Huellas del Pasado.
Capítulo 13:
-Creo que debería ir a cazar algo- digo, y es verdad, el sol se está poniendo y todavía no tenemos nada qué llevar para cenar.
-¿Quieres que te acompañe? Puedo hacer buenas trampas- Darius ya se está parando, yendo en mi dirección. Lo pienso, podría estar bien tener a alguien que hace buenas trampas, pero con el poco tiempo que tenemos no nos sirve de mucho. Aún así decido que me acompañe, no me gusta andar sola por el bosque cuando oscurece.
-Está bien. ¿Finnick, quieres venir?- Finnick nos mira con el cejo fruncido. Niega con la cabeza secamente.
-No, yo ya me voy- dice, y sale del lago. Me doy el placer de perderme en su hermoso físico, olvidándome de todo, solo admirando la perfección de su cuerpo. Hasta que Darius me vuelve a la realidad.
-Prim… ¿Vamos?- puede notar una mirada asesina y llena de furia por parte de Finnick al chico que está a mi lado, pero Darius no lo nota, está mirándome a los ojos.
-Sí… yo… vamos- tomo mi arco y mis flechas- Nos vemos en casa, Finn- Finnick me mira y asiente, sin decir ni una sola palabra. Y sin más, nos adentramos en el bosque.

Todo está muy callado, así que decido sacar un tema de conversación, algo para cortar el silencio.
-Y… ¿Tu madre vino también? Por qué no la vi cuando tu padre llegó a mi casa- una expresión triste aparece en el rostro de mi acompañante, algo me dice que no debí haber preguntado eso.
-Mi madre falleció cuando apenas tenía tres años. Mi padre tuvo que hacerse cargo de mí, ahora que ya soy grande y bastante maduro, trabajo con mi padre para poder llevar comida a casa.
-Oh, yo… Lo siento, Darius, de verdad. No tenía idea- miro el piso, estoy avergonzada.
-No te preocupes, no lo sabías, está bien- me sonríe de manera tierna. Escucho un ruido, llevo un dedo a mi boca y le digo a Darius “Shh”, luego llevo ese mismo dedo a mi oreja, haciéndole señas para que escuche. Esta vez estoy segura de que es un animal. Saco una flecha y la coloco en mi arco, dos segundos más tarde lo veo: un ciervo.
Hacía mucho que no veía uno de estos y no estoy segura si lo vuelva a ver; sin pensarlo dos veces, lo atravieso con mi flecha. Darius mira, asombrado.
-¡Wow! Es fue fantástico. Eres fenomenal- sus comentarios hacen que me sonroje. 
-Gracias, pero no es para tanto- digo humildemente, aunque la verdad había sido un tiro espectacular- Vamos, ya se hace tarde- no tengo ganas de despellejar al animal ahora, le dejo ese trabajo a mi madre, después de todo ella es mucho mejor en eso que yo.
-Sí, vamos.
 Darius se ofrece voluntario para llevar al animal, yo no me niego; los dos comenzamos a caminar saliendo de La Pradera. Es entonces cuando el chico pregunta:
-Ese muchacho… Finnick, y tú ¿son novios?- no me mira a la cara.
-No, no, para nada. No tengo novio, nunca eh tenido uno en realidad- me sonrojo y bajo la vista a mis pies.
-Ah, bueno que mal- dice en un tono que no puedo descifrar, parece felicidad y mezcla de lamento, pero podría estar equivocada.
-¿Qué hay de ti? Seguro has dejado algún que otro corazón roto en el Distrito 2 ¿No? Después de todo, esos ojos son algo irresistibles- ambos reímos.
-En cuanto al amor, estoy igual que tú. Digamos que tuve un par de novias, pero nada serio. Además, casi siempre terminaba herido, algunas de ellas me engañaron con otro.
-Oh, lamento eso.
-No es nada; todavía espero a la chica indicada- puedo sentir una fugaz mirada hacia mí. Me sonrojo, pero la noche impide verme las mejillas. Gracias a Dios, llegamos a mi casa.
Abro la puerta y anuncio mi llegada con un “¡Mamá, llegue y traje la comida!”. Un segundo más tarde, ella se encuentra parada frente a nosotros.
-Tú debes ser Darius, tu padre me habló de ti. Un gusto conocerte- estira su mano hacia el chico, éste la toma.
-Lo mismo digo, Señora Mellark.
-Llámame Katniss- le dice y le sonríe, luego se pone seria y me mira- Y a ti, te dije que no volvieras tarde. 
-Valió la pena, mira lo que cacé- y Darius deja caer el animal de sus hombros, mi madre lo mira boquiabierta.
-¿Dónde lo conseguiste?
-Estaba vagando por La Pradera buscando comida, cuando se topó con nosotros- al fin, mi madre sonríe.
-Bueno, deja que lo despelleje y le aviso a padre para que lo cocine. Tú ve a bañarte mientras tanto, y tú cielo- le habla a Darius- tu padre está en la cocina esperándote. Puedo acompañarte si no sabes donde está.
-Claro, gracias- responde. 
Subo corriendo por las escaleras; voy hasta mi cuarto, tomo unos jeans y un suéter de hilo blanco, y voy directo al baño. Me ducho lo más rápido posible y bajo a cenar. Era de esperar que Gale y Darius se quedaran a cenar; Annie, mi padre, mi madre y Gale charlan animadamente. Darius, Cinna y yo hablamos de la presa, y Finnick se limita a revolver su comida con el tenedor, llevándolo a su boca de vez en cuando. Algo le molesta.

Una vez terminada la cena, Gale y Darius se levantan de la mesa, ayudan a limpiar y luego de eso, los acompañamos hasta la puerta, donde nos despedimos de ellos. Gale me da un abrazo y me sonríe; cuando llega el turno de saludar a Darius, él me abraza tiernamente y me planta un suave beso en la mejilla, también tiene un perfume de hombre que atonta el pensamiento. Me susurra al oído:
-Hasta mañana, princesa- y después, ambos salen del calor de mi hogar y pasados unos segundos, son tragados por la neblinosa noche.
-------------------------------------
skfhkjherfhjdhgg.