Huellas del Pasado
Capítulo 15:
La claridad de la mañana entra por las cortinas de mi cuarto, abro los ojos y miro la hora, son las 8:00. Rápidamente vuelvo mi cabeza, lo veo ahí, en la misma posición en la que lo vi anoche antes de dormirme: abrazándome. Acaricio suavemente su mejilla con una mano y él abre los ojos en seguida, me mira.
-Buenos días, princesa- me dice con una sonrisa medio dormida en su cara y besa tiernamente mi cabeza.
-Buenos días, Finn- le sonrío también- Creo que deberíamos levantarnos antes de que nos vean así, ya sabes…
-Entiendo, vamos. Podríamos hacer el desayuno para lo demás también.
Tal y como esperaba, el comedor está vacío; yo tomo algo del pan de mi padre y lo pongo a tostar mientras Finn calienta la leche y luego la sirve en varias tazas. Lo observo hacerlo, haciendo lo que sea es perfecto, y me doy cuenta de algo…
-Finn tú… ¿vas a irte pronto?- pronunciar esas cuatro palabras hacen el pecho se me cierre de angustia. El chico me mira, se acerca a mí y me abraza, acariciando con una de sus manos dulcemente mi espalda. Apoya su mentón en mi cabeza.
-Lamento no habértelo dicho antes- comienza él- Mi madre partirá mañana, pero yo me quedaré algún tiempo más. Le expliqué lo que pasa y…
-¿Qué pasa?- pregunto, cortando lo que estaba diciendo. 
-Lo que pasa es que…- me separa de él para mirarme a los ojos; siento que con sus ojos color del mar puede leer mis pensamientos, puede ver mi alma y corazón- Te amo.

Dos palabras. Solo eran esas dos palabras las que necesitaba escuchar: te amo.
Me sonrojo un poco pero contesto al acto.
-Yo a ti Finnick, te amo- al chico se le iluminan los ojos y, así como si nada, me toma por la cintura, me levanta y me besa apasionadamente. Las mariposas que hasta entonces estaban dormidas, empiezan a revolotear en mi estómago, haciendo que me duela; ambos sentimos un ruido y nos separamos rápidamente. 
-Buenos días, chicos- mi madre se asoma por la escalera, seguida por Annie y Cinna, mi padre ya hacía tiempo que está en la panadería.
-Bu… buenos días- digo con voz temblorosa, luego me aclaro la garganta. Me vuelvo hacia Finnick que estaba sentado en la mesa con aire aburrido desde hace unos segundos.
-¿Ya se amigaron ustedes dos?- Cinna nos observa, es Finnick quien responde.
-Sí, estuvimos hablando anoche y nos amigamos. No había razón para enojarnos, en realidad ¿Verdad, Prim?
-Es cierto- digo, me ubico al lado de Finn
-Me alegro por ustedes- una sonrisa pícara cruza fugazmente el rostro de Annie, logro detectarla y mis mejillas se sonrosan. 
-Es bueno que volvamos a ser amigos- sin que los otros lo noten, Finnick posa una de sus manos en mi pierna y la acaricia suavemente. Contengo un suspiro; si no hubiera nadie aquí, no sé que cosas podría acabar haciéndole. *¡¿Qué rayos estás pensando, Primrose?!* sacudo mi cabeza levemente, ahuyentando esas ideas de mi cabeza.
-Veo que además prepararon el desayuno- mi madre parece realmente asombrada, nos sonríe a los dos.
-Queríamos sorprenderlos- le digo sonriente.
-Y lo hicieron- Annie nos mira con cara de “Tendrán que contarme qué hay entre ustedes”.

Nos dedicamos desayunar en silencio, disfrutando lo que comemos y bebemos. Además de tostadas y leche, habíamos preparado una gran variedad de cereales, galletas y jugo de naranja, todo en una hora; estoy orgullosa de lo que logramos, está delicioso.
Cuando terminamos con cada una de las cosas que había sobre la mesa, juntamos los platos, jarras, vasos y tazas, y los llevamos a lavar. Veo por la ventana que tenemos sobre el lavaplatos que el cielo está nublado y amenaza con llover, lo cual es bueno ya que tengo que pasar la tarde encerrada haciendo deberes con Claire y, ya que es día está horrible, no me perderé un buen día para cazar. En cambio, mi madre sí irá. 

Al terminar de lavar los trastos, voy a mi habitación y me visto; justo al terminar de ponerme la zapatilla del pie derecho, oigo el timbre. Seguro son Darius y Gale, que quedaron con mi madre para ir a cazar para traer algo qué almorzar hoy, ya que van a quedarse.
Bajo las escaleras a paso lento y allí estaban los dos; los recibo con una sonrisa y un beso en la mejilla. No alcanzamos a cruzar palabra, ya que en el momento en que iba a hablar mi madre llega con la ropa de caza, y los tres desaparecen por la puerta. 
Me sobresalta al sentir que alguien apoya una pequeña mano en mi hombro, me giro sobre mis talones y compruebo mis sospechas: es Annie.
-¡Annie! Que gran susto me has dado- exclamo riendo nerviosamente, por que sé qué es lo que quiere hablar conmigo.
-Lo siento, Prim- dice con voz suave y una sonrisa pequeña en su delicada cara- Yo quería hablar contigo de Finnick- está hablando en voz muy baja, solo para que nosotras dos escuchemos la conversación- ¿Qué sucedió anoche realmente?
No sé por qué, pero se me hace realmente fácil hablar con ella, es como hablar con una vieja amiga. Así que le cuento la verdad sin rodeos:
-Yo… tuve una pesadilla anoche y… me levanté y bajé hasta el living. Luego llegó Finnick, hablamos y… y…- es fácil, pero aún así hay una pizca de nervios en mi voz, después de todo es la madre de mi ¿novio?
-¿Se besaron?- pregunta con aire soñador, le asiento leve y secamente; ella no dice nada más, solo me abraza- Finnick me dijo rogó quedarse aquí contigo. No quiere irse, él te ama tanto- sonrío levemente, aunque quisiera estar en mi habitación saltando sobre mi cama de la mezcla de emoción y felicidad que siento.
-Lo sé, y yo lo amo a él. Demasiado- Annie toma mi cara entre sus manos, me mira a los ojos largo rato, sonríe y besa mi frente, como lo hace mi madre.
-Me alegra ver que por fin, Finnick encontró a la chica adecuada.
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Solo quiero agradecerles por los lindos comentarios que hacen del Fic, me alegra tanto que les guste :') En serio, muchas gracias!