Capitulo 14

Entraron de nuevo al chalet de Justin. Él se quitó el jersey de licra, dejando ver sus músculos, tensados.

- Son las tres de la mañana, deberíamos estar durmiendo. – dijo Justin fastidiado – como te vuelvas a intentar escaparte, te tendré que castigar – dijo con un tono más pícaro.

_______ arqueó las cejas. Preparándose un vaso de leche caliente, porque había perdido el sueño, lo miró descarada. Aun que no estuviera excitado, los pantalones de licra negro se apegaban a los fuertes muslos de Justin… a los ejercitados gemelos… y a su potente masculinidad.

- ¿Castigarme, tu a mi? – dijo ella riéndose – te queda bien este traje negro. – murmuró sonriente. Justin le devolvió la sonrisa.

- Te pone. – le masculló, sin ningún escrúpulo.

- Yo no he dicho eso.

- Lo digo yo. – Justin se sentó en el sofá.

_______ cogió el vaso de leche de dentro del microondas. No quiso seguir discutiendo.

- Auch. – se quemó y dejó el vaso en la encimera. Fue a sentarse al lado de Justin, a mirar de nuevo el televisor, hasta que se enfriara un poco. Pero él la cogió y la hizo sentarse a horcajadas encima de él.

Le dio un rápido beso a la boca.

- A mí sí me pone está ________ enfadada.

- ¿Estás muy necesitado, verdad? – masculló alzando las cejas. Intentó levantarse pero Justin la apretó más hacia a él.

- ¿Qué fue lo de antes?

- ¿El qué?

- Que te fueses de esa manera. – la miró a los ojos – no me digas que no quieres que te folle, cuando escuché que anteayer te masturbabas después de que intentara saborear tu dulce co…

- ¿Puedes ser algo más fino? – dijo _______ más sonrojada que nunca.

- Eres adorable cuando te sonrojas.

_______ bufó. Ese hombre la sacaba de quicio.

- ¿Entonces? – reprendió Justin.

- Digamos que mis anteriores experiencias no fueron muy buenas. – mintió y fue sincera a la vez.

- Pero conmigo sería distinto.

- ¿Cómo puedo saberlo?

- Probándolo.

- ¿Tantas ganas tienes de acostarte conmigo? – puso los ojos en blanco –

Ahora, va en serio Justin… eres un hombre que podría conseguir a cualquier mujer… ¿Por qué yo? ¿Por qué te rechazo y eso te pica?

- No. Por el simple hecho de que eres especial.

Justin tumbó a ________ en la cama de la habitación de invitados, donde se había instalado ella. La besó con tanta fuerza que se quedó hasta sin aliento. Hambriento, parecía hasta desesperado. Deseaba tanto a ________... Si, era especial… diferente.
No una cualquiera. Tenía su dulzura, su inocencia, discutía con él. Su carácter lo volvía loco y su manera de ser le encantaba, por no decir otra cosa.
________ arqueó el cuerpo, topando con el abdomen de Justin. Error… eso era una invitación como una casa.

- Si no quieres que te penetre, al menos… vayamos paso a paso. – le murmuró en el oído – solo pude probarte en un escaso minuto, ahora vas a dejar que te lo haga bien, quiero que te corras en mi boca.

________ se excitó tanto con sus palabras que hasta llegó a gemir. Justin le quitó las botas los vaqueros y el jersey, dejándola en un nuevo conjunto. La observó. Le era suficiente con eso. _______ se aguantó las ganas de cubrirse, la mirada de Justin la avergonzaba.
¿Qué pasa por esa cabeza cuando me miras? Cuanto me gustaría saberlo… 
Justin se inclinó y le quitó el sujetador, desabrochándolo por el encaje de delante. Gimió al ver los pechos de la joven.

- Eres tan… - metió uno de sus caramelos en la boca y lo succionó con fuerza, haciendo que _______ jadeara de placer y dolor a la vez.

- ¿Tan… qué? – dijo arqueándose ante él.

- Tan… perfecta… - la miró – dios, no es bueno tener una mujer como tu metida en mi casa…

La volvió a besar. Y siguió bajando y bajando por su cuerpo. ________ estaba nerviosa… pero la excitación podía con todo. Deseaba tanto a Justin… era un hombre testarudo y odiable cuando quería… pero le encantaba. Una oleada de aire le vino de repente. Justin le había quitado las bragas. Sintió como él le levantaba las piernas y las ponía apoyadas en sus hombros, acariciando su ancha espalda. ________ se estremeció.

- Aún no he hecho nada y ya te estás retorciendo de gusto… - dijo Justin mirándola entre sus piernas. – Tranquilízate… yo no voy a tratarte como los cretinos de tus ex novios… la primera en disfrutar serás tú.

Sintió como la boca de Justin empezaba a besar su monte de Venus. Dios mio, no iba a poder aguantar nada con este hombre practicándole sexo oral. Sintió como Justin gemía.

- Hueles tan bien… - se hundió en ella. _______ casi grita de la sorpresa. La lengua de Justin empezó a juguetear con su clítoris, sus dientes le rozaban la carne más sensible que tenía en el cuerpo. Sus labios, eran una tortura; su boca, el cielo. – Dios, y sabes tan bien…

Sintió como los dedos de Justin se clavaban en sus muslos, la apretaban más contra su cara. Justin la quería devorar.

