Cap. 43 (9 de 2O/maraton)

- ¿Ya saben que van a tomar? – dijo con un acento realmente italiano el joven camarero.

Justin asintió, cerrando la carta.

- Tráiganos el mejor vino de la casa para acompañar en carne. – miró a
__________. – Yo quiero un Carpaccio di filetto. – A ________ le fascinó ese intento italiano. Era hermoso. - Y mi esposa... – se detuvo, sonriéndole a _______. – Quiere un Provolone.

- De acuerdo. Ahora les traigo el vino mientras se hace la comida. – se inclino como modo de salutación y desapareció adentrándose en la cocina.

- ¿Por qué? – preguntó ___________ asombrada.

- ¿Por qué, que? – dijo Justin, haciéndose el tonto.

- ¿Por qué me llamaste lo de tu esposa?

- Supongo que queda un poco mal decir ‘mi amante’ ‘mi novia’. Lo que sea, además, tu y yo ya parecemos una verdadera pareja. – dijo acariciando su brazo.

- Eres demasiado.

- Te amo. – dijo Justin en una sonrisa.

- Y siempre me sorprendes cuando menos me lo espero. - ________ suspiró. – eres lo mejor que me ha pasado. – dijo mirándolo enamorada.

- Y tú a mí. – Justin le guiñó el ojo, coqueto. __________ no lo pudo encontrar más adorable. Quería apartar las copas, los cubiertos y besarlo allí mismo, voraz. Cuando algo culminó su mente.

- Tengo que contarte algo… - suspiró – más bien consultártelo.

- Lo que sea, ya sabes. – terminó entrelazando sus dedos con la mano de ____________. - ¿Te he dicho que te has puesto muy guapa?

__________ se había puesto un minivestido gris, su campera aviadora corta de cuero y de color negro y unas botas mosqueteras del mismo color.

- Tu también. – Justin iba con su chaqueta de cuero que le quedaba tan sexy… un jersey que se adornaba con dos botones al cuello, de color vino, y unos pantalones negros, terminando con unas bambas Adidas blancas. – tendré que ponerme a tu altura ¿no?

- Siempre lo estás. – entrecerró los ojos. Precioso, pensó __________. – Al contrario, soy yo quien tiene que estar a la tuya.

- No seas tonto. – musitó ella.

- ¿Qué tenias que decirme? – dijo Justin, jugueteando con su pulgar en la palma fría de la mano de ella, mientras que los otros dedos seguían entrelazados. Se dio cuenta de que llevaba las uñas pintadas de un granate oscuro que aún afeminaba más sus delicadas manos.

- No te enfades, por favor. - ¿Pero por que se tenía que enfadar? Se preguntó por unos instantes. Oh, solo porque metes a su jodida ex novia en casa, durante Dios sabe cuánto tiempo. – Prométemelo. – le pidió.

- No te puedo prometer nada. – la cara de __________ se tensó al escuchar eso
– Pero te aseguro que enfadarme contigo sería difícil.

- No tanto.

Justin esbozó una sonrisa juguetona.
--------------------------------------------------------------------------

CHICAS NO TARDEN TANTO EN LLEGAR A LOS 2O COMENTARIOS #PLEASE QUE UN FALTAN MUCHOS , O SINO NO LES PODRE SEGUIR HACIENDO MARATONES TAN LARGAS :'c

- SIGAN LAS REGLAS!!*