Buenas y nuevas e_e Acá vengo SHO (¿?) A traerrrrrrrrrrles un nuevo capítulo. Les cuento que no he subido ni de esta ni de la otra por el cole, ya se acercan los finales D: #Scare LPM :( Bueno, nada, espero que les guste, :D 

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[Flashback Capítulo Anterior]

Nada interesante, como siempre. Hablé con Santiago para informarle del plan y luego me acosté, leyendo uno de mis libros favoritos, ‘El rastro de la canela’. Ya me lo sabía de memoria, pero lo amaba. Cerré los ojos justo en el momento en que Tobías y Amanda, una vez más como tantas otras, se encuentran a escondidas, bajo la luz de la luna, para amarse a pesar de todo.
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End of the world. Capítulo Seis.

-Sí, entendí- respondí revoleando los ojos mientras me ponía los jeans y hablaba con Liam por teléfono.
-Entonces, cuatro cafés de Starbucks, y no olvides que también quiero que pases por Dan, no podré pasar por ella hasta tarde, y se pondrá histérica, así que también pasa por ella, por la casa de su madre, recuerda que la dirección es…- interrumpí, exasperada.
-Liam, ¡ya me dijiste cuatro veces eso!- rió y sonreí, inconscientemente- No me olvidaré de tu amada- mi voz sonó graciosa al decir esta última palabra.
-Gracias, y no me grites, pequeña- ambos reímos- Adiós, cuídate y cualquier cosa me llamas.

Terminé de vestirme con unos jeans negros estilo bombilla, una remera blanca con la bandera de Inglaterra ajustada al cuerpo, una campera negra y dejé mi pelo suelto. Siempre había amado el hecho de tener el pelo negro, tan negro como el de mi hermano, aunque nos diferenciamos en cuanto a piel. Él es más bien moreno, mientras que yo soy blanca, y en cuanto a los ojos ambos tenemos ojos color oro, como decía papá. No desayuné, compraría algo en el Starbucks para mí también, así que me puse los anteojos, tomé  mi casco, bajé y me subí a mi Honda cbf125 fucsia y negra para buscar el pedido de mi ‘jefe’. Tardé una media hora en el local, porque me tomé mi desayuno, leí algunas noticias, anduve navegando por algunas redes sociales y me decidí a salir en busca de Miss Perfección. Llegué hasta la casa, me saqué el casco y luego de estacionar la moto bajé. Me atendió quien supuse era su madre, ya que me miró de arriba abajo despectivamente, tal y como Danielle lo había hecho la primera vez que nos habíamos visto. La morena apareció detrás de ella, mirándome con los ojos del tamaño de un plato, en una palabra, absorta.

-¿Vamos? Liam me mandó a buscarte- solté volteándome. Volví a girar- Adiós señora- le dije amablemente a la suegra de Liam y comencé a caminar.
-¡No creerás que voy a subirme a esa cosa!- gritó ella parándose junto a mi moto.
-Yo no te obligo, es esto o regresas a la casa caminando. Recuerda que los taxis hoy no trabajan- le guiñé un ojo y reí.
-Llamaré a alguna de mis amigas- dijo mirándome feo.
-Como quieras- suspiré, me puse mi casco y encendí la moto.
-Espera…- bufó- Vamos.

Subió, tomándome de la cintura como para asfixiarme. Debo admitirlo, AMABA la velocidad, y ahora que llevaba conmigo a esta cagona me divertía ir más y más rápido. Al llegar bajó corriendo a los brazos de Liam, que nos esperaba algo impaciente. Bajé sonriendo, me quité el casco y moví el pelo hacia los lados, acomodándolo, para después ayudarme un poco con la mano, llevándolo de atrás hacia adelante. Caminé junto a ellos y vi a Horan parado en la puerta junto a Styles, Tomlinson y Styles. Fue incómodo, lo admito, pero les sonreí a todos y les entregué sus cafés.

-Buenos días- dijeron sonrientes y a coro. Pude notar cada una de las voces, diferentes entre sí, pero que encajaban a la perfección una con otra.
-Sí que lo son- respondí sonriendo.
-Tenemos trabajo- nos interrumpió Liam, mirándonos feo. Revoleé los ojos y entramos.

Durante veinte minutos nos explicó el procedimiento, qué hacer y qué no hacer. Payne, estás hablando con tu equipo, no con desconocidos, era obvio que conocíamos todo lo que nos advirtió, pero nadie se atrevería a contradecirlo. Nadie, excepto yo.

