Mirtha Legrand no puede ignorar que por cada abrigo de piel se condena a una vida miserable a decenas o centenas de animales, que son estrangulados o electrocutados para matarlos sin dañar la piel o en algunos casos, la piel es arrancada aún estando vivos.
Muchísimas entidades protectoras de animales se han comunicado con su programa para informarle sobre el gravísimo daño que produce el uso de pieles naturales.
No solamente ha hecho caso omiso a estos pedidos, sino que ultimamente almuerza ataviada con enormes pieles.
Un pésimo gusto en todo sentido.