Huellas del Pasado
Capítulo 10:
Las horas de clase se me hicieron eternas, no podía esperar a que fueran las 12 a.m., hora en la que salimos. Cuando por fin suena el timbre que indica que podemos irnos, salgo casi corriendo. Me entusiasma la idea de alejarme de Nicky y Laureen, y todavía más me entusiasma pasar la tarde con Finnick. 

Llego rápido a casa, ni bien entro puedo sentir el delicioso aroma penetrar por mi nariz, el almuerzo está servido: pavo cazado exclusivamente por mi madre. Todavía no hay nadie sentado a la mesa, así que subo hasta mi cuarto, dejo las cosas del colegio y bajo corriendo. Esta vez, sí hay alguien; Cinna y Finnick están enfrascados en su propia conversación, por lo poco que puedo entender, Finnick le está prometiendo a mi hermano que alguno de estos días lo llevaría a La Pradera y le enseñaría a pescar.
-… no es tan difícil como crees, solo hay que mantenerse en silencio y concentrado, y tratar de no lastimar al pez cuando…- Finnick se vuelve hacia mí cuando me ve entrar- ¡Prim!- dice entusiasmado- Iremos a nadar hoy ¿verdad?
-Sí, Finn- respondo, el muchacho me sonríe. De pronto cambia la conversación que nada tiene que ver con el lago o La Pradera.
-Esas chicas que cruzamos ayer… ¿son tus compañeras de colegio?
-Sí- mi respuesta es tan cortante como la afilada hoja de una navaja.
-¿Te hablaron de mí o…?
-¿Por que te interesa tanto, eh?- digo furiosamente- No vas a decirme que te gustan esas zorras por que…- dejo suspendida en el aire la frase, pero después de unos segundos Finnick la continúa.
-¿Porque qué, Primrose?- me examina, como buscando una gota de interés por él en mis ojos. Cinna solo nos mira, callado.
-Por que…- justo en este momento entran Annie, mi mamá y mi papá al comedor, trayendo las ensaladas. No puedo estar más agradecida de que interrumpan esta conversación.
-¿Interrumpimos algo?- pregunta Annie, pasando sus ojos de Finnick a mí.
-¡No!- contestamos los dos al unísono. Annie ríe, mi padre observa, mi madre acomoda las ensaladas en la mesa. Finnick y yo nos miramos una vez más, y bajamos la vista a la comida; pasan varios minutos antes de que alguien vuelva a hablar.
-Así que… ¿Irán hoy a La Pradera?- es mi mamá la que busca conversación.
-Sí, Señora Mellark- contesta Finnick.
-Katniss, dime Katniss- dice mirando al chico con una amable sonrisa.
-Lo siento, es que aún no me acostumbro.
-No te preocupes, ya lo harás.

El resto de la charla fue principalmente sobre el colegio, Annie y Finnick cuentan sobre cómo es la escuela allá en el Distrito 4 pero no estoy escuchándolos, solo me dedico q perderme en mis pensamientos mientras revuelvo la ensalada con mi tenedor. Por fin, terminamos el almuerzo y corro a ponerme la ropa de caza.

-¿Vamos?- pregunta Finn cuando me ve bajar.
-Vamos.
El viaje es algo tenso, no nos hablamos; supongo que está guardando las preguntas para cuando lleguemos al lago por que estoy más que segura que va a preguntar qué era lo que quería decir. Y así fue.
Ni bien llegamos al lago, él se sienta en el pasto, me mira y pregunta:
-¿Qué era lo que querías decir antes de que llegaran tus padres?
-Quería decir que por que se acostaron con medio Panem y seguramente lo seguirán haciendo, aunque salgas con alguna de ellas. No les importa para nada tus sentimientos, solo saciar su apetito sexual. Eso era lo que quería decir- trato de sonar despreocupada, había estado pensando la respuesta a esa pregunta desde que salimos de mi casa. Finnick ríe.
-Yo podría saciarlas-  dice Finn con mirada pícara, yo le frunzo el seño y le tiro con un bollo de pasto que había arrancado mientras contestaba su pregunta; el chico ríe de nuevo- ¡Es broma! ¡Es broma! Lo que no entiendo es por qué te interesa tanto si me engañan o no.
-No quiero que uno de mis mejores amigos sufra por una zorra. Además, tengo el boleto comprado para consolarte si eso sucede y en vez de dejarte sufrir primero, prefiero evitarlo desde el principio. Y sí, me intereso en ti, por que te quiero… ¡como amigo! Es más como… cariño. Eso, te tengo cariño.
-Oh- Finnick me mira atentamente, escuchándome. Después se para y se saca la remera, cada vez que veo ese cuerpo tan perfecto me quedo sin aliento- ¿Vienes?
-Voy, Odair- saco mi ropa, quedando en ropa interior y entro en el agua que esta vez, está helada. Comienzo a temblar y el chico de da cuenta de esto.
-Quizás deberías salir, Prim, no te hará bien el agua tan fría.
-N… no, Fi-Fi- Finn, esta b-b-bien -digo tiritando. Él se acerca y me ayuda a salir del agua. Hace que me siente, me cubre con su remera y pasa uno de sus brazos tímidamente por mi cintura, haciendo que me pegue más a él. 
-Si te acercas más a mí, estarás un poco más caliente.
-¿Qué?
-Digo, bueno, calor de temperatura corporal… Ya sabes, frío, calor, esas cosas…- dice nervioso.
-Ya entendí Finnick, tranquilo- ambos reímos. Yo apoyo mi cabeza en su hombro. Allí nos quedamos, así. Ninguno se mueve tratando de cortar ese momento.
-¿Sabes? Te extrañaba, digo antes de venir. Estaba tan contento de venir a visitarte, volverte a ver- él me sonríe- Y ahora que estoy aquí, contigo, siento que te conozco desde toda la vida.
-Me pasa lo mismo- nos sonreímos, mirándonos a los ojos; noto que él se acerca más y más a mi cara, mis ojos van de los suyos a sus labios, los míos tiemblan un poco. Él ya está llegando a mi boca cuando, así sin más, me levanto.
-Yo… bueno, creo que… deberías pescar algo, ya sabes para… para la cena- estoy colorada hasta la punta de mi orejas. Finnick me mira, como cayendo a la realidad él también; se levanta bruscamente, está tan incómodo como yo.
-Sí, tienes… tienes razón- y se dirige al lago. 
*¿Soy estúpida o qué? ¡Estaba a punto de besarme! ¿Qué es lo que te pasa, Mellark? ¿Matas animales y te acobardas ante un chico? Esto es inaceptable* pienso mientras vuelvo a ponerme mi ropa sobre mi ropa interior, todavía mojada. Es este momento estoy odiándome a mí misma por dejar pasar semejante oportunidad.
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*Le dead* Gracias por leerla, me encanta que les guste :)