Cap. XXV

-El vestido era hermoso, estaba decidida a comprarlo, hasta que el precio rompe TODAS mi ilusiones, la respuesta era fácil, pedirle dinero a mi papá, pero no quería, quería comprar el vestido por mi cuenta, con mis ahorros, salí fingiendo como si ningún vestido me hubiera gustado-
¿Te gusto alguno? –Pregunto Ryan-
-Le conteste a Ryan haciendo un pequeño gesto con la cara- Me gustaría ir a ver a otra parte 
-Justin y Ryan se pararon lentamente, y se dirigieron a la puerta-
Disculpe las molestias –Dije dirigiéndome hacia el encargado-
No se preocupe, cualquier cosas esto está abierto hasta bien tarde –
Gracias –Me dirigí hacia la puerta, avanzamos unos cuantos pasos, lo bastante lejos de la tienda-
¿De verdad que no te gusto ningún vestido? –Pregunto Justin poniéndose al frente mío-
Suspire, bajando la cabeza – Bueno si, había uno hermoso –Levante la cabeza-
¿Entonces…? –Pregunto Justin-
No me alcanza el dinero –Respondí desanimadamente-
De eso no tienes por qué preocuparte –Rio Justin- yo te lo puedo comprar
Aunque pudieras, no quiero que lo hagas –Dije caminando-
¿Por qué no? –Dijo alcanzándome-
Es solo que no quiero, quiero comprar mi vestido con mis ahorros –Repuse-
Bueno, entonces seguiremos buscando hasta que encuentres uno –Dijo Ryan sonriendo-
Chicos, de verdad si se quieren ir, váyanse, no hay ningún problema -
No, nosotros te trajimos y te vamos a acompañar –Insistió Ryan-
Si, Ryan tiene razón – Exclamo Justin-
-Con el animo de los chicos, decidimos seguir viendo mas vestidos, habían vestidos hermosos, pero no podía sacarme de la cabeza el que vi en la primera tienda, el estado de animo de los chicos, al parecer estaban mejor que el mío, no paraban de pegarse, ni de hacer bromas, para ser sincera, daban vergüenza, pero una vergüenza tierna, seguimos caminando y caminando una y otra vez, había gente o mejor dicho, niñas, que quedaban mirando raramente a Justin y también a Ryan, al parecer sus pelucas no le ayudaban mucho, después de muchas vueltas mas, abrazos, bromas, gritos, decidimos descansar-
Pensé que moriría si seguía caminando –Comento Ryan sentándose-
¿Te vas a sentar? –Me pregunto Justin cediéndome su puesto, ya que solo habían dos asientos-
No, gracias –Sonreí-
¡Se me ocurrió una idea! –Dijo Ryan poniendo sus pies en la silla que estaba desocupada- Compremos helado, yo invito y Justin paga –Dijo riendo-
Bueno broma Ryan –Respondí Justin a la sugerencia de Ryan con una leve sonrisa fingida-
No era broma, lo decía en verdad- Dijo Ryan mirando seriamente-
¿Quieres helado? –Pregunto Justin ignorando a Ryan-
¡Tu que crees! –Respondió Ryan por mi-
Viejo, estoy hablando con don Pancho, no con el chancho –Dijo haciéndole desprecio a Ryan-
Okey, ya entendí el odio –Dijo apenado-
Me haces tanto reír –Dijo Justin riendo- ¿Van a querer helado si o no? –Pregunto-
Yo si –Dijo Ryan entusiasmado-
Lo sabemos Ryan, todos lo saben –Reí- Me gustaría un helado, pero no uno solo para mi, no tengo muchas ganas de comer –Me sobe suavemente el estomago-
¿Si nos compramos un helado para los dos? –Pregunto Justin avanzando-
Ya que insistes –Reí-
-Nos dirigimos hacia la heladería, que quedaba afuera del centro comercial, había una larga fila, Ryan en lo único que pensaba era en que sabor pediría, con Justin estábamos discutiendo los sabores también, hasta que suena su teléfono con el típico ‘’Rin, Rin, Rin’’-
¿Halo? –Pregunto contestando- Si, ¿Qué pasa?, no, no dijo nada, de seguro se olvido, en media hora quizás, bueno, adiós, yo igual –Corto- Era Pattie –Dijo Justin respondiendo mi mirada de curiosidad-
¿Ya los atendieron? –Pregunto la señorita que atendía la heladería-
No –Respondimos los tres al mismo tiempo-
¿De que quieren? –Pregunto dirigiéndose a Ryan-
Yo quiero de…. –Respondía mientras miraba los sabores- quiero de mango –Levanto la mirada hacia la heladera-
¿Y ustedes? – Nos pregunto a Justin y a mí, mientras terminaba de hacer el helado de Ryan-
¿De que quieres? –Me pregunto Justin-
Escoge tu –Sonreí- ¿De mora? -
Pensé que escogería yo –Río- Un helado de mora por favor -
De acuerdo –Dijo la heladera-
-La heladera nos paso nuestro helado, Ryan ya se lo había devorado, nos sentamos en las afuera del mall-
Okey, primero comes tu y luego yo –Le señale-
Me das risa –Dijo riendo- ¿Tienes miedo? –Pregunto curioso-