Huellas del Pasado
Capítulo 12:
Gale Hawthorne… Recuerdo ese nombre, alguna vez lo oí de los labios de mi madre.
Extiendo mi mano y tomo la suya, luego abro la puerta.
-Pase, Señor Hawthorne- le digo, ya en un tono más amable, una vez dentro de casa.
-Puedes llamarme Gale- y me sonríe.
-Está bien, “Gale”. Espéreme aquí, voy a buscar a mi madre- el hombre asiente.
Salgo a paso rápido y grito “¡Mamá!”, a lo que ella en seguida responde con un “¿Qué sucede, Prim?”. Voy hasta donde me guía su voz, a su cuarto.
-Mamá, alguien te busca- comienzo, ella luce sorprendida. Por lo visto, no tenía idea que vendría- Un tal Gale Hawthorne- veo que su cara se torna de un tono pálido, y sin decir nada, baja corriendo. Yo le sigo el paso.
Llego segundo más tarde que ella, y veo que están abrazados fuertemente, como para nunca volverse a separar; pero lo hacen. Logro ver que mi madre está derramando lágrimas de alegría, y Gale, aunque parecía un hombre duro, tiene los ojos aguados.
-¿Por qué no me dijiste que vendrías?- a mi madre le tiembla la voz al hablar.
-Quise que fuera una sorpresa, Catnip- una sonrisa se instala en la cara de los dos, mi padre entra en ese momento y se topa con la escena.
-¿Gale?- él lo mira, como tratando de reconocerlo. Después de unos segundos, se abrazan ellos también.
-Peeta, Katniss, me alegro mucho de verlos… Es increíble cuánto tiempo a pasado ¿10? ¿20 años?
-Algo así- responde mi madre, con los ojos hinchados. Entonces, Finnick baja con cara de dormido por la escalera. Observa lo que sucede, sin comprender.
-¿Él es…?- los ojos de Gale van de mi madre a Finnick.
-Sí, Gale, es el hijo de Finnick- Gale sonríe.
-Te pareces tanto a él que asusta, cualquiera que hubiera conocido a tu padre podría decir que eres su clon- Gale y Finn se sonríen- ¿Annie está aquí también?
-Sí, seguro ya debe estar por bajar. Pasemos a la cocina, así podremos hablar tranquilos.
Mi padre, mi madre y Gale desaparecen por la puerta que da al comedor, dejándonos a Finnick y a mí solos. 
-¿Quieres ir a La Pradera hoy?- pregunto tratando de sonar lo más amable que me es posible. Él se limita solo a asentir y luego se va por donde vino ¿Es que siempre va a estar enojado conmigo? 
Decido subir a cambiarme, creo que la charla de estos tres va a durar largo rato. Quizás pueda comer algunas bayas que encuentre en La Pradera. 
Tardo muy poco en cambiarme, así que salgo rápidamente de mi cuarto y toco la puerta del de Finnick. Él atiende, y sin que yo le diga nada, me sigue; bajamos las escaleras y aviso a mi madre que me voy con un grito, ella me grita “¡Está bien, pero no vuelvan tarde!”.
Caminamos rápido, sin hablar; espero a llegar a La Pradera para poder preguntarle por qué ya no me habla, y así lo hago.
Llegamos y esta vez soy yo la que se sienta primero en el pasto, lo observo seriamente.
-¿Ya vas a explicarme por qué no me hablas?- él hace como que no me escucha y se saca la remera- Finnick, te estoy hablando- digo pacientemente- Finnick…- él se tira al agua, estoy empezando a enojarme en serio. No puedo contenerme, así que le grito- ¡FINNICK ODAIR!
Él me mira.
-¿Qué quieres Mellark?- pone mala cara.
-Quiero saber que es lo que te pasa conmigo.
-Nada.
-¿En serio esperas que yo me trague eso?- el chico solo me observa, está mojado, casi no puedo contener mis ganas de tirarme al lago y besar eso cálidos labios- ¿Qué?¿El hecho de que yo me haya corrido dañó tu orgullo de hombre? Seguro ninguna de las chicas te ha negado un beso ¿verdad? ¿Es eso?
-¡Claro que no! Es solo que…- deja su frase en el aire, él también escuchó el ruido que yo escuché.
Me levanto rápidamente en dirección al sonido, con arco y flecha en mano, apuntando a lo que quiera que vaya a asomarse por entre los arbustos. Y lo que veo me resulta realmente raro: un chico de cabello castaño oscuro, ojos azules y de unos 17 años, se  encuentra con mi mirada; en seguida pone cara de terror al ver mi arco y mi flecha.
-Yo… yo… bueno…- empieza el chico, yo estoy apuntando con mi arco justo en su corazón, lista para atravesarlo con la flecha de punta afilada si el muchacho se pasa de listo.
-¿Quién eres?- digo bruscamente.
-Yo… soy… me llamo… mi nombre es Darius, Darius Hawthorne.
-¿Hawthorne?- bajo mi arco.
-Sí, sí. Soy hijo de Gale Hawthorne. ¿Tú cómo te llamas?- pregunta tímidamente.
-Primrose Rue Mellark, puedes llamarme Prim- lo miro- ¿Así que eres el hijo de Gale? Es amigo de mi madre.
-Oh, tú debes ser la hija de Katniss. Debí imaginarlo, digo por el arco y la flecha… Nos hablaron de tu madre en el colegio, en verdad la admiro- él me sonríe, yo le sonrío también. Después de todo, parece un buen chico.
-Sí, lamento esto; es que estábamos solos y bueno…
-¿Interrumpí algo? Lo siento…
Finnick, que se había limitado a mirar solamente, grita conmigo.
-¡No!
-No, no somos nada, solo somos amigos. Es todo- digo. No sé si estoy imaginándolo o si es verdad, pero me parece que la cara de Darius se ilumina de repente- Siéntate, puedes quedarte con nosotros- el muchacho me mira y sonríe. Tiene una hermosa sonrisa.
-Gracias- y se sienta a mi lado- ¿Y tú? ¿Cómo te llamas?- se dirige a Finnick.
-Finnick Odair.
-¿Eres hijo de Finnick Odair del Distrito 4?- Finn asiente- Un gusto conocerte- Finnick hace una sonrisa forzada.
-Lo mismo digo.
-Y dime, Darius ¿dónde se quedarán?- miro al chico.
-Estaremos en la casa de mi abuela, volvieron a reconstruirla después del bombardeo al 12 un par de años atrás, así que aprovechamos.
-¿Y por cuánto tiempo?- esta vez es Finnick quién habla.
-No lo sé, en realidad. Creo que dos semanas- aunque estoy mirando hacia otro lado, puedo sentir que me mira. Es raro pero no me incomoda, no me molesta… Casi podría decir que me agrada.
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Pensé que, (aunque Gale estaba enamorado de Katniss) después de tantos años separados, podría haber conocido a otra persona y tener un hijo con ella. Elegí el nombre Darius porque me pareció que era apropiado, ya que él arriesgó su propia libertad y se condenó a una vida de silencio por salvarle la vida a Gale. Me pareció bien. 
Espero que les haya gustado.