-Pactar en el puerto es estúpido, Liam- dije golpeando mis manos en mis muslos, ya que tenía las piernas cruzadas, y estaba entre sentada y parada, apoyada en una mesa cerca de un cuadro junto a un hogar.
-¿Se te ocurre algo mejor, Jones?- me preguntó, mirándome de reojo.
-Simple: usaremos un velero, ¿quién sospecharía de una ‘pareja’ en un velero? Ahí haremos viajar la mercancía y que ellos la busquen en el faro que está a trescientos kilómetros de la costa, el faro flotante. Entonces ahí la dejamos y listo, no es TAN complicado, Payne- hice énfasis en su apellido y sonrió.
-Excelente plan, Lu- respondió sonriendo.
-Gracias- le devolví la sonrisa.

…

-Tal vez sea una locura, no puede ser real que te estés enamorando- me dijo el irlandés.
-Es verdad, jamás me enamoré, pero ¿y si lo hago? No, no, Liam Payne nunca va a ser de UNA sola mujer, JAMÁS- respondí soltando el humo de mi cigarrillo.
-Seguro- respondió el rubio haciendo lo mismo que yo.

Después de la charla con Horan, que duró alrededor de dos horas, entre una y otra cosa, me bañé, esa noche saldría solo para poder acomodar las ideas. Era tarde: las diez de la noche. Me puse una campera y salí, no me importaba. Manejé sin rumbo fijo unas dos horas, yendo y viniendo, de lado a lado sin rumbo fijo. Llegué a una plaza y pude ver a dos personas riendo. Rodeé la plaza para intentar descubrir quiénes eran y los vi: Louis y Juliet. Los saludé desde adentro de mi auto y seguí. Casi sin darme cuenta ya se acercaba la una de la madrugada, y yo aún giraba por la ciudad. Suspiré y me decidí por regresar a casa. Emprendí el viaje cuando una tormenta eléctrica llegó a la ciudad. Los rayos caían a mansalva, lo que hacía que todo se volviera más peligroso. Me decidí por abandonar el auto, al menos así podría correr y ponerme a salvo en alguna casa. Lo peor de todo es que ni siquiera sabía donde ir. Recordé que Lucía vivía cerca, así que comencé a correr pisando charcos. Escuché una gran explosión, volteé y, tres cuadras atrás donde yo había dejado mi auto, estaba incendiándose, junto a otro, que había sido interceptado por un rayo y había hecho explotar el mío también. Entonces comprendí que los riesgos de que me sucediera algo eran altos. El agua corría llenando las casas, y en ese momento estaba completamente mojado y congelado. Corrí y me encontré de frente con el gran edificio donde ella vivía. Toqué, le dije quién era y me abrió. Me dirigí al piso 22, su piso, y ella estaba esperándome. Me miró extrañada y sonreí, sacudiendo mi pelo, a lo que ella reaccionó riendo porque la mojaba.

-¿Te mojaste?- preguntó graciosa.
-No, claro que no- sonreí- Pero estás muy seca, ¿puedo mojarte?- pregunté pícaro y comencé a correr detrás de ella. Corrimos por todo su departamento hasta que la alcancé y caímos sobre la alfombra del living.
-¡Liam, estás helado!- exclamó mirándome preocupada- Te vas a enfermar- nos sentamos.
-No es nada, sól…- me interrumpió.
-No, no, no, no te estoy preguntando- estaba seria, demasiado- Te vas a dar un buen baño de agua caliente, te vas a abrigar, con ropa seca, y te vas a tomar una sopa calentita que te voy a preparar- sonrió e hice una mueca.
-¿Sopa? ¡No me gusta! Además para eso hay que usar…- me interrogó con la mirada- Bueno, ya sabes, cu… charas- me miró sorprendida y rió. Agaché la mirada, pero pude ver su cara de ternura, y cómo mordía su labio inferior.
-Está bien, la tomas en una taza y listo- guiñó un ojo y se paró, estirando su mano para que me parara.
-Pero, ¿de dónde vas a sacar ropa para mí?- pregunté sacándome la campera que estaba empapada.
-Tengo un hermano- respondió sonriente- Y voy a ser tía, por eso no está acá, está en mi ciudad, con su novia- sonrió y se metió a una habitación, la seguí y supe que era la suya. Cuadros, fotos de ella, peluches, una Notebook sobre la cama, en tv de 42’, un home, muchos CD, era su cuarto, definitivamente- Voy a llenarte la bañera, y vas a darte un baño relajante y caliente, como ya te dije- asentí.

Luego de prepararme todo se fue, dejándome sólo para desvestirme. Me metí al baño y escuché cuando entró y dejó la ropa. Aunque luego me gritó que lo había hecho. Cerré los ojos y dejé que el agua le regresara el calor a mi cuerpo, me sentía relajado, al fin y al cabo no estaba saliendo todo tan mal. Hice una mueca al recordar lo de mi auto y suspiré, al otro día tendría que comprarme otro. Pensé en Danielle, de seguro estaría llamándome como loca, pero mi teléfono se había ahogado en el trayecto que hice desde mi auto hasta la casa de Lu. Sonreí, al fine estaría un poco ‘desconectado’ de la realidad. Salí y me encontré con unos bóxers blancos, un pantalón de jogging gris y una remera blanca con unos dibujos de los Guns. Me vestí, me puse las medias que también estaban ahí y bajé, secando un poco mi cabello. Escuché que sonaba ‘Fool Again’ de Westlife, y ella la cantaba, mientras cocinaba algo. Me detuve en la puerta a mirarla, llevaba unos joggings del mismo color que los míos, una remera extremadamente grande que se había atado en uno de los costados de su cintura y estaba en medias y con el pelo un poco revuelto. Se había cambiado, claro, después de que yo la había mojado totalmente. Me acerqué a ella y al rozar su espalda baja con mi dedo se sobresaltó.

