El 3 de enero de 1950 nació un hombre maravilloso, que desde el momento en que abrí mis ojos, supe que será mi guiador principal. Mi mejor amigo, mi mejor consejero, un ángel, mi padre. 

Las dificultades nos separaron en una distancia no muy grande, pero quiero que sepas, que siempre estás en mi corazón y en mi mente. A pesar de no estar cerca, cada día al escuchar tu voz, alivio y felicidad en mi alma se mezclan. Hoy es un día especial para mi, El Señor te regala un año más de vida y sé que te protegerá de todo. ¡Feliz Cumpleaños, papi!.