la hora.
—Hola—me sonríe igual.
—¿A qué se debe esto?—pregunto un poco sonrojado.
—No quería dormir sola, ¿no te molesta? no me gusta que estemos peleados.
—A mi tampoco, perdón por ser así de celoso.
—No te preocupes, pero no tienes porque estarlo.
—Lo sé.
—Haremos un pacto, ¿ok?—toma mi mano y la entrelaza con la suya—siempre estaremos juntos no importa qué—sonríe y ríe adorable.
—Claro, siempre juntos—beso su mano.