-Liam, ¡podría haberme quemado!- me retó y sonreí.
-Perdón, fue una caricia, besé su mejilla y se sonrojó, sonriendo. Me miró de arriba abajo y sonrió una vez más.
-Veo que la ropa de mi hermano te quedó bien- asentí y volteó- La sopa está lista- me entregó la taza, tomó la suya y nos sentamos en el sofá.

Hablábamos de todo un poco, reíamos de todo, hasta hacíamos bromas. Cuando terminamos comencé a hacerle cosquillas, reía como nunca había escuchado reír a nadie en la vida. Miré sus ojos, y una vez más me hicieron flaquear las piernas. Sacudí mi cabeza y me miró, preocupada.

-¿Estás bien?- preguntó tocando mi frente- Oh no, Liam, estás volando de fiebre- me miró algo preocupada y tomó mi mano- Vamos, vamos a la cama.

Caminamos hasta la habitación y me acostó en su cama, tapándome un poco y colocando el termómetro bajo mi brazo. La vi salir del cuarto, y a los cinco minutos regresó con un analgésico y unos paños mojados. Se sentó junto a mí, y mientras yo tomaba el medicamente ella sacó el termómetro y abrió los ojos enorme al ver lo que decía.

-Cuarenta y dos, por Dios Liam, estás volando- suspiró y colocó los paños sobre mi frente.
-Ya va a pasar, sólo debe ser un resfrió- sonreí y negó.
-Estás loco para mojarte así, Payne. Eres Liam Payne, pero no eres inmune a las enfermedades, sigues siendo humano- reí levemente y sonrió.
-Lo sé, no me esperaba esta tormenta, nada más. Además, valió la pena- solté cerrando los ojos.
-¿Por qué?- preguntó confusa.
-Porque ahora estoy en tu cama, siendo atendido por ti, que estás preocupada por mí, y eso me encanta- sonreí y escuché como soltaba una pequeña risita.
-Eres un caso, Liam- abrí los ojos y sonreía, acomodando los paños de mi cabeza.

Pasaron unos cinco minutos y los quitó, para volver a mojarlos con agua con hielo y volver a ponérmelos. Un escalofrío recorrió mi cuerpo por lo fríos que estaban, y ella rió.

-Perdón- soltó juguetona.
-No te preocupes- sonreí y me devolvió la sonrisa- ¿Alguna vez te dije que tienes los ojos más hermosos del planeta entero?- rió ante mi comentario y negó- Bueno, ahora lo sabes.

Aún el cd de Westlife giraba en el home del living, como si estuviese en repeat, y escuché que sonaba una de las canciones más perfectas, una de mis favoritas.

‘Cuando estoy abajo y mi alma está tan cansada, cuando llegan los problemas y mi corazón está cargado todavía estoy aquí y espero en el silencio, hasta que vengas y te sientes un rato conmigo.  You Raise Me Up, así que puedo estar en las montañas, You Raise Me Up, para caminar en mares tormentosos, soy fuerte, cuando estoy sobre tus hombros; You Raise Me Up ... Y es más de lo que puedo ser. ‘

La canté, inconscientemente, y vi que mordió su labio inferior y se acercó, para depositar sobre mis labios el beso más hermoso, tierno, y perfecto de la historia de mis besos. Sus labios se movían sobre los míos haciendo que me sintiera como cuando probaba algo de éxtasis o de marihuana, tenían ese efecto, como si fuera una droga. Sus manos suaves recorrían mi pecho desnudo, porque me había quitado la remera por la fiebre, y sus uñas rozaban apenas mi piel. Sinceramente no sabía que me pasaba, no lograba entenderlo, sentía como si todas las emociones se encontraran en mi estómago para organizar la Tercera Guerra Mundial.

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WOOOOOOOOOOOOP. :P Bueno, nada, ESPERO QUE  LO HAYAN AMADO COMO YO; PORQUE ES UNO DE MIS FAVORIITOS ♥ Es muy tierno lpm :’) Bueno, nada, LAS AMA LA ESCRIBIDORA CIN :D BAI :B
-Cin :) xx.
PS: La foto sdkjghkjdsaghdfjk LA AMO :') Ah, JAJA