#Touchthesky.
Capítulo 12.

—¿Amanda estás loca?—Sofía ríe—Harry es solo mi...amigo, nunca lo vería como nada más.
—Eso dices ahora.
—Y lo seguiré diciendo, porque es verdad.
—¿Entonces no estás enamorada de él?.
—¡No! claro que no.
—¿Y por qué vives con él?.
—¿A qué se deben estas preguntas Amanda?.
—Solo contéstame.
—Harry es asombroso y muy lindo conmigo y Catherine me necesita.
—Ah—solo añade con sarcasmo.
—Catherine me necesita eso es todo.
—Catherine me necesita más ami.
—¿Por qué a ti?
—¿Todavía lo preguntas?.
—Pues no entiendo.
—¿No sabes nada de su madre verdad?
—No.
Amanda respira hondo.
—Yo soy la mamá de Catherine.
—¿Tu?.
—Sí, yo lo soy.
Sofía se confunde. —Claro que no, Harry no me ha comentado nada de ti, solo dice que ella se fue.
—Me fui un tiempo pero regresé.
—Amanda estás loca, tú no eres su madre.
—¿Y tu si?.
—No, yo no lo soy pero esa pequeña me ve y me siente como una.
—No siente nada apenas tiene unos meses de nacida.
—¿Y eso que tiene?.
—Yo soy su madre.
—Tú no lo eres, Harry me lo hubiera dicho a la primera.
—Pues que mal que no te lo haya dicho, por que es la verdad.
—Estás loca.
—¡Dime como quieras! yo se que yo tuve a esa niña en mi vientre.
—Amanda no te creo nada.
—¡No lo hagas! pero al final verás que si.
Sofía le dió la espalda y volvió a entrar a la casa (dando un portazo).
—¿Hablaste con ella?—me levanto del sillón.
Sofía solo me mira, dándome la espalda.
—Te estoy hablando.
—Sí.
—¿Y qué te dijo?.
—Nada importante, solo... qué...
—¿Qué?...
—Nada, enserio.
—¿Y por qué estás así?... tan...seria.
Pude notar que estaba llorando, entró al cuarto y cerró la puerta.
—¿Qué tiene mami?—miro a Catherine.
Estaba seguro que Amanda le dijo algo y no era nada bueno, entonces tomé mi saco, preparé las cosas de Catherine, la cogí entre mis brazos y salí del apartamento.
Era de noche, muy noche, ¿8:45? eso de decía en mi reloj de muñeca. Catherine venía en su porta bebé, mirando todo el techo... junto con Sofía había instalado en el asiento una pantalla que transmitía las películas de princesas que a ella le gustaban.
La casa de Amanda; era mi destino. 
Toqué la puerta varías veces con el puño, nada de nada, seguí tocando hasta que me abre.
—¿Qué?—contestó.
—¿Qué le dijiste a Sofía?, llegó llorando.
—La verdad.
—¿Qué verdad? no hay ninguna verdad.
—La verdad.
—¿Puedes dejar decir eso? me enferma.
—Harry... me enferma... ¡ella! su forma de ser.
—¿Qué te hace? vengo a resolver este problema. ¿Qué le dijiste?.
—Nada, no es mi culpa que sea una ridi...
—¡ NUNCA HABLES ASÍ DE ELLA!—levanto la mano.
—¿Me pegarás? vamos, no me importa, pierdes tu tiempo defendiendo a alguien que no te recuerda y que nunca lo hará.
—¿por qué eres tan malvada? ¿quién te hizo así?.
—Nadie, solo...
—No me importa, quiero saber que le dijiste a ella.
—¿por qué no se lo preguntas? y dejas de perder el tiempo aquí.
Ella tenía razón solo perdí mi tiempo.
—Lamento decirte esto: eres despreciable.
—¿Yo lo soy? mírate a ti. 
Respiré hondo y salí de su casa, Catherine dejó de estar calmada y comenzó a llorar, me senté en la banqueta para alimentarla. 
Mi bolsillo de pantalón comenzó a vibrar...saco mi celular y contesto: —¿Bueno?—
—Perdón—dice la voz, era....
—¿Sofía?.
—Enserio, lo que me dijo no tuvo importancia.
—¿Pero que te dijo?.
—Una tontera, que.. ella era la madre de Catherine. ¿es cierto? dime que no.
—¿Qué? está loca. ¡ POR SUPUESTO QUE NO!
Escucho un suspiro.
—Ya no te molestará más.
—¿Dónde estás? me siento tan sola.
—Ya iré para allá, Sofía.
—Ok, aquí te veo.
—Adiós.
En la casa; me sentía bastante cómodo, acuesto a Catherine y Sofía sale del baño, con una camiseta mía, un short también mio y el cabello desaliñado, me miró y corrió a abrazarme.
—¿Pasa algo?.
—No—dice entre lágrimas.
—¿Y por qué el abrazo?.
—Me hizo sentir muy mal, me dijo cosas espantosas.
—Tranquila.
Esa misma noche ella durmió abrazada a mi, no me soltaba.

El día siguiente decidimos ir al zoológico, todos, juntos... como la familia que somos pero en una parte no.
Mis pies me mataban, al igual que el calor, ¿por qué decidí irme en pantalón de mezclilla? era un calor horrendo. Me subí las mangas de la camisa, Catherine iba en los brazos de Sofía, ambas reían cada vez que se acercaban a alguna jirafa. Sofía iba con una short, unos tenis una blusa de tirantes y el cabello recogido.
Una hora del horrendo calor, no me dejaba disfrutar nada.
—¿La estás pasando bien?—pregunta riéndose.
—Tengo mucho calor.
—Pronto te refrescarás, solo piensa en lo bien que se lo pasa Catherine.
—Sí, está muy feliz.
—Sofía ahroa sí me dirás lo que dijo Amanda.
—Bueno...—se pone seria.
—Me dijo que ella era la madre.
—Eso no es cierto, Amanda tiene un ligero enamoramiento en mi.
—Y dijo otra cosa.
—¿Qué cosa?.
—Que estás enamorado de mi.
Tengo un nudo en la garganta, no puedo respirar.
—¿Es cierto Harry? ¿me amas?.