Capítulo11. (Ok, les explico... Después del prologo venia la novela, la novela era un recuerdo. Luego del prologo viene el epilogo) Espero que logren entender.

Epílogo

Día de los acontecimientos, en Los Ángeles, el 10 de Marzo de 2010

Desperté de mi sueño y me froté los ojos. Mi madre dormía a mi lado, apoyada en la camilla del hospital. Me levanté, sigiloso, intentando no despertarla. Salí de la habitación sin hacer ruido, y una vez allí, corrí hasta la entrada. Los pies descalzos no hacían apenas ruido en el frío suelo.

Una vez allí, me giré, desorientado, no sabiendo a donde dirigirme. Lo solucioné al dirigirme a la chica tras el mostrador de información.

Justin: ____ ____.

El tiempo que la chica tardó en buscar su nombre en el ordenador empezó a resonar en mis oídos. No sabía por qué, pero presentía que me quedaba poco tiempo.

Chica: ¡Aquí está! (di gracias al cielo, a los dioses, y a todos los ángeles del firmamento) Habitación 122, primera planta.

Corrí hacia el ascensor, en el mismo momento en el que varios enfermeros entraban llevando consigo una camilla. Una anciana, con mascarilla de oxígeno y aspecto de estar en las últimas etapas de su vida, me brindó una sonrisa.

Definitivamente, odiaba los hospitales.

El ascensor paró suavemente en la primera planta. Corrí sin hacer caso a las miradas de los que se encontraban en el hospital, que me observaban de arriba abajo, parando en mis pies descalzos.

Observé los cartelitos en color blanco y verde, que me llevaban a distintas direcciones. Tome la derecha y corrí
tan rápido como pude por el estrecho pasillo, chocándome con todos aquellos que salían de las habitaciones e iban en dirección contraria a la mía.

100….110…120…122.

Cogí aire y agarré firmemente el pomo de la puerta. Suspiré profundamente y la abrí lentamente, asomando primero la cabeza, y después entré lentamente.

Su madre se encontraba dormitando en un sillón, cerca de la camilla, donde el cuerpo inmóvil de ___ se encontraba posado. Cubierta de cables, inmóvil, sin ningún signo de que continuara viva, así encontré a ____.
Avancé hasta la cama y le cogí una mano. Acerqué una silla a la camilla y me senté, aún sin soltar su mano. Su madre abrió los ojos y sonrió al verme allí. Con gran esfuerzo se levantó.

Mamá ____: Me parece que te gustaría estar un rato a solas, verdad?

Justin: No, no, quédese, es su hija y yo…

Mamá ____: Justin. Puedes estar un rato… Eres su mejor amigo. También tienes derecho. Habla con ella! (La madre de ___ paró un momento y sus ojos se llenaron de lágrimas) Sé que ella te escucha.

Justin: Solo serán cinco minutos. (Aseguré)

La madre de ____ caminó con dificultad a la puerta, y tras salir de la estancia, yo me volví otra vez hacia ____.

Las lágrimas intentaron salir de mis ojos, pero yo no me dejé llorar. Estaba tan débil, tan vulnerable… Aguanté todo lo que pude, pero fue inútil. Las lágrimas comenzaron a resbalar de mis ojos, sin que yo apenas pudiera detenerlas.

Ella abrió los ojos lentamente y me miró. Hice ademán de levantarme para avisar al resto, pero ella me agarró firmemente del brazo, impidiéndome avanzar.

Tú: No… Justin… Tengo que… decirte algo a ti.

Me quedé quieto, debatiendo si hacerla caso o no. Finalmente me decidí por sentarme a escuchar.

Tú: Justin…yo… LO SIENTO.

Me quedé callado. ¿Sentirlo? ¿El que? Mi cara de confusión debió notarla, porque se apresuró en aclararme.

Tú: Me equivoqué.

Seguía sin entenderlo.

Tú: Tenías razón. No merecía la pena. No estaba enamorada de él. Ni él tampoco de mí.

Contuve la respiración, y después solté poco a poco el aire que retenían mis pulmones.

Justin: ¿No? – Pude decir al fin-.

Tú: No. Es cierto que estaba enamorada. – Dijo con melancolía-. Pero no de él.

¿Qué? El sudor frío empezó a recorrer mi frente, y mis manos comenzaron a temblar. ¿Qué estaba intentando decirme?