#Touchthesky.
Capítulo 6.

No me atreví a leer más, solo con leer esos renglones ya sabía de lo que Sofía me estaba dando a entender.
—¿Por qué me das esto a mi? ya se el significado.
—Quiero que lo leas—me contesta tranquila.
—¿POR QUÉ? SON SOLO RECUERDOS.
Me levanto del sofá del golpe y aviento la carta al piso, mi hermana la junta del suelo.
—Tienes que leerla.
—¿Par qué?—le doy la espalda y me cruzo de brazos.
—Harry para esto ella es importante.
—¿Para quién? ¿Para Sofía? ¿Qué era lo importante? ¿Decirme que tenemos una hija? ¡NUNCA ME LO COMENTÓ! Ahora yo cargo con ella.
—Catherine no es una carga.
—No para ti—digo enojado.
—¡Hey mírame!—me toma de los hombros y me da una media vuelta hasta tenerla al frente.
—¿QUÉ?—contesto enojado.
—Ella es tu hija, ¿sí? tal vez no te dijo nada pero... tienes que estar para ella, ¡es solo una bebé! su madre está en coma, no hagas que pierda  a su padre.
—Muy tarde—tomo mi abrigo y salgo de la casa dando un portazo. Trato de respirar... me recargo en la puerta y me deslizo por ella hasta caer al piso.

Llegando al hospital noté que era egoísta con mi hija, no debí de ser así de severo.
Entré  a la habitación de Sofía, la miré, con los ojos cerrados, su pecho subía y bajaba.
—Sofía....—tomé su mano y la besé—¿por qué no me dijiste nada de Catherine?—Era una bomba, estaba rojo, lleno de lágrimas, caminaba por toda la habitación enojado—¡ DEBISTE DECÍRMELO! ¿AHORA QUÉ HARÉ CON ELLA? ¡DIME! ¿QUÉ HARÉ?. ¡SIMPLEMENTE ES IMPRESIONANTE! ESCONDER TU EMBARAZO.
Sabía que ella no podía escucharme pero solo quería desahogarme.
—¡Dime que haré.....!—comienzo a llorar más, me siento en la esquina de la cama y la observo—Tenías que comentarlo. ¿tenías miedo? sabes que yo te iba a apoyar.
Cerré los ojos, y dejé que el sueño de los días fluyera.
—Papi no te enojes con mami—me decía alguien.
—¿Quién dijo eso?—pregunto.
—Amor, yo tuve la culpa, lo siento.
Algunas voces me hablaban. 
Me estaba volviendo loco, mi sueño me ganaba y hacía que tuviera alucinaciones.
Tiré mi cuerpo a la silla y observé como Sofía tenía los ojos cerrados, la puerta se abrió pero mis ojos se cerraban.
—¡La abandonó!—alguien grita, una voz de mujer conocida.
— Compréndelo—decía otra voz.
—¿Qué lo comprenda?.
—Sofía... Catherine... solo entiéndelo.
—Mamá me gritó y no quiso escucharme.
—Gemma así son todos los hombres, mira su prometida está en coma y salió una hija, es algo muy... ¿cuál será la palabra?... ¡apresurado! esa es la palabra.
—Tiene que hacerse hombre.
Mi hermana y mi madre tenían razón.
Fingí estiramiento y bostezo. —Hola—las saludo.
—Hola hijo ¿cómo te sientes?—pregunta mi madre.
—Bien, un poco... ado....
Mi hermana me hizo mala cara.
—¿Qué pasa?—pregunto.
—Eres un gran padre.
—Perdón—comento.
—¿Perdón? Hazte cargo de tu hija. Ya no te ayudaré.
Se levantó y puso a Catherine a un lado de mi.
—Gemma por favor perdóname.
—No tienes porque decirle esas cosas tan feas a Catherine.
Me quedo callado con la cabeza baja.
—Harry cariño...—mi madre me toma de la mano suavemente—no puedes abandonar a tu hija ¿me entiendes? para nada—me toma del mentón y me hace mirarla a la cara.
—Lo siento mamá.
—Solo piensa esto, Catherine si fuera más grande se sentiría mal, porque tú eres su padre, le hace falta su madre.
—Tienes razón mamá—la abrazo, miro a mi hija y la tomo en mis brazos—lo siento—le digo.
—¿Qué les parece si vamos a comer algo? yo invito—dice mi madre mirándonos a los dos.
—No muchas gracias, quiero quedarme aquí—le dije.
—Vamos Harold, tienes que salir.
—Está bien—sonrío—vamos.
Todos nos ponemos de pie, les abro la puerta a mi hermana y a mi madre para salir.

—Mira que hermoso lugar—dice mi hermana mirando el menú.
—Si—solo contesto seco.
—¿Qué ordenarán?—pregunta mi mamá.
—No lo sé, ¿una ensalada?.
Catherine comienza a llorar y todos la miran al igual que ami, preparo la leche y la alimento.
—Mira, que bonito te ves con tu hija.
Yo sonrío risueño.
—Tiene tus ojos—se asoma mi hermana.
—No lo creo—la cambio de posición.
—Es como Sofía, mira cuando sonríen.
Miro a mi hija, comienzo a sacarle el aire y siento sus piesitos en mi pecho, la coloco de nuevo en la carriola.
Mi celular suena, era Amanda.
—¿Bueno?—digo.
—¡Harry, Harry!—la escucho emocionada.
—¿Qué pasó?.
—Tienes que venir de urgencia al hospital.
—¿Qué? ¿Pasó algo?.
—Es sobre Sofía....
—¿Qué pasó con Sofía?.
—Tienes que verlo por ti mismo.
—¡No! Solo me...
Amanda me explicó, eso hizo que mi celular se cayera de mi mano y rebotara 3 veces en el piso, comencé a llorar y respiré.
NO LO PODÍA CREER. ¿ERA UN SUEÑO?.
—¿Qué pasa Harry? ¿Qué pasa?—pregunta mi madre.
—Mamá... ¡Sofía despertó!—comienzo a gritar.