- ¡Justiiiin! – gimió arqueándose entera. El cuerpo le empezó a convulsionar - ¡Dios mío, no pares!
La lengua de Justin la seguía torturando, frotándola de arriba abajo. La fricción era más que magnifica, en ese estado… ________ era tan vulnerable… tanto que si Justin la hubiera penetrado con su enorme arma no se hubiera opuesto. Justin se separó a milímetros. Ella echó en falta el contacto de su lengua.

- ¿Puedes aguantarte? – ________ hizo fuerza en las piernas. – Así… muy bien.

Ahora supo el por qué. Justin aprovechó la mano izquierda para ayudar a su propia boca. ________ se sentía completamente llena, no iba a aguantar mucho más. Sentía como Justin gemía contra su húmeda vagina. Eso no hizo más que excitarla. Volvió a combulsionarse, más fuerte.

- Ahh… sigue… ¡sigue! – gimió. ________ sintió como Justin sonreía. Él le metió más los dedos. Ella volvió a tener espasmos, estaba a punto.

- Joder, tu coño es tan apretado… - murmuró tan cerca de su humedad que _______ estuvo a punto de estallar. - ¿estás a punto de correrte?

- ¡Sí! – gimió ________ con los ojos cerrados, cogiéndose de las sabanas. –Dios mío, no te pares ¡Juustiin!

Justin no dudó en seguir. Hundió de nuevo su boca en el dulce sexo de _________, mientras la penetraba con los dedos. 
¿Pero dónde está la otra mano? 
Justin volvió a gemir contra su sexo. Dios, ahora lo entendía. No lo podía ver, pero el imaginarse a
Justin masturbándose a la vez que se lo hacía a ella… era súper excitante. Se corrió en su boca. La garganta le ardía, y se dio cuenta de que era por los gemidos tan altos que soltaba. Justin aceptó gratamente su orgasmo, lo tragó como si fuera el elixir más deseado. _________ se derrumbó, sin enterarse siquiera de que Justin se había corrido también. Se incorporó en la cama y cerró los ojos con la respiración muy agitada. Justin se tumbó a su lado, rodeando su cintura con un brazo. Le besó el hombro, el cuello.
_________ sonrió al sentir los labios de Justin de nuevo contra su piel. ¿Por qué sentía tantas emociones si ni siquiera eran pareja? No encontraba respuesta a tantas preguntas… aun que muy en el fondo, se temía lo que estaba pasando.

Las caricias, los susurros y los besos de Justin, fueron más allá de solo sexo. Al menos para ella… le entraban, le provocaban dolor de corazón y de cabeza de lo confusa que estaba. Y al fin, se durmió.

Pensando en que… la leche que antes quemaba, volvía a estar fría.

Tantas horas de insomnio, hicieron que _________ durmiera durante veinte horas seguidas. Todo un lirón, pensaba Justin. Pero le daba igual… era preciosa cuando dormía.
¿Preciosa? ¿Perfecta? ¿Cuando le he dicho yo eso a una mujer? 
Pero __________ no era una de esas mujeres con las que se había acostado. Le había practicado sexo oral, nada más… y eso ya significaba mucho para él. ¿Por qué?

Alguien abrió la puerta.

- Hombre, amigo… - dijo Justin sorprendido – Ayer no viniste hasta las once, te volviste a ir para ocuparte del cadáver de Jasmine… y vuelves hoy a las diez de la noche.

- Calla, calla… - Kellen se tiró al sofá – estoy rendido… si tú supieras el peso que nos he quitado de encima.

- A ver, cuéntame. – Justin se sirvió algo de Jack Daniels y le sirvió una copa a Kellen, el cual la aceptó con mucho gusto.

- Aquí el otro día eliminamos a uno de los secuaces de Donovan.

- Ajá. – dijo dando un trago.

- Bueno… ayer mientras me llevaba a Jasmine se me apareció un hijo de puta de esos…

Justin abrió los ojos mientras bebía.

- Lo dejé como un colador con mi querida AK 47 y lo metí junto con su jefa o compañera, o lo que fueran de la zorra de Jasmine. – suspiró y dio un lago trago de Jack– Total, que cuando llegué a la oficina de Snade, me dijo que sus agentes habían metido en la cárcel a dos de ellos, y que habían matado a uno. – sonrió y miró a Justin con esos ojos azulísimos, de un potente y apuesto alemán. – Echa cuentas.
Justin contó.

- Joder, solo quedan dos. Nos hemos cargado a tres.

- Más los que han metido en una cárcel de Rusia para cadena perpetua.

- Toma ya. – Justin sonrió y chocó la mano con Kellen. Realmente le había quitado un peso de encima.

¿Pero que pasaría cuando se cargaran a esos dos que quedaban? Como dijo ________... volvería a su vida normal… y se olvidaría de todo.

En ese momento la vio salir. Con los ojos aún endormiscados, bostezando, un pelo de lo más gracioso y desarreglado… y su jersey. Sonrió al ver las preciosas piernas que había podido disfrutar, que había podido besar. El frágil cuerpo, pero perfecto… los pechos, que por lo que marcaban, no llevaba sujetador. Y esa carita de ángel. Puede que no fuera la mujer más atractiva del mundo. Pero para Justin, si lo era